«Quisiera tener un recuerdo para las víctimas de Barcelona. […] Lo mejor que podemos hacer es continuar nuestra vida con normalidad» (Alberto Contador)
Jueves, 6 AM. Mi familia tiene un vasto vocabulario propio; dentro del mismo se incluye el término ‘gigantonear’, que vendría a ser vagar perplejamente por una habitación. Pues bien: así estaba yo, gigantoneando por mi casa granaína, medio dormido, esperando a Víctor Martín, que venía de Torre del Mar para recogerme y emprender un camino de en torno a 1300 kilómetros hasta Nîmes. Finalmente llegó a las 6:30 y yo, que podría haber estado perfectamente listo y esperándole en la puerta, no bajé hasta las 6:40. Supongo que estaba demasiado ocupado gigantoneando.
Jueves, 10 AM. Mientras el Ford Fusion surca raudo la llanura castellana conmigo al timón, Víctor me canta una nota de prensa de la Fundación Contador. ¡Nuevo equipo Continental en 2018! Lo celebramos. Sinceramente: había oído tantas veces que la Fundación iba a sacar equipo que, como los pastores del cuento, pensaba que jamás vendría el lobo. Por fortuna ha venido, y pienso que no para comerse al rebaño sino para engrosarlo. En las filas del actual equipo sub23 hay varios corredores de bastante nivel, algunos de ellos preparados para dar rendimiento inmediato en carreras UCI a poco que encuentren el entorno apropiado.
Jueves, 1:30 PM. La mañana está discurriendo tranquila y optimista cuando, de repente, entro en Twitter y me encuentro que la UCI ha anunciado un positivo de Samuel Sánchez. Justo después de la noticia que llevábamos esperando casi cinco temporadas, el nacimiento de un quinto equipo de licencia española, nos golpea nuestra eterna némesis en forma de positivo. Samuel puntualizó después en declaraciones a EFE que en realidad era un «resultado adverso». No obstante, no nos perdamos con neolenguas: según la propia AMA, ‘positivo’ es ‘resultado adverso’ en forma coloquial. De inmediato nos lanzamos a los juicios; yo procuro evitarlos por aquello que os conté durante el Tour y por respetar la presunción de inocencia que me imbuyeron de pequeño. Yo, a título personal, me hago una pregunta: ¿por qué doparse a los 39 años, con la carrera deportiva amortizada, con el futuro resuelto? No lo entiendo. No es el momento para doparse. No hay nada relevante en juego. Sólo el ego propio del deportista, y casi diría de cualquier persona. En todo caso, me daría muchísima rabia que este positivo se confirmara porque un individuo como Samuel, alguien que ha vivido la peor época del ciclismo y a quien considero profesional e inteligente, debería saber que el dopaje es fuego y, por tanto, es preferible no jugar con él.
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