“Estamos en el final de un bloque de competición muy duro, con dos etapas seguidas bastante exigentes, y sinceramente creo que todos los ciclistas que tenían energía la han gastado ya” (Chris Froome)
Me ha decepcionado la actitud de los favoritos en Haza Llanas. Esperaba unas tácticas muy agresivas ya desde Güejar Sierra y en lugar de eso hubo aparente tranquilidad y, a excepción de Stetina, todos los demarrajes pensaban en la etapa. Creo que merecía la pena intentar aislar a Froome, someterle a una situación de estrés que le indujera a fallar como en Formigal o Antequera. La imagen de medio centenar de corredores coronando juntos fue demoledora para mis expectativas.
Puedo comprender por qué sucedió desde el punto de vista táctico: el descenso desde la cima hasta Monachil era demasiado sencillo y proclive para un reagrupamiento. Puedo comprender por qué sucedió desde el punto de vista humano: las declaraciones de Froome retratan a las claras lo exigente que ha sido la segunda semana de Vuelta, con tres finales en alto de entidad, dos jornadas de mal tiempo y sólo Tomares para respirar. Sin embargo, como espectador a veces carezco de empatía y me pienso que el ciclismo real es un videojuego. A estas alturas debería esforzarme por leer las carreras también desde el punto de vista de los ciclistas…