“A lo mejor ahora mismo estoy disfrutando mucho más porque para mí llegar aquí no fue tan fácil como para otros. Llevo un tatuaje que dice “Ama la vida”: intentar vivir cada día de tu vida disfrutándola al máximo. El otro dice “Nunca te rindes”: y eso hago, luchar siempre hasta el final” (Tomasz Marczynski)
Segunda victoria de Tomasz Marczynski, segunda lección de vida. Merece la pena perseguir objetivos, merece la pena sacrificarse, merece la pena ser mejor persona cada día, merece la pena partirse la cara, merece la pena esperar en su puerta, merece la pena sentarse bajo la luna, merece la pena tomarse el último chupito a las seis de la mañana, merece la pena pedalear a la vera de la playa, merece la pena madrugar, merece la pena jugarse la vida. Todo merece la pena siempre y cuando lo amemos, lo deseemos y nos apasione. Todo merece la pena siempre y cuando nos aceptemos y, en lugar de tomarnos demasiado en serio, nos permitamos una canita al aire.
Vuelta a España. Etapa 112. Lorca – Antequera. Efectivamente, estimados lectores de esta ñusléter: ayer fallé. Os debo una explicasió: llevo tres-cuatro días durmiendo muy poquito, currando hasta muy tarde y desde muy temprano para avanzar en un proyecto ajeno a la Vuelta, y ayer el cuerpo me dijo basta. No eligió mal momento: me quedé dormido en el sofá de la casa de mis padres, rodeado de toda mi familia, después de cenar una tortilla de patatas genuina y deliciosa. Soñé dulce hasta que, a las 6:00, el despertador me arrastró a mi realidad de curro desaforado.
Mola muchísimo cómo ha cambiado el escenario de esta Vuelta a España después del primer día de descanso. Aterido y exhausto en la cima de Calar Alto, Franco Pellizotti lo veía claro: “Ha empezado otra Vuelta”. Hemos pasado de los finales en repecho cortos y empinados a las etapas de alta montaña, con subidas largas y sostenidas, esfuerzos de 30-40 minutos más reveladores y definitorios que los precedentes de 5-10. A eso sumamos dos días consecutivos de lluvia que han mermado a los corredores y pasado factura a quienes llegaron más castigados a la Vuelta.
Total: la general ha sufrido un vuelco en favor de los más fuertes. Nibali y Kelderman han ganado posiciones; los BMC y los Orica las han cedido; en casa Astana, Miguel Ángel López fue minuto y medio más rápido que Fabio Aru, beneficiado por un trabajo extraordinario de Pello Bilbao, gregario MVP de la jornada en fiera competición con Jack Haig, Mikel Nieve y el citado Pellizotti.
Y luego estuvo David de la Cruz. Los problemas mecánicos le obligaron a escalar a contrapié; lo hizo bien, muy bien, hasta el punto de ganar dos puestos en la general. Ahora mismo el catalán es un candidato realista al podio cuyo último escalón provisional ocupa Chaves con 3 segundos de ventaja sobre él… y al cual aspiran también otros tres ciclistas por lo menos. Será interesante ver cómo se defienden en la Pandera y quién soporta mejor Haza Llanas, verdadero instante decisivo de la etapa de Sierra Nevada toda vez que en Monachil no es tan fácil romper la carrera y La Hoya de la Mora no marcará demasiadas diferencias si no se afronta con la contienda ya desequilibrada.
Dos últimos párrafos para Alberto Contador. No pensaba que fuera a atacar camino de Antequera hasta que esta mañana le oí decir que no era buen día para atacar. Lo hizo y fue espectacular: ganó tiempo, lanzó la carrera y gracias a eso pudo extraer rédito del infortunio de un Froome que ayer no sólo perdió 20 ó 40 segundos… también la inercia positiva. Y ésa es muy importante cuando se busca dar la vuelta a una tendencia infausta como es perder varias Vueltas seguidas.
Volviendo a Contador: su maestría radica en esa agresividad característica que enciende las carreras y también en cómo prepara sus ofensivas. En esta jornada de Antequera, en particular, introdujo a Edward Theuns en la escapada del día para poder recurrir a él en el tramo final. A la hora de demarrar, buscó la colaboración de un Nicolas Roche que no pudo hacer gran cosa; el propio Pistolero contó en meta que habían “hablado” para atacar juntos. Tener quien quiera atacar contigo es también una cualidad del ciclista.
Algo mejor que leer… Este mitiquísimo fragmento de Arnaldo Calveyra. Otro día os cuento cómo lo descubrí.