“Estoy muy contento de verme competitivo en esta Vuelta a España. Casi no me lo creo. Hace dos años no me veía corriendo en Movistar Team; imagínate estar aquí delante…” (Antonio Pedrero)
Como sabéis, me encargo de la comunicación del Equipo Lizarte. Es un curro que me requiere mucho tiempo y me aporta muchísimas satisfacciones tanto en lo personal como en lo profesional. Antonio Pedrero se fue del equipo antes de que yo llegara, así que no llegamos a coincidir. No obstante, siento mucha cercanía porque ambos lucimos con orgullo los valores de Lizarte y empatía por su forma de ser: discreto y aparentemente tranquilo, con un punto de inseguridad respecto de unas cualidades notables.
En esta Vuelta a España, Pedrero ha puesto de manifiesto sus capacidades en dos ocasiones: el lunes en La Rabassa, que subió casi completa por delante de un pelotón encabritado; y el jueves en la etapa de la Sierra de Espadán, siendo uno de los cinco últimos supervivientes de la fuga de cuarenta que trajo de cabeza a Sky. Hacen falta piernas y táctica para llegar hasta ese punto. Es cierto que acusó cierta debilidad en el terreno ondulado, la lógica con ese cuerpo de pájaro y ante rivales de categoría; también lo es que se mostró muy solvente cuesta arriba. En meta no se manifestaba feliz, “quisiera que hubiéramos rematado la etapa con Rojas”; sin embargo, no podía esconder la satisfacción de verse destacar en su primera ronda por etapas. Mola ver que se puede disfrutar desde la humildad. No hace falta ser el mejor para ser bueno, y feliz.