Hace ya unos días que la comitiva española llegó a Geelong para participar en los prácticamente mal denominados Mundiales de Melbourne. Capitaneada por José Luis de Santos en la parte deportiva, con una representación institucional más amplia de lo habitual para defender a capa y espada la candidatura de la ciudad berciana de Ponferrada para optar a la organización de los Mundiales de 2013 y con el siempre eficaz jefe de prensa de la RFEC Luis Román Mendoza para contar sus peripecias. El objetivo: traerse al menos un Mundial a España.
La primera gran opción, esperanza e ilusión, era que los encargados de la candidatura de Ponferrada 2013 fueran quienes consiguieran el primer Mundial para la delegación española esta madrugada, mañana en Australia. Parecían ir bien colocados: los rivales de Florencia, Génova y Hooglede-Gits no tenían demasiado postín ni especial difusión. Además, Ponferrada 2013 había tenido mucho apoyo del Gobierno y la Junta de Castilla y León, aunque no tanto de los medios.
Una vez en Australia, las opciones de la candidatura española comenzaron a bajar enteros. La rumorología, bastante certera en estos casos, señalaba a Florencia como ciudad elegida en el cónclave de trece altos cargos de la UCI que decidiría dónde se desarrollarían los fastos de 2013. Y, efectivamente, este mediodía se confirmó la noticia. La UCI le ha concedido a Italia su cuarto Mundial en quince años; el quinto si contamos Mendrisio, ciudad suiza pero prácticamente italiana. Se dice que la solvencia organizativa de los italianos es admirable… Así pues, Ponferrada deberá esperar un año más para culminar su sueño de organizar un Mundial, dificultado sin duda por no ser una capital de provincia.
Féminas y sub23: opciones remotas
Una vez eliminados los bercianos, a España sólo le queda la opción deportiva para traerse un Mundial; los mejor colocados para ello son, sin duda, los hombres de categoría élite. Entre las chicas, las opciones son mínimas. Rosa Bravo, Ana Belén García y Belén López están por desgracia lejos de las Pooley, Vos o Ardnt; de hecho en la crono de hoy, ganada precisamente por Pooley, Bravo (31ª) y López (33ª) han completado sendas actuaciones anónimas.
En cuanto a los jóvenes, la distancia con la élite existe pero es algo menor. Jesús Herrada, Juan José Lobato, Higinio Fernández y Mikel Landa ya demostraron durante la temporada en general y en el Tour del Porvenir en particular capacidad de codearse con los mejores. En la prueba en ruta, Lobato es una interesantísima baza para el esprint mientras sus compañeros pueden buscar el triunfo mediante fugas. En la CRI, disputada esta mañana, Herrada ha cuajado una notable performance al ser octavo a sólo 1’18” del campeón, el irresistible Taylor Phinney.
Freire, a por su cuarto Mundial
Son los mayores quienes más posibilidades tienen de campeonar en Geelong. José Luis de Santos ha tenido buen criterio para realizar la lista, primando para la prueba en ruta la formación de un equipo sólido y entregado al cántabro Óscar Freire antes que la selección plagada de posibles ganadores que tuvo España en otras ocasiones. Para la contrarreloj ha habido más problemas. Hubo muchas dudas, con Rubén Plaza y Luis León renunciando a tomar parte en ella; pero finalmente se han saldado, como casi todo este año en la selección y en contraste con lo que sucedió en Mendrisio, sin malos rollos. Representarán a España Iván Gutiérrez y Luis León Sánchez, quienes tienen un recorrido adaptado a sus características pero una competencia brutal encabezada por Cancellara, Porte, Martin y Larsson.
En la ruta hay, de inicio, un grupo de seis ciclistas que ejercerán de gregarios y tendrán a Freire como líder, a Gárate como ‘capitano’ y a Samuel como hombre libre. Imanol Erviti, Luis León Sánchez, Rubén Plaza, Carlos Barredo, Haimar Zubeldia y Fran Ventoso llegan a la cita mundialista en un estado de forma óptimo; la mayoría han completado la Vuelta, mientras Zubeldia se ha preparado en las pruebas ProTour canadienses y Ventoso ha hecho lo propio en las semiclásicas italianas y francesas. Todos tienen avales de sobra y se centrarán en proteger a Freire y controlar una carrera que se prevé movida, muy influenciada por el viento. Para ello tendrán la compañía o la animadversión de otras selecciones potentes como Italia (Pozzato, Visconti), Australia (Goss, Evans) o Bélgica (Gilbert), que cuentan también con líderes definidos y quizá opten por dinamitar la prueba para eliminar a esprinters puros como el americano Farrar, el alemán Greipel o el británico Cavendish.
Los puntales de la selección, Gárate, Samuel y Freire, tienen ya sus funciones bien definidas. El hecho de que no habrá pinganillos en la prueba en ruta dota a Juanma Gárate de una importancia especial en los esquemas de la selección: al ser el más veterano del grupo, tomará galones y ejercerá de ‘capitano’; o, lo que es lo mismo, de director fáctico. Él tomará las decisiones y mandará tirar o parar a sus compañeros en función de las necesidades de Freire. Samuel Sánchez, por su parte, podrá jugar sus bazas y no estará atado a las necesidades del cántabro…
El cántabró. Óscar Freire. La mejor baza de todas, el mejor esprinter que ha tenido España en años, con un talento especial para los Mundiales. Ya lleva tres: desde Verona 2004 está empatado con Rik Van Steenbergen, Alfredo Binda y Eddy Merckx en esa plusmarca sólo al alcance de los dioses de este deporte. Su objetivo, de aquí a su retirada, será romperla y colocarse como líder en solitario de ese ránking de ensueño con cuatro impresionantes entorchados. Este año tiene una ocasión de oro con un recorrido que le viene como anillo al dedo y una selección volcada en jugar su baza. El domingo, alrededor de las nueve de la mañana, tras una madrugada donde los aficionados españoles lucharemos a brazo partido con Morfeo, sabremos si Freire consigue traerse ese anhelado Mundial a España.