Quieren traerse un Mundial a España

Hace ya unos días que la comitiva española llegó a Geelong para participar en los prácticamente mal denominados Mundiales de Melbourne. Capitaneada por José Luis de Santos en la parte deportiva, con una representación institucional más amplia de lo habitual para defender a capa y espada la candidatura de la ciudad berciana de Ponferrada para optar a la organización de los Mundiales de 2013 y con el siempre eficaz jefe de prensa de la RFEC Luis Román Mendoza para contar sus peripecias. El objetivo: traerse al menos un Mundial a España.
La primera gran opción, esperanza e ilusión, era que los encargados de la candidatura de Ponferrada 2013 fueran quienes consiguieran el primer Mundial para la delegación española esta madrugada, mañana en Australia. Parecían ir bien colocados: los rivales de Florencia, Génova y Hooglede-Gits no tenían demasiado postín ni especial difusión. Además, Ponferrada 2013 había tenido mucho apoyo del Gobierno y la Junta de Castilla y León, aunque no tanto de los medios.
Una vez en Australia, las opciones de la candidatura española comenzaron a bajar enteros. La rumorología, bastante certera en estos casos, señalaba a Florencia como ciudad elegida en el cónclave de trece altos cargos de la UCI que decidiría dónde se desarrollarían los fastos de 2013. Y, efectivamente, este mediodía se confirmó la noticia. La UCI le ha concedido a Italia su cuarto Mundial en quince años; el quinto si contamos Mendrisio, ciudad suiza pero prácticamente italiana. Se dice que la solvencia organizativa de los italianos es admirable… Así pues, Ponferrada deberá esperar un año más para culminar su sueño de organizar un Mundial, dificultado sin duda por no ser una capital de provincia.
Féminas y sub23: opciones remotas
Una vez eliminados los bercianos, a España sólo le queda la opción deportiva para traerse un Mundial; los mejor colocados para ello son, sin duda, los hombres de categoría élite. Entre las chicas, las opciones son mínimas. Rosa Bravo, Ana Belén García y Belén López están por desgracia lejos de las Pooley, Vos o Ardnt; de hecho en la crono de hoy, ganada precisamente por Pooley, Bravo (31ª) y López (33ª) han completado sendas actuaciones anónimas.
En cuanto a los jóvenes, la distancia con la élite existe pero es algo menor. Jesús Herrada, Juan José Lobato, Higinio Fernández y Mikel Landa ya demostraron durante la temporada en general y en el Tour del Porvenir en particular capacidad de codearse con los mejores. En la prueba en ruta, Lobato es una interesantísima baza para el esprint mientras sus compañeros pueden buscar el triunfo mediante fugas. En la CRI, disputada esta mañana, Herrada ha cuajado una notable performance al ser octavo a sólo 1’18” del campeón, el irresistible Taylor Phinney.
Freire, a por su cuarto Mundial
Son los mayores quienes más posibilidades tienen de campeonar en Geelong. José Luis de Santos ha tenido buen criterio para realizar la lista, primando para la prueba en ruta la formación de un equipo sólido y entregado al cántabro Óscar Freire antes que la selección plagada de posibles ganadores que tuvo España en otras ocasiones. Para la contrarreloj ha habido más problemas. Hubo muchas dudas, con Rubén Plaza y Luis León renunciando a tomar parte en ella; pero finalmente se han saldado, como casi todo este año en la selección y en contraste con lo que sucedió en Mendrisio, sin malos rollos. Representarán a España Iván Gutiérrez y Luis León Sánchez, quienes tienen un recorrido adaptado a sus características pero una competencia brutal encabezada por Cancellara, Porte, Martin y Larsson.
En la ruta hay, de inicio, un grupo de seis ciclistas que ejercerán de gregarios y tendrán a Freire como líder, a Gárate como ‘capitano’ y a Samuel como hombre libre. Imanol Erviti, Luis León Sánchez, Rubén Plaza, Carlos Barredo, Haimar Zubeldia y Fran Ventoso llegan a la cita mundialista en un estado de forma óptimo; la mayoría han completado la Vuelta, mientras Zubeldia se ha preparado en las pruebas ProTour canadienses y Ventoso ha hecho lo propio en las semiclásicas italianas y francesas. Todos tienen avales de sobra y se centrarán en proteger a Freire y controlar una carrera que se prevé movida, muy influenciada por el viento. Para ello tendrán la compañía o la animadversión de otras selecciones potentes como Italia (Pozzato, Visconti), Australia (Goss, Evans) o Bélgica (Gilbert), que cuentan también con líderes definidos y quizá opten por dinamitar la prueba para eliminar a esprinters puros como el americano Farrar, el alemán Greipel o el británico Cavendish.
Los puntales de la selección, Gárate, Samuel y Freire, tienen ya sus funciones bien definidas. El hecho de que no habrá pinganillos en la prueba en ruta dota a Juanma Gárate de una importancia especial en los esquemas de la selección: al ser el más veterano del grupo, tomará galones y ejercerá de ‘capitano’; o, lo que es lo mismo, de director fáctico. Él tomará las decisiones y mandará tirar o parar a sus compañeros en función de las necesidades de Freire. Samuel Sánchez, por su parte, podrá jugar sus bazas y no estará atado a las necesidades del cántabro…
El cántabró. Óscar Freire. La mejor baza de todas, el mejor esprinter que ha tenido España en años, con un talento especial para los Mundiales. Ya lleva tres: desde Verona 2004 está empatado con Rik Van Steenbergen, Alfredo Binda y Eddy Merckx en esa plusmarca sólo al alcance de los dioses de este deporte. Su objetivo, de aquí a su retirada, será romperla y colocarse como líder en solitario de ese ránking de ensueño con cuatro impresionantes entorchados. Este año tiene una ocasión de oro con un recorrido que le viene como anillo al dedo y una selección volcada en jugar su baza. El domingo, alrededor de las nueve de la mañana, tras una madrugada donde los aficionados españoles lucharemos a brazo partido con Morfeo, sabremos si Freire consigue traerse ese anhelado Mundial a España.
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Caisse d’Épargne, un año más a por las Grandes

Primera parte: 4 de Enero, Arueda.com
Segunda parte: 5 de Enero, Arueda.com

Después de once años de sequía, Caisse d’Épargne volvió a adjudicarse una Gran Vuelta en 2009 de la mano de Alejandro Valverde. Fue su retorno a la senda donde caminaron durante mucho tiempo, y todos sus movimientos en el mercado de fichajes van orientados a seguir en ella.
Once años sin ganar una Gran Vuelta eran ya demasiados. Más para una estructura como la dirigida por Eusebio Unzué (otrora en comandita con José Miguel Echavarri), cuya ascendente ha sido siempre la de competir por la victoria en las carreras de tres semanas. Desde los primeros años del ya mítico Reynolds de Ángel Arroyo hasta la época de finales de los 90 con Olano, Zülle y el Chaba Jiménez en plenitud, pasando por supuesto por la época dorada de los Banesto de Perico Delgado y Miguel Indurain. Sin embargo, con el cambio de siglo esta tendencia triunfadora se perdió. Los proyectos de vueltómano con los que se contó en plantilla desde entonces no llegaron a cuajar como ganadores dentro del equipo bancario. Fue el caso de, entre otros, Unai Osa, Santi Blanco, Francisco Mancebo ó Denis Mechov; y, más recientemente, de Óscar Pereiro y Vladimir Karpets.

Parecía ser también el caso de Alejandro Valverde. Desde su llegada en 2005 a la estrctura, entonces patrocinada por Illes Balears, se le intentó encaminar hacia la disputa de grandes rondas a pesar de sus prometedoras condiciones (luego refrendadas) para las clásicas. La impresionante victoria conseguida por el murciano en la décima etapa del Tour de 2005, derrotando en la cima de Courchevel al heptacampeón Lance Armstrong, vino a respaldar este propósito de Echavarri y Unzué. Sin embargo, todo lo que sucedió después lo desavaló. Los éxitos de Valverde en las clásicas (resultó ganador en Flecha Valona’06 y Lieja’06 y ’08) llevaban aparejadas decepciones en las carreras de tres semanas, como la Vuelta que perdió ante Vinokourov in extremis en 2006 ó los mediocres resultados en las generales de los Tour de 2007 (sexto) y 2008 (octavo).

Alejandro Valverde, líder e incógnita

Por todo esto, el maillot oro conseguido por Alejandro Valverde en la Vuelta a España 2009 tiene un significado especial: devuelve las mieles del éxito en una Grande al equipo bancario, después de que éste las saboreara por última vez en la Vuelta de 1998 gracias a Abraham Olano. Además, las características y circunstancias del murciano dan a la historia un toque especial; de hecho, Eusebio Unzué reconoció en Meta2Mil que ganar la Vuelta con él era «un reto personal». Fue el propio director navarro quien nos contó en primera persona las ambiciones de Alejandro para 2010: «Será nuestro jefe de filas en el Tour, donde peleará por el podio. Espero que su comportamiento y el posterior resultado en la última Vuelta a España cambien su mentalidad de cara a las carreras de tres semanas y le hagan más fuerte».
La cuestión reside, precisamente, en si será capaz de mostrar en el Tour de 2010 la misma solidez y vigor que le encumbraron en la Vuelta del año pasado. Y también si será capaz de discutir de tú a tú en la ronda francesa con otros tres superclases camino de convertirse en míticos (alguno de ellos ya lo es) como Alberto Contador, Lance Armstrong y Andy Schleck. Parece complicado. Alejandro es muy fuerte, y brillante. Pero para conseguir un puesto de honor en el Tour hay que ser algo más. Más regular, más consistente.
El resto de la temporada de Alejandro repetirá en cierto modo el esquema de los últimos años. «Va a iniciar la temporada en enero con el Tour Down Under. La idea es seguir con París – Niza y disputar después País Vasco ó Catalunya. El primer ciclo se cerrará a finales de abril con las clásicas. Después, seguramente tomará parte en Dauphiné para preparar el Tour». Después, siempre según el propio Unzué, Valverde se exprimiría un poco más para estar en la salida de la Vuelta a España, aunque quizá no en condiciones para defender con éxito su vigente campeonato en la misma. Pero siempre sin perder de vista que el gran objetivo del año es el Tour de Francia.

Unos refuerzos con la vista puesta en el Tour

Los fichajes realizados por Caisse d’Épargne tampoco se apartan demasiado de esta premisa. Si bien entre las seis bajas de la escuadra hispano-francesa se incluyen algunas especialmente apreciables para esta misión como la el ganador del Tour’06 Óscar Pereiro (a Astaná) o las del bronce mundialista Joaquín Rodríguez y el madrileño Dani Moreno (que se marchan a Katusha y Omega Pharma para ser jefes de filas), éstas quedan de sobra compensadas con cinco altas de mucho valor como son Rubén Plaza (Liberty), Juanjo Cobo (Fuji), Juan Mauricio Soler (Barloworld), Christophe Moreau (Agritubel) y Marzio Brusheghin (Lampre).

Todos ellos eran líderes en sus anteriores equipos. La duda parece evidente: ¿aceptarán adquirir un rol secundario? «La temporada es muy amplia, hay objetivos para todos. Habrá momentos en que serán grandes gregarios y otros en los que serán líderes». Como caso paradigmático, Unzué cita a Brusheghin, que «correrá el Giro con mentalidad de líder y luego será gregario en el Tour». En principio, Cobo, Soler y Brusheghin tienen confirmada en su calendario la gran ronda francesa; Moreau permanece en duda, por cuanto su nivel deportivo dista ahora bastante de aquel ágil contrarrelojista que quedara a las puertas del podio en el Tour del año 2000. Por su parte, Rubén Plaza tampoco parece tener en sus planes la ‘grande boucle’.

Rubén Plaza, el regreso del hijo dos veces pródigo

Posiblemente el fichaje más llamativo de Caisse d’Épargne sea el de Rubén Plaza. No se trata ni mucho menos de un asunto de calidad, algo que el alicantino posee a raudales, sino más bien de una relación profesional bastante peculiar con esta estructura. Plaza debutó en profesionales con ella cuando llevaba el nombre de iBanesto.com en 2001, y permaneció en sus filas durante tres años en los cuales apenas pudo rendir por problemas de espalda. Aún así, fue capaz de anotarse un Campeonato de España (2003) que le valió la confianza de Vicente Belda, quien le incorporó al añorado Comunidad Valenciana – Kelme, donde se mantuvo tres temporadas adquiriendo un apreciable palmarés, experiencia… y una sombra sobre su vida deportiva, al verse implicado de refilón y sin merecerlo en la triste Operación Puerto.
En 2007, Eusebio Unzué le reincorporó a su equipo, ya por aquel entonces con el patrocinio de la Caisse d’Épargne; tuvo que dejarle ir al final de la temporada. La sospecha y la hipocresía del mundo ciclista pesó más que sus buenos resultados (ganó la Vuelta a La Rioja), su gran calidad y las repetidas ocasiones en que Eufemiano Fuentes le exculpó públicamente de ser su cliente. Ahora, después de un periplo de dos años en Portugal, Plaza vuelve a Caisse gracias a «un documento emitido por la RFEC donde se da fe de que está completamente libre de sospecha de ningún asunto de dopaje». En su temporada de regreso a la élite, Unzué espera «aprovechar sus grandes cualidades en objetivos mayores, a su medida. Por ejemplo, en la Vuelta a España podría asumir el papel de líder del equipo».

Una plantilla fuerte… y prometedora

Al flanco de Valverde y los cinco fichajes hay un grupo de corredores que atesoran una calidad imponente. El murciano Luis León Sánchez, ganador de la París – Niza y una etapa en el Tour el año pasado, tomará los galones del equipo en la Vuelta a España junto a Rubén Plaza. Otro murciano, José Joaquín Rojas, augura un salto de calidad que le llevará a convertir parte de sus numerosos puestos de honor en flamantes victorias. José Iván Gutiérrez, por su parte, intentará recuperar el estado de forma que le llevó a ser considerado mucho tiempo como el mejor contrarrelojista de España. Hay también cazaetapas consolidados como Pablo Lastras, Vasil Kiryienka ó Chente García Acosta, y un bloque de gregarios para la montaña que ha demostrado de sobra su solidez: David Arroyo, David López, Alberto Losada, Luis Pasamontes, Xabi Zandio…
Pero, sobre todo, hay un grupo de jóvenes que son la envidia del pelotón mundial. Unzué se refiere a ellos con cautela: «tienen calidad. Pero no se puede poner velocidad a su progresión, simplemente cada año irán evolucionando. A corto plazo alguno de ellos y a largo el resto podrán hacer cosas importantes». Esta cuadrilla viene liderada por el colombiano Rigoberto Urán, proyecto de ganador del Tour de Francia, que ya el año pasado destacó en la ‘grande boucle’ con sólo 22 años y esta temporada acudirá al Giro sin ataduras ni límites. A su estela están el ‘killer’ portugués Rui Costa, el potentísimo costarricense Andrei Amador, el pundonoroso escalador francés Arnold Jeannesson y el proyecto de superclase cántabro Ángel Madrazo. El futuro asegurado…
Precisamente sobre el futuro versó nuestra última pregunta a Eusebio Unzué. ¿Hasta cuándo está firmado el patrocinio de la Caisse d’Épargne? «Acaba en 2010, nos sentaremos a negociar pronto para garantizarnos la supervivencia de la escuadra más allá de esa fecha». Económicamente, aún no está todo atado, aunque la tranquilidad de Unzué denota la seguridad de que no habrá problema para que la historia de la estructura siga adelante. La Historia va mucho más allá de las incógnitas de Valverde ó el futuro de unos jóvenes maravillosos. Con esta son ya 31 temporadas en la carretera, que incluyen la friolera de seis Tours de Francia ganados. La Historia, y la tradicional querencia de esta escuadra por las grandes vueltas, no puede sino seguir adelante.

Cinco nombres-bielas mientras el Giro gira

Nos empeñamos en decepcionarnos con algo que es, tristemente, el pan de cada día. El ciclista no corre por sensaciones, no corre por espectáculo, no corre por gloria; corre por números. Es lo malo y lo bueno de un ciclismo tecnificado que nunca llegará a ser como la Fórmula 1 (¡Dios nos libre!), pero por otra parte sí va tendiendo a la linealidad. Cosas también de una generación casi perdida, de líderes de paja que pierden la perspectiva del potencial que puedan llevar en sus piernas por el mero hecho de que jamás han experimentado hasta dónde llega realmente. Lo he dicho un par de veces. Creo que es uno de los principales male de los males del ciclismo actual

Sin embargo, mientras todo esto sucede en el Giro, alrededor se suceden competiciones de menor calado. Algunas porque nunca han tenido esa relevancia (Lorena, Japón). Otras porque, triste realité, han caído en un saco de relativa mediocridad gracias a que su alrededor (y no hablo de políticos) no le prestan la menor atención y la ningunean sistemáticamente. El banquete del F.C. Barcelona está suponiendo el hambre de todos los que cohabitan con el club del crit valent, pregúntenle a los deportes de motor por citar un ejemplo. La Volta a Catalunya sufre este problema, epidémico, pero lo peor es que no es capaz de poner antivirales, de venderle a algún periódico la posibilidad de ser ‘diario oficial’. Tampoco son capaces de tener una web moderna. Ni de garantizarse retransmisiones. Como con la crisis, una circunstancia global está excusando la incapacidad de unos poderes locales.


Alejandro Valverde Ha sido el gran protagonista de la Volta a Catalunya. La figura mediática que a cualquier carrera le gustaría tener. El murciano es, tras Alberto Contador, el corredor español más popular del momento. Es un ‘killer’ que gusta, espectacular por su manera de ganar cuando se encuentra en forma y los últimos metros pican hacia arriba. En Catalunya ha mostrado (según las crónicas, que de las etapas prácticamente no hay ni fotos) un estado de forma excepcional: ganó al sprint en la Pobla de Lillet, podría haberse impuesto también en Pal si no hubiese tardado tanto en atacar. De cualquier manera, ha sumado una etapa y una general valiosas para engordar su palmarés y revindicarse ante las cazas de brujas que tanto le hostigan últimamente.

Sergio Pardilla El de Ciudad Real, seguramente, debería estar luchando en el Giro con los grandes y no donde ha estado. En la Vuelta a Japón, defendiendo sus colores de Carmiooro – A Style y haciéndose con la victoria con una superioridad incontestable a pesar de lo movidísima que ha sido la carrera. Hablamos de un ciclismo sin evolucionar que se encuentra ahora mismo en la época pre Merckx: etapas leoninas, diferencias de calidad y preparación abismales entre los mejores y los peores que se traducen en distancias salvajes del primero al último. Allí han ido A-Style y Knauf. Y se han encontrado con el australiano AIS, que se ha llevado cinco de los siete parciales con Leigh Howard y Jack Bobridge, y con los ciclistas orientales dispuestos a reventar la carrera en cada instante. Un verdadero espectáculo, un río revuelto donde ha pescado Sergio Pardilla otro triunfo que debería hacer reflexionar a todos los equipos profesionales españoles que le han dejado escapar.

Rubén Plaza Saltamos a Francia. Allí ha competido el valenciano de Liberty, que se llevó una etapa, la tercera, por delante del a la postre vencedor absoluto Matteo Carrara. Como Pardilla, cada triunfo suyo es un golpe en la frente, pong, para todos aquellos directores españoles que le han dejado escapar y obligado a batirse el cobre vestido del Liberty portugués en el calendario de los países vecinos. Es uno de los tres mejores rodadores del pelotón español, potente y decidido a la hora de demarrar. Se defiende aceptablemente en montaña. Dos victorias este año. Todo eso pesa menos que el estigma de la Operación Puerto, motivo suficiente para dejarle en la estacada. Como a Manuel Lloret. ¡País!

Romain Sicard Cambiamos de nacionalidad del corredor, aunque no del escenario. El vasco-francés de Orbea es la gran sorpresa de la temporada dentro del pelotón nacional. Sus resultados, a los 21 años, son propios de un gran ciclista; la manera de conseguirlos son propios de un superclase. La Subida al Naranco fue asombrosa, llevábamos años sin ver a un corredor ganar escapado desde el primer kilómetro en un grupo pequeño para rematar luego en solitario [Esta semana podemos leer en las crónicas que Julián Sánchez Pimienta (Conténtpolis) hizo algo parecido en la Volta a Catalunya]. Este sábado, en la Ronde de l’Isard, el triunfo llegó con un ataque desde la base en un puerto-Tour como Plateau de Beille. Sencillamente asombroso. Que tenga cuidado Euskaltel, porque quizá se lo quiera llevar algún equipo francés…

Jonathan Castroviejo …Pero aún les quedaría este. Vizcaíno, más rodador que Sicard pero menos escalador; el paso al Pro Tour asegurado para el año que viene. O quién sabe si a mitad de este año. Tiene proyección de auténtico referente desde juveniles, promete grandes cosas para el futuro. En el último mes está luciendo más que nunca, siempre en .2 francesas. En el Tour de Haut Anjou triunfó en una etapa y casi hace lo propio en la contrarreloj. En la Ronde de l’Isard se hizo con el prólogo y rayó a gran nivel en Plateau de Beille mientras su compañero Sicard se exhibía, lo cual le valió el segundo puesto de la general. Pinta para relevo de ‘Bing Gordon‘ Samuel Sánchez («cuando ganas los Juegos Olímpicos, no te dejan olvidarlo») como buque insignia de Euskaltel. Sin embargo, aún le quedan años de camino por andar y años de camino para que le pongan presión encima. Dejémoslo evolucionar tranquilo…

"Puedo estar con los mejores"

Entrevista a Rubén Plaza
4 de Marzo, Arueda.com

Nacido el 29 de Febrero de 1980 en Ibi (Alicante), Rubén Plaza es seguramente uno de los tres mejores contrarrelojistas de España.

Pasó a profesionales en 2001 con Banesto, muy joven y avalado por un físico impresionante definido por más de 1’90 de altura y complexión atlética. Sin embargo, no tuvo suerte en la escuadra bancaria; aún a pesar de adjudicarse el Campeonato de España de ruta y una etapa del Regio Tour en 2003, ese año fue el último que pasó bajo la disciplina de Echavarrí y Unzué debido a las dudas sobre su futuro que generaban sus constantes lesiones y problemas de espalda.


Fue entonces cuando se cruzó en su vida Vicente Belda, histórico director del equipo Kelme, que le incorporó a las filas del por aquel entonces ya denominado Comunidad Valenciana. En las tres temporadas que permaneció allí alcanzó su mejor rendimiento, consiguiendo un total de nueve victorias y un excepcional quinto puesto en la Vuelta a España 2005, donde fue el mejor luchando contra el crono.

Pero su historia daría un giro radical, tal y como sucedió y sucede con muchos otros ciclistas, en mayo de 2006. Explotó la Operación Puerto, y Plaza se vio involucrado sin comerlo ni beberlo; se ofreció a todo, como el resto de su equipo, con tal de demostrar su inocencia. Pero las cartas estaban marcadas, perdieron la partida y, desde entonces, Rubén se ha visto obligado a peregrinar de escuadra en escuadra.

Mediada la temporada 2007, de nuevo Echavarri y Unzué le dieron un hueco en Caisse d’Épargne, lo cual no sentó bien a unos patrocinadores que forzaron su salida a final de año a pesar de haber dado un rendimiento muy bueno. La temporada pasada fue el equipo portugués Benfica quien le incorporó a su plantilla, y él volvió a responder con varias victorias y un tercer puesto en la general de la Volta a Portugal. Este año, ante la desaparición de Benfica, ha buscado acomodo en Liberty Seguros, donde entró con buen pie siendo tercero en la Vuelta al Algarve sólo por detrás de los superclases Alberto Contador y Sylvain Chavanel.

La manera de empezar la temporada no ha podido ser mejor…
Pues sí, he empezado este año en el Algarve y bueno… primera carrera del año, terminar en el podio con el nivel que había… es para estar contento.

¿Cuál es tu principal objetivo para este año?
Al principio, destacar un poco en el inicio de año: vueltas como Algarve o Murcia. Y, a partir de abril, prepararme de cara a la Vuelta a Portugal, que es el gran objetivo del equipo.

Parece que le has cogido el gusto a Portugal…
Sí, ¡qué remedio! Ya es el segundo año en un equipo portugués, y hay que adaptarse un poco al calendario portugués y a los objetivos del equipo.

Aún así, ¿no te gustaría volver a España?
Sí, claro que me gustaría. Pero las cosas están complicadas y bueno, hay que intentar aprovechar el año en Portugal y hacerlo lo mejor posible para buscar opciones y mejorar.

Con el precedente de aquel quinto puesto en la Vuelta a España de 2005, ¿hasta dónde crees que podrías llegar compitiendo en el ciclismo de máximo nivel?
Esa es una duda que me gustaría resolver, llevo varios años con ganas de hacerlo. Yo creo que habiendo estado tan cerca del podio… Me gustaría volver algún día en una vuelta grande para estar luchando por el podio. Lo malo es que los años pasan… y no vuelven. Entonces, sólo queda tener un poco de paciencia y otro poco de fe y… esperar.

La convocatoria para el Mundial de Contrarreloj que recibiste de Paco Antequera, ¿fue de alguna manera un premio, un reconocimiento?
Sí, también una manera de volver al ciclismo de élite, a las mejores carreras del mundo. Un poco para revindicar que sigo ahí, que puedo estar entre los mejores del mundo y, aunque la prueba no salió tan bien como me hubiera gustado, sólo el hecho de estar ahí después de unos años sin poder disputar este tipo de carreras para mí fue una victoria.

¿Es el Campeonato de España Contrarreloj, a corto plazo, un objetivo realista y bonito?
A mí me atrae muchísimo, es una especialidad que me gusta y además llevo varios años rozando la victoria. No es fácil, porque para el equipo no es un objetivo prioritario y es difícil compatibilizarlo con la Vuelta a Portugal [Los Campeonatos son a finales de junio, mientras que la cita portuguesa se disputa a mediados de agosto]. Aún así, este año intentaré llegar lo mejor posible y ganarlo.