Primera parte: 4 de Enero, Arueda.com
Segunda parte: 5 de Enero, Arueda.com
Después de once años de sequía, Caisse d’Épargne volvió a adjudicarse una Gran Vuelta en 2009 de la mano de Alejandro Valverde. Fue su retorno a la senda donde caminaron durante mucho tiempo, y todos sus movimientos en el mercado de fichajes van orientados a seguir en ella.
Once años sin ganar una Gran Vuelta eran ya demasiados. Más para una estructura como la dirigida por Eusebio Unzué (otrora en comandita con José Miguel Echavarri), cuya ascendente ha sido siempre la de competir por la victoria en las carreras de tres semanas. Desde los primeros años del ya mítico Reynolds de Ángel Arroyo hasta la época de finales de los 90 con Olano, Zülle y el Chaba Jiménez en plenitud, pasando por supuesto por la época dorada de los Banesto de Perico Delgado y Miguel Indurain. Sin embargo, con el cambio de siglo esta tendencia triunfadora se perdió. Los proyectos de vueltómano con los que se contó en plantilla desde entonces no llegaron a cuajar como ganadores dentro del equipo bancario. Fue el caso de, entre otros, Unai Osa, Santi Blanco, Francisco Mancebo ó Denis Mechov; y, más recientemente, de Óscar Pereiro y Vladimir Karpets.
Parecía ser también el caso de Alejandro Valverde. Desde su llegada en 2005 a la estrctura, entonces patrocinada por Illes Balears, se le intentó encaminar hacia la disputa de grandes rondas a pesar de sus prometedoras condiciones (luego refrendadas) para las clásicas. La impresionante victoria conseguida por el murciano en la décima etapa del Tour de 2005, derrotando en la cima de Courchevel al heptacampeón Lance Armstrong, vino a respaldar este propósito de Echavarri y Unzué. Sin embargo, todo lo que sucedió después lo desavaló. Los éxitos de Valverde en las clásicas (resultó ganador en Flecha Valona’06 y Lieja’06 y ’08) llevaban aparejadas decepciones en las carreras de tres semanas, como la Vuelta que perdió ante Vinokourov in extremis en 2006 ó los mediocres resultados en las generales de los Tour de 2007 (sexto) y 2008 (octavo).
Alejandro Valverde, líder e incógnita
Por todo esto, el maillot oro conseguido por Alejandro Valverde en la Vuelta a España 2009 tiene un significado especial: devuelve las mieles del éxito en una Grande al equipo bancario, después de que éste las saboreara por última vez en la Vuelta de 1998 gracias a Abraham Olano. Además, las características y circunstancias del murciano dan a la historia un toque especial; de hecho, Eusebio Unzué reconoció en Meta2Mil que ganar la Vuelta con él era «un reto personal». Fue el propio director navarro quien nos contó en primera persona las ambiciones de Alejandro para 2010: «Será nuestro jefe de filas en el Tour, donde peleará por el podio. Espero que su comportamiento y el posterior resultado en la última Vuelta a España cambien su mentalidad de cara a las carreras de tres semanas y le hagan más fuerte».
La cuestión reside, precisamente, en si será capaz de mostrar en el Tour de 2010 la misma solidez y vigor que le encumbraron en la Vuelta del año pasado. Y también si será capaz de discutir de tú a tú en la ronda francesa con otros tres superclases camino de convertirse en míticos (alguno de ellos ya lo es) como Alberto Contador, Lance Armstrong y Andy Schleck. Parece complicado. Alejandro es muy fuerte, y brillante. Pero para conseguir un puesto de honor en el Tour hay que ser algo más. Más regular, más consistente.
El resto de la temporada de Alejandro repetirá en cierto modo el esquema de los últimos años. «Va a iniciar la temporada en enero con el Tour Down Under. La idea es seguir con París – Niza y disputar después País Vasco ó Catalunya. El primer ciclo se cerrará a finales de abril con las clásicas. Después, seguramente tomará parte en Dauphiné para preparar el Tour». Después, siempre según el propio Unzué, Valverde se exprimiría un poco más para estar en la salida de la Vuelta a España, aunque quizá no en condiciones para defender con éxito su vigente campeonato en la misma. Pero siempre sin perder de vista que el gran objetivo del año es el Tour de Francia.
Unos refuerzos con la vista puesta en el Tour
Los fichajes realizados por Caisse d’Épargne tampoco se apartan demasiado de esta premisa. Si bien entre las seis bajas de la escuadra hispano-francesa se incluyen algunas especialmente apreciables para esta misión como la el ganador del Tour’06 Óscar Pereiro (a Astaná) o las del bronce mundialista Joaquín Rodríguez y el madrileño Dani Moreno (que se marchan a Katusha y Omega Pharma para ser jefes de filas), éstas quedan de sobra compensadas con cinco altas de mucho valor como son Rubén Plaza (Liberty), Juanjo Cobo (Fuji), Juan Mauricio Soler (Barloworld), Christophe Moreau (Agritubel) y Marzio Brusheghin (Lampre).
Todos ellos eran líderes en sus anteriores equipos. La duda parece evidente: ¿aceptarán adquirir un rol secundario? «La temporada es muy amplia, hay objetivos para todos. Habrá momentos en que serán grandes gregarios y otros en los que serán líderes». Como caso paradigmático, Unzué cita a Brusheghin, que «correrá el Giro con mentalidad de líder y luego será gregario en el Tour». En principio, Cobo, Soler y Brusheghin tienen confirmada en su calendario la gran ronda francesa; Moreau permanece en duda, por cuanto su nivel deportivo dista ahora bastante de aquel ágil contrarrelojista que quedara a las puertas del podio en el Tour del año 2000. Por su parte, Rubén Plaza tampoco parece tener en sus planes la ‘grande boucle’.
Rubén Plaza, el regreso del hijo dos veces pródigo
Posiblemente el fichaje más llamativo de Caisse d’Épargne sea el de Rubén Plaza. No se trata ni mucho menos de un asunto de calidad, algo que el alicantino posee a raudales, sino más bien de una relación profesional bastante peculiar con esta estructura. Plaza debutó en profesionales con ella cuando llevaba el nombre de iBanesto.com en 2001, y permaneció en sus filas durante tres años en los cuales apenas pudo rendir por problemas de espalda. Aún así, fue capaz de anotarse un Campeonato de España (2003) que le valió la confianza de Vicente Belda, quien le incorporó al añorado Comunidad Valenciana – Kelme, donde se mantuvo tres temporadas adquiriendo un apreciable palmarés, experiencia… y una sombra sobre su vida deportiva, al verse implicado de refilón y sin merecerlo en la triste Operación Puerto.
En 2007, Eusebio Unzué le reincorporó a su equipo, ya por aquel entonces con el patrocinio de la Caisse d’Épargne; tuvo que dejarle ir al final de la temporada. La sospecha y la hipocresía del mundo ciclista pesó más que sus buenos resultados (ganó la Vuelta a La Rioja), su gran calidad y las repetidas ocasiones en que Eufemiano Fuentes le exculpó públicamente de ser su cliente. Ahora, después de un periplo de dos años en Portugal, Plaza vuelve a Caisse gracias a «un documento emitido por la RFEC donde se da fe de que está completamente libre de sospecha de ningún asunto de dopaje». En su temporada de regreso a la élite, Unzué espera «aprovechar sus grandes cualidades en objetivos mayores, a su medida. Por ejemplo, en la Vuelta a España podría asumir el papel de líder del equipo».

Una plantilla fuerte… y prometedora
Al flanco de Valverde y los cinco fichajes hay un grupo de corredores que atesoran una calidad imponente. El murciano Luis León Sánchez, ganador de la París – Niza y una etapa en el Tour el año pasado, tomará los galones del equipo en la Vuelta a España junto a Rubén Plaza. Otro murciano, José Joaquín Rojas, augura un salto de calidad que le llevará a convertir parte de sus numerosos puestos de honor en flamantes victorias. José Iván Gutiérrez, por su parte, intentará recuperar el estado de forma que le llevó a ser considerado mucho tiempo como el mejor contrarrelojista de España. Hay también cazaetapas consolidados como Pablo Lastras, Vasil Kiryienka ó Chente García Acosta, y un bloque de gregarios para la montaña que ha demostrado de sobra su solidez: David Arroyo, David López, Alberto Losada, Luis Pasamontes, Xabi Zandio…
Pero, sobre todo, hay un grupo de jóvenes que son la envidia del pelotón mundial. Unzué se refiere a ellos con cautela: «tienen calidad. Pero no se puede poner velocidad a su progresión, simplemente cada año irán evolucionando. A corto plazo alguno de ellos y a largo el resto podrán hacer cosas importantes». Esta cuadrilla viene liderada por el colombiano Rigoberto Urán, proyecto de ganador del Tour de Francia, que ya el año pasado destacó en la ‘grande boucle’ con sólo 22 años y esta temporada acudirá al Giro sin ataduras ni límites. A su estela están el ‘killer’ portugués Rui Costa, el potentísimo costarricense Andrei Amador, el pundonoroso escalador francés Arnold Jeannesson y el proyecto de superclase cántabro Ángel Madrazo. El futuro asegurado…
Precisamente sobre el futuro versó nuestra última pregunta a Eusebio Unzué. ¿Hasta cuándo está firmado el patrocinio de la Caisse d’Épargne? «Acaba en 2010, nos sentaremos a negociar pronto para garantizarnos la supervivencia de la escuadra más allá de esa fecha». Económicamente, aún no está todo atado, aunque la tranquilidad de Unzué denota la seguridad de que no habrá problema para que la historia de la estructura siga adelante. La Historia va mucho más allá de las incógnitas de Valverde ó el futuro de unos jóvenes maravillosos. Con esta son ya 31 temporadas en la carretera, que incluyen la friolera de seis Tours de Francia ganados. La Historia, y la tradicional querencia de esta escuadra por las grandes vueltas, no puede sino seguir adelante.