Las claves de Copenhague

Jugando a razonar tácticas
+ El punto más importante del recorrido es, obviamente, el repecho final. Son apenas 500 metros al 6%, pero se sube 18 veces y está enmarcado en un circuito mayormente llano a pesar de tener algunas cuestecitas pero caracterizado, sobre todo, por lo nervioso y técnico que es. Si se recorre con rapidez (todo hace indicar que así será) puede acabar pesando en las piernas de los esprinters más puros.
+ El esprint final no es sencillo de leer. Habrá muchos interesados, muchas ruedas a seguir, y el pelotón no será excesivamente ancho. Habrá, por tanto, quien se tenga que jugar una volata larga de más de 200 metros; ése tendrá pocas opciones de ganar frente a los que suban mejor colocados, o con compañeros de equipo, o con gente que les haga el trabajo sucio… En ese sentido los dinamiteros, corredores tipo Gilbert o de menor enjundia que atacasen al pie de la subidita, podrían hacer perder la carrera a más de uno… o servirle la victoria en bandeja.
+ Los velocistas que se jueguen la victoria en un hipotético esprint dependerán, en gran medida, del ritmo al cual se suba el dichoso repecho. Si se fuerza un poquito en las últimas vueltas, entre la subidita y la distancia serán eliminados aquellos con menor polivalencia o estado de forma como Matthew Goss, Tyler Farrar, Edvald Boasson Hagen, Marcel Kittel o Denis Galimzyanov. Si se pone un puntito más pasarán ciertos apuros hombres como Juan José Haedo, André Greipel o el a priori gran favorito Mark Cavendish.
+ Hay tres tipos de selecciones: ofensivas, defensivas e intrascendentes. Las ofensivas son aquellas que tendrán que forzar el paso, atacar desde lejos, con objeto de endurecer la carrera para favorecer a sus líderes y perjudicar a los hombres fuertes de los conjuntos defensivos. A grandes rasgos, podemos distinguir claramente a cuatro combinados ofensivos (Francia, Italia, Holanda y Bélgica) y cuatro defensivos (Gran Bretaña, Alemania, España y Australia). Unos llevarán la iniciativa; los otros deberán sufrir marchando a contrapié.
+ Por todas estas circunstancias, caben tres resoluciones: esprint masivo (grupo de unos sesenta u ochenta ciclistas), esprint reducido (entre treinta y cuarenta ciclistas, cribados por el repecho, la distancia y el ritmo) o fuga (entre cuatro y diez ciclistas que se destaquen por distintos ataques y circunstancias tácticas). Esta última opción es la interesante para los países ofensivos, aquellos de Voeckler, Offredo, Boom, Oss, Modolo… Cancellara.. Gilbert… La dificultad: esa fuga deberá tener elementos capaces de contentar a todas las selecciones trascendentes, o de mantenerlas a raya.
+ Dicho esto, a mi parecer la resolución más probable es el esprint masivo, reducido de facto por cuanto pienso que sólo llegarán con capacidad para ganar diez ciclistas como mucho. Y francamente no creo que entre ellos se encuentre Cavendish. En estas condiciones, los favoritos lógicos serían Thor Hushovd, Óscar Freire y Peter Sagan. Sin embargo, yo tengo uno particular: Daniele Bennati. Va a ir protegido todo el día a rueda de británicos y españoles, amparado por la ofensividad de sus compatriotas; llega en un excelente estado de forma; y tiene las condiciones ideales para esprintar con solvencia 100 metros picandito hacia arriba cara al aire. Es mi apuesta.
+ Respecto de posibles sorpresas aún no mentadas en este análisis, cinco nombres. Para la resolución en fuga, Rui Costa; para el esprint reducido, los eslovenos Grega Bole y Jure Kocjan; para el esprint masivo, Sacha Modolo y (mucho ojo) Yauheni Hutarovich. Todos llegan en bastante buena forma y tienen aptitudes suficientes para colarse en el podio de resolverse la carrera de un modo más o menos favorable para ellos.
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Giro Sin Tregua

Los aires utópicos de eterno crecimiento que se respiran en el mundo actual llegaron hace bastante tiempo al Giro de Italia. Con la retirada de Mario Cipollini, récord de victorias de etapa en la ‘corsa rosa’ bajo el brazo, llegó un nuevo patrón llamado Angelo Zomegnan dispuesto a buscar nuevos horizontes para una carrera cuyo prestigio había decaído en favor de su pariente ibérica, la Vuelta a España.
La manera de devolver al Giro a su históricamente merecido puesto de segunda carrera de tres semanas en importancia tras el Tour de Francia fue buscar trampas, alicientes y experimentos desconocidos o que hubieran caído en desuso. Un ejemplo de esto fueron las llegadas en circuito y multiplicar los pasos por meta, lo cual resultó en un éxito absoluto. Otro fueron los finales de etapa con emboscada, una auténtica tendencia iniciada en la ‘corsa rosa’ e imitada por organizadores de todo el globo. Y más. Se redujo la contarreloj hasta límites insospechados. También está el ‘sterrato’, pistas de tierra o “cemento ecológico” situadas en montaña o campo por donde se encamina a los corredores para construir imágenes de ciclismo épico como las del pasado año en Montalcino. Y por supuesto están esos empinados puertos cuyo asfalto forma una pared más que una carretera; los dolomíticos de inigualable pendiente y los alpinos de desesperante longitud…
Un recorrido terrorífico
Todas estas variantes rompedoras, introducidas y conservadas año a año, estarán presentes en el trazado de esta edición, conmemorativa de los 150 años de Reunificación de Italia. Habrá una etapa de ‘sterrato’ (la quinta), alguna jornada con varios pasos por meta (la cuarta), finales trampa (el tercer y el sexto día entre otros), poca contrarreloj… y puertos, muchos puertos. 39 en total, 14 de ellos de primera y ocho albergando un final de etapa. Iniciará este impresionante ‘rush’ Montevergine el próximo viernes (7º parcial) y terminará Sestriere el sábado 28, penúltimo día de carrera, con el Colle delle Finestre (ocho kilómetros sin asfaltar) como preámbulo. Entre medias, mucho y bueno. Dos pasos por el tembile Monte Etna el domingo 15; el coloso austríaco Grossglockner, despuntado para dejar el título de Cima Coppi al Passo Giau, el viernes 20; el terrorífico Zoncolan con la sobrecogedora subida (y la sobrecogedora bajada) del Crostis precediéndole el sábado 21; el citado Giau, la mítica Marmolada y Val di Fassa al día siguiente; una cronoescalada a Navegal tras el segundo día de descanso; Macugnaga (19ª etapa) para dirimir las diferencias que aún resten…
Una enumeración de miedo que nos deja como pronóstico lógico un Giro sin tregua, más conociendo el espectacular precedente del año pasado. En teoría, la inmensa pléyade de favoritos a la victoria final tendrá terreno de sobra para hundirse y emerger, para batallar sin cuartel… Lo malo es que las previsiones a veces no se cumplen. Quizá tanta dureza retraiga a los favoritos y estos se limiten a esperar el hundimiento de sus rivales, pensando que las manzanas caerán del árbol por madurez y no por las sacudidas.
El favorito Contador… y quienes pretenderán desbancarle
Sin embargo, no sería una postura muy inteligente por parte de los contendientes; al menos, por parte de quienes aspiran a la victoria final. La mera e intimidatoria presencia de Alberto Contador en la línea de salida da a la ‘corsa rosa’ un favorito de mucho peso: un hombre que, en circunstancias normales, sería ganador seguro del Giro. El madrileño es prácticamente insuperable en un mano a mano cuando la carretera mira hacia el cielo y brillante en la lucha contra el crono. Para vestirse de rosa habrá que derrotar al actual corredor de Saxo Bank, y esa es una empresa harto complicada por mucho que éste afirme no llegar en su mejor momento a la crono por equipos que servirá de pistoletazo de salida hoy en Turín.
Los contendientes no podrán esperar una flaqueza de Contador: tendrán que exhibir unas cualidades superiores a las del español…Y ninguno de ellos las tiene, así que deberán tirar de valentía para compensar. Quizá alguno de los favoritos sea algo más conservador; pero difícilmente lo serán todos y más habiendo en este Giro tantos aspirantes con cuentas por saldar.
Vincenzo Nibali, por ejemplo, llega con la misión de dar continuidad a su excelente Vuelta a España del año pasado y la presión de liderar a un equipazo como Liquigas que ya campeonó en este escenario en 2010 con Basso. Del propio Liquigas salió con ambición de luchar por las mejores carreras con la máxima responsabilidad el checo Roman Kreuziger (Astaná), quien parece balanceándose en esa fina línea que distingue el primer nivel y el segundo. Denis Menchov será el paladín de Geox; conoce lo que es subir a lo más alto del podio en esta carrera y encara una de sus últimas oportunidades de triunfar en una gran vuelta de nuevo. Estos tres corredores tienen la fortuna de ser fuertes en contrarreloj y parten con una pequeña ventaja respecto de…
… Los escaladores, aquellos que deberán jugarse la piel en las subidas para llegar de rosa al Duomo de Milán. El italiano Michele Scarponi, única baza de enjundia transalpina junto a Nibali (algo remarcable en una prueba tendente a la endogamia hasta hace bien poco), liderará el convulso Lampre con su estilo impulsivo y espectacular. ‘Purito’ Rodríguez, catalán de Katusha, acude sin miedo al Giro: anuncia su intención de intentar ganar este año una ‘Grande’, bien esta o bien la Vuelta, y no parece propicio a tener reparos en arriesgar sus opciones en tácticas ofensivas. Otros escaladores a tener en cuenta en esta edición tan propicia para este género de ciclistas serán el talaverano David Arroyo (Movistar, segundo en la general del pasado Giro gracias a la fuga bidón de L’Aquila), el vasco Igor Antón (Euskaltel, en principio con intención de disputar únicamente triunfos parciales), el italiano Domenico Pozzovivo (Colnago), los corajudos Fabio Duarte y Carlos Sastre (Geox) o la temible escuadra de Androni, que puede ofrecer mucha batalla y desnivelar la carrera con las bazas de Serpa, Sella y el impredecible José Rujano.
Los individuos, clave por encima de los colectivos
Como bien exponen los casos de Androni y Geox, no sólo habrá grandes ciclistas en la salida del Giro: también habrá grandes equipos. Son remarcables las alineaciones de Liquigas (Nibali, Szmyd, Agnoli, Capecchi), Astaná (Kreuziger, Kiserlovski, Masciarelli, Tiralongo), Katusha (‘Purito’, Di Luca, Moreno, Caruso) o incluso Saxo Bank (Contador, Porte, Navarro, Hernández). Sin embargo, esta no va a ser en principio una ‘corsa rosa’ donde la fuerza del equipo vaya a decidir la carrera. La tremenda dureza repartida por todo el recorrido seguramente separe de forma clara el grano de la paja, una tendencia que se acentuará con el paso de los días. Así, las escuadras serán de ayuda sólo en parciales menos duros que permitan movimientos tácticos… y en los días malos de los líderes, cuando los favoritos se desfonden y deban agarrarse a las ruedas de sus gregarios para terminar con dignidad y minimizando las posibles pérdidas de tiempo, que se pagarán caras habiendo tantos hombres (y tan parejos) buscando un puesto de honor.
El Giro de Italia que inicia hoy y termina el próximo domingo 29 de mayo será, pues, una carrera individual y terriblemente selectiva. Zomegnan, patrón de la ‘corsa rosa’, ha decidido celebrar por todo lo alto los 150 años de la Reunificación de Italia con un recorrido leonino. Esto propiciará probablemente que este Giro sea recordado no tanto por la efeméride sino por la dureza desaforada. El punto es que, si los corredores no lo marran, será un Giro que pasará a los anales de la historia. El Giro sin tregua.

La Quiniela de Flandes

Este domingo se disputa el Tour de Flandes, segundo Monumento de la temporada de clásicas y primero en el cual aparece el temible pavé, elemento durísimo para las piernas de los corredores cuya sublimación llegará el domingo 10 en la terrible París-Roubaix. Pero antes podremos disfrutar de 254 kilómetros, unas siete horas, de auténtica devoción por las carreteras y caminos flamencos, jalonadas como siempre de pequeñas cotas y adoquines, cuyo clímax arriba en el mítico Kappelmuur, con menos de una veintena de kilómetros por recorrer hasta la meta de Meerbeke… Quienes salgan de allí por delante tendrán gran parte de la carrera resuelta a su favor.
Leed y disfrutad esta “quiniela” con los principales nombres que se implicaran en la lucha por el Tour de Flandes e imaginad cuál podría ser el desarrollo de una carrera cuyos prolegómenos valen casi tanto como su disputa en sí.
Primera línea
Fabian Cancellara Indiscutible favorito número uno, el suizo llega a Flandes en su más absoluto pico de forma. En el Gran Premio E3 Harelbeke demostró que su ‘modus operandi’ sigue siendo el mismo, brutal y sencillo: demarrar en un momento de aparente calma, pillar al resto de favoritos desprevenidos y encender la moto hasta meta. Nadie pudo con él el pasado sábado, ni tampoco el año anterior en Flandes y Roubaix. Su punto débil es un Leopard Trek con ciertas carencias para las clásicas adoquinadas.
Tom Boonen El ‘flandrien’ por excelencia busca imponerse por tercera vez en De Ronde. Para ello cuenta con un recorrido que conoce a la perfección y un estado de forma casi óptimo que le llevó a ganar el pasado fin de semana la prestigiosa Gante-Wegelvem. Otro punto a su favor es su punta de velocidad que, si bien se ha visto limada con los años, sigue siendo superior a la de casi todos sus rivales.
Philippe Gilbert Aspira a ser el segundo valón de la historia en ganar el Tour de Flandes tras Criquelion después de varios años disparando al palo. Su estado de forma es envidiable, como demostró en Tirreno-Adriático y Milán-San Remo, y su adaptación al pavé más que aceptable. La introducción de más subidas en el trazado de la prueba jugaría a su favor.
Segunda línea
Allesandro Ballan El italiano parece haber dejado ya atrás la maldición del ‘arco iris’ y vuelve a pedalear con fuerza y esa característica falta de clase. Para ganar está obligado a ser valiente, dado que su punta de velocidad no es extraordinaria y en esfuerzos largos probablemente esté por debajo de otros favoritos. A su favor está contar con un equipo, BMC, repleto de buenos elementos capaces de mover la carrera desde lejos e incluso trabajar para él con efectividad como son Van Avermaet, Burghardt, Hincapie, Kroon, Quinziato… Los auténticos ‘dark horses’ de los adoquines
Sylvain Chavanel El segundo espada de Quick Step (tras Boonen) ha sido señalado por el tres veces ganador en Flandes Johan Musseuw como favorito para repetir las prestaciones de Devolder en 2008 y 2009, aprovechando la vigilancia entre los favoritos para dar la sorpresa con un ataque lejano. Lo cierto es que la leyenda belga no anda muy descaminada. Sylvain lo tiene todo para emular las proezas de Stijn: experiencia, calidad, valentía y un estado de forma excepcional, demostrado con un cuarto puesto en los durísimos Tres Días de la Panne.
Stijn Devolder El campeón belga aún no ha hallado el golpe de pedal esta campaña. Todas sus prestaciones han sido mediocres para el palmarés ostentado, auténtico baremo para valorar las actuaciones de un corredor cuyos mayores triunfos han sido tan espectaculares como inesperados… Motivo por el cual es mejor no descartarle para el domingo. A su lado, en el combativo Vacansoleil, estarán Bjorn Leukemans (cuarto el año pasado) y Lieuwe Westra, potentísimo rodador que viene de marcarse una gran actuación en la Panne.
Thor Hushovd El actual campeón del mundo no ha tenido una aproximación demasiado rutilante al Tour de Flandes, lo cual no deja de ser una mala señal. Sin embargo, cuenta con la calidad y la experiencia necesarias para rayar a buen nivel el domingo. Además, tiene un valioso consejero en Peter Van Petegem (asistente de su escuadra estas semanas) y un buen equipo para apoyarle, Garmin – Cervélo, con compañeros como…
Heinrich Haussler El australiano tiene buenas piernas y gusto por esta carrera. Ya fue segundo en 2009 tras Devolder y aspira a mejorar su actuación. Su cualidad diferencial respecto al resto de integrantes de la segunda línea es su polivalencia. En caso de que su compañero Farrar (a quien dediqué un artículo ayer) anduviera bien, la táctica de Garmin le impulsaría a realizar un ataque lejano; si el americano no se encontrara en su mejor día, Haussler tendría permiso para reservarse pensando en un posible esprint.
Daniel Oss El italiano lleva toda la campaña deslumbrando en el calendario italiano, lo cual ha favorecido que no se generen muchas expectativas sobre él. De hecho, la mayoría de focos dirigidos hacia el equipo Liquigas se centran en el jovencísimo Peter Sagan, debutante en De Ronde y candidato a brillar en el futuro… Pero, sin duda, el número uno del potente equipo verde para esta edición del Tour de Flandes es el prodigioso Oss, que el año pasado condujo el esprint de Milán – San Remo con sólo 23 años y es un auténtico enfermo de las piedras.
Filippo Pozzato El corredor de Katusha llega precedido de cierta polémica que en los últimos días ha desembocado en su “enemigo” Gilbert instándole a “marcar a Cancellara para hacerle perder Flandes”. Será el puntal conservador de un Katusha muy guerrero, con Hoste, Ivanov ó Gusev dispuestos a forzar al máximo el ritmo de la carrera.
Juan Antonio Flecha Como siempre, el ‘Arquero’ tiene ganas de rayar al máximo nivel en las pruebas de las cuales está enamorado. Sin embargo, el golpe moral recibido en la Omloop Het Nieuwsblad (donde fue derrotado por Langeveld a pesar de ser claramente más fuerte que el holandés) podría pesarle en las piernas. De hecho, el catalán ya ha rebajado sus ambiciones y dice conformarse “con un podio”. A su lado tendrá tres jóvenes que constituyen deliciosas incógnitas como son Edvald Boasson Hagen, Geraint Thomas e Ian Stannard.
Nick Nuyens Parecía enterrado tras sus decepcionantes temporadas en Cofidis y Rabobank (en las cuales consiguió, eso sí, un podio en Flandes 2008) y el reto encomendado por Bjarne Riis de sustituir a Cancellara como líder de Saxo Bank en las clásicas se antojaba excesivo para él. Pero la realidad se empeña en llevar la contraria a los teóricos, y Nuyens dejó caer una excelente actuación con victoria incluida en A Través de Flandes para revindicar un lugar en la élite. Asaltar la victoria en Flandes parece demasiado, pero es probable que esté en la pomada.
Las sorpresas
Hay un montón de corredores capaces de dar la sorpresa y aparecer en el grupo de los mejores en determinados momentos de la carrera. Para empezar, tres equipos potentes como Rabobank, HTC y RadioShack cuentan con buenos ‘outsiders’ en las figuras de Lars Boom y Sebastian Langeveld en el caso de los holandeses, Jan Ghysellinck en el de los americanos y el potente Sebastian Rosseler en el de la escuadra de Bruyneel.
Respecto a los conjuntos profesionales invitados, siempre hay algún integrante de estos que se codea con los gallos. Landbouwkrediet tiene dos expertos sólidos como Fréderic Amorison y Bobbie Traksel, Totsport cuenta con el combativo y talentoso Steven Van Vooren y Skil-Shimano, por su parte, lleva a un Bert De Backer cuya lenta y silenciosa progresión oculta un corredorazo para el pavé. Punto y aparte es un FDJ cuyo principal líder, Yoann Offredo, cayó lesionado en los pasados Tres Días de la Panne merced a un fotógrafo imprudente. Sin embargo, Madiot tiene en sus filas a otros dos corredores que han lucido al máximo en citas previas como son Steve Chainel y Dominique Rollin… y cuya combatividad está asegurada.

Velocista americano en Flandes

En el imparable ascenso del ciclismo anglosajón dentro del concierto mundial aún queda un hito por alcanzar: triunfar en el Tour de Flandes. Ningún angloparlante lo ha conseguido en la época moderna. Sólo el malogrado Tom Simpson, ganador en la edición de 1961, figura en el palmarés de De Ronde. Un éxito ya lejano que, cincuenta años después, buscará ser renovado.
Se prevé la presencia de algo más de una docena de ciclistas estadounidenses, australianos y britanicos en la salida de Brujas el próximo domingo. Cavendish y Goss van encuadrados en un HTC sin patrón en busca de experiencia; Sky presentará a Barry, Stannard y, sobre todo, un Geraint Thomas en forma cuya prestación es una prometedora incógnita. En Saxo Bank, trabajando para el renacido Nuyens, estará un asentado Baden Cooke; parecida función desempeñará en Leopard un ganador de Roubaix y podio en Flandes como Stuart O’Grady, y también un Hincapie cuyas ambiciones amarillean y se ponen al servicio de BMC, probablemente el verdadero ‘dark horse’ de las Clásicas.
Pero sobre todo, sobre todos, destacan dos hombres cuya ambición por Flandes es realista. Heinrich Haussler y Tyler Farrar, puntales junto a Thor Hushovd del potente Garmin-Cervélo, son dos corredores complementarios con gusto por el adoquín. Haussler, que nació y pació en Australia aunque sus genes sean alemanes, ya fue segundo en De Ronde en la edición de 2009 y promete correr de manera agresiva, sabedor de que su punta de velocidad es menor comparada con la de sus coequipiers.

Farrar, por su parte, es otra historia. Es un velocista puro, condición poco propicia para triunfar en el Monumento flamenco, pero también un verdadero enamorado de una región donde habita, vive y, por supuesto, entrena desde hace años. Conoce al dedillo gran parte de las carreteras por donde se desarrollan las carreras de la región, y de ello saca cumplida ventaja. Esta campaña ha figurado en el podio de Gante – Wegelvem y A Través de Flandes; la pasada se impuso en la Scheldeprijs (semiclásica recientemente establecida como entremés de Roubaix) y fue quinto en un Flandes cuyo desarrollo no se adaptó para nada sus características al estar marcado por el impresionante ataque lejano de Cancellara y Boonen.
En evitar esto radican gran parte de las opciones de un Farrar ambicioso y deseoso de triunfar en la que ahora es su casa. Si hay una escapada abortable de corredores de segundo nivel, si existe un marcaje pronunciado entre los grandes favoritos que favorezca subidas a ritmo en los muros, sus opciones subirán enteros. También deberá estar, al menos, tan atento como el año pasado: parece complicado que su equipo disponga bloquear la carrera para jugar su baza en detrimento de otras más adecuadas como Haussler y Hushovd.
Tyler Farrar necesitará, para cumplir su sueño, que la carrera acontezca como en el año 2001, cuando se redujo a una serie de cortes en muros clave y un esprint entre ocho corredores donde salió victorioso un incrédulo Bortolami, o en 2000, cuando sólo el ataque de Tchmil en el Bosberg burló (por poco) a un grupo de una treintena de corredores en apariencia conformes con esprintar por la victoria. De esa manera tendrá Farrar posibilidades de triunfar como velocista americano en Flandes y romper la barrera que resta al ciclismo anglosajón.

Foto: Flickr de Slipstream

Ocho horas en quince minutos

Milán – San Remo es una carrera extraordinariamente normal. Su perfil es, sobre el papel, absolutamente anodino: casi trescientos kilómetros llanos con unas cuantas subidas, apenas repechos, dispersos a lo largo de la carrera. Los últimos compases de la prueba, como los de muchas otras desde que el Giro pusiera de moda los finales nerviosos para dificultar los esprints excesivamente controlados, tienen dos subidas reseñables. Para los escarceos de valientes con afán de protagonismo y el sufrimiento de los velocistas puros está la Cipressa, coronada a 22 de meta. Para los verdaderos favoritos sin fe en su esprint está el Poggio, cuatro kilómetros de repecho suave tras cuya cima quedan apenas seis mil metros, vertiginosos, de terreno favorable hasta la meta del Lungomare Italo Calvino donde, de no prosperar los demarrajes, se jugarán la victoria los esprinters.
El recorrido de Milán – San Remo no es, pues, excepcional. De hecho, el desarrollo no tiene más secretos que los expuestos. No hay encerronas, ni posibilidad de ataques lejanos. La carrera dura ocho horas, pero se resuelve en los quince minutos que se tarda en subir y bajar el Poggio… Quince minutos, eso sí, especiales, vibrantes por la leyenda que llevan asociados tras 102 ediciones de la que no en vano es llamada la Classiccisima. Carreteras estrechas y una pléyade de corredores con lo más granado del pelotón mundial, peleando a codazos por situarse lo mejor posible y lanzarse hachazos en una prueba cuya dureza viene dada por los ciclistas y su conciencia de que quien gana en San Remo pasa a la historia del ciclismo, llámese Eddy Merckx (siete veces vencedor de la prueba) o Marc Gómez (el primer cántabro en ganarla).

La gran incógnita de este año, la de siempre desde que en los cincuenta se añadieran repechos al tradicionalmente llano trazado de la carrera, es si triunfará una escapada fraguada en el Poggio o si se decidirá todo al esprint. Los precedentes apuntan a lo segundo: de las diez últimas ediciones de la Classiccisima, siete se han resuelto en una llegada masiva, tres de ellas a favor de Óscar Freire.
En una edición de pronóstico abiertísimo, el cántabro es seguramente el máximo favorito tras imponerse en dos etapas de la Vuelta a Andalucía y esconder un buen golpe de pedal en Tierreno-Adriático. En su contra jugarán la debilidad de sus coequipiers (sólo un hombre de progresión sorprendente, Sebastian Langeveld, parece con el fondo suficiente para estar junto a él) y quizá la lluvia, toda vez que su equipo Rabobank está teniendo problemas con sus ruedas en determinadas circunstancias meteorológicas como sintieron en la pasada París-Niza. En su favor, aparte de sus condiciones físicas, están su perfecto conocimiento del terreno al cual se enfrenta y el interés de otros equipos por forzar el esprint masivo: el Lampre de Petacchi (ojo a su coequipier Gavazzi), el Quick Step de Boonen, el HTC-Columbia de Cavendish (y Goss)… Y Garmin-Cervélo.

En la actitud que tomen los chicos de Vaughters residirá una de las claves de la carrera del sábado. La escuadra americana cuenta con tres candidatos a la victoria: el velocista Tyler Farrar, el campeón del mundo Thor Hushovd y el ambicioso Heinrich Haussler, que ya ha dejado constancia en su blog de Cyclingnews de que no va a San Remo “a hacer segundo o tercero”. La decisión que tome Garmin de jugar la baza del esprint o alentar los ataques y participar de ellos marcará en gran medida la prueba, habida cuenta de que es el único equipo con talento suficiente en sus filas para bloquear la Milán – San Remo.
Frente a todos los velocistas estarán los clasicómanos puros, todos aquellos hombres cuyas piernas han sido afinadas en Tirreno-Adriático y París-Niza con la mente puesta en el pavé o las Árdenas, cuyas opciones pasan por salir victoriosos en la batalla del Poggio. En esta categoría destacan tres corredores que han transmitido sensaciones excepcionales: el recuperado Allessandro Ballan de BMC, el impresionante Philippe Gilbert, con André Greipel como coequipier en Omega Pharma, y Fabian Cancellara, dispuesto a dar la primera victoria de prestigio a su Leopard Trek con Bennati en la recámara. A ellos podemos sumar la terna de Katusha (Di Luca, Pozzatto, Kolobnev), el ‘tricolore’ Visconti y las opciones de sorpresa de españoles como Flecha (Sky), Rojas o Ventoso (Movistar), quienes arriban a la prueba italiana con mucha competición en las piernas, para completar el paisaje de opciones y favoritos.
De los jóvenes aspirantes a saltar a la élite es mejor hablar poco. El ciclista de CSF Sacha Modolo tendrá complicado repetir su cuarto puesto del año pasado, mientras otras promesas como Sagan, Matthews, Boasson Hagen… probablemente sufrirán la longitud de una Milán – San Remo poco apta para los jóvenes. El primer Monumento de la temporada suele premiar con un pase a la historia a corredores contrastados, capaces de mantener el tipo durante ocho horas y actuar sabiamente en los quince minutos decisivos.

Fotos: Arueda.com y flickr de Garmin-Cervélo

Quieren traerse un Mundial a España

Hace ya unos días que la comitiva española llegó a Geelong para participar en los prácticamente mal denominados Mundiales de Melbourne. Capitaneada por José Luis de Santos en la parte deportiva, con una representación institucional más amplia de lo habitual para defender a capa y espada la candidatura de la ciudad berciana de Ponferrada para optar a la organización de los Mundiales de 2013 y con el siempre eficaz jefe de prensa de la RFEC Luis Román Mendoza para contar sus peripecias. El objetivo: traerse al menos un Mundial a España.
La primera gran opción, esperanza e ilusión, era que los encargados de la candidatura de Ponferrada 2013 fueran quienes consiguieran el primer Mundial para la delegación española esta madrugada, mañana en Australia. Parecían ir bien colocados: los rivales de Florencia, Génova y Hooglede-Gits no tenían demasiado postín ni especial difusión. Además, Ponferrada 2013 había tenido mucho apoyo del Gobierno y la Junta de Castilla y León, aunque no tanto de los medios.
Una vez en Australia, las opciones de la candidatura española comenzaron a bajar enteros. La rumorología, bastante certera en estos casos, señalaba a Florencia como ciudad elegida en el cónclave de trece altos cargos de la UCI que decidiría dónde se desarrollarían los fastos de 2013. Y, efectivamente, este mediodía se confirmó la noticia. La UCI le ha concedido a Italia su cuarto Mundial en quince años; el quinto si contamos Mendrisio, ciudad suiza pero prácticamente italiana. Se dice que la solvencia organizativa de los italianos es admirable… Así pues, Ponferrada deberá esperar un año más para culminar su sueño de organizar un Mundial, dificultado sin duda por no ser una capital de provincia.
Féminas y sub23: opciones remotas
Una vez eliminados los bercianos, a España sólo le queda la opción deportiva para traerse un Mundial; los mejor colocados para ello son, sin duda, los hombres de categoría élite. Entre las chicas, las opciones son mínimas. Rosa Bravo, Ana Belén García y Belén López están por desgracia lejos de las Pooley, Vos o Ardnt; de hecho en la crono de hoy, ganada precisamente por Pooley, Bravo (31ª) y López (33ª) han completado sendas actuaciones anónimas.
En cuanto a los jóvenes, la distancia con la élite existe pero es algo menor. Jesús Herrada, Juan José Lobato, Higinio Fernández y Mikel Landa ya demostraron durante la temporada en general y en el Tour del Porvenir en particular capacidad de codearse con los mejores. En la prueba en ruta, Lobato es una interesantísima baza para el esprint mientras sus compañeros pueden buscar el triunfo mediante fugas. En la CRI, disputada esta mañana, Herrada ha cuajado una notable performance al ser octavo a sólo 1’18” del campeón, el irresistible Taylor Phinney.
Freire, a por su cuarto Mundial
Son los mayores quienes más posibilidades tienen de campeonar en Geelong. José Luis de Santos ha tenido buen criterio para realizar la lista, primando para la prueba en ruta la formación de un equipo sólido y entregado al cántabro Óscar Freire antes que la selección plagada de posibles ganadores que tuvo España en otras ocasiones. Para la contrarreloj ha habido más problemas. Hubo muchas dudas, con Rubén Plaza y Luis León renunciando a tomar parte en ella; pero finalmente se han saldado, como casi todo este año en la selección y en contraste con lo que sucedió en Mendrisio, sin malos rollos. Representarán a España Iván Gutiérrez y Luis León Sánchez, quienes tienen un recorrido adaptado a sus características pero una competencia brutal encabezada por Cancellara, Porte, Martin y Larsson.
En la ruta hay, de inicio, un grupo de seis ciclistas que ejercerán de gregarios y tendrán a Freire como líder, a Gárate como ‘capitano’ y a Samuel como hombre libre. Imanol Erviti, Luis León Sánchez, Rubén Plaza, Carlos Barredo, Haimar Zubeldia y Fran Ventoso llegan a la cita mundialista en un estado de forma óptimo; la mayoría han completado la Vuelta, mientras Zubeldia se ha preparado en las pruebas ProTour canadienses y Ventoso ha hecho lo propio en las semiclásicas italianas y francesas. Todos tienen avales de sobra y se centrarán en proteger a Freire y controlar una carrera que se prevé movida, muy influenciada por el viento. Para ello tendrán la compañía o la animadversión de otras selecciones potentes como Italia (Pozzato, Visconti), Australia (Goss, Evans) o Bélgica (Gilbert), que cuentan también con líderes definidos y quizá opten por dinamitar la prueba para eliminar a esprinters puros como el americano Farrar, el alemán Greipel o el británico Cavendish.
Los puntales de la selección, Gárate, Samuel y Freire, tienen ya sus funciones bien definidas. El hecho de que no habrá pinganillos en la prueba en ruta dota a Juanma Gárate de una importancia especial en los esquemas de la selección: al ser el más veterano del grupo, tomará galones y ejercerá de ‘capitano’; o, lo que es lo mismo, de director fáctico. Él tomará las decisiones y mandará tirar o parar a sus compañeros en función de las necesidades de Freire. Samuel Sánchez, por su parte, podrá jugar sus bazas y no estará atado a las necesidades del cántabro…
El cántabró. Óscar Freire. La mejor baza de todas, el mejor esprinter que ha tenido España en años, con un talento especial para los Mundiales. Ya lleva tres: desde Verona 2004 está empatado con Rik Van Steenbergen, Alfredo Binda y Eddy Merckx en esa plusmarca sólo al alcance de los dioses de este deporte. Su objetivo, de aquí a su retirada, será romperla y colocarse como líder en solitario de ese ránking de ensueño con cuatro impresionantes entorchados. Este año tiene una ocasión de oro con un recorrido que le viene como anillo al dedo y una selección volcada en jugar su baza. El domingo, alrededor de las nueve de la mañana, tras una madrugada donde los aficionados españoles lucharemos a brazo partido con Morfeo, sabremos si Freire consigue traerse ese anhelado Mundial a España.

Mundiales: Recorridos no aptos para especialistas

Se acerca la edición 2010 de los Campeonatos del Mundo de Ciclismo, atribuida a la ciudad australiana de Melbourne a pesar de que el calendario competitivo de la cita se desarrolla casi al completo en la vecina Geelong. La gran mayoría de los ciclistas, temerosos del ‘jet lag’, llegaron a Australia hace unos días. Con ello, además de burlar al cambio horario, se brindan la oportunidad de reconocer exhaustivamente los recorridos por los que deberán transitar los profesionales masculinos el miércoles para la contrarreloj y el domingo para la ruta.
Ambos circuitos son muy simliares y, de hecho, coinciden en más de la mitad de su trazado. Las carreteras de Geelong, en general, son muy benévolas para con los grandes grupos y castigadoras para quienen circulan en solitario: anchas, lo cual favorece el trabajo de conjunto, y abiertas, lo que provocará que la incidencia del viento sea máxima. Esto último, siendo que Geelong está situada en una bahía y es por tanto una ciudad costera, no será una cuestión baladí. Ciclistas como Juanma Gárate han avisado de que en la recta de meta pegará de cara. Las previsiones meteorológicas, por lo pronto, establecen que pegará muy fuerte en la contrarreloj y más débilmente el día de la prueba en línea.
Centrándonos ya en el trazado, ambas pruebas inician con unos cinco kilómetros de llano para enfrentarse después a un primer repecho, que en la prueba en línea es de algo más de un kilómetro durante el cual se alcanzan pendientes de dos dígitos; en la crono la subida es más larga, con un descansillo en la parte intermedia. Seguido llega un descenso de tres kilómetros y medio durante el cual se cruzará el polémico puente temporal de Bailey, ya restaurado tras verse afectado por una crecida del río Barwon, que evitará el paso por el estrecho puente de Queens Park. De inmediato se afrontará la subida al segundo repecho signficativo del circuito, más corto y algo menos empinado que el anterior.
Tras el paso de los dos repechos vendrá terreno llano con ligera tendencia descendente. En la prueba contrarreloj serán casi diez kilómetros para que los especialistas recorten lo perdido en las subidas ante ciclistas más livianos. En la prueba en ruta serán cinco kilómetros y medio de terreno abonado para el reagrupamiento, lo cual hará bastante complicado que un corredor en solitario, o incluso un grupo pequeño de corredores, pueda resistir el acoso de un pelotón organizado en pos del esprint. Los últimos setecientos metros hasta la línea de meta pican hacia arriba, algo que se notará mucho habida cuenta de que los ciclistas llegarán a la última vuelta con más de doscientos cincuenta kilómetros en la pierna. Eso y el viento de cara harán que la cuesta final se le haga muy larga a más de uno.
En general, el recorrido parece adecuado para corredores completos y especialistas, por así decirlo, mixtos, pero no para espcialistas puros. En la contrarreloj, los rodadores más unidimensionales como el francés Laszlo Bodrogi se verán penalizados por los repechos, mientras que los croners más ligeros sufrirán en los llanos costeros. Parece claro que, una vez más, Fabian Cancellara es el gran favorito. En la prueba en línea, clasicómanos con buen final y esprinters con capacidad para aguantar en las subidas son los principales candidatos, mientras que velocistas puros como Cavendish parecen tener menos opciones, más al carecer de un equipo para respaldarle como en el caso del británico. En el ambiente se señala principalmente a dos hombres como grandes favoritos: el belga Philippe Gilbert, que lleva “cuatro meses desayunando Mundial”, y Filippo Pozzato, ganador del critérium que se disputó la pasada madrugada como entremés del Mundial. De este tema, sin embargo, hablaremos conforme vaya avanzando la semana…

El amanecer de la Vuelta

Después de varios años de cambio gradual, la Vuelta a España vuelve a suscitar gran interés dentro del mundo del ciclismo e incluso para el gran público.
A mediados de la década pasada, la Vuelta a España tocó fondo. La carrera no sólo estaba instalada en la más profunda endogamia (en la edición de 2004, sólo dos de los veinticinco primeros de la general final no eran españoles), sino que también acusaba graves problemas de dopaje como los que llevaron a la descalificación de Roberto Heras en 2005 habiendo sido ganador de la carrera y unos recorridos que no ayudaban al espectáculo deportivo. El resultado era el desinterés. Pudiera ser culpa de la tesitura general de un ciclismo que vivía a la sombra de Lance Armstrong, siendo todos los eventos que no contaban con el tejano una especie de segundos platos. Pero también sucedía que la gran ronda española, en pleno declive de los Franco y Sáenz de Trápaga y con Cordero ejerciendo de director general, no llegaba a proponer novedades llamativas, ni acciones para aumentar su prestigio. Estaba sumida en un círculo vicioso de mediocridad.
Tras la anodina edición de 2007, donde el aplastante dominio de Menchov se cimentó en un recorrido desastroso cuya clímax llegó en una crono en la autovía de Zaragoza, Unipublic (organizadora de la Vuelta) cambió de manos y pasó a ser propiedad del Grupo Antena 3 y, más adelante, ASO (propietaria del Tour de Francia).
Tres años después, por fortuna, la suerte de la prueba ha cambiado su signo poco a poco. La participación de las últimas ediciones ha tenido poco que ver con la de las precedentes, a veces por sucesos puntuales como sucediera con Contador y Valverde en sus respectivas Vueltas victoriosas. El recorrido, por su parte, también ha mejorado sensiblemente; se tienden a las emboscadas, a la distribución adecuada de la dureza para no dejar ristras de etapas a mitad o final de la carrera huérfanas de aliciente. Se podría decir que las últimas ediciones han sido el amanecer de la Vuelta, las del retorno de la ronda española al primer plano del ciclismo mundial y el panorama mediático nacional.
Un recorrido condicionado por la televisión
Entrando ya a la materia deportiva, la realidad es que el recorrido de la Vuelta 2010 es mejorable. Falta contrarreloj y dureza en la parte media de las etapas para castigar las piernas de los ciclistas, y eso es algo que quizá se haya visto condicionado por las retransmisiones televisivas. En primer lugar, las cronos no suelen ser plato de buen gusto para el público, que prefiere ver una carrera entre varios corredores antes que una lucha por el mejor tiempo. Y, en segundo, la cicatería mutua del Grupo Antena 3 y RTVE ha llevado a que la televisión pública recorte los medios destinados a la Vuelta (este año Carlos de Andrés y Perico Delgado retransmitirán desde el estudio) y conecte a partir de las cuatro de la tarde con la carrera, una circunstancia que aconseja a Unipublic que las cosas sucedan en la parte final de las etapas.
Las etapas montañosas de la gran ronda española este año, pues, tienden a concentrar sus puntos candentes en su parte final. Se tiende al unipuertismo, con jornadas que acaban directamente en alto sin ninguna dificultad previa reseñable. Es el caso de las llegadas de Pal (11ª etapa), Lagos de Covadonga (15ª) o el novedoso Peña Cabarga (14ª), que se afronta por primera vez en la Vuelta y promete emoción. Distintos serán los parciales de los también inéditos Cotobello (16ª) y Bola del Mundo (20ª), que tendrán antes pasos por San Lorenzo y Cobertoria en el caso de la cima asturiana y por Navacerrada (puerto matriz de la Bola) en el caso de la madrileña. La disciplina de la contrarreloj quedará liquidada con una CRE nocturna de 13km el primer día en Sevilla y una CRI de 46 km en Peñafiel a cuatro días del final. Poco…
De cualquier manera, hay muchas otras etapas interesantes en el recorrido de esta Vuelta, con emboscadas clásicas como la Cresta de Gallo (6ª etapa), Xorret de Catí (8ª) o Toledo (19ª) y otras novedosas como el puerto del León (3ª etapa), Valdepeñas (4ª), Alcoy (9ª) o, sobre todo, el Rat Penat de la décima etapa. Este santuario cicloturista, el Murciélago en catalán, es un puerto de primera categoría de unos cinco kilómetros, casi el 10% de pendiente y picos del 23% que los ciclistas deberán franquear camino de Vilanova i la Geltrú. Aunque se corona a unos treinta kilómetros de meta, después habrá un terreno incómodo que hará complicado que el pelotón vuelva a compactarse.
La participación nacional, buena aunque falten los mejores
Por lo que respecta al plantel de corredores presente en la salida de Sevilla, será muy bueno aunque estará algo opacado por la ausencia de las grandes estrellas nacionales Alejandro Valverde (vigente campeón, sancionado por dopaje), Samuel Sánchez y Alberto Contador. El caso de los dos últimos es llamativo, por cuanto han dado carpetazo a su temporada con sólo 58 y 51 días de competición respectivamente. La media en los ciclistas ProTour suele andar en torno a los 70, lo cual evidencia un cierto desinterés de asturiano y madrileño por la gran ronda española.
Sí estarán, en cambio, los otros cuatro estandartes que tiene en este momento el ciclismo nacional: Joaquín Rodríguez, Carlos Sastre, Luis León Sánchez y Óscar Freire. Los dos últimos han anunciado que correrán para preparar el Mundial, luchar por etapas y ayudar sus compañeros; Rodríguez y Sastre, en cambio, si vienen buscando algo más. El catalán de Katusha quiere confirmar que lo del Tour no fue flor de un día y codearse de nuevo con la élite en la clasificación general. El abulense, por su parte, llega a la Vuelta deseoso de revancha tras un Tour no demasiado satisfactorio ni en la carretera ni en el hotel; aquí estará acompañado por su guardia pretoriana (Florencio, Pujol, Cuesta, el outsider Tondo) y aspira al máximo posible.
En cuanto a los otros españoles en liza por la general, cabe destacar al dúo presentado por Euskaltel: Beñat Intxausti e Igor Antón. Si bien ambos llegan en buena forma y tienen cualidades similares, Igor Galdeano ha aclarado que el zornotzarra estará supeditado a Antón, que buscará consumar en 2010 lo que apuntó en 2008, cuando una caída le impidió estar en el podio de una Vuelta donde parecía el más fuerte en montaña. Caisse d’Épargne, por su parte, llega con la tranquilidad de su acuerdo de patrocinio con Movistar y varias apuestas posibles para luchar por el podio. Rubén Plaza realizó un gran Tour y ya fue quinto en la gran ronda española; David Arroyo, segundo en el Giro, está fresco y bien preparado pero ha confesado que la falta de dureza del recorrido no le viene bien. Y luego están el italiano Brusheghin, antiguo seguro de vida que lleva una mala racha, y el colombiano Urán, este año algo por debajo de sus expectativas pero excelente escalador y contrarrelojista.
El resto de opciones nacionales para la general de la Vuelta pasan mayormente por el ciclista de Xacobeo Ezequiel Mosquera, que llega en buena forma y espera asaltar de una vez el podio o, al menos, conseguir una victoria de etapa. Andalucía – Cajasur, por su parte, espera colar a Javi Moreno o Gómez Marchante en el ‘top ten’.
Varios extranjeros en disposición de llevarse el maillot rojo
Si buena es la participación nacional, no lo es menos la foránea. A los habituales esprinters y clasicómanos preparando el Mundial (Farrar, Petacchi, Cavendish, Bennati, Hushovd, Cancellara, Gilbert) se han sumado en esta edición de la Vuelta varios candidatos serios por la victoria de la general. Ya han pasado esos tiempos donde los corredores extranjeros miraban la Vuelta de reojo…
El primer foráneo a tener en cuenta es, por derecho propio, Denis Menchov. El corredor de Rabobank siempre ha tenido un especial cariño por la ronda española, la ha disputado varias veces y tiene dos en su palmarés (2005 por descalificación de Heras y 2007). Su fortaleza radica en su enorme solidez, mostrada este mismo verano con su podio en el Tour; su hándicap, que no tendrá presión al haber justificado ya esta temporada y asegurado la siguiente y eso puede generar dentro del ruso una relajación contraproducente.
Otro gran candidato será Vincenzo Nibali. ‘Lo Squalo’ es en este momento el mejor vueltómano de Italia. Se colocó tercero en el pasado Giro a pesar de no haberlo preparado y ser incluido a última hora por los problemas de Franco Pellizotti con el pasaporte biológico. Llega, además, en una gran condición física como refrendó en las semiclásicas italianas de agosto. A su lado tendrá al siempre potente equipo Liquigas, con un enorme bloque de gregarios encabezado por el checo Roman Kreuziger.
La terna de grandes favoritos extranjeros para la obtención del maillot rojo se cierra con Frank Schleck. El mayor de los hermanos luxemburgueses buscará resarcirse en carreteras españolas de lo acaecido este julio en las francesas, cuando una caída en el pavé le apartó de un Tour al que llegaba en plenitud de condiciones. En principio, vendrá a esta Vuelta para implicarse, al contrario de lo que sucediera con su hermano Andy y él el año pasado, cuando su presencia fue testimonial. El propio Andy tomará también la salida en Sevilla, pero parece que se limitará a apoyar a su hermano, prescindiendo de cualquier objetivo individual.
La lista de foráneos que podrían pelear por la general se completa con Andrei Kasheckin, kazajo enrolado en Lampre que fuera tercero en la Vuelta de 2006 antes de ser sancionado por dopaje; Vladimir Karpets, ruso de Katusha que cada vez parece más desengañado respecto de las vueltas de tres semanas y decidido a centrarse en las de una; el ex biker Jean Christophe Peraud, que se perdió el Tour por una infección y viene a por todas a la Vuelta; más el sueco Lövkist, el irlandés Roche y el francés Moncoutié para los triunfos parciales. Como posible sorpresa, mencionar al kazajo de Astaná Andrei Zeits, joven de gran talento que ya fuera 34º en el Giro de su debut (2009) con sólo 22 años y llega a la gran ronda española con el encargo de mostrarse en el alto nivel.
Ése es el planteamiento de una Vuelta ilusionante, esperada y que podría dar un gran espectáculo siguiendo la corriente de una temporada donde el ciclismo está volviendo a ser grande y deparar grandes y polémicas competiciones. La Vuelta 2010, aunque empezará de noche, podría representar un amanecer para el ciclismo español y mundial.

El Tour de los Quince

El sábado comienza un Tour de Francia en la línea del año pasado en cuanto a expectación. A pesar de la presencia de un dominador absoluto como Alberto Contador, pocas veces se ha presentado la gran ronda francesa tan abierta. La ausencia de un patrón, de un equipo claramente más fuerte que el resto, hace que la carrera se presuma táctica e imprevisible. Y, en consecuencia, extiende el abanico de corredores con opciones de conseguir una plaza de podio hasta límites insospechados. En Arueda hemos seleccionado a los principales candidatos a un lugar de privilegio y a continuación analizamos sus bazas para alcanzar el éxito en el que hemos venido a llamar ‘El Tour de los Quince’
Alberto Contador El vueltómano número uno del pelotón mundial es, por derecho propio, el gran favorito indiscutible a llegar a los Campos Elíseos vestido de amarillo. Puede ganar tiempo en cualquiera de los terrenos tradicionalmente decisivos: es netamente superior a todos en montaña, mientras que en contrarreloj sólo unos pocos pueden hacerle sombra. Llega, además, en un estado de forma óptimo, sólo un kilogramo por encima de su peso ideal. Además en Dauphiné, a pesar de caer derrotado frente a un Brajkovic que llegaba al cien por cien a la cita, las sensaciones fueron inmejorables. Su único lunar a nivel individual podría ser el pavés, presente en la tercera etapa camino de Arenberg y donde corredores más pesados como Lance Armstrong podrían robarle tiempo. Su talón de Aquiles, sin embargo, no es otro que su equipo, Astaná, más débil de lo deseable y que podría dejarle en la estacada ante una emboscada táctica del resto de escuadras.
Carlos Sastre El ganador de la ‘Grande Boucle’ 2008 es por tradición la segunda baza sólida del ciclismo español para campeonar en París. Un análisis más detenido de la situación, por el contrario, no es tan esperanzador. El abulense lleva un año infame, donde ni las piernas ni la suerte han estado de su lado. Se presentó en el Giro en baja forma y lo acabó en una decepcionante octava posición mermado por las caídas. A su favor juega su talento para la escalada y su raza, condiciones innatas que deberá sacar a relucir en el que podría ser su último Tour de Francia
Samuel Sánchez Campeón olímpico y dos veces podio en la Vuelta, el asturiano se enfrentará por cuarta vez a la gran ronda francesa con la ambición de cuando menos superar el séptimo puesto alcanzado en 2008. El gran problema que deberá subsanar el jefe de filas de Euskaltel es su falta de calidad diferencial en montaña y contrarreloj; su gran ventaja, las muchas etapas que acaban con una ración de su terreno favorito, la bajada.
Luis León Sánchez Es la opción sorpresa del ciclismo nacional. Luis León ha centrado sus miras en el Tour por primera vez en su carrera, en parte impulsado por la circunstancia de la sanción de su coequipier Alejandro Valverde. Hasta dónde puede llegar en la general que él mismo ha definido como su objetivo prioritario es un auténtico misterio, toda vez que nunca ha disputado una ronda de tres semanas con esa intención. Está por ver, en especial, si la potencia de la que hace gala habitualmente se va resintiendo con el paso de los días.
Ivan Basso El italiano llega a la ‘Grande Boucle’ con los deberes hechos tras su portentoso triunfo en la general del Giro de Italia. Pero, sobre todo, viene renacido y deseoso de acabar de una dentellada con todos los prejuicios existentes en torno a él tras su sanción por tentativa de dopaje. El varesino es un escalador de fondo; no le faltará terreno en un Tour que ha distribuido la dureza en el recorrido de las etapas en lugar de concentrarla en la parte final de los parciales con los casi odiosos finales en alto. En su contra puede pesar el Giro que lleva en sus piernas. Pero, sobre todo, cuenta con el aval de tener un equipazo como Liquigas tras de sí, con compañeros como…
Roman Kreuziger Y es que el checo es uno de los grandes candidatos a hacer saltar la banca este Julio. Ha pasado el año relajado, luchando por cotas elevadas apenas en París – Niza (donde fue cuarto) y dando destellos de calidad allá por donde ha pasado. Su clase está fuera de toda duda después de acabar noveno en 2009, con sólo 24 años. Y lo más interesante es que no sabemos cuál habrá sido su evolución este invierno, ya que sus enormes cualidades pueden haberse desarrollado hasta auparle a un lugar en el podio de París…
Bradley Wiggins Si bien en 2009 la presencia del británico en las primeras plazas de la general se antojaba similar a la de un ‘sputnik’, ahora no. Enrolado en la superestructura Sky, Wiggins ha realizado una aproximación sólida a la Grande Boucle, con participaciones discretos aunque dignas en lo más granado del calendario internacional y siempre con el Tour entre ceja y ceja. Quizá el mejor contrarrelojista entre los aspirantes a la general Contador aparte, la gran sorpresa de 2009 ya es un hombre vigilado y tenido en cuenta por el resto de favoritos.
Cadel Evans Una actuación decepcionante en la edición del año pasado de la gran ronda francesa supuso una auténtica catarsis para el corredor australiano, cobarde hasta entonces y corajudo desde el momento en que se vio impotente por no hacer sino seguir la rueda del resto de candidatos a la victoria allá donde fuera. Cadel Evans es ahora un corredor totalmente distinto a la anterior versión de él mismo que vimos acabar entre los diez primeros del Tour en varias ocasiones. Está por ver hasta dónde será capaz de llegar con su nueva actitud y las cualidades de siempre, vestido de arco iris y ayudado por un equipo (BMC) que si diluirá apenas llegue la montaña.
Michael Rogers La otra gran baza ‘aussie’ será este hombre, líder del potentísimo HTC que intentará confirmar con 31 años los que apuntaba con 20: que es un hombre hecho para las rondas de tres semanas. Hasta ahora, su mejor actuación en un Tour fue un anónimo noveno puesto en 2006. Mejorar esto es casi una obsesión para un Rogers que ha realizado una temporada interesante merced a un cambio en sus métodos de preparación que, a juzgar por sus triunfos en las generales de las Vueltas a Andalucía y California, han sido para bien.
Lance Armstrong El texano es uno de los nombres propios de cualquier competición en la que tome parte. Y, en el caso de este Tour 2010, aún más después de anunciar que ésta será su última participación en la gran ronda francesa. Su última vez en una competición con la cual ha desarrollado una sinergia casi nunca vista entre un corredor y una carrera; durante siete años prácticamente vivieron el uno para el otro, algo que dio réditos a ambos. La gran duda es si, a sus 38 años, estará en disposición de luchar por lo máximo o si, por el contrario, será únicamente el mascarón de proa del gigantesco drakkar de RadioShack, que incluye corredores como Levi Leipheimer, Andreas Klöden ó Chris Horner que podría representar una baza táctica valiosísima para RadioShack por sus buenísimas cualidades… o ser incluso capaces de optar a puestos de honor con el permiso o la colaboración del heptacampeón.
Andy Schleck Posiblemente, el luxemburgués sea el enemigo natural de Contador. Tanto para este año como para los próximos. Andy representa la antítesis de Alberto; el asfixiante ritmo que es capaz de imponer en la montaña podría ser la kriptonita de los nerviosos ataques lanzados por el de Pinto. Las cualidades que le llevaron al segundo escalón del podio el año pasado habrán aumentado este invierno como consecuencia lógica de la evolución de un ciclista de apenas 25 años que afronta esta Grande Boucle con un reto estimulante: llevarse el maillot blanco por tercera vez consecutiva y empatar así con el superclase teutón Jan Ullrich, entrando con ello en la historia del Tour de Francia.
Frank Schleck El hermano de Andy es su principal apoyo tanto fuera como dentro de la carretera, donde representa el papel de ‘capitano’ de ruta del potentísimo Saxo Bank junto a dos clásicos como Jens Voigt y Stuart O’Grady. Pero ojo, el mayor de la pareja luxemburguesa no es un convidado de piedra en la lucha por la general, tal y como demostró con el cuarto lugar alcanzado el año pasado. Al contrario, su solidez le podría llevar a una plaza de podio a poco que la carrera se le ponga de cara… o su hermano no requiera de sus servicios.
Denis Menchov Eterno aspirante a la victoria en la Grande Boucle, el dos veces ganador de la Vuelta a España y una del Giro de Italia posiblemente se encuentre ante su última buena ocasión de consumar una victoria en la gran ronda francesa donde su cota máxima es, hasta ahora, un cuarto lugar en 2008. A sus 32 años llega en un momento de máxima madurez, habiendo realizado un calendario liviano para llegar en plenitud de condiciones a un Tour de Francia que es objetivo prioritario para su equipo, Rabobank, toda vez que su salida está sita en la ciudad holandesa de Rotterdam.
Robert Gesink Aunque, si de ciclismo holandés hablamos, el adalid número uno es este corredor. Gesink se enfrenta por segunda vez a la gran ronda francesa después de la mala experiencia del año pasado, donde tuvo que retirarse a las primeras de cambio por una caída. Escalador de campanillas como demostró con su sexto puesto en la Vuelta a España 2009, el gran aval del corredor de Rabo es una portentosa exhibición en la etapa reina de la Vuelta a Suiza, donde se impuso de manera imperial. Sus hándicap son la inexperiencia, debilidad en la lucha contra el crono y tener tras de sí un equipo que funciona más como una suma de individuos que como un conjunto de verdad.
Jurgen Van der Broeck El belga es nuestra última gran apuesta para destacar en la general de este Tour de Francia. El año pasado se pasó casi toda la carrera escapado por delante del pelotón, haciendo la guerra por su cuenta toda vez que su líder Cadel Evans había naufragado. Ahora el líder es él; y, como tal, planteará una carrera seria, haciendo valer su fortaleza contrarreloj para llegar lo más lejos posible en la clasificación final. Cuenta con el equipo Omega Pharma a su servicio, y especialmente con un Dani Moreno que debutará en la gran ronda francesa con ganas de comerse el mundo.
Fuera de este grupo de grandes favoritos nos hemos dejado al líder de Garmin Christian Vandevelde, ciclista sólido donde los haya pero algo débil para optar al podio de París, y a un Damiano Cunego (Lampre) que luchando por triunfos parciales podría encontrarse de sopetón con un puesto de privilegio en la general. También habrá en la salida de Rotterdam jóvenes de gran caché y mayores expectativas como Edvald Boasson Hagen (Sky), Jakob Fuglsang (Saxo Bank), Tony Martin (HTC) ó Rui Costa (Caisse d’Épargne), cuyas opciones individuales estarán sometidas a los designios de los líderes de sus respectivos equipos.

Un clásico Giro para fondistas (y II)

7 de Mayo, Arueda.com

La nómina de aspirantes al triunfo en este Giro d’Italia tiene, en general, un poco menos de caché que en años pretéritos. Esta temporada, la mayor parte de líderes del pelotón mundial han apostado por preparar a conciencia un Tour de Francia que se presiente espectacular y con una veintena de candidatos a un puesto entre los cinco primeros. En el Giro el plantel no será tan extenso, pero seguramente deparará una competencia fenomenal toda vez que la mayoría de candidatos están cortados por el mismo patrón: son escaladores y fondistas que han enfocado su planificación sobre un Giro en el cual esperan salir victoriosos de la lucha en las cimas alpinas.
De entre todos los favoritos en la lucha por la ‘maglia rosa’, el número uno es Cadel Evans. El australiano, actual campeón del mundo, deberá actuar con audacia para imponerse en un Giro en el cual seguramente será el hombre más fuerte. No sólo tendrá que superar a sus rivales en los mano a mano, sino que lidiará con el hándicap que supone la debilidad de su equipo, un BMC que seguramente quedará retratado en la CRE. A estos contras se suma la escasez de kilómetros contrarreloj; no se antoja que una crono quebrada, una cronoescalada y un prólogo sean suficientes para conseguir una ventaja que permita a Evans ceder tiempo en montaña. El australiano también deberá rendir cuando la carretera pique hacia arriba. Y, sobre todo, estar atento a las ofensivas lejanas que le plantearan los bloques más fuertes en caso de que tome la ‘maglia rosa’ que ya vistiera en su única participación en el Giro, en 2002.
Precisamente a uno de los bloques más fuertes pertenece el segundo máximo contendiente de esta edición de la ‘corsa rosa’, el redimido Ivan Basso. El varesino encabeza a un Liquigas que en este Giro intentará no repetir la tónica de su presencia en carreras grandes esta temporada, presentando la alineación de mayor nivel medio para bloquear la carrera… y no siendo capaz de rematar con un hombre de calidad diferencial. Para ello contará con Basso, que contará con gregarios de lujo como Szmyd ó un Nibali que entra en el ‘nueve’ a última hora por la baja de Franco Pellizotti, relacionado con el dopaje por el polémico pasaporte biológico de la UCI. Ojo también entre los ‘verdes’ con Robert Kiserlovski, potente escalador que llega en buen momento tras imponerse en el Giro dell’Apenino y es, según una frase lapidaria de su ex director Giuseppe Martinelli, el «futuro ganador del Giro 2011».
La gran opción española la constituye uno de los ciclistas más sólidos del pelotón mundial, Carlos Sastre. El abulense de Cervélo llega a la ‘corsa rosa’ con el aval de veinte grandes vueltas completadas a lo largo de su carrera, el triunfo en el Tour de Francia 2008… y sólo ocho días de competición en su haber, un descanso necesario tras su cargado 2009 que sin embargo le hace llegar «con dudas sobre mi estado físico» a la salida de Rotterdam. Son, sin embargo, muchos años sobre la bicicleta y mucha calidad como para descartar de inicio al abulense de Cervélo, que de inicio se conformaría con una «plaza de podio». Quizá un objetivo por debajo de sus posibilidades, toda vez que el recorrido le viene como anillo al dedo.
Mucho más polémicos que Sastre son los dos hombres que cierran el repóker de grandes aspirantes a la ‘maglia rosa’. Alexandre Vinokourov, de cuyas cavilaciones hablamos la semana pasada [aquí enlace al artículo: http://www.arueda.com/competicion/reportajes/vinokourov-contra-la-memoria-del-ciclismo.html ], llega en un gran estado de forma al Giro tras imponerse en la Lieja – Bastogne – Lieja y cuenta con un equipo decente para la ocasión, con dos buenos gregarios como Josep Jufré y Paolo Tiralongo dispuestos a dejarse la piel por su causa. Las dudas vienen suscitadas por cómo afrontará tres semanas consecutivas de competición después de casi tres años parado. Por otro lado está Bradley Wiggins, controvertido fichaje de Sky este verano, que en este Giro puede certificar que su llegada al Olimpo ciclista en el pasado Tour de Francia no fue fruto de la casualidad. La incógnita es si viene a la ‘corsa rosa’ para disputar el triunfo o sólo para sumar kilómetros de preparación de cara a la gran ronda francesa.
El recuento de contendientes por la general del Giro no se acaba aquí. Y es que, al lado de estos colosos, habrá otros hombres de proporciones más comunes pero igualmente prestos para dar batalla. Michele Scarponi lidera al siempre combativo bloque de Androni-Diquigiovanni, con un ojo puesto en el top10 y otro en aprovechar sus condiciones de ‘passista’ para echar al zurrón victorias de etapa. Otro tanto hará Stefano Garzelli defendiendo los colores de Acqua e Sapone, en su caso buscando repetir entorchado con la ‘maglia verde’ que distingue al mejor escalador. En su equipo está uno de los máximos aspirantes a dar la campanada en la general, el jovencísmo Francesco Masciarelli, que llega algo corto de forma a pesar de su victoria en febrero en el emblemático Mont Faron del Tour del Mediterráneo. Otro joven ‘outsider’ es Domenico Pozzovivo, que llega en una condición inmejorable tras ganar en otra cima emblemática como Alpe di Pampeago en el Giro del Trentino. Pozzovivo lidera a Colnago-CSF, tercera escuadra italiana invitada por RCS y coja tras la baja por problemas con la cocaína de su esprinter Mattia Gavazzi.
Punto y aparte es el equipo Lampre. Giuseppe Saroni suele acudir siempre a la ‘corsa rosa’ con un líder de garantías que le permita aspirar a las primeras posiciones de la general. En esta ocasión no será así. Su baza más sólida son las ‘volatas’ de Allesandro Petacchi, que a buen seguro conseguirá más de una victoria en llegadas masivas; sus escaladores, Damiano Cunego y Gilberto Simoni, no parecen capaces de asaltar el podio final, sito esta vez en Verona. Mientras Cunego, ganador del Giro 2004, renuncia de plano a esta posibilidad porque cree aprovechar mejor sus posibilidades luchando por triunfos parciales, ‘Gibo’ está ya bastante lejos de sus mejores días e incluso vacilaba en su determinación de correr esta edición del Giro, la última de su carrera, por considerar su estado físico insuficiente. Demasiadas dudas para asegurar que los ‘blu-fucsia’ puedan hacer algo bueno…
En cuanto a la participación española, hay más opciones para los primeros puestos en la general aparte del ya mencionado Sastre. Liderando a Omega Pharma – Lotto estará el madrileño Dani Moreno, que afronta por primera vez desde sus tiempos en Relax una gran vuelta como jefe de filas. A pesar de ser un gran corredor y decente fondista, caben dudas de si asimilará bien los largos puertos de montaña italianos. Por otra parte, el talaverano David Arroyo ya ha figurado alguna vez en el top10 de la ‘corsa rosa’ y llega a Rotterdam dispuesto a repetir. Juega en su contra el potente ‘nueve’ de su equipo, Caisse d’Épargne, con una baza casi infalible en Marzio Brusheghin (3º del Giro 2008) y una posible sorpresa positiva en el colombiano Rigoberto Urán. Si uno de estos hombres consigue rendir a gran nivel, posiblemente Arroyo se vea obligado a aparcar el liderazgo y ejercer de gregario. También tomará parte en el Giro el equipo de Matxin, Footon-Servetto, con Eros Capecchi como mejor opción de lucimiento.
Llega un año más el Giro d’Italia, que se plantea igual de espectacular e intenso como siempre, con el habitual espíritu combativo de sus participantes italianos y la presencia de grandes estrellas del pelotón mundial. El espectáculo, clásico espectáculo, está servido.