Tras Xorret, Nibali es el rival a batir

La llegada a Xorret de Catí va camino de convertirse no ya en un seguro de éxito, sino en un clásico para la Vuelta a España. Su estrecha carretera y empinada pendiente siempre deparan imágenes espectaculares; su labor de rompehielos, siendo casi siempre la cima alicantina una de las primeras etapas en marcar diferencias en la general, le confiere un cariz atractivo de prueba de fuego para los implicados en la lucha por el maillot de líder. Con ello permite análisis y emana sensaciones útiles para aventurar el posible devenir de la Vuelta.
Precisamente en torno al maillot rojo que distingue al número uno de la general se ha desatado la única polémica de la jornada. Joaquín Rodríguez e Igor Antón se pasaron el día entero pugnando por el liderato de la carrera ante la segura caída a puestos traseros de Gilbert en la subida a Xorret. Empatados a tiempo catalán y vizcaíno, el corredor de Euskaltel se hacía con el codiciado rojo por puestómetro (suma de los puestos obtenidos por ambos corredores en la meta de las etapas disputadas) de llegar ambos juntos a meta.

Así, Rodríguez pasó el día entero buscando ese segundo que le permitiera adelantar al de Galdakano. Se metió en la lucha por el esprint especial de Onil, donde consiguió ser tercero y con ello un segundo menos para la general; pero una caída previa a la disputa de la bonificación hizo que los jueces decidieran anularla. Purito, incansable, luchó a brazo partido en Xorret de Catí por distanciar a Antón. Le resultó imposible, así que llegado el momento decidió jugarse la carta de esprintar en la meta, situada dos kilómetros después de la cima, e intentar picar tiempo. Pareció conseguirlo, Antón perdía rueda respecto de Nibali y él; pero en los últimos metros el italiano se dejó ir, hizo función de puente y evitó que Purito tomara ese segundo que le colocaría como líder.
En un primer momento, sin embargo, los jueces estimaron que sí había habido esa distancia y llamaron a Joaquín Rodríguez al podio. Cuando repararon en su error y estimaron que era Antón el nuevo portador del maillot rojo, el rebote de Joaquín Rodríguez fue curioso según reporta José Andrés Ezquerro (AS) en su Twitter. La pregunta es si merece la pena el rebote, toda vez que ahora tocan dos etapas de terreno quebrado, lo que significa desgaste para el equipo de líder. Un tributo a pagar elevado teniendo en cuenta que ser primero en la general a estas alturas de la prueba es algo circunstancial. Da lo mismo ser segundo, tercero o…
Cuarto. Cuarto en la general es Xavi Tondo, catalán del conjunto Cervélo que parece haber intercambiado roles con su a priori líder Carlos Sastre. En el transcurso de la etapa de hoy, el conjunto dirigido por Álex Sans ha portado el peso de la carrera a partir del Puerto de la Carrasqueta. En principio parecía un trabajo destinado a dinamitar el pelotón y minar a los rivales de un Sastre que necesitaba recortar los dos minutos de desventaja con que contaba en la general. Luego, en Xorret, el abulense se puso en cabeza a seleccionar definitivamente el grupo de favoritos y se vio claro que el principal beneficiario de la labor realizada durante la etapa no era el abulense sino Tondo.

Parece ser que Sastre ha admitido estar un peldaño por debajo del catalán en estos momentos y ha trabajado para él tanto en la subida al puerto alicantino como en la bajadadel mismo. El corredor de Valls llega más fresco a esta Vuelta, toda vez que no ha competido en junio y julio con la descarga que ello supone para sus piernas. En su contra juegan dos factores que precisamente acreditan a Sastre como contendiente en la general: adolece de consistencia en los momentos decisivos (como ha demostrado hoy cediendo unos segundos insignificantes pero sintomáticos en meta ante el esprint de Rodríguez y Nibali) y aún está por ver su capacidad de afrontar a tope la tercera semana de una grande, cita que no ha disputado a tope en toda su carrera deportiva.
Otro equipo que deberá replantearse su táctica una vez transcurridas las primeras etapas de la Vuelta es Caisse d’Épargne. Hoy ha colocado cinco corredores en el grupo de favoritos. Los hombres de Eusebio Unzué son líderes en la clasificación por escuadras y cuenta en sus filas con cinco ciclistas capaces de entrar en el top20 de la general… pero ninguno para el top5, por más que ‘il asino’ Marzio Brusheghin se halle situado en el quinto lugar provisional. Para brillar en la gran ronda española y aspirar al rojo, no quedará sino echar mano de una táctica valiente como la del glorioso día de L’Aquila, movimiento audaz que les permitió aupar al segundo cajón del Giro de Italia a David Arroyo. Avala esto el hecho de que en esta Vuelta lo más parecido a un bloque sólido para controlar la carrera es un Katusha que ya ha gastado bastantes balas en estos primeros compases de carrera, por lo cual es relativamente asequible dar un vuelco táctico. Lo que parece claro es que, sólo con la regularidad de sus mejores ciclistas, la escuadra navarra no puede aspirar sino a acumular hombres en el top10.
El capítulo de decepciones se abre con Denis Menchov. El ruso de Rabobank llega a la Vuelta acomodado, con la temporada justificada por su podio en el Tour y su futuro asegurado por un contrato con el equipo Geox. No tiene necesidad de apretar, ni de buscar los puestos de honor; eso genera una distensión que en días como hoy le lleva a ceder más de dos minutos en una subida de apenas cinco kilómetros. Tampoco han estado en el lugar adecuado Ezequiel Mosquera y Frank Schleck; el de hoy no era el terreno ideal para el gallego, mientras que el luxemburgués sencillamente no acaba de cogerle el punto a esta Vuelta.
Haciendo un análisis rápido, la primera fila de entre los aspirantes al cajón más alto del podio de Madrid han quedado reducidos a una terna formada por Joaquín Rodríguez, Igor Antón y Vincenzo Nibali, separados entre sí por dos exiguos segundos. De ellos, Antón es el que más y mejor se ha mostrado, toda vez que ya lleva un triunfo parcial (Valdepeñas) en el zurrón. Rodríguez, por su parte, parece fuerte y capaz de todo, pero esta por ver si acusará los esfuerzos del Tour en la parte final de la carrera.
En cuanto a Nibali, lo ‘Squalo’ no acaba de lucir pero esta ahí. Siempre con los mejores, a rueda de los favoritos, entre los seis primeros en todas las etapas decisivas de lo que llevamos de Vuelta. No parece sencillo distanciarlo en montaña, donde se muestra sólido al estilo de los grandes campeones; mientras en contrarreloj es flagrantemente superior a la pléyade de escaladores españoles que pudiera acosarle de tomar el rojo en la crono de Peñafiel. El italiano es, ahora mismo, el rival a batir en una Vuelta que ha iniciado ilusionante y, sobre todo, bonita.
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