Geox se queda fuera del Tour de Francia 2011

La empresa ASO ha anunciado hoy la nómina de escuadras participantes en la próxima edición del Tour de Francia. En ella figuran, como es preceptivo por la actual normativa mundial del ciclismo, los dieciocho equipos ProTeam (de Primera División); junto a ellos, cuatro invitados: los franceses Cofidis, FDJ, Europcar y Saur-Sojasun. Un plantel en el cual brilla por su ausencia el conjunto de Denis Menchov y Carlos Sastre, Geox-TMC, que tampoco estará en París-Niza y Tirreno-Adriático, primeras citas importantes de la temporada ciclista.
La concesión por parte de ASO de sus cuatro ‘wild card’ a formaciones francesas es lógica y poco discutible si obviamos que llevaba implícito dejar fuera de la carrera a Geox. Cofidis es una estructura potente y combativa que pone salsa allá donde participa. FDJ acumula en su plantilla a importantes ciclistas franceses como Fédrigo o Casar a quienes no hubiera sido lógico dejar fuera. Europcar tiene cierto valor deportivo y está radicado en la región de Vendée, en la cual será la Grand Départ de la ronda francesa este 2011. Y Saur-Sojasun, por su parte, tiene un buen grupo de corredores (con la gran promesa gala Jérôme Coppel a la cabeza) y lleva años haciendo méritos ante ASO, que había contraído ya una deuda moral ante la escuadra y su patrocinador.
No cabe duda de que los cuatro equipos invitados han hecho méritos para estar en la salida del Tour de Francia 2011. El problema es la existencia de un quinto, con un valor deportivo quizá superior y damnificado por el reparto. El equipo Geox-TMC, antiguo Footon-Servetto, presenta este año un potencial muy superior al de temporadas anteriores gracias a incorporaciones de la calidad de Denis Menchov (tercero en el pasado Tour) ó Carlos Sastre (ganador de la ronda francesa en 2008). Con esos dos ciclistas como capitanes y un buen bloque tras ellos con ciclistas contrastados como Juanjo Cobo, David De la Fuente o David Blanco, y jóvenes como Rafa Valls, Fabio Duarte o Fabio Felline, Geox podría presentar un ‘nueve’ capaz de ser protagonista en cualquier prueba por etapas.
Las controversias (y consecuencias) de la no invitación de Geox
“No creo que haya más de cinco equipos en el mundo capaces de presentar un mejor bloque para una gran vuelta”, afirma Joxean Fernández ‘Matxin’, director de Geox, en declaraciones a Arueda.com. “No se ha valorado lo suficiente la calidad deportiva del equipo. Han mandado más otras cuestiones”. Preguntado por si siente que la escuadra está siendo perseguida por las altas instancias del ciclismo, el técnico vizcaíno contesta: “No. Simplemente no está siendo valorado como merece. Con esto, se está faltando al respeto a los corredores que forman parte de este proyecto”.
Los corredores. Otros damnificados. La reacción de los líderes del equipo no se ha hecho esperar. Carlos Sastre, a través de su servicio de prensa y Cyclingnews.com, ha declarado: “después de diez años en los que he podido asistir a la ronda gala, el no poder hacerlo en este 2011 es un palo. Es la decisión de ASO y no podemos hacer nada ante esto. Hay otras carreras: estaremos en el Giro, y también en la Vuelta”. Por su parte, Menchov ha sido “el primero en llamar” a Matxin para redefinir su calendario: a partir de ahora, no habrá otro horizonte para el ruso que la ‘corsa rosa’, el próximo 7 de mayo, en Turín.
Otra cara de la no invitación de Geox al próximo Tour es los rumores desatados en torno a la escuadra, cuyo turbulento invierno ha sido una constante fuente de noticias. Se apuntaba en los mentideros a una posible espantá de corredores y espónsors. Sastre sesgaba de cuajo los rumores en torno a su persona (“No tengo ninguna razón para dejar mi equipo”), mientras Matxin negaba cualquier asomo de intención por parte de Menchov de dejar el equipo. ¿Y los patrocinadores? “Acabo de salir de una reunión con todos ellos para acabar de definir el nuevo maillot”, revela el director vizcaíno. Se filtró que, sin Tour, Geox quizá retirara su apoyo a la escuadra. “A lo mejor fue un método de presión. No es lo que nos han transmitido en ningún momento a los miembros del equipo”.
La no inclusión en el plantel del Tour no ha sido la única noticia mala recibida hoy por Geox. La escuadra tampoco ha sido invitada a participar en París-Niza (también organizada por ASO) ni en Tirreno-Adriático (de RCS, empresa reponsable del Giro). Respecto a esta última carrera, Matxin comenta: “No creo que faltemos en la línea de salida. Sólo se han anunciado veinte escuadras; faltan dos plazas y espero que una sea para nosotros. Eso sí: habrá que esperar”.
En cualquier caso, el de hoy ha sido un día negro para Geox; un equipo que vive a trompicones, en una montaña rusa, desde aquel aciago día de julio en el cual Riccardo Ricco’ dio positivo. Un Ricco’ que, por cierto, sí estará presente en el Tour de Francia en las filas del conjunto Vacansoleil.
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Qué es un Top 10

¿Habéis oído alguna vez aquello de que las preguntas sobre la vida jamás tienen la misma respuesta cuando se les hace a personas distintas? Pues es así. Tal vez una cuestión científica sea unívoca, pero nunca lo es una cuestión vital. A raíz de eso, y como conclusión para la Vuelta a España, hoy la pregunta es… ¿qué ha significado para cada uno de los ciclistas que han acabado entre los diez primeros la gran ronda española ese puesto de honor?
1. Vincenzo Nibali (Liquigas) Lo Squalo ha sido el gran protagonista de las horas posteriores al podio de Madrid. Era lo de menos tras completar una Vuelta casi anónima, cediendo la responsabilidad al resto de contendientes por la general hasta que en Peña Cabarga se hizo con el liderato prácticamente por eliminación y con ello obtuvo algo de atención mediática. Entonces empezó lo difícil para él. En la contrarreloj de Peñafiel casi perdió la Vuelta donde a priori iba a ganarla; pudo respirar tranquilo cuando le birló doce segundos a Mosquera en Toledo y finalmente ganó resistiendo al gallego en la Bola del Mundo. Tras hacerse con la Roja, el primer gran triunfo de su carrera deportiva, Nibali se ha postulado como candidato a rivalizar con Contador y Andy Schleck en el próximo Tour. No le falta calidad y ha mostrado esta temporada tanto en Vuelta como en Giro una solidez notable. Esta por ver, sin embargo, que pueda aguantar en montaña a los mejores del mundo. De cualquier manera, el próximo julio tendrá a su servicio a una gran escuadra como Liquigas que se volcará por su causa. No se puede descartar nada en lo que respecta al rendimiento de la gran esperanza italiana.
2. Ezequiel Mosquera (Xacobeo) La baja de Igor Antón le convirtió en el portador de todo el cariño y las esperanzas del público español, y desde luego ha sabido manejarse en esos términos. Es un escalador puro de los de antes, aunque su candidatura seria a la victoria en la general la presentó en la crono de Peñafiel; luego, en la Bola del Mundo, su corajudo ataque robó el corazón a los aficionados, que ya le identifican con los Escartín, Heras… Ayer por la tarde, Ezequiel confirmó lo que se negaba a refrendar por respeto a su actual equipo y era un secreto a voces: ha fichado por Vacansoleil, donde seguramente se lleve a algún compañero suyo de Xacobeo. Gracias a sus prestaciones en esta Vuelta los holandeses han echado el resto por ficharle. En principio, la escuadra capitaneada por Dan Luijkx se asegura con su fichaje correr la gran ronda española; una cita que se une al Giro, más o menos plausible gracias al fichaje de Ricco’ (ya redimido, es una de las grandes figuras del pelotón italiano), y a la expectativa de acudir al Tour gracias a la calidad de su plantel. De cualquier manera, Mosquera conocerá la élite internacional a sus 34 años gracias a Vacansoleil y, sobre todo, a su trabajo en esta Vuelta.
3. Peter Velits (Columbia) El eslovaco llegaba a esta Vuelta rebotado: no contemplaba competir en la Vuelta a principios de año, pero una lesión en abril le hizo cambiar su calendario. Gracias a esto llegó, vio y triunfó obteniendo un cajón de podio con el cual ni siquiera soñaba en la apoteósica salida de Sevilla. Mostró regularidad, algo inesperado toda vez que, como él mismo reconocía, en las grandes vueltas “un día iba bien y al siguiente mal, siempre”. Tras esto cambia su mente: el mejor de los Velits no sólo puede aspirar a ser un gran clasicómano o un decente corredor de grandes vueltas. Puede ser un líder desde ya para un equipo sin demasiadas bazas para las carreras por etapas como HTC – Columbia. De su techo hablaremos cuando dispute un Tour a plena máquina pensando en la general; por lo pronto, no se avista.
4. Joaquín Rodríguez (Katusha) El escalador catalán llegaba a la Vuelta sin presión después de una dignísima campaña en marzo y abril y un Tour superlativo. Con los deberes hechos, pero también con ambición. ‘Purito’ aspiraba a colocarse como mejor ciclista del mundo y lo ha conseguido, tal y como atestigua el nuevo ránking UCI. Por el camino ha conseguido algo más intangible y, también, más glorioso: se ha situado en la memoria de los españoles gracias a su espíritu combativo y sus ansias de ir siempre a por algo más. Ha acabado fundido, de hecho ha tenido que renunciar al Mundial; pero también ha recibido un tremendo empujón moral que le hará afrontar la próxima temporada con la convicción de que, ya sí, es uno de los corredores más importantes del ciclismo internacional.
5. Frank Schleck (Saxo Bank) El luxemburgués no tenía nada que perder ni que ganar en esta Vuelta. Una actuación discreta no hubiera sido saludada con gestos de asombro, ya se sabe que los Schleck gustan de venir a España pero no precisamente por competición; una sobresaliente, en realidad, tampoco le hubiera supuesto un gran beneficio. Deja su equipo, ya tiene resuelto su futuro como jefe de filas en una estructura creada ad hoc para él y su hermano; no había, en definitiva, una gran motivación para Frank en esta Vuelta que no fuera la honrilla y el salvar un año por lo demás algo opaco. Eso se notó. Al final de la carrera, conforme se fue sintiendo mejor después de dos meses sin casi competir, el mayor de los Schleck sí se mostró más incisivo; antes se movió en la zona gris. Su quinto puesto final ha sido una recompensa a su regularidad y a una seriedad que, por desgracia, no tuvo su hermano.
6. Xavier Tondo (Cervélo) Es uno de los grandes triunfadores de la carrera, a la altura de Velits. El ciclista de Valls jamás había terminado una grande en toda su carrera, y esta Vuelta no sólo la ha concluido sino que ha estado con los mejores e incluso ido a más los últimos días. Ha hecho gala de una inteligente manera de correr que hasta ahora no había mostrado, sin duda aprendida de Carlos Sastre: se dejaba ir cuando demarraban los más fuertes y luego iba recuperando terreno conforme se sucedían los kilómetros de ascensión. Además se le vio fuerte en la crono de Peñafiel, lo cual hace que a partir de ahora sea un hombre a tener en cuenta en las próximas grandes rondas que dispute para luchar por la general. Esto lo han sabido ver los rectores del nuevo Movistar, que cuenta con el catalán como líder para las vueltas de tres semanas de la próxima campaña.
7. Nicolas Roche (AG2R) Como Velits y Tondo, al irlandés este top10 en la Vuelta le sirve para autoafirmarse como futuro corredor de generales. No cabe duda de que es una de las mayores promesas en esta especialidad, siendo que muestra una solidez impepinable en las llegadas en alto y ‘punch’ para las subidas cortas, lo que le habilita para luchar por las clásicas de las Árdenas. Su problema puede ser la contrarreloj, terreno donde se deja más tiempo del deseable. No parece un ganador, pero sí un digno contrincante por el podio de las vueltas de tres semanas de esta década.
8. Carlos Sastre (Cervélo) Qué signfica para él esta Vuelta lo ha dejado claro en su última nota de prensa: el cierre del proyecto Cervélo. Le costó los mejores años de su carrera deportiva alumbrarlo, y lo aparca con un deje de decepción. La época dorada del abulense ya pasó; esta temporada, maratoniana para él una vez que ha hecho las tres grandes vueltas, ha acusado notablemente la pérdida de chispa propia de la edad. La próxima campaña, en el equipo Geox, tendrá la oportunidad de darse un último día de gloria antes de proceder a una digna retirada y subirse a un coche de equipo. En su debe en esta Vuelta: prácticamente no ayudó a su compañero Xavi Tondo, claramente en mejor estado de forma que él.
9. Tom Danielson (Garmin) No se le ha dedicado una línea en las crónicas, y eso es muy sintomático para el ciclista americano. Por un lado, es señal de que siendo regular, sin estridencias, uno se puede encaramar a posiciones de privilegio en una gran ronda. Por otro, es señal de que un corredor como él, simplemente, no engancha. Lleva tres top10 en la Vuelta a España en su carrera deportiva y, sin embargo, nadie parece recordárselos. A sus 32 años quizá no sea tarde para reciclarse en un buen gregario… o a lo mejor prefiere seguir engrosando su palmarés de vueltómano de segunda fila.
10. Luis León Sánchez (Caisse d’Épargne) El murciano cerró. Cerró el top10, cerró la historia de Caisse d’Épargne en las grandes vueltas y cerró su ciclo en el equipo bancario. Llegó a la Vuelta sin responsabilidad, pensando en triunfos parciales y en preparar el Mundial, y tuvo que tomar galones cuando ninguno de sus compañeros fue capaz de dar mejores prestaciones que él en la general. Al final forzó la máquina más de lo deseable para apuntarse su primer puesto entre los diez primeros en una gran vuelta, el camino por el que le ha llevado Eusebio Unzué estos años. Sin embargo, no parece que sea el ideal para él. Veremos qué opinan en su próximo equipo, Rabobank.

Las claves del nuevo Garmin – Cervélo

El ciclismo es el deporte endémico por excelencia. Lo que pasa en su alto nivel sin ser visto como algo extraordinario ocurre muy raramente en el resto del deporte profesional, llámese fútbol, baloncesto o motociclismo. Es lo que sucede, por ejemplo, con las fusiones de equipos.
Cada año hay rumores de posibles fusiones dentro del pelotón. Estructuras que andan cortas de dinero pueden unir fuerzas, siempre que sus condiciones económicas y administrativas se lo permitan, para continuar en las carreteras una temporada más o incluso formar un proyecto estable a corto plazo. Fue el caso este abril del modesto Heraklion – Kastro – Murcia, que juntó a la estructura de Contentpolis (con Francisco Mancebo en sus filas) con el modesto Heraklion griego, formado por pistards del país heleno. El experimento, exitoso, parece llamado a tener continuidad en el futuro.
Históricamente, a un nivel muy superior, son paradigmáticas las fusiones que acabaron construyendo el gigantesco Mapei de finales de los 90 (primero con CLAS, luego con GB-MG), un equipo que aún hoy sobrevive como Quick Step. Hace relativamente poco, el conjunto Saeco juntó su estructura con la de Lampre para dar lugar al conjunto homónimo liderado esta temporada por Damiano Cunego. También Domo, formación belga de nivel medio-alto, unió sus destinos con el histórico Lotto en 2002 para sentar las bases del actual Omega Pharma-Lotto.

La marcha de la supuesta fusión
Es por ello que, cuando los rumores sobre una posible fusión entre Garmin y Cervélo arreciaron, basándose en la falta de liquidez del equipo sustentado por la marca de bicicletas suiza, nadie se sorprendió. Todo pareció encaminarse cuando se anunció que el conjunto Garmin cerraba una “exitosa relación” de cuatro años con su suministradora de máquinas Felt para pasar a usar las fabricadas por Gerard Vroomen y Phil White.
“Se ha presentado una ocasión de dar un salto más rápido de lo previsto. Todo encajaba, no teníamos mucha gente bajo contrato para el año que viene, y era posible realizar la fusión”, respondía sonriendo el director de Garmin-Transitions Johnny Weltz a preguntas de Arueda durante las primeras etapas de la Vuelta a España. La fusión parecía un hecho. Como parte de ella llegaban en principio Roger Hammond, Heinrich Haussler, Thor Hushovd y Andreas Klier; más adelante se confirmarían las llegadas de Daniel Lloyd, Gabriel Rasch (amigo íntimo de Hushovd) y Brett Lancaster, iniciador del rumor de fusión al anunciar en su twitter que iba a empezar a “buscar casa en Girona”, centro de operaciones del equipo Garmin.

Una maniobra para no asumir las obligaciones de Cervélo
Las principales fuentes de información del mundillo ciclista hablaban de fusión, medios afines a la escuadra de Jonathan Vaughters también lo hacían. Incluso Johnny Weltz admitía hablar de fusión. Sin embargo, no se podía hablar de fusión propiamente dicha. Una fuente cercana a la negociación nos lo aclaraba: no había fusión mercantil, la empresa Cycling United Racing AG (razón social del conjunto Cervélo) cesaba su existencia y Slipstream Sports (Garmin) tomaba el patrocinio de la marca Cervélo y, si tenía interés por ello, intentaría fichar a corredores del próximamente difunto equipo suizo.
El por qué de este proceder, en lugar de juntar ambas sociedades en una sola creada ‘ad hoc’ o de que una absorbiera a otra, responde a motivos económicos. Hubiera supuesto a Garmin asumir los contratos de un total de doce ciclistas de Cervélo, cuya relación con Cycling United se extendía hasta diciembre de 2011; de esta manera, Slipstream Sports (y en definitiva el futuro Garmin – Cervélo) se lava las manos con respecto de esos doce corredores. A estos solo les queda esperar que les hagan un hueco en el nuevo bloque o denunciar a la estructura ante la UCI por incumplimiento de contrato, lo que daría lugar a la ejecución de los avales depositados ante la UCI por el equipo al inicio de temporada y a que el ciclista cobrara tres meses del año que no correrá en Cervélo, quedando eso sí libre para comprometerse con otra formación para 2011. En definitiva, se lleva a cabo una triquiñuela legal para evitar doce contratos económicamente indeseables.
¿Cuál es el futuro para todos los corredores que quedan libres de Cervélo? Aparte de los ya mencionados incorporados al futuro Garmin, el esprinter Theo Bos se ha comprometido con Rabobank. El potente Ignatas Konovalovas y el escalador Xavi Tondo, actual tercer clasificado de la Vuelta a España, han firmado con Movistar, equipo con el que se relaciona al vallisoletano Oscar Pujol. Por su parte Carlos Sastre, uno de los alma máter de Cervélo, fue el primero en cerrar su futuro uniendo sus destinos con Geox; siguió sus pasos el joven suizo Marcel Wyss y podrían hacer lo propio el director Álex Sans y el veterano Iñigo Cuesta, corredor que el director de Geox Joxean Fernández ‘Matxin’ ya reconoció en Arueda estar dispuesto a contratar. El resto de corredores aún libres son igualmente interesantes para cualquier escuadra ProTour; Cervélo era uno de los conjuntos de mayor nivel medio, como ejemplifican el catalán Xavi Florencio, Philip Deignan (relacionado con AG2R) o Stefan Denifl. En cuanto al staff, se da por hecho que parte de él podría incorporarse al Garmin – Cervélo femenino o quedarse en el masculino, que al ver aumentada su plantilla necesitará refuerzos en la parte técnica.

El gran potencial del Garmin – Cervélo
Y es que Garmin – Cervélo aumentará considerablemente su plantilla en cantidad y calidad con este movimiento. A los siete ciclistas ya citados procedentes de Cervélo se unirán en el plano de incorporaciones Christophe Le Mével de la Française des Jeux y el prometedor vueltómano yanqui Andrew Talansky. Pero es que la lista de fichajes de Cervélo podría ampliarse; Jonathan Vaughters aseguró en declaraciones a VeloNation que “llegaremos al máximo, a los treinta ciclistas en plantilla”, mientras que hay rumores de que el propio Vaughters está intentando liquidar contratos de algunos corredores de la base americana de la escuadra que no han acabado de colmar las expectativas para hacer hueco.
Todo para mejorar el nivel medio de un bloque que, en ese aspecto, ha dejado mucho que desear. Muestra de ello son las alineaciones de Garmin en las grandes vueltas de 2010: cuatro corredores (Julian Dean, Christian Vandevelde, Tyler Farrar y David Millar) han tomado la salida en las tres. “La base del equipo”, asiente Johnny Weltz, que sin embargo puntualiza: “Querían repetir en las cuatro grandes vueltas. Tenemos otros corredores más apropiados para las clásicas, mientras estos cuatro no llegan cascados y les viene bien correr las grandes”. Unos argumentos algo débiles para excusar lo que parece una impepinable demostración de falta de talento en la plantilla de Garmin para esta temporada.
El próximo año, en cambio, las cosas cambiarán. El propio Weltz lo deja claro: “Llega un paquete de corredores de clase mundial. El resultado será un bloque muy sólido”. Quizá en las grandes vueltas la vida siga igual, puesto que aparte de Le Mével ninguna incorporación se hará sentir inmediatamente en este tipo de pruebas. Sin embargo, en clásicas el potencial de la formación sí ganará enteros. “Ya no tendremos que poner todos los huevos en la misma cesta. Como sucede con Quick Step, tendremos muchas bazas que jugar”. Realmente, en las clásicas de pavés, el bloque formado por los recién llegados Hushovd, Haussler, Klier y Hammond sumados a hombres como Van Summeren, Maaskant, Millar o Farrar que ya este año se encontraban en las fials de Garmin será de respetar o incluso de temer. Un auténtico rival para el Quick Step que refería Weltz.
Todas estas son las claves del refuerzo realizado por Cervélo al conjunto Garmin, que dará lugar a una nueva super estructura que se suma a la de Sky, Katusha, Movistar o HTC – Columbia en el panorama del ciclismo mundial. La escuadra capitaneada por Jonathan Vaughters está destinada a ser protagonista en las clásicas y estar muy presente en las grandes vueltas, lo cual es sin duda una gran noticia e incluso un aliciente de cara al año que viene. El pero, sin embargo, viene por cómo para posibilitar esto se ha liquidado a un equipo que parecía tener un gran recorrido, que ha costado muchos desvelos… y que podría dejar a una docena de ciclistas con el futuro aparentemente resuelto hace menos de un mes en la calle, sin derecho siquiera a cobrar íntegros sus contratos gracias a una triquiñuela legal. Eso no fue lo que se filtró en los medios de comunicación al principio de las negociaciones.

Tras Xorret, Nibali es el rival a batir

La llegada a Xorret de Catí va camino de convertirse no ya en un seguro de éxito, sino en un clásico para la Vuelta a España. Su estrecha carretera y empinada pendiente siempre deparan imágenes espectaculares; su labor de rompehielos, siendo casi siempre la cima alicantina una de las primeras etapas en marcar diferencias en la general, le confiere un cariz atractivo de prueba de fuego para los implicados en la lucha por el maillot de líder. Con ello permite análisis y emana sensaciones útiles para aventurar el posible devenir de la Vuelta.
Precisamente en torno al maillot rojo que distingue al número uno de la general se ha desatado la única polémica de la jornada. Joaquín Rodríguez e Igor Antón se pasaron el día entero pugnando por el liderato de la carrera ante la segura caída a puestos traseros de Gilbert en la subida a Xorret. Empatados a tiempo catalán y vizcaíno, el corredor de Euskaltel se hacía con el codiciado rojo por puestómetro (suma de los puestos obtenidos por ambos corredores en la meta de las etapas disputadas) de llegar ambos juntos a meta.

Así, Rodríguez pasó el día entero buscando ese segundo que le permitiera adelantar al de Galdakano. Se metió en la lucha por el esprint especial de Onil, donde consiguió ser tercero y con ello un segundo menos para la general; pero una caída previa a la disputa de la bonificación hizo que los jueces decidieran anularla. Purito, incansable, luchó a brazo partido en Xorret de Catí por distanciar a Antón. Le resultó imposible, así que llegado el momento decidió jugarse la carta de esprintar en la meta, situada dos kilómetros después de la cima, e intentar picar tiempo. Pareció conseguirlo, Antón perdía rueda respecto de Nibali y él; pero en los últimos metros el italiano se dejó ir, hizo función de puente y evitó que Purito tomara ese segundo que le colocaría como líder.
En un primer momento, sin embargo, los jueces estimaron que sí había habido esa distancia y llamaron a Joaquín Rodríguez al podio. Cuando repararon en su error y estimaron que era Antón el nuevo portador del maillot rojo, el rebote de Joaquín Rodríguez fue curioso según reporta José Andrés Ezquerro (AS) en su Twitter. La pregunta es si merece la pena el rebote, toda vez que ahora tocan dos etapas de terreno quebrado, lo que significa desgaste para el equipo de líder. Un tributo a pagar elevado teniendo en cuenta que ser primero en la general a estas alturas de la prueba es algo circunstancial. Da lo mismo ser segundo, tercero o…
Cuarto. Cuarto en la general es Xavi Tondo, catalán del conjunto Cervélo que parece haber intercambiado roles con su a priori líder Carlos Sastre. En el transcurso de la etapa de hoy, el conjunto dirigido por Álex Sans ha portado el peso de la carrera a partir del Puerto de la Carrasqueta. En principio parecía un trabajo destinado a dinamitar el pelotón y minar a los rivales de un Sastre que necesitaba recortar los dos minutos de desventaja con que contaba en la general. Luego, en Xorret, el abulense se puso en cabeza a seleccionar definitivamente el grupo de favoritos y se vio claro que el principal beneficiario de la labor realizada durante la etapa no era el abulense sino Tondo.

Parece ser que Sastre ha admitido estar un peldaño por debajo del catalán en estos momentos y ha trabajado para él tanto en la subida al puerto alicantino como en la bajadadel mismo. El corredor de Valls llega más fresco a esta Vuelta, toda vez que no ha competido en junio y julio con la descarga que ello supone para sus piernas. En su contra juegan dos factores que precisamente acreditan a Sastre como contendiente en la general: adolece de consistencia en los momentos decisivos (como ha demostrado hoy cediendo unos segundos insignificantes pero sintomáticos en meta ante el esprint de Rodríguez y Nibali) y aún está por ver su capacidad de afrontar a tope la tercera semana de una grande, cita que no ha disputado a tope en toda su carrera deportiva.
Otro equipo que deberá replantearse su táctica una vez transcurridas las primeras etapas de la Vuelta es Caisse d’Épargne. Hoy ha colocado cinco corredores en el grupo de favoritos. Los hombres de Eusebio Unzué son líderes en la clasificación por escuadras y cuenta en sus filas con cinco ciclistas capaces de entrar en el top20 de la general… pero ninguno para el top5, por más que ‘il asino’ Marzio Brusheghin se halle situado en el quinto lugar provisional. Para brillar en la gran ronda española y aspirar al rojo, no quedará sino echar mano de una táctica valiente como la del glorioso día de L’Aquila, movimiento audaz que les permitió aupar al segundo cajón del Giro de Italia a David Arroyo. Avala esto el hecho de que en esta Vuelta lo más parecido a un bloque sólido para controlar la carrera es un Katusha que ya ha gastado bastantes balas en estos primeros compases de carrera, por lo cual es relativamente asequible dar un vuelco táctico. Lo que parece claro es que, sólo con la regularidad de sus mejores ciclistas, la escuadra navarra no puede aspirar sino a acumular hombres en el top10.
El capítulo de decepciones se abre con Denis Menchov. El ruso de Rabobank llega a la Vuelta acomodado, con la temporada justificada por su podio en el Tour y su futuro asegurado por un contrato con el equipo Geox. No tiene necesidad de apretar, ni de buscar los puestos de honor; eso genera una distensión que en días como hoy le lleva a ceder más de dos minutos en una subida de apenas cinco kilómetros. Tampoco han estado en el lugar adecuado Ezequiel Mosquera y Frank Schleck; el de hoy no era el terreno ideal para el gallego, mientras que el luxemburgués sencillamente no acaba de cogerle el punto a esta Vuelta.
Haciendo un análisis rápido, la primera fila de entre los aspirantes al cajón más alto del podio de Madrid han quedado reducidos a una terna formada por Joaquín Rodríguez, Igor Antón y Vincenzo Nibali, separados entre sí por dos exiguos segundos. De ellos, Antón es el que más y mejor se ha mostrado, toda vez que ya lleva un triunfo parcial (Valdepeñas) en el zurrón. Rodríguez, por su parte, parece fuerte y capaz de todo, pero esta por ver si acusará los esfuerzos del Tour en la parte final de la carrera.
En cuanto a Nibali, lo ‘Squalo’ no acaba de lucir pero esta ahí. Siempre con los mejores, a rueda de los favoritos, entre los seis primeros en todas las etapas decisivas de lo que llevamos de Vuelta. No parece sencillo distanciarlo en montaña, donde se muestra sólido al estilo de los grandes campeones; mientras en contrarreloj es flagrantemente superior a la pléyade de escaladores españoles que pudiera acosarle de tomar el rojo en la crono de Peñafiel. El italiano es, ahora mismo, el rival a batir en una Vuelta que ha iniciado ilusionante y, sobre todo, bonita.

Matxin y la montaña rusa del ciclismo

2 de Septiembre, Arueda.com

El ciclismo es un deporte que se ama o se odia, entretiene o hastía. Todos aquellos que están dentro del mundillo tienen de alguna manera cierto cariño por la competición o por la bicicleta, pero los hay que pedalean todos los días del año y luego no miran una sola carrera cuando están sentados en el sofá.
No es el caso de Joxean Fernández ‘Matxin’ (1970, Basauri). Él es un auténtico enamorado de todo lo que tenga que ver con el deporte de las dos ruedas, los pedales y la épica. “Antes de venir a la Vuelta”, comenta, “estuve viendo un par de carreras de juveniles y otra de amateurs que había por mi zona. Pienso que debería pagar por este trabajo, me dedico a mi pasión”. Ciclista frustrado, el actual director deportivo del conjunto Footon se sentó por primera vez al volante como técnico en la formación amateur Gas Euskadi en 1993. Debutó en profesionales en 2001, cuando ejerció en el GS3 de Mapei; luego se involucró en el Saunier Duval sub23 y el Vini Caldirola italiano.
En 2004 unió sus destinos con el ex corredor Mauro Gianetti, junto al cual fundó la estructura GM Bikes y por ende el equipo Saunier Duval. Con la compañía del suizo ha vivido y sufrido una convulsa historia, donde los años triunfales se alternaban con otros auténticamente bajo mínimos. Este constante sobresalto se acabará con la llegada de Geox, que asumirá el prespuesto de la estructura y la dotará de un período de estabilidad que se antoja largo. “Es la montaña rusa del ciclismo”, remata Matxin.

¿Qué esperáis en Footon de esta Vuelta a España?
Ser peleones, meternos en fugas y luchar por victorias a partir de ellas. Hay que ser honestos y realistas, en un mano a mano no tenemos equipo para pelear con los grandes
Por lo pronto habéis empezado con varios contratiempos como el fuera de control de Arkaitz Durán en la primera etapa y la baja de Rafael Valls antes incluso de iniciar la carrera
Realmente, sin querer despreciar a unos u otros, nuestras opciones en las etapas de montaña pasaban por Valls y Durán. Arkaitz de hecho estaba y está muy bien de forma, pero no pudo completar la primera etapa dentro del control por circunstancias [sufrió una lipotimia y problemas gastrointestinales]. Valls, por su parte, tiene un principio de mononucleosis. Honestamente, ni Benítez ni Cheula pueden estar con los mejores. Así que el equipo debe buscar las fugas. Es una pena, hay veces que llego con cuatro ciclistas a tope y no sé a quién poner de líder y en esta Vuelta los dos que llevábamos los hemos perdido. Ahora el resto de corredores del equipo deben aprovechar, adquirir su protagonismo, porque rara vez van a tener la oportunidad de estar una gran vuelta sin tener que trabajar para nadie salvo para ellos mismos.
Con los actuales mimbres, ¿es Manuel Cardoso la mejor posibilidad para conseguir una victoria en esta Vuelta?
Sí. Manuel Cardoso es quien más opciones tiene de ganar en una ‘volata’, mientras que el resto de opciones pasan por buscar una fuga.
Entrando ya en el tema fichajes, precisamente Cardoso ha sido uno de los primeros movimientos confirmados en vuestro equipo al firmar por RadioShack para 2011
Ha sido un tanto extraño. Él ha hablado conmigo y me ha explicado que su amistad con Azevedo y Paulinho [director deportivo y corredor de la escuadra americana] ha pesado bastante. No tiene demasiado sentido pensando en otros factores, ha firmado por un año mientras aquí le ofrecíamos dos o tres. Ha sido un poco por amistad personal, pero me hubiera gustado que le hubieran cogido el año pasado si tanta amistad tenían…
De cualquier manera y de cara a 2011, el futuro no podría ser mejor con la entrada de Geox como patrocinador del equipo
Hemos pasado años complicados y habrá que disfrutar de los buenos. Hemos tenido años para todos los gustos, es la montaña rusa del ciclismo para corredores, técnicos y todos en general. Sólo queda ser constantes y luchar por lo que uno quiere. Nosotros no tenemos nada que esconder ni lo hemos tenido nunca y el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio, a unos más abajo y otros más arriba.
Con la llegada de Menchov y Sastre, ¿se anuncia un cambio de mentalidad?
Hombre, lo que más cambia es el presupuesto [ríe] La mentalidad la teníamos ya asumida, pero cuando no tienes dinero para contratar grandes figuras debes coger a los corredores que pueden rechazar los grandes equipos o que necesitan una oportunidad sin reclamar un contrato demasiado alto.
En ese sentido este año habéis tenido mucho acierto. El caso paradigmático es el de David Gutiérrez Gutiérrez: gente que no había tenido una oportunidad en la élite pero acreditaba un buen nivel…
Sí, es lo que me preocupa de tener ahora un año tan bueno: nos exigen tener corredores importantes y no podremos contar con otros que eran al fin y al cabo un trabajo de cara al futuro a los que se les puede cortar la progresión. En parte me da un poquito de pena, por eso estoy trabajando en crear un equipo continental para estos corredores de proyección, algo similar a lo que hicimos en su día con Grupo Nicolás Mateos.
¿De cara al año que viene?
De cualquier manera, la apuesta por los jóvenes va a continuar en Geox de cara al año que viene con los fichajes de Ratto, Kump, Duarte…
Y también Pelucchi, más los que van a continuar de este año como Brandle, gente que ha funcionado. Nos gustaría seguir con todos ellos y con otros que no podrían continuar en Geox. Por ejemplo, Johnnie Walker se ha adaptado muy bien al ProTour y ahora mismo no sé si podrá seguir en 2011; sucede lo mismo con David Gutiérrez… Depende de todos los corredores importantes con quienes se está hablando. No vamos a ocultar que limitan mucho en ese sentido casos como los de Menchov, que viene con dos corredores aparejados que hay que contratar como parte de su fichaje
¿Carlos Sastre traerá también ciclistas de su confianza a Geox? ¿Novoa, Pujol, Cuesta…?
No lo sé, esa es una conversación que ha tenido con Gianetti y desconozco la situación. Yo sí contrataría con los ojos cerrados a Iñigo Cuesta, pese a que tenga 41 años. Yo creo mucho en los jóvenes e Iñigo les ayudaría un montón, les da tranquilidad, conocimiento, sabe educarles. Además es un gran veterano que puede hacer entre los veinte primeros donde se proponga. Da seguridad para los jóvenes, seguridad para los mayores y seguridad deportiva.
Uno de los rumores más insistentes en torno a Geox es la llegada de Sergio Pardilla. ¿Qué hay de este tema?
Yo he luchado para que esté aquí, pero ahora mismo no hay posibilidades. Él ha preferido escoger otra línea, yo llevaba tres años tras él y por circunstancias nunca ha podido llegar. Siempre ha sido un gran corredor, desde el nivelazo que dio en el Circuito Montañés en su segundo año de amateur; para mí no será ninguna sorpresa que destaque el año que viene donde vaya.

Como curiosidad, el único lado positivo de la baja de Rafa Valls en esta Vuelta podría ser la entrada de Johnnie Walker en el equipo… El australiano ha sido un auténtico terremoto mediático para Footon
Sí, sabíamos desde el principio que iba a dar que hablar. Siempre es bueno que se hable de uno bien, mal siempre lo van a hacer… Además, para Valls creo que puede venir bien no correr en esta Vuelta; hacer dos grandes vueltas completas para un corredor de 23 años quizá fuera excesivo.

El amanecer de la Vuelta

Después de varios años de cambio gradual, la Vuelta a España vuelve a suscitar gran interés dentro del mundo del ciclismo e incluso para el gran público.
A mediados de la década pasada, la Vuelta a España tocó fondo. La carrera no sólo estaba instalada en la más profunda endogamia (en la edición de 2004, sólo dos de los veinticinco primeros de la general final no eran españoles), sino que también acusaba graves problemas de dopaje como los que llevaron a la descalificación de Roberto Heras en 2005 habiendo sido ganador de la carrera y unos recorridos que no ayudaban al espectáculo deportivo. El resultado era el desinterés. Pudiera ser culpa de la tesitura general de un ciclismo que vivía a la sombra de Lance Armstrong, siendo todos los eventos que no contaban con el tejano una especie de segundos platos. Pero también sucedía que la gran ronda española, en pleno declive de los Franco y Sáenz de Trápaga y con Cordero ejerciendo de director general, no llegaba a proponer novedades llamativas, ni acciones para aumentar su prestigio. Estaba sumida en un círculo vicioso de mediocridad.
Tras la anodina edición de 2007, donde el aplastante dominio de Menchov se cimentó en un recorrido desastroso cuya clímax llegó en una crono en la autovía de Zaragoza, Unipublic (organizadora de la Vuelta) cambió de manos y pasó a ser propiedad del Grupo Antena 3 y, más adelante, ASO (propietaria del Tour de Francia).
Tres años después, por fortuna, la suerte de la prueba ha cambiado su signo poco a poco. La participación de las últimas ediciones ha tenido poco que ver con la de las precedentes, a veces por sucesos puntuales como sucediera con Contador y Valverde en sus respectivas Vueltas victoriosas. El recorrido, por su parte, también ha mejorado sensiblemente; se tienden a las emboscadas, a la distribución adecuada de la dureza para no dejar ristras de etapas a mitad o final de la carrera huérfanas de aliciente. Se podría decir que las últimas ediciones han sido el amanecer de la Vuelta, las del retorno de la ronda española al primer plano del ciclismo mundial y el panorama mediático nacional.
Un recorrido condicionado por la televisión
Entrando ya a la materia deportiva, la realidad es que el recorrido de la Vuelta 2010 es mejorable. Falta contrarreloj y dureza en la parte media de las etapas para castigar las piernas de los ciclistas, y eso es algo que quizá se haya visto condicionado por las retransmisiones televisivas. En primer lugar, las cronos no suelen ser plato de buen gusto para el público, que prefiere ver una carrera entre varios corredores antes que una lucha por el mejor tiempo. Y, en segundo, la cicatería mutua del Grupo Antena 3 y RTVE ha llevado a que la televisión pública recorte los medios destinados a la Vuelta (este año Carlos de Andrés y Perico Delgado retransmitirán desde el estudio) y conecte a partir de las cuatro de la tarde con la carrera, una circunstancia que aconseja a Unipublic que las cosas sucedan en la parte final de las etapas.
Las etapas montañosas de la gran ronda española este año, pues, tienden a concentrar sus puntos candentes en su parte final. Se tiende al unipuertismo, con jornadas que acaban directamente en alto sin ninguna dificultad previa reseñable. Es el caso de las llegadas de Pal (11ª etapa), Lagos de Covadonga (15ª) o el novedoso Peña Cabarga (14ª), que se afronta por primera vez en la Vuelta y promete emoción. Distintos serán los parciales de los también inéditos Cotobello (16ª) y Bola del Mundo (20ª), que tendrán antes pasos por San Lorenzo y Cobertoria en el caso de la cima asturiana y por Navacerrada (puerto matriz de la Bola) en el caso de la madrileña. La disciplina de la contrarreloj quedará liquidada con una CRE nocturna de 13km el primer día en Sevilla y una CRI de 46 km en Peñafiel a cuatro días del final. Poco…
De cualquier manera, hay muchas otras etapas interesantes en el recorrido de esta Vuelta, con emboscadas clásicas como la Cresta de Gallo (6ª etapa), Xorret de Catí (8ª) o Toledo (19ª) y otras novedosas como el puerto del León (3ª etapa), Valdepeñas (4ª), Alcoy (9ª) o, sobre todo, el Rat Penat de la décima etapa. Este santuario cicloturista, el Murciélago en catalán, es un puerto de primera categoría de unos cinco kilómetros, casi el 10% de pendiente y picos del 23% que los ciclistas deberán franquear camino de Vilanova i la Geltrú. Aunque se corona a unos treinta kilómetros de meta, después habrá un terreno incómodo que hará complicado que el pelotón vuelva a compactarse.
La participación nacional, buena aunque falten los mejores
Por lo que respecta al plantel de corredores presente en la salida de Sevilla, será muy bueno aunque estará algo opacado por la ausencia de las grandes estrellas nacionales Alejandro Valverde (vigente campeón, sancionado por dopaje), Samuel Sánchez y Alberto Contador. El caso de los dos últimos es llamativo, por cuanto han dado carpetazo a su temporada con sólo 58 y 51 días de competición respectivamente. La media en los ciclistas ProTour suele andar en torno a los 70, lo cual evidencia un cierto desinterés de asturiano y madrileño por la gran ronda española.
Sí estarán, en cambio, los otros cuatro estandartes que tiene en este momento el ciclismo nacional: Joaquín Rodríguez, Carlos Sastre, Luis León Sánchez y Óscar Freire. Los dos últimos han anunciado que correrán para preparar el Mundial, luchar por etapas y ayudar sus compañeros; Rodríguez y Sastre, en cambio, si vienen buscando algo más. El catalán de Katusha quiere confirmar que lo del Tour no fue flor de un día y codearse de nuevo con la élite en la clasificación general. El abulense, por su parte, llega a la Vuelta deseoso de revancha tras un Tour no demasiado satisfactorio ni en la carretera ni en el hotel; aquí estará acompañado por su guardia pretoriana (Florencio, Pujol, Cuesta, el outsider Tondo) y aspira al máximo posible.
En cuanto a los otros españoles en liza por la general, cabe destacar al dúo presentado por Euskaltel: Beñat Intxausti e Igor Antón. Si bien ambos llegan en buena forma y tienen cualidades similares, Igor Galdeano ha aclarado que el zornotzarra estará supeditado a Antón, que buscará consumar en 2010 lo que apuntó en 2008, cuando una caída le impidió estar en el podio de una Vuelta donde parecía el más fuerte en montaña. Caisse d’Épargne, por su parte, llega con la tranquilidad de su acuerdo de patrocinio con Movistar y varias apuestas posibles para luchar por el podio. Rubén Plaza realizó un gran Tour y ya fue quinto en la gran ronda española; David Arroyo, segundo en el Giro, está fresco y bien preparado pero ha confesado que la falta de dureza del recorrido no le viene bien. Y luego están el italiano Brusheghin, antiguo seguro de vida que lleva una mala racha, y el colombiano Urán, este año algo por debajo de sus expectativas pero excelente escalador y contrarrelojista.
El resto de opciones nacionales para la general de la Vuelta pasan mayormente por el ciclista de Xacobeo Ezequiel Mosquera, que llega en buena forma y espera asaltar de una vez el podio o, al menos, conseguir una victoria de etapa. Andalucía – Cajasur, por su parte, espera colar a Javi Moreno o Gómez Marchante en el ‘top ten’.
Varios extranjeros en disposición de llevarse el maillot rojo
Si buena es la participación nacional, no lo es menos la foránea. A los habituales esprinters y clasicómanos preparando el Mundial (Farrar, Petacchi, Cavendish, Bennati, Hushovd, Cancellara, Gilbert) se han sumado en esta edición de la Vuelta varios candidatos serios por la victoria de la general. Ya han pasado esos tiempos donde los corredores extranjeros miraban la Vuelta de reojo…
El primer foráneo a tener en cuenta es, por derecho propio, Denis Menchov. El corredor de Rabobank siempre ha tenido un especial cariño por la ronda española, la ha disputado varias veces y tiene dos en su palmarés (2005 por descalificación de Heras y 2007). Su fortaleza radica en su enorme solidez, mostrada este mismo verano con su podio en el Tour; su hándicap, que no tendrá presión al haber justificado ya esta temporada y asegurado la siguiente y eso puede generar dentro del ruso una relajación contraproducente.
Otro gran candidato será Vincenzo Nibali. ‘Lo Squalo’ es en este momento el mejor vueltómano de Italia. Se colocó tercero en el pasado Giro a pesar de no haberlo preparado y ser incluido a última hora por los problemas de Franco Pellizotti con el pasaporte biológico. Llega, además, en una gran condición física como refrendó en las semiclásicas italianas de agosto. A su lado tendrá al siempre potente equipo Liquigas, con un enorme bloque de gregarios encabezado por el checo Roman Kreuziger.
La terna de grandes favoritos extranjeros para la obtención del maillot rojo se cierra con Frank Schleck. El mayor de los hermanos luxemburgueses buscará resarcirse en carreteras españolas de lo acaecido este julio en las francesas, cuando una caída en el pavé le apartó de un Tour al que llegaba en plenitud de condiciones. En principio, vendrá a esta Vuelta para implicarse, al contrario de lo que sucediera con su hermano Andy y él el año pasado, cuando su presencia fue testimonial. El propio Andy tomará también la salida en Sevilla, pero parece que se limitará a apoyar a su hermano, prescindiendo de cualquier objetivo individual.
La lista de foráneos que podrían pelear por la general se completa con Andrei Kasheckin, kazajo enrolado en Lampre que fuera tercero en la Vuelta de 2006 antes de ser sancionado por dopaje; Vladimir Karpets, ruso de Katusha que cada vez parece más desengañado respecto de las vueltas de tres semanas y decidido a centrarse en las de una; el ex biker Jean Christophe Peraud, que se perdió el Tour por una infección y viene a por todas a la Vuelta; más el sueco Lövkist, el irlandés Roche y el francés Moncoutié para los triunfos parciales. Como posible sorpresa, mencionar al kazajo de Astaná Andrei Zeits, joven de gran talento que ya fuera 34º en el Giro de su debut (2009) con sólo 22 años y llega a la gran ronda española con el encargo de mostrarse en el alto nivel.
Ése es el planteamiento de una Vuelta ilusionante, esperada y que podría dar un gran espectáculo siguiendo la corriente de una temporada donde el ciclismo está volviendo a ser grande y deparar grandes y polémicas competiciones. La Vuelta 2010, aunque empezará de noche, podría representar un amanecer para el ciclismo español y mundial.

Geox reinventa a Footon para la élite mundial

No hay años tranquilos en la estructura de Joxean Fernández ‘Matxin’ y Mauro Gianetti GM Bikes, antiguo Saunier Duval y actual Footon-Servetto. Cada temporada tiene un algo que la hace distinta para mal o para bien: el gran éxito del inicial 2004, la racha de segundos puestos del siguiente período, el práctico dominio del Giro con Simoni, Ricco’ y Piepoli, el positivo de los dos últimos en el Tour, la precariedad económica de estos tres años donde gracias a Fuji, Servetto y Footon el vizcaíno y el suizo han podido mantener la escuadra en las carreteras. Siempre hay un aliciente más o menos inesperado que provoca un giro en el devenir del equipo. El de 2011 ya está planteado: fabricar una escuadra de primerísimo nivel.
El día 11 de Agosto, la marca de calzado Geox anunció su entrada como patrocinador de GM Bikes. Los rumores anticipando este hecho habían surgido hacía tiempo. Parecía claro que la empresa sita en Treviso tenía interés por realizar una gran inversión en el ciclismo, toda vez que el deporte de las dos ruedas es un medio publicitario de gran impacto en el país con forma de bota. La compañía zapatera, de hecho, realizó un primer ensayo entrando como espónsor de la escuadra ProTour Lampre, cuya supervivencia fue posible gracias a este patrocinio. No fue, pues, una sorpresa que Geox decidiera apotar dinero a una escuadra; sí lo fue, quizá, que esa escuadra fuera el Footon de Matxin y Gianetti.
Cincuenta millones de euros en cinco años será el montante total de la inversión de Geox, que unido a los patrocinios de Footon y Servetto garantizará un presupuesto bastante alto a unos gestores que, acostumbrados a lidiar con circunstancias mucho más incómodas, podrán desarrollar un proyecto mucho más ambicioso. Por lo pronto, en términos de corte administrativo, GM Bikes parece en disposición de renovar su licencia ProTour, en franco peligro antes de la entrada de la zapatera italiana en la estructura. Y, deportivamente, los fichajes de Geox distan de ser incorporaciones de clase media como las que imperaron en los últimos años de Fuji y Footon.
Carlos Sastre, ganador del Tour de Francia 2008, fue el primer refuerzo de la estructura de origen cántabro. Fue un movimiento sorprendente, no tanto por su fichaje por Geox como por su partida de Cervélo, equipo del cual el abulense fue alma máter. Al parecer, la escuadra suiza acusa ciertos problemas económicos (no puede garantizar su continuidad más allá del próximo año) y, sobre todo, de división interna. El bloque español de la plantilla no parece viajar en la misma dirección que el resto, algo que no favorece la marcha de la formación.
Así, se puede entender la partida de Sastre como un asunto de un corte más “político” que deportivo. Sin embargo, en este último plano el abulense también puede salir beneficiado por su salida hacia Geox. Tendrá jóvenes a los que transmitir su experiencia, podría tomar el volante del coche a su retirada y decidirá completamente su calendario sin estar cargado de responsabilidad y deberes: en esta formación tendrá tras de sí un bloque algo más decente y por tanto menor presión. En Cervélo el liderato en grandes vueltas recae únicamente en sus espaldas; en Geox, lo compartirá con jóvenes ya encuadrados en Footon como Rafa Valls, además de con nuevas incorporaciones como Denis Menchov.
El ciclista ruso ha sido, sin duda, una de las grandes bombas del mercado, el golpe de efecto que cualquier escuadra desea para adquirir relevancia inmediata. Menchov, veterano sólido, llega a Geox en plena madurez a sus 32 años tras obtener un puesto del podio en el pasado Tour de Francia. Su ciclo en Rabobank había acabado, se lo habían hecho notar desde el ‘staff’. Además, el ruso estaba algo harto del ambiente casi anárquico que rinde en el conjunto holandés. Se especulaba con su salida a Astaná o Katusha, especialmente al equipo nacional ruso que parecía dispuesto a recibirle con los brazos abiertos y un buen puñado de dinero en la mano. El ciclista afincado en Navarra eligió sin embargo Geox, un proyecto deportivo de más largo recorrido y que, sobre todo, le permitía llevar consigo a ciclistas de su confianza. De su mano recalarán en la formación de origen cántabro Mauricio Ardila y Dimitri Kozontchuk, valiosos gregarios que fueran básicos para su triunfo en el Giro 2009.
El resto de incorporaciones son jóvenes promesas de enorme valía. Por un lado llegan dos viejas aspiraciones del Matxin y Gianetti, Fabio Duarte y Marko Kump, con quienes ya se negoció el invierno pasado. Duarte, campeón del mundo sub23 en 2008, lleva un par de tempordas refrendando en su Colombia natal sus excelentes condiciones. Kump, por su parte, es un esprinter eslovaco de enorme calidad que, a sus 22 años, lleva ya tres en el modesto Adria Mobil demostrando calidad e instinto ganador.
Además de Kump, recalan en Geox dos jóvenes italianos de calidad, Daniele Ratto y Matteo Pelucchi. Ratto, ex CarmioOro, es un ‘passista’ (esprinter con talento para las subidas) que ha sido capaz de estrenar su palmarés profesional en el exigente calendario italiano en su año de neoprofesional y con sólo veinte primaveras; sobre él hay altísimas expectativas. Matteo Pelucchi, por su parte, es un velocista de amplio palmarés en el calendario ‘dilettante’ italiano.
El resto de la plantilla de Geox tendrá como base al actual Footon, estando confirmados hasta ahora los nombres de Valls, Brandle o Enrique Mata. No se descartan tampoco nuevos fichajes, que podrían incluir el de un corredor asiático, ciclistas de nivel que evolucionan ahora mismo en el campo profesional continental e italianos para contentar a los patrocinadores, sitos en su mayoría en el país con forma de bota. Sí es seguro, por desgracia para los intereses de Matxin y Gianetti, que Damiano Cunego no formará parte de la formación cántabra; a pesar de los insistentes rumores que le relacionaban con Geox, el veronés acabó por renovar con Lampre.
No lo echarán de menos. Después de tomar por costumbre inviernos de sobresaltos y estrecheces, Gianetti y Matxin no se lamentarán sino que disfrutarán de la posibilidad de planificar una temporada tranquilamente y con dinero de sobra para realizar los fichajes apetecidos y no los “solicitados” por determinados patrocinadores. Con la columna vertebral de la plantilla ya conformada, con buenas bases, buenos hombres de futuro y también de presente, la esponsorización de Geox reinventa la estructura de GM Bikes para reconducirla a la élite mundial.

El día de la dignidad

Hay pocas cosas más complicadas de entender en la sociedad actual que el concepto de dignidad. Es unívoco pero también prácticamente indefinible. Se puede reconocer en la existencia y el comportamiento de las personas de alrededor. También en sus circunstancias, que al fin y al cabo terminan por emanar de las propias personas. El sábado, en las carreteras guipuzcoanas, pudimos ver la dignidad en casi todos los elementos que rodearon a la que es ahora mismo, junto a la Vuelta al País Vasco, la cita más importante del ciclismo euskaldun.
La edición 2010 de la Clásica de San Sebastián vino a certificar en su desarrollo y conclusión la tendencia al alza que ha tomado la prueba organizada por el Grupo Correo de un tiempo a esta parte. Tras unos inicios poco brillantes, su inclusión en la Copa del Mundo la propulsó a la élite del ciclismo; la defunción de la antigua ‘challenge’ de la UCI y el nacimiento de la nueva, el UCI ProTour, la condujo a un segundo plano. Se situó, por decirlo de alguna manera, entre las peores de las mejores. Esta frustrante tesitura se tradujo en un menor interés del aficionado y el propio ciclista por la carrera donostiarra, que además vio como su recorrido (perpetuado a modo de clásica) había dejado de sorprender y de proporcionar alternativas para el desarrollo del espectáculo. Como suma de todo esto, cada edición era más previsible que la anterior y la nómina de ganadores fue decreciendo en calidad… hasta hace un par de años, cuando una victoria de Alejandro Valverde rompió esa línea de mediocridad dentro de la élite. En 2009 fue Barredo quien se llevó el gato al agua en lucha cerrada con otro excelente ciclista como Roman Kreuziger. El sábado se jugó la victoria una terna de lujo, digna de una prueba ProTour…

El sábado, que para casi todos los presentes en la Clásica fue el día de la dignidad, fue también un día complicado para los hombres de Caisse d’Épargne. No es que hubiera mucho en juego deportivamente, al fin y al cabo una clásica de verano no arruina una temporada (aunque sí que puede salvarla). Era un motivo extradeportivo el que les hacía llegar a la salida de Donosti en plena tensión. Eusebio Unzué, su director, les resolvería todas sus dudas en torno al futuro del equipo allí. El resultado del rendez-vous emplazado por el técnico navarro no fue demasiado clarificador; pidió quince días más a sus ciclistas, que en definitiva seguían con derecho a buscarse otro conjunto para la próxima temporada. La reunión, sin embargo, pareció sentar bien a los corredores, que se desempeñaron bien (dignamente) durante la carrera. De hecho, Luis León Sánchez consiguió la victoria, otro resultado de postín para un palmarés que comienza a ser abultado, y declaró estar a la espera de la ‘fumata blanca’ de Unzué para definir su futuro, desmintiendo de paso haberse comprometido ya con Rabobank.
No ha sido un año fácil en el seno de la formación bancaria. Habitualmente, el histórico tándem formado por José Miguel Echavarrí (ya retirado) y el propio Eusebio Unzué ha funcionado bien a la hora de cubrir el prespuesto necesario para mantener en liza a una de las estructuras más antiguas del ciclismo mundial, actual decana del pelotón español. En esta ocasión, por contra, el anunciado cese de patrocinio de Caisse d’Épargne no ha podido ser cubierto con garantías por Unzué con margen suficiente, y la incertidumbre ha influido indudablemente en el rendimiento del equipo, que por si fuera poco recibía en mayo un auténtico mazazo con la sanción por dopaje de su buque insignia Alejandro Valverde. Muestra de ello fue un Tour de Francia donde, a la postre, se fueron de vacío; no pudieron llevarse ninguna etapa a pesar de acumular varios segundos puestos, ni tampoco la general por equipos que RadioShack le arrebató en la última semana de carrera. En ambos casos la ansiedad se hizo notar, no se tomaron decisiones adecuadas en determinados momentos y eso restó brillantez a la notoria actuación del conjunto de base navarra.
De cara a la próxima temporada la situación sigue en el aire. La supervivencia de la escuadra parece garantizada por un patrocinador que aportaría una suma del orden de los tres millones de euros. Que éste fuera el único inversor provocaría la inmediata bajada de categoría del equipo, e incluso su inviabilidad toda vez que al sancionado Valverde le resta un año de contrato a razón de algo más de dos millones de euros. No parece, sin embargo, que el murciano vaya a actuar con mala fe en este sentido y ponga problemas a una formación que, por lo demás, le ha apoyado en todo momento. Volviendo al escenario de que no apareciera otro patrocinador, la diáspora sería obligatoria; sería sencillo retener a los jóvenes y a algunos gregarios que deberían asumir el rol de líderes, pero otros muchos corredores como Luis León, Arroyo, Urán, Kyrienka o Rojas saldrían hacia otras formaciones ProTour. Quienes saldrán seguro, por otra parte, son los ciclistas franceses, comprometidos con equipos de su país en la mayoría de casos, con la excepción de un Christophe Moreau decidido a retirarse y un Mathieu Drujon expectante (y con contrato). El surgimiento de otro patrocinador que aportara, al menos, otros tres millones de euros, sí permitiría que la escuadra de Unzué mantuviera su merecido e histórico estatus dentro del ciclismo mundial, representado por la majestuosa victoria de Luis León Sánchez en la Clásica de San Sebastián. Contrapuesta a su derrota frente a Casar en la novena etapa del Tour de Francia, un ejemplo de dignidad.
Hizo aún más valioso y significativa la actuación de Luis León el desarrollo de la carrera, espectacular gracias a los novedosos múltiples pasos por Arkale y Jaizkibel, y los rivales a los que hubo de enfrentarse el murciano. De un lado, un Alexandre Vinokourov tan impulsivo como siempre, haciendo gala de una fortaleza y una combatividad insobornables ante la crítica o las observaciones ajenas, apenas perturbadas cuando lo que escucha desde lo más alto del podio son pitos y no aplausos como le sucedió en Lieja. Su punto álgido fue un ataque a pocos kilómetros de meta que apenas pudo sostener Luis León y mostró las flaquezas del otro contendiente, Carlos Sastre.
El abulense se mostró sólido (digno), aunque falto de ese punto de explosividad que se pierde con la edad. Se le acaba la gasolina y él lo sabe, por eso la ha racionado esta temporada en una decisión difícil de comprender de primeras pero que ahora resulta incluso lógica. Retrasó al máximo su inicio de temporada y minimizó sus días de competición en lo que parecía un signo de holgazanería pero no es sino un medio para poder participar con garantías de lucimiento en las tres grandes vueltas. Sastre lleva a cuestas el peso de su equipo, Cervélo; en su espalda siente todos los millones de euros que los diseñadores de cuadros Vroomen y White invierten en la escuadra. Quiere que se traduzcan en buenos resultados, actuaciones dignas, y se responsabiliza en primera persona de que sea así. Por eso afrontará por segunda vez en su carrera el reto de correr las tres grandes vueltas en una misma temporada.
Otros hombres dignos en el día de la dignidad, en esta edición de la Clásica de San Sebastián que no pasará a la historia pero fue agradable y sintomática, fueron los revindicativos Haimar Zubeldia y Xavi Florencio. Uno palió (quizá sólo en parte) con un cuarto puesto el sinsabor de quedarse fuera del Tour de Francia por lesión; otro minimizó (seguro que sólo en parte) la decepción de verse fuera de la gran ronda francesa por una decisión discutible de su equipo, que le detectó un “mini” positivo por pomada contra las hemorroides y optó por sacarle de circulación. Ambos consiguieron restituir en la prueba donostiarra, quizá influidos por el ambiente de redención imperante, su amenazada dignidad.

Meritocracia y amistad por encima de la leyenda

23 de Julio, Arueda.com

El Tourmalet sólo ha sido final de etapa dos veces en el Tour de Francia: el 16 de Julio de 1974 y ayer. Esa primera ocasión se subió por La Mongie y el vencedor fue Jean Pierre Danguillaume, ciclista de clase media-alta en su época en cuyo palmarés sólo hay triunfos conseguidos en suelo francés que pasó a la historia del ciclismo mundial por este único hito. Se hizo un hueco en la historia gracias a una cabalgada épica, con Eddy Merckx, Raymond Poulidor o Lucien Van Impe tratando de darle caza por las galerías que jalonan esa cara del coloso pirenaico.
Ayer, segunda llegada de la historia y segunda ocasión para que un corredor ligara su nombre a perpetuidad a la montaña más mítica del Tour de Francia, junto al Mont Ventoux y Alpe d’Huez. Circunstancias ideales: dos corredores destinados a marcar una época, Andy Schleck y Alberto Contador; exponentes de una portentosa nueva generación de esforzados de la ruta, llegaban igualados a las faldas del puerto que esta vez se iba a subir por el lado duro de Baréges, siendo última jornada montañosa de la carrera, obligatoriamente decisiva… Y, tras luchar diez kilómetros ambos superclases mano a mano, uno decide regalar la etapa a otra en un gesto que puede ser interpretado como un ‘fair-play’, o un reconocimiento a los méritos del rival, o una concesión a la amistad… pero que es, invariablemente, un empalago innecesario.
Carlos Sastre, ciclista de otro tiempo, atacaba al principio de la etapa de hoy. Buscaba contactar con la fuga del día con Boasson Hagen, Kolobnev y Flecha entre otros, que se había marchado sin ningún representante de su Cervélo. Para ello lanzó previamente a sus coequipiers Daniel Lloyd (cazado ipso facto por el pelotón) e Ignatas Konovalovas, destinados a hacer de puente y ayudarle en su propósito. La aceleración del abulense, sin embargo, fue respondida por un Alberto Contador que le hacía gestos para que parara. Samuel Sánchez había caído en la parte trasera del pelotón y había que esperarle. Sastre, con carácter, respondió al madrileño: ése no era su asunto. Si Contador quería ‘fair-play’ podía seguir con él hasta dónde quisiera, pero él había sufrido muchos contratiempos a lo largo de la temporada y nadie paró la carrera para que se repusiera de las consecuencias. Así que iba a seguir adelante. Contador torció el gesto (también lo hizo el sindicalista Cancellara, que circulaba unos metros más atrás) y el abulense se marchó del grupo. A la postre no conseguiría su objetivo de alcanzar la fuga, rodando en tierra de nadie un centenar de kilómetros y certificando que éste ha sido para él un Tour de poca gloria y mucha dignidad.

Mientras Sastre se machacaba por delante, víctima del mal tiempo y circunstancias contrarias, el pelotón circulaba tranquilo, resguardado tras la fila de corredores del Astaná de Contador, ocasionalmente apoyado por el Saxo Bank de Schleck, el Rabobank de Menchov y el Omega Pharma de Van der Broeck. Fue después de Soulor, ya pasado el Marie Blanque, cuando la carrera se puso seria de verdad. Saxo Bank y Astaná pensaron endurecer el ritmo para descubrir debilidades en el otro; Omega y Rabobank buscaron forzar a un Samuel Sánchez aparentemente maltrecho por su caída al inicio de la carrera. El resultado fue un paso asfixiante que a la hora de la verdad sólo afectó a Astaná, que dejó solo a Contador a poco de iniciada la subida final, cuando apenas sobrevivían en cabeza de carrera Kolobnev y el alemán de BMC Marcus Burghardt. En el pelotón, una veintena de ciclistas…
El trabajo de Saxo Bank fue ejemplar, como no lo había sido en toda la montaña de esta Grande Boucle, y cuando Jakob Fuglsang (último gregario) dio su última pedalada con fuerza el líder del equipo Andy Schleck remató la faena con un ataque progresivo a diez kilómetros de meta que eliminó uno por uno a todos los rivales salvo al que debía eliminar, un Alberto Contador que se pegó a la rueda del luxemburgués como una lapa. Uno contra uno, los dos amigos fueron subiendo al paso que marcaba un Schleck que jamás cesaba en su empuje y cada cierto tiempo daba un tirón para intentar poner en apuros al impasible madrileño.
La carretera, la marea humana y los dos mejores corredores del momento. El duelo estaba servido, podría haber sido épico, pero el ímpetu del luxemburgués encontró un muro infranqueable en la solidez del español, que a cinco kilómetros de meta incluso osó realizar un demarraje que fue contestado solventemente por Schleck. Empate técnico, los quince minutos que transcurrieron hasta meta fueron alternamente de conversación unidireccional (el de Saxo Bank hablaba, el de Astaná fingía no escuchar) y tirones tímidos de Andy, que evidenció haber perdido la fe por descolgar a Alberto.
Nadie amenazaba, de cualquier manera, la supremacía de los superclases. Detrás, a más un minuto, circulaba Joaquín Rodríguez. Tras él, los aspirantes al tercer cajón del podio desarrollaban una lucha que se saldaría con otros ocho segundos de ventaja para Samuel Sánchez sobre Menchov. Son 21” en total, la contrarreloj será un duelo de pronóstico reservado entre asturiano y ruso toda vez que Van der Broeck ya parece eliminado de la contienda.
El momento tenso, pues, llegó cuando los protagonistas principales, Alberto y Andy, Tú y Yo, se aproximaban a meta. El luxemburgués siempre en primera posición, el madrileño detrás. Se esperaba un estacazo de Contador, que hiciera pagar a Schleck las consecuencias de su menor fortaleza y su táctica a la postre equivocada de intentar obligarle a un esfuerzo largo que provocara su desfallecimiento. Hubiera sido justo, lógico, en el mundo de la competición. Pero hoy el ciclismo era otra cosa, algo menor. Importaba más el mérito de que Schleck hubiera llevado el peso de la carrera, o al menos eso entendió Contador dejándole entrar victorioso en meta. Una vez pasada la línea de llegada, ambos se palmeaban la espalda, se chocaban las manos, incluso se abrazaban.
Amigos y rivales, un concepto precioso que ellos habían llevado demasiado lejos. Ayer, en la llegada del Tourmalet, acabaron por ser compadres incluso dentro de la carrera donde deberían haberse machacado mutuamente hasta la extenuación para hacer honor a su condición de deportistas. No vale hablar de Indurain, habitual regalador de victorias de etapa cuando aprovechaba el trabajo de terceros para distanciar a segundos; aquí el receptor del presente era el segundo, el gran rival, aquel al cual no se le debería haber dado ni los buenos días tal y como se hizo en Bales. Pero aquel día Contador recibió del público francés un reconocimiento amargo que le descolocó: los silbidos, el abucheo. No quepa duda de que eso, el miedo a escuchar música de viento desde el podio, influyó mucho en el madrileño a la hora de dejar el triunfo en manos de Andy. Tanto o más que la amistad que les une, o que los méritos realizados por el contrincante…
Tras haber presenciado el pasteloso espectáculo, Carlos Sastre explotó en su nota de prensa: “estamos haciendo del ciclismo una patraña de niñatos”. Era la explosión del ciclismo antiguo, viejo cascarrabias apegado a la tradición y a la épica, contra su nieto moderno, hijo de aquel drogadicto ciclismo de los noventa que aún sigue tocando el timbre de vez en cuando para molestar. El nieto moderno, nacido tras la Operación Puerto y adolescente hoy día, es demasiado blando, demasiado sentimental, no conserva ni un ápice del temperamento salvaje que hacía pedalear hasta la extenuación a los adalides de ese ciclismo, el antiguo, que ahora sólo vive en los libros de historia aunque nos empeñemos en intentar resucitarlo cada vez que lo echamos de menos. Ahora, en el ciclismo moderno, la leyenda, lo mítico, importa poco. O mejor dicho, importa menos que valores humanos de esos para todos los públicos como la amistad o el mérito, el “se merece más la victoria que yo”. Valores muchas veces hipócritas que no caben en la alta competición.

Tú, Yo y los Demás

Definitivamente, este es el Tour de la digresión. El Tour de la ruptura, el Tour de lo extravagante. Este fin de semana, particularmente bizarro, ha mostrado una esquizofrenia notable que sin embargo no ha comportado cambios significativos en la general. Los cabezazos de Renshaw para facilitar la victoria de Cavendish el jueves, Vinokourov enfadado el viernes y satisfecho el sábado, la machada de Riblon hoy. Detalles que marcan el carácter de esta carrera.
Pero la imagen que quedará grabada en la memoria del ciclismo representando este Tour de Francia será, por encima de todas, la que se ha producido hoy en Ax 3 Domaines. Alberto Contador y Andy Schleck, el madrileño ligeramente adelantado respecto del luxemburgués, dejando ir al resto de corredores camino de la cima del antes llamado Plateau de Bonascre. Vigilándose hasta el ridículo. Responde esta imagen a la sensación, refrendada por la general, de que entre Alberto, Andy y los demás hay una distancia insalvable. “Tú, Yo y los Demás”, parecía decir la mirada del luxemburgués tras sus gafas, sosteniendo una expresión idéntica al madrileño. No importaba nada más, así lo había interiorizado Andy de las órdenes de Bjarne Riis.
Mientras tanto, en cabeza de carrera, Christophe Riblon finalizaba su tarea de dejarse los hígados en una fuga de salida con éxito, premiando al pundonor y el sacrificio denodado que tanto se echaban de menos en el ciclismo francés. Inmediantamente delante de Tú y Yo, la terna de aspirantes al puesto vacante en el podio de París se batía el cobre. Denis Menchov, Samuel Sánchez y Jurgen Van der Broeck saben que es cosa de ellos dirimir a quién pertenece ese lugar de honor. Los siguientes parecen descartados: Gesink está supeditado a Menchov, Leipheimer y Luis León Sánchez se muestran vulnerables en las subidas, Joaquín Rodríguez tiene su talón de Aquiles insalvable en las contrarrelojes.
Cosa de tres. Menchov parece el más sólido, como muestra su discreta pero segura actuación en todo este Tour, y tiene el colmillo del que carecen el resto de aspirantes, valioso hoy para comprender la carrera antes que el resto y hacer camino respecto de todos menos de Samuel Sánchez, también lector avezado de las situaciones tácticas. Samuel parece el más fuerte, suele ir a más en la tercera semana de las grandes rondas pero tiene el hándicap de ser algo inferior a Menchov en contrarreloj. Van der Broeck parece el rival más débil, acusa bisoñez e impetuosidad que le hacen gastar fuerzas antes de tiempo.
No tienen nada que hacer en un duelo directo con Alberto y Andy, y eso lo saben ambos contendientes por el maillot amarillo. Tú, Yo, los Demás… Los Demás parecen ser el único problema posible para pinteño y luxemburgués. Los demás que están de su lado, y los demás que juegan en su contra también.
En el seno del Saxo Bank la concentración es máxima, el enrarecimiento del entorno provocado por la incertidumbre respecto del futuro del equipo derivada de su escisión en el “bloque Schleck” y el “bloque Riis” se ha disipado pero sigue presente. Por lo demás, las fuerzas escasean; una semana defendiendo el amarillo de Andy carga en exceso las piernas de los corredores. O mejor dicho las descarga de energía.
Por otra parte, en Astaná reina desde el principio de la carrera un ambiente positivo y, sobre todo, de unión en pos del objetivo de que Contador vuelva a subir a lo más alto de podio de París. Alberto ha ejercido de jefe sabio, sin duda asesorado por un Martinelli que está realizando una buena labor de dirección en la sombra. No ha querido tomar el amarillo en ningún momento para liberar de presión y trabajo a sus coequipiers, que en su mayoría asumen su rol de gregarios con naturalidad. La única posibilidad de ruptura era el carácter de Alexandre Vinokourov, que desde su posición de ‘capitano’ en ruta estuvo a punto de acabar con la armonía en la etapa del viernes.
Vino se filtró en la fuga del día, acompañado de otros grandes corredores como Hesjedal, Klöden o Kyrienka, eximiendo así a sus coequipiers de tirar para neutralizar el movimiento y provocando además un quebradero de cabeza a Saxo Bank, que tuvo que asumir el desgaste de la persecución. Fue también el más fuerte entre los fugados, pero la victoria se le escapó por el empuje de un Alberto Contador que decidió devolver a Andy Schleck golpe psicológico de Morzine-Avoiraz con un ataque en la subida que hizo eterno a Laurent Jalabert. De paso, le quitó la victoria a Vino y se la regaló a Joaquín Rodríguez. La primera consecuencia de esto, según revela Carlos Arribas en El País, fue una larga conversación donde Vinokourov expuso a Contador sus frustraciones; la segunda, la victoria del kazajo al día siguiente en Revel. Allí se escapó a pocos kilómetros de meta, aprovechando un puerto de tercera y el desorden reinante en el pelotón ante la falta de un equipo de esprinters capaz de controlar la carrera. Frenó cualquier posibilidad de caza un autoritario Alberto Contador, que al llegar en meta se fundió un abrazo con Vinokourov para sellar la paz.
Yo y Tú, Alberto y Andy, tienen por tanto dos buenas escuadras a su servicio. Los Demás no pueden decir lo mismo; Menchov apenas tiene a Gesink, Gárate y Moerenhout para la montaña, Samuel a Verdugo, Egoi Martínez y Velasco, Van der Broeck a Dani Moreno, Lloyd y De Greef. Mimbres todos ellos insuficientes ‘per se’ para revolucionar la carrera. Mimbres que, juntos, sí podrían dar un vuelco a la competición. Mimbres que, unidos a ciertos intereses colaterales, sí que tendrían opciones notables de poner en dificultades a Tú, Yo y sus compañeros.
Caisse d’Épargne y RadioShack pueden ser los jueces de la carrera. Luchan por la clasificación por equipos, introducen corredores en cada fuga y arman auténticos zafarranchos con tal de tener la máxima representación posible en cabeza de carrera. Sus tácticas, bien aprovechadas por los Demás de la general, pueden cambiar el signo de esta Grande Boucle. Eusebio Unzué cuenta en sus filas con un nivel medio de lujo: Luis León Sánchez, noveno en la general; Rubén Plaza, vigésimo y dando un nivel relativamente sobresaliente en montaña; Moreau, Kyrienka, Iván Gutiérrez, siempre al salto. Johan Bruyneel, por su parte, tiene a Leipheimer bien colocado en la general (séptimo) y a una serie de ciclistas de calidad que parecen lejos de su mejor momento pero capaces de un chispazo desequilibrante: Brajkovic, Horner, Klöden. Y Armstrong, Lance Armstrong…
El americano anunció esta mañana en su Twitter “sorpresas para la última semana”. No parece probable que se quede de brazos cruzados en su último Tour; prepara un último zarpazo y para él lleva varias etapas reservándose. Por el camino puede hacer perder a Alberto y Andy (Tú y Yo, Yo y Tú) más de lo que él vaya a ganar. En su misma situación se encuentran el resto de a priori favoritos caídos en desgracia con el curso de la carrera; los Evans, Wiggins, Sastre. El abulense, precisamente, ha realizado hoy en Pailhéres el primer movimiento en ese sentido. Sabedor de que la decadencia es honrosa cuando se acompaña con ambición. Atacando desde la base del coloso pirenaico buscando la victoria e induciendo a cierto esfuerzo al Astaná, que controlaba en ese momento el grupo de favoritos.
Estos movimientos jamás son inocuos y pueden jugar un papel clave en el desarrollo de la última semana de este Tour de Francia de la digresión. Un Tour que, sin duda, está cumpliendo lo que prometía: ser una prueba épica, creadora de mitos e imágenes como la de Andy Schleck y Alberto Contador hoy en Ax 3 Domaines mostrando que la lucha por el amarillo se reduce a ellos con un marcaje mutuo que rayaba el insulto al resto de competidores. Reeditando aquella histórica situación de Anquetil y Poulidor marcándose en el Puy de Dôme, pero sin la extenuación que llevó aquel Julio de 1964 a ambos superclases franceses a apoyarse en el uno en el otro, derrengados. Pero eso sí, sin dejar de dar pedales.