Proseguir la estampida

Qué feliz era el porvenir de Juanjo Cobo este mes de septiembre. El ‘Bisonte de la Pesa’ acababa de triunfar en la Vuelta a España, una de esas victorias que cambian vidas y a veces también personas completas, consumando una estampida gloriosa que recompensaba su capacidad de superación y dejaba a sus piernas libres del yugo de su cabeza para mostrar el potencial, crudo, existente en ellas. Su particular ‘Jumanji’ (véase el número 27), sin embargo, se vio contrarrestado por uno en dirección contraria a cargo de la empresa de Geox, que tras un año de convulsa esponsorización decidió poner todos sus huevos en la cesta de la Fórmula 1 a costa de destrozar un gallinero muy rentable.

A pesar de la desastrosa noticia, de estar abocada a la desaparición la estructura que iniciara su andadura en el profesionalismo con el nombre de Saunier Duval, Cobo se mantuvo fiel a su amo como sólo saben hacerlo las fieras. Agarrado a que Matxin o Gianetti encontraran un clavo ardiendo, como David De la Fuente y otros excelentes corredores que se han visto obligados a colocarse como saldos en un mercado ya de por sí persa como el ciclista, el ‘Bisonte’ esperó mientras su mánager Antonio Sánchez Sabater lo dejaba querer y anunciaba periódicamente que su cliente disponía de prolijas ofertas.
Desvanecida las ilusiones de Matxin, un lacónico artículo en El País adelantó lo que hoy se ha confirmado: Movistar ha hecho un hueco en su plantilla para Juanjo Cobo. Eusebio Unzué, mánager de la escuadra telefónica, apelaba aquel día a una especie de responsabilidad social: “si Cobo no encuentra equipo, nosotros le acogeríamos”. A través de su aparente condescendencia, el técnico navarro hacía ver cierta contradicción interna, como si acogerlo fuera un favor al ciclista y no una prebenda del mercado de fichajes que, a través de la desgracia ajena, le había proporcionado una figura de primer nivel a precio de ganga.
Tal vez pensaba Unzué en el Cobo que había tenido en plantilla la campaña anterior. En 2010, el corredor cántabro padeció un periplo desolador por el entonces llamado Caisse d’Épargne. “Una espina clavada”. No terminó ninguna de las cuatro carreras ProTour en las cuales tomó la salida; su mejor clasificación fue un discretísimo 35º lugar en la general del modesto Brixia Tour italiano. Los técnicos de Caisse no cesaban de preguntarle. “¿Qué te pasa? ¿Qué te hace falta?”. Juanjo no funcionó; se marchitó lejos de Matxin, el biombo que le protegía de sus propias tempestades.
Una Vuelta a España después, es de esperar que todo haya cambiado. Cobo tiene un motivo menos para sus dudas, pues ya sabe de qué es capaz. En la carretera puede someter sin pestañear a ciclistas de caché muy superior; fuera de ella es motivo para la inspiración de todos los enfermos de abulia. En Movistar tendrá el ambiente ideal para consolidarse y un calendario ilusionante, con el redebut en el Tour y la defensa de su campeonato de la Vuelta a España. Su reto será proseguir su estampida lejos del influjo de Matxin; la capacidad de superarlo la lleva consigo, dentro de ese cuerpo de potencial inigualable y esa mente cuya actividad ha de manejarse con tiento.
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La descendencia de la Vuelta

El pasado domingo, hace ya casi una eternidad, terminó la Vuelta a España. La conclusión general y prácticamente unánime fue que durante estas tres semanas se había vivido en la piel de toro una carrera tan preñada de emociones como huérfana de figuras. Por alguna razón, la calificación del espectáculo rozaba el sobresaliente (lo ponían en duda unas etapas finales descafeinadas por la falta de terreno decisivo) pero era rebajada por la ausencia de grandes nombres, corredores que por sí solos llamaran a los aficionados.

El eterno complejo de la gran ronda española
Hay dos clases de competiciones: las que viven de la presencia de estrellas y las que fabrican referentes. Que una carrera tenga una u otra aura viene de una serie de condicionantes de los cuales emanan lo que podríamos definir como ‘estatus’ de la prueba: tales son su historia, su recorrido, el arraigo que ésta tenga entre el público, la atención que le presten los Medios de Comunicación… La Vuelta, por distinas razones, nunca estuvo segura de que su historia fuera lo suficientemente lustrosa como para equipararse con otras carreras de similar caché, al menos sobre el papel, como las otras dos grandes rondas o los Monumentos. Tampoco tuvo la certeza de contar con el apoyo del público, ni de los Medios; ni siquiera se sentía cómoda con su recorrido y planteaba incluso encerrar sus contrarrelojes en tibios pabellones, cambiando la carretera y la brisa por bicicletas estáticas y el más absoluto de los bochornos.
Todo era hijo del complejo, del miedo a no ser lo deseado, de no poder compararse honrosamente con el Tour o, al menos, con el Giro. Tras unos años de cierto sonrojo, donde el nivel deportivo de la prueba fue cayendo hasta límites poco saludables, cambió la cúpula de Unipublic y con ello viró el rumbo. La entrada en las oficinas de ASO, organizadora del Tour de Francia, se saludó con cierta reticencia: había miedo de que los franceses convirtieran la Vuelta en una hermana pequeña, un ‘sparring’. Es pronto para saber si está siendo así; sólo la perspectiva, el paso de los años, nos permitirá analizar el curso de los hechos y su realidad. Pero sí se pueden ver cambios positivos en la gran ronda española.
Con la excepción de la historia, un parámetro insubsanable de un año a otro, la Vuelta ha registrado mejoras en todos los aspectos concernientes al estatus: los Medios le prestan atención y dedican portadas a lo acaecido en ella; los recorridos son más osados y entretenidos que la propuesta de autovías existente a inicios de siglo; incluso el público se vuelca con un espectáculo que, sobre todo en casos como el de País Vasco, se echaba de menos.
El aura de la Vuelta es distinta y mejor. Un buen síntoma de ello es que, al no contar con figuras de relumbrón disputándose el triunfo, las ha creado. Juan José Cobo y Chris Froome son ahora nombres de cierto calibre cuyo fichaje ha sido discutido en el seno de muchas escuadras. Cierto es que en el caso del ‘Bisonte de la Pesa’ es complicado hallar un hogar lejos del candor de ‘Matxin’ y hay pocas dudas en torno a su renovación con Geox; cierto es, también, que Froome finalmente no ha cambiado de estructura y continuará en el Team Sky junto a su “inmejorable mentor” Bobby Julich. Pero el caché de ambos ha subido hasta cotas inimaginables gracias a su excelente desempeño en una Vuelta a España cuyas emociones han dado a luz dos estrellas de nivel mundial que serán observadas con la lupa del respeto allá donde se presenten a partir de ahora. ¿Hay mejor descendencia para una carrera acomplejada de su aura?

Andalucía aún "sin nueve definido" para la Vuelta

Faltan apenas tres semanas para la Vuelta a España y las distintas escuadras participantes en la gran ronda española van decidiendo sus respectivas alineaciones para configurar poco a poco la lista de ciclistas llamados a estar presentes en la salida de Benidorm el próximo 20 de agosto.
Ayer, la web Wielerfits adelantó la lista de RadioShack: dos de los caídos en el Tour de Francia, Andreas Klöden y Janez Brajkovic, liderarán al conjunto de Bruyneel; a priori como sostén para estos jefes de filas acudirán otros corredores aptos para figurar entre los primeros de la general (Haimar Zubeldia, Tiago Machado, el jovencísimo Matthew Busche), un bisoño contrarrelojista capaz de sorprender (Nelson Oliveira), un esprinter veterano (Robert Hunter) y dos hombres más aún por definir, incógnitas como la táctica de su equipo. Para RadioShack, al fin y al cabo, la Vuelta es únicamente un objetivo secundario más en su temporada. Los americanos no necesitan justificar su temporada en la piel de toro toda vez que cuentan con veintitrés victorias en su haber, incluyendo dos rondas World Tour (País Vasco, Suiza) y dos de categoría .HC (Tres días de la Panne, Vuelta a California).
No es este el caso de Andalucía – Caja Granada. El conjunto del sur de la Península llega a la Vuelta con pocos resultados (apenas una victoria, a cargo de Jesús Rosendo en la modesta prueba uruguaya Rutas de América) y transmitiendo la sensación de ser una formación combativa, destinada a dar salida a los jóvenes ciclistas andaluces, pero algo ineficiente a la hora de sacar partido al talento acumulado en su plantilla.
Convocatoria de Andalucía para la Vuelta
Con objeto de lucir en la Vuelta a España, su gran objetivo de la temporada, Antonio Cabello mantiene a toda su plantilla preparando un pico de forma para agosto y septiembre. De los dieciséis hombres con los que cuenta el técnico cordobés, sólo nueve tendrán el premio de correr en la gran ronda española; quiénes es una incógnita hasta para el propio Cabello. “Aún no hay nada definido y nadie tiene el hueco asegurado, aunque obviamente hay corredores que por su rendimiento este año tienen más opciones de entrar. La convocatoria se decidirá la semana anterior a la Vuelta en función de la actuación de los ciclistas en las carreras previas, las vueltas a Burgos y Portugal”.
Preguntado por si los corredores que competirán cinco días en tierras castellanoleonesas contarán con cierta ventaja respecto a quienes estarán una decena de jornadas fajándose en la dura Grandísima, Cabello niega: “Para nada”. ¿Puede ser la fatiga un problema para el rendimiento de quienes completen Portugal y encadenen con la Vuelta?. “No. De hecho, el año pasado los corredores del equipo que mejor anduvieron en la Vuelta, como [Juan José] Estrada o [Javier] Ramírez Abeja, venían de Portugal. Esta temporada, al haber sólo cinco días entre el final de una ronda y el inicio de la otra, quienes sean seleccionados para la Vuelta y se hallen compitiendo en la Volta recibirán orden de ir más tranquilos en las cuatro o cinco jornadas finales de ésta para no gastar demasiadas fuerzas”.
Antonio Cabello habla sobre José Belda
Respecto de posibles sorpresas en el ‘nueve’ de Andalucía – Caja Granada para la Vuelta, circulaba un rumor insistente desde los Campeonatos de España: José Belda, prodigioso ciclista elite de 36 años, podía ser promocionado desde el conjunto amateur Guerola – Terra i Mar para disputar la gran ronda española con el conjunto andaluz. Cuestionado por el particular, Cabello niega la mayor: “No, no hubo nada serio en este tema. Es cierto que existieron conversaciones informales, pero nada más allá”. Y explica: “llevar a un corredor aficionado a la Vuelta supone dejar a un profesional en casa. Y, por si fuera poco, es un riesgo por cuanto no se sabe cómo se va a adaptar ese ciclista a una competición profesional tan larga y exigente como esta”.
Sin embargo, Cabello muestra interés por una futura incorporación de Belda a Andalucía – Caja Granada. “No me disgustaría probarlo en profesionales”. No es para menos: en el mundillo ciclista, de hecho, existe curiosidad por ver al corredor valenciano desenvolverse en la máxima categoría después de un par de temporadas repletas de exhibiciones como la dada recientemente en la clásica vasca de Loinaz, donde estuvo casi ochenta kilómetros escapado en solitario por delante del pelotón y fue capaz de llegar destacado con casi dos minutos respecto al segundo clasificado. “Anda como a mí me gustaría ver a muchos profesionales. Mueve unos desarrollos impresionantes en las subidas. Creo que andará muy bien si se le da la oportunidad”.
Osuna no correrá como ‘stagiaire’
Respecto del papel de los tres ‘stagiaires’ anunciados por el equipo Andalucía – Caja Granada en este final de temporada, Cabello aclara: “Javier Chacón tomará parte en la Volta a Portugal. José Aguilar quizá corra también en la ronda lusa, pero dependerá de cómo evolucione Sergio Carrasco de la tendinitis que le ha tenido prácticamente toda la temporada en el dique seco; si va bien, quizá haya que buscar alguna alternativa para Aguilar. Respecto de Román Osuna, ganó los Campeonatos de España sub23 y pienso que ahora mismo puede ser más útil para la escuadra luciendo su maillot en las carreras de su categoría, estando también listo para una eventual convocatoria con la Selección nacional para el Tour del Porvenir o el Mundial, que haciendo días de competición con los profesionales. Más aún habida cuenta de que, con su rendimiento y resultados, el año que viene no tendrá problemas para dar el salto de categoría”. Un cambio de planes que quizá no agrade al joven granadino pero que, sin embargo, no incide en el buen futuro que se le augura dentro del ciclismo profesional.

"Tenemos la mejor cantera de España"

Entrevista a Antonio Cabello, mánager de Andalucía – Caja Granada
Mientras esperábamos para realizar la entrevista, Antonio Cabello (1956, Córdoba) saludaba aquí y allá a todos los invitados a la presentación de su Andalucía – Caja Granada. En mitad del maremagnum de cortesía y compromisos, un niño que no alcanzaba los diez años se acercó, tocó a Cabello en el brazo para llamarle la atención y, una vez éste comenzó a mirarle, le dijo que quería incorporarse al equipo. El mánager cordobés le preguntó si montaba en bicicleta y el chico respondió que sí, que estaba en la escuela ciclista de su pueblo. “Ahí estás bien, entonces. Dentro de unos años podrás correr con nosotos”. Niño y hombre sonrieron complacidos. Luego, antes de empezar con la entrevista, Cabello comentó con un deje de ternura: “me gustan más ciclistas como ése que los profesionales”.

Hoy el equipo se ha presentado con un nuevo espónsor. ¿Ilusiones renovadas?
Sí, siempre vamos renovando. Cada año entra gente nueva de la cantera: este año han sido tres, a mediados de esta campaña está previsto subir a otros tres… Como siempre, realizamos una labor de cantera importante.
¿Cuáles son los objetivos deportivos para esta temporada?
Luchar y dejarnos ver. Actuar como en el Tour de San Luis: siempre estábamos en la fuga, un día hicimos segundo, otro tercero, ganamos la clasificación de la montaña… Nuestro objetivo deportivo es ser combativos, mostrarnos, competir desde el kilómetro cero de cada carrera. Ésa es siempre nuestra filosofía.
En el acto de hoy ha destacado la presencia de Abraham Olano, Paco Giner y Javier Guillén: el cuadro directivo de la Vuelta a España al completo. ¿Se interpreta eso como un gesto de buena sintonía con Unipublic? ¿Es segura la invitación a la Vuelta?
Seguro nunca hay nada, pero que estén ellos aquí, viendo la presentación y apoyando al equipo, es una señal positiva. Ellos tienen invitaciones para la presentación de muchas escuadras y no van a la de casi ninguna, pero sí han estado en ésta. Es una señal positiva: el equipo es carismático gracias a la labor que han realizado los corredores en estos seis años de lucha y actitud combativa en carrera.
¿Qué se espera de los fichajes de Palomares, Bernabéu y Benítez?
Vienen a reforzar el nivel deportivo. Especialmente Benítez es una incorporación bastante deseada. El Geox lo ha dejado fuera a última hora y nosotros llevábamos un par de años tras él. Es un ciclista de gran valía y hace equipo, lo cual es muy importante para nosotros.
De los tres ciclistas subidos este año desde el filial sub 23, Juan José Lobato parece el más interesante. ¿Puede dar resultados ya desde su primera temporada completa como profesional?
Sí, además le veo capaz de llegar a lo más alto. Esta campaña puede conseguir cosas, pero tiene que estar tranquilo porque es joven. Este equipo es uno de los mejores posibles para él, ya que aquí no tiene que trabajar para nadie y puede crecer a su ritmo. Es un chico con mucho futuro.
¿Le parece exagerada la comparación con Óscar Freire?
No es exagerada. Se queda incluso corta: para mí va a ser mejor que él. No quiero tampoco construir castillos en el aire, porque para llegar a ese nivel hay que trabajar mucho y muy bien. Tiene que calcular sus distancias y su progresión para formarse adecuadamente; a partir de ahí irán llegando las cosas.
La pasada campaña subieron a profesionales a dos corredores de apenas 20 años, Antonio Cabello y Pablo Lechuga. Se calificó el movimiento como “experimento”, para determinar cómo de pronto podía darse una plaza en el profesionalismo a los jóvenes de la cantera. ¿Cómo ha salido el experimento?
Bien, ambos corredores se han adaptado bien. Cuesta mucho facilitarles ese proceso, hay que seleccionarles mucho el calendario porque una prueba ProTour, una vuelta de cinco días demasiado dura… puede chafarlos. Pero en general la prueba ha sido satisfactoria.
Siguiendo con la cantera, según las estadísticas sólo dos corredores que hayan militado en el equipo Andalucía durante sus seis años de existencia están ahora mismo en una escuadra ProTour; ninguno de ellos es andaluz. ¿Indica eso un fallo en el modelo?
Las edades de nuestros ciclistas rondan los 20 ó 24 años. Un equipo ProTour no quiere a ciclistas de menos de 26 ó 27 años porque antes de esa edad apenas están hechos. Eso sí, los equipos ProTour en cualquier momento nos quitarán tres o cuatro ciclistas… No es un fallo de modelo, hay que tener en cuenta que los equipos de primera división quieren gente curtida y hecha, que lleven ya cinco o seis años como profesionales. Pero tenemos la mejor cantera de España y una de las mejores de Europa. El tiempo lo dirá.
Por último: hoy hemos visto escuadras de todo género dentro de la estructura Andalucía – Caja Granada, desde escuelas hasta profesionales, también paralímpicos… ¿Para cuando una sección de chicas?
El equipo de féminas vendrá pronto. Aún hay que planificarlo y demás, pero vendrá pronto.

Los perfiles y el recorrido [filtrados] de la Vuelta a España 2011

Esta tarde, el tuitero @Senande me avisaba en torno a las ocho de la tarde de que en la web de la Vuelta habían sido colgados, bien por error o bien por pruebas, los perfiles y el recorrido de la Vuelta a España 2011. Alrededor de media hora después, ya habían sido retirados de la parte accesible de la web; pero gracias a la pericia de @S_alban hemos logrado extraer todas las imágenes necesarias para componer el que a priori será recorrido de la próxima Vuelta. Un éxito para quienes nos hacemos llamar (pretenciosamente en mi caso) periodistas de ciclismo y un pequeño fracaso para Unipublic, que ve desveladas las entretelas de su carrera número uno prematuramente.
Id pasando las diapositivas hacia la izquierda 😉

Resumen del recorrido

1ª et: Benidorm – Benidorm (16 km CRE) — Completamente llana
2ª et: La Nucia – Playas de Orihuela — Llana
3ª et: Petrer – Totana — Llana, con un puerto de tercera a once kilómetros de meta
4ª et: Baza – Sierra Nevada — Puerto de Los Filabres (1ª) de salida y llegada en alto a Sierra Nevada
5ª et: Sierra Nevada – Valdepeñas de Jaén — Media montaña y llegada complicada
6ª et: Úbeda – Córdoba — Llegada complicada con el Alto de San Jerónimo
7ª et: Almadén – Talavera de la Reina — Llana
8ª et: Talavera de la Reina – San Lorenzo del Escorial — Llegada complicada, algo de media montaña precedente
9ª et: Villacastín – Alto de la Covatilla — Final en alto, sin excesiva dureza precedente
10ª et: Salamanca – Salamanca (40 km CRI) — Completamente llana
11ª et: Verín – Estación de Montaña de la Manzaneda — Final en alto, sin excesiva dureza precedente
12ª et: Pontareas – Pontevedra — Llana
13ª et: Sarria – Ponferrada — Etapón de montaña con tres puertos de tercera, terreno rompepiernas y dos puertos de primera: Folgueira de Aigas y el temible Ancares
14ª et: Astorga – Lagos de Somiedo — Llegada en alto a los Lagos de Somiedo con paso por el Puerto de San Lorenzo
15ª et: Avilés – Alto de l’Angliru — La tradicional llegada en alto al Angliru previo paso por el Alto del Cordal. Etapa particularmente corta con sólo 144 km
16ª et: Villa Romana La Olmeda – Haro — Llana
17ª et: Faustino V – Peña Cabarga — Etapa de media montaña con dos puertos de segunda y final en alto en Peña Cabarga
18ª et: Solares – Noja — Etapa de media montaña con subida al puerto de Alisas (primera categoría) a unos cincuenta kilómetros de meta
19º et: Noja – Bilbao — Etapa rompepiernas con un doble paso por el Alto de Vivero, el último a dieciséis kilómetros de meta
20ª et: Bilbao – Vitoria — Etapa de media montaña en sus dos primeros tercios, incluyendo una subida al mítico Urkiola; el tramo final, por contra, es más llano
21ª et: Circuito de Jarama – Madrid: Tradicional fin de fiesta totalmente llano

Qué es un Top 10

¿Habéis oído alguna vez aquello de que las preguntas sobre la vida jamás tienen la misma respuesta cuando se les hace a personas distintas? Pues es así. Tal vez una cuestión científica sea unívoca, pero nunca lo es una cuestión vital. A raíz de eso, y como conclusión para la Vuelta a España, hoy la pregunta es… ¿qué ha significado para cada uno de los ciclistas que han acabado entre los diez primeros la gran ronda española ese puesto de honor?
1. Vincenzo Nibali (Liquigas) Lo Squalo ha sido el gran protagonista de las horas posteriores al podio de Madrid. Era lo de menos tras completar una Vuelta casi anónima, cediendo la responsabilidad al resto de contendientes por la general hasta que en Peña Cabarga se hizo con el liderato prácticamente por eliminación y con ello obtuvo algo de atención mediática. Entonces empezó lo difícil para él. En la contrarreloj de Peñafiel casi perdió la Vuelta donde a priori iba a ganarla; pudo respirar tranquilo cuando le birló doce segundos a Mosquera en Toledo y finalmente ganó resistiendo al gallego en la Bola del Mundo. Tras hacerse con la Roja, el primer gran triunfo de su carrera deportiva, Nibali se ha postulado como candidato a rivalizar con Contador y Andy Schleck en el próximo Tour. No le falta calidad y ha mostrado esta temporada tanto en Vuelta como en Giro una solidez notable. Esta por ver, sin embargo, que pueda aguantar en montaña a los mejores del mundo. De cualquier manera, el próximo julio tendrá a su servicio a una gran escuadra como Liquigas que se volcará por su causa. No se puede descartar nada en lo que respecta al rendimiento de la gran esperanza italiana.
2. Ezequiel Mosquera (Xacobeo) La baja de Igor Antón le convirtió en el portador de todo el cariño y las esperanzas del público español, y desde luego ha sabido manejarse en esos términos. Es un escalador puro de los de antes, aunque su candidatura seria a la victoria en la general la presentó en la crono de Peñafiel; luego, en la Bola del Mundo, su corajudo ataque robó el corazón a los aficionados, que ya le identifican con los Escartín, Heras… Ayer por la tarde, Ezequiel confirmó lo que se negaba a refrendar por respeto a su actual equipo y era un secreto a voces: ha fichado por Vacansoleil, donde seguramente se lleve a algún compañero suyo de Xacobeo. Gracias a sus prestaciones en esta Vuelta los holandeses han echado el resto por ficharle. En principio, la escuadra capitaneada por Dan Luijkx se asegura con su fichaje correr la gran ronda española; una cita que se une al Giro, más o menos plausible gracias al fichaje de Ricco’ (ya redimido, es una de las grandes figuras del pelotón italiano), y a la expectativa de acudir al Tour gracias a la calidad de su plantel. De cualquier manera, Mosquera conocerá la élite internacional a sus 34 años gracias a Vacansoleil y, sobre todo, a su trabajo en esta Vuelta.
3. Peter Velits (Columbia) El eslovaco llegaba a esta Vuelta rebotado: no contemplaba competir en la Vuelta a principios de año, pero una lesión en abril le hizo cambiar su calendario. Gracias a esto llegó, vio y triunfó obteniendo un cajón de podio con el cual ni siquiera soñaba en la apoteósica salida de Sevilla. Mostró regularidad, algo inesperado toda vez que, como él mismo reconocía, en las grandes vueltas “un día iba bien y al siguiente mal, siempre”. Tras esto cambia su mente: el mejor de los Velits no sólo puede aspirar a ser un gran clasicómano o un decente corredor de grandes vueltas. Puede ser un líder desde ya para un equipo sin demasiadas bazas para las carreras por etapas como HTC – Columbia. De su techo hablaremos cuando dispute un Tour a plena máquina pensando en la general; por lo pronto, no se avista.
4. Joaquín Rodríguez (Katusha) El escalador catalán llegaba a la Vuelta sin presión después de una dignísima campaña en marzo y abril y un Tour superlativo. Con los deberes hechos, pero también con ambición. ‘Purito’ aspiraba a colocarse como mejor ciclista del mundo y lo ha conseguido, tal y como atestigua el nuevo ránking UCI. Por el camino ha conseguido algo más intangible y, también, más glorioso: se ha situado en la memoria de los españoles gracias a su espíritu combativo y sus ansias de ir siempre a por algo más. Ha acabado fundido, de hecho ha tenido que renunciar al Mundial; pero también ha recibido un tremendo empujón moral que le hará afrontar la próxima temporada con la convicción de que, ya sí, es uno de los corredores más importantes del ciclismo internacional.
5. Frank Schleck (Saxo Bank) El luxemburgués no tenía nada que perder ni que ganar en esta Vuelta. Una actuación discreta no hubiera sido saludada con gestos de asombro, ya se sabe que los Schleck gustan de venir a España pero no precisamente por competición; una sobresaliente, en realidad, tampoco le hubiera supuesto un gran beneficio. Deja su equipo, ya tiene resuelto su futuro como jefe de filas en una estructura creada ad hoc para él y su hermano; no había, en definitiva, una gran motivación para Frank en esta Vuelta que no fuera la honrilla y el salvar un año por lo demás algo opaco. Eso se notó. Al final de la carrera, conforme se fue sintiendo mejor después de dos meses sin casi competir, el mayor de los Schleck sí se mostró más incisivo; antes se movió en la zona gris. Su quinto puesto final ha sido una recompensa a su regularidad y a una seriedad que, por desgracia, no tuvo su hermano.
6. Xavier Tondo (Cervélo) Es uno de los grandes triunfadores de la carrera, a la altura de Velits. El ciclista de Valls jamás había terminado una grande en toda su carrera, y esta Vuelta no sólo la ha concluido sino que ha estado con los mejores e incluso ido a más los últimos días. Ha hecho gala de una inteligente manera de correr que hasta ahora no había mostrado, sin duda aprendida de Carlos Sastre: se dejaba ir cuando demarraban los más fuertes y luego iba recuperando terreno conforme se sucedían los kilómetros de ascensión. Además se le vio fuerte en la crono de Peñafiel, lo cual hace que a partir de ahora sea un hombre a tener en cuenta en las próximas grandes rondas que dispute para luchar por la general. Esto lo han sabido ver los rectores del nuevo Movistar, que cuenta con el catalán como líder para las vueltas de tres semanas de la próxima campaña.
7. Nicolas Roche (AG2R) Como Velits y Tondo, al irlandés este top10 en la Vuelta le sirve para autoafirmarse como futuro corredor de generales. No cabe duda de que es una de las mayores promesas en esta especialidad, siendo que muestra una solidez impepinable en las llegadas en alto y ‘punch’ para las subidas cortas, lo que le habilita para luchar por las clásicas de las Árdenas. Su problema puede ser la contrarreloj, terreno donde se deja más tiempo del deseable. No parece un ganador, pero sí un digno contrincante por el podio de las vueltas de tres semanas de esta década.
8. Carlos Sastre (Cervélo) Qué signfica para él esta Vuelta lo ha dejado claro en su última nota de prensa: el cierre del proyecto Cervélo. Le costó los mejores años de su carrera deportiva alumbrarlo, y lo aparca con un deje de decepción. La época dorada del abulense ya pasó; esta temporada, maratoniana para él una vez que ha hecho las tres grandes vueltas, ha acusado notablemente la pérdida de chispa propia de la edad. La próxima campaña, en el equipo Geox, tendrá la oportunidad de darse un último día de gloria antes de proceder a una digna retirada y subirse a un coche de equipo. En su debe en esta Vuelta: prácticamente no ayudó a su compañero Xavi Tondo, claramente en mejor estado de forma que él.
9. Tom Danielson (Garmin) No se le ha dedicado una línea en las crónicas, y eso es muy sintomático para el ciclista americano. Por un lado, es señal de que siendo regular, sin estridencias, uno se puede encaramar a posiciones de privilegio en una gran ronda. Por otro, es señal de que un corredor como él, simplemente, no engancha. Lleva tres top10 en la Vuelta a España en su carrera deportiva y, sin embargo, nadie parece recordárselos. A sus 32 años quizá no sea tarde para reciclarse en un buen gregario… o a lo mejor prefiere seguir engrosando su palmarés de vueltómano de segunda fila.
10. Luis León Sánchez (Caisse d’Épargne) El murciano cerró. Cerró el top10, cerró la historia de Caisse d’Épargne en las grandes vueltas y cerró su ciclo en el equipo bancario. Llegó a la Vuelta sin responsabilidad, pensando en triunfos parciales y en preparar el Mundial, y tuvo que tomar galones cuando ninguno de sus compañeros fue capaz de dar mejores prestaciones que él en la general. Al final forzó la máquina más de lo deseable para apuntarse su primer puesto entre los diez primeros en una gran vuelta, el camino por el que le ha llevado Eusebio Unzué estos años. Sin embargo, no parece que sea el ideal para él. Veremos qué opinan en su próximo equipo, Rabobank.

La cuerda de Nibali y Mosquera

Nibali y Mosquera. Quedaban cuatro kilómetros a meta, la subida a la Bola del Mundo que se estrenaba en la Vuelta a España en el papel de colofon, el duelo estaba servido y la cuerda de cincuenta segundos empezaba a tensarse y relajarse. El gallego tiraba de un extremo por delante; lo Squalo sujetaba el otro a unos treinta metros de distancia. Había desatado las hostilidades un ataque inclemente de Frank Schleck un kilómetro antes. El luxemburgués se retorcía ahora a la par que el poseedor de la plaza de podio que anhelaba, el sorprendente Peter Velits, y otros dos aspirantes al mismo honor como Joaquín Rodríguez y Nicolas Roche. Todos ellos pecaron de pusilánimes durante el resto de los kilómetros de subida. En los puertos anteriores, donde ninguno llegó a intentar la escapada lejana que podría haber puesto en jaque a Velits, y en la ascensión a Navacerrada que precedía a la Bola, donde se conformaron con seguir la rueda de David García y Roman Kreuziger, los mejores gregarios de esta Vuelta que hoy escurrían sus últimos gramos de fuerza. Mientras, todos esperaban a que algo pasara y Velits respiraba tranquilo porque, efectivamente, iba a conservar su merecido puesto de honor.
Merecido. De merecimientos fue la historia de esos cuatro kilómetros de duelo entre Nibali y Mosquera. Los cincuenta segundos que les separaban podrían haber sido treinta y ocho de no haber mediado el despiste de ayer en Toledo por parte de Mosquera, y eso quizá pesara en los ánimos del gallego. La cuerda que separaba al futuro ciclista de Vacansoleil del rojo era doce segundos más larga y Nibali se aprovechó de ello pare evitar que llegara a tensarse. Reguló con acierto el italiano, que llegó a perder veinte segundos (más los ocho de bonificación extra que tomaría Mosquera) pero acabó por recortar la distancia hasta coger a una decena de metros de la línea de meta la rueda del gallego, que ya no apretaba buscando la general sino que se dejaba una marcha más en previsión de la lucha por la etapa.
Finalmente no hubo tal. Nibali no lo dijo claramente en meta, Mosquera dijo no saber nada y un elegante “si me ha regalado la etapa se lo agradezco”, Álvaro Pino fue menos caballeroso y se enfadó en antena con Chema Abad (presentador de Tablero Deportivo en RNE) cuando el periodista dio por hecho de manera algo impertinente que el italiano había regalado la etapa al ciclista de “su” Xacobeo. La percepción del que escribe fue que Nibali buscaba el triunfo parcial para complementar el de la general de la segunda gran vuelta de Liquigas este año (tres podios en tres grandes, un año fantástico para los ‘verdes’), llegó a rueda de Mosquera y le faltó tiempo para rebasarle, por lo que dejó de esforzarse.
Fue, en todo caso, un final justo. Mosquera no merecía irse de esta Vuelta de vacío, sólo con el segundo puesto de la general en el zurrón; su equipo, Xacobeo, tampoco. Nibali, por su parte, ha sido el mejor durante las tres semanas de esta carrera; poco espectacular, ha estado también poco obligado por sus rivales. ‘Purito’ Rodríguez se desinfló con el paso de las etapas, Frank Schleck despertó demasiado tarde, Velits y el resto de ciclistas del top10 nunca fueron una amenaza para él, Igor Antón se cayó cuando parecía el mejor. Mosquera se dejó 27 de los 41 segundos que finalmente le ha separado en la general en etapas teóricamente intrascendentes; en ellas se separó definitivamente del triunfo que quizá alcance el año que viene. Era de justicia pues que Nibali confirmara su victoria en la gran ronda española en la espectacular subida a la Bola del Mundo, golpe de gracia de una Vuelta a España que supone todo un triunfo para Unipublic.

Bielas en vísperas de la Bola del Mundo

1. Ezequiel Mosquera se ha dejado hoy doce segundos en la meta de Toledo respecto de Vincenzo Nibali, mucho más atento a la hora de seguir la rueda de los más explosivos en un final trampa que había pasado prácticamente inadvertido por lo maratoniano del resto de la jornada. Álvaro Pino, director saliente de Xacobeo, contó en televisión minutos antes cómo había ordenado a sus corredores que llevaran a Ezequiel a cabeza para que pasara lo más cómodo posible los últimos kilómetros. No lo hicieron bien y Mosquera perdió doce segundos que no son diferencia sino síntoma; síntoma de cómo la presión puede un poco con el modesto corredor gallego.
2. Ahora la distancia a recortar respecto de Nibali son cincuenta segundos. Ya sí resulta imprescindible para Mosquera coger bonificaciones en la meta de la Bola del Mundo para enfundarse el maillot rojo de esta emocionantísima Vuelta. Liquigas, por tanto, no pondrá mañana el menor interés en controlar la etapa (es de reseñar que tampoco podría hacerlo dada la relativa debilidad de los ‘verdes’ como equipo), dejará marchar a una fuga grande con opciones de llevar a buen término y ello obligará a trabajar a Xacobeo. Habrá que ver cómo se desenvuelven los hombres de Álvaro Pino. Como guerreros han dado un nivel excepcional; ¿harán lo mismo controlando la carrera?
3. Un factor que hará complicado el control del devenir de la carrera por parte del pelotón será la lucha que se desarrollará por el tercer lugar del podio. Peter Velits ostenta ahora mismo esa posición con unos dos minutos de ventaja sobre un grupo de seis hombres, algunos coequipiers como en el caso de Xavi Tondo y Carlos Sastre, distanciados entre sí por apenas treinta y cinco segundos. Es de esperar que todos ellos le buscarán las cosquillas al eslovaco, que deberá de defenderse con el solitario apoyo de Sitsov y un Van Garderen venido a menos. Ello garantiza una ascensión muy movida a la Bola del Mundo (“Navacerrada con el Xorret de Catí al final”, describió con acierto Mosquera) y también augura batalla desde el mismo banderazo de salida.
4. La lucha por la clasificación por equipos que sostienen Caisse d’Épargne y Katusha, ahora separados entre sí por unoa treinta segundos, también puede resultar clave en la labor de Xacobeo, que podría encontrarse con un aliado excepcional en cualquiera de estos dos equipos en caso de que saliera perdiendo durante la configuración de la fuga del día, por ejemplo introduciendo un hombre menos que su rival en ésta. Esta lógica alianza deportiva, sumado a otras menos lógicas que también podrían darse, quizá desempeñe un papel clave en la resolución de una etapa que promete ser legendaria.

Un diente que puede decidir la Vuelta

Una gran vuelta son noventa horas, pero se decide por insignificantes segundos que suelen corresponder a detalles nimios. Andy Schleck perdió el Tour de este año en una salida de cadena, Fignon cedió el amarillo en 1989 ante Lemond por sólo ocho segundos, a Óscar Sevilla se le escapó el podio de la Vuelta 2003 en una sucesión de problemas mecánicos desastrosos. Hoy, Ezequiel Mosquera ha puesto en discusión el triunfo de Vincenzo Nibali en la general de la Vuelta a España, que parecía garantizado. Un cambio importante causado por detalles. Por un desafortunado pinchazo mal solventado y por una audaz decisión del corredor de Xacobeo – Galicia a la hora de montar su bicicleta.
La contrarreloj de Peñafiel de la Vuelta a España ha sido una de esas grandes jornadas de ciclismo, de las que ponen al aficionado al borde del infarto y a prueba los nervios de los corredores, técnicos, organizadores… implicados en la carrera. Lo que al inicio parecía una contrarreloj cualquiera de una gran vuelta, con Cancellara marcando el mejor tiempo a pesar de sufrir un cierto desfallecimiento en la parte final de la prueba, se acabó convirtiendo en una auténtica esquizofrenia, un maremágnum donde la mala realización de TVE y la no provisión de referencias a los medios por parte de Unipublic jugaron un papel clave para convertir la excitación en confusión.
Se había preparado una contrarreloj llana que, por su trazado, propiciaría tres zonas bien diferenciadas de viento: una primera dirección Norte de unos seis kilómetros, una segunda dirección Oeste de dieciocho y una tercera dirección Este de veintidós. En las primeras horas del día apenas sopló el aire, lo cual dejaba todas estas cábalas en agua de borrajas. Sin embargo, conforme fue avanzando la jornada se levantó un viento fuerte dirección Este que cambió por completo el signo de la prueba. Ahora habría una zona con fuerte viento de cara, pero también una aún mayor con viento a favor que permitiría el desarrollo de una velocidad altísima.
Eso sólo lo supieron leer algunos como Denis Menchov, el primero en montar el plato de 55 dientes (que permite una velocidad punta mayor que el estándar en contrarreloj, de 54) y hacerlo notar en meta. También lo hizo Peter Velits, sorprendente ganador de la etapa que se confirma como gran revelación de la carrera aupándose al podio. Ezequiel Mosquera, el quijotesco escalador de Xacobeo que ha tomado el testigo de Igor Antón como acaparador de las simpatías de los aficionados, puso un plato de 55 dientes también; sus dos rivales para la general, Joaquín Rodríguez y Vincenzo Nibali, optaron por usar un 54.
Ahí se marcó la diferencia. Nibali, mucho mejor contrarrelojista que Mosquera, no pudo demostrar su superioridad en la carretera. Los 54 dientes fueron un factor; el otro, un pinchazo resuelto con amateurismo por los auxiliares del equipo italiano que le hizo perder unos treinta segundos. El resultado, una distancia de únicamente veinte segundos, treinta y ocho en la general, mucho menos de lo que podría haber sido, que deja la carrera completamente abierta a falta de una jornada con final en la Bola del Mundo, decisiva y garante de épica.
Junto a Nibali destaca en el capítulo de perdedores Joaquín Rodríguez, quien cedió el maillot rojo al italiano y también una inmensidad, seis minutos que le dejan muy lejos del podio que parecía tener asegurado y ahora pertenece a Velits. El resto de la general no ha cambiado sustancialmente: del cuarto (Schleck) al noveno (Sastre) hay apenas treinta segundos, y de allí al tercer lugar de Velits menos de dos minutos; una apretura que parece una llamada a la emoción en esa subida a la Bola del Mundo que se va a estrenar esta Vuelta entre la mayor de las expectaciones.
El ciclismo tiene algo de karmático. Suele inclinar los detalles, la gloria, por aquel que más y mejor trabaja. Unipublic llevaba tiempo trabajando por producir una gran Vuelta y aquí la tiene; Mosquera lleva años de trabajo infatigable para conseguir al fin un gran éxito basado en la humildad y el arrojo del que hacen gala tanto él como su equipo, y tiene una oportunidad de oro para lograrlo. Nibali, en cambio, reconoció no saber el recorrido de lo que quedaba de Vuelta en el primer día de descanso; en el segundo fue incluso más lejos al decir que no sabía quién era Mosquera, que por eso se quemó a su rueda en Pal. Eso, para algunos un comentario gracioso, para otros soez, para mí irrespetuoso, le ha acabado por pasar factura. En Pal y hoy en Peñafiel. Al Ciclismo le gustan los detalles y funciona con karma, y eso puede hacer que la Vuelta se decida del lado de Mosquera por un diente, el del plato de 55 que montó en su bicicleta por conocer bien el recorrido y las circunstancias, al contrario que su rival que a buen seguro sacará de esta gran ronda española una lección sobre lo que es el Ciclismo.

El truco del gregario

Dice el tópico que el ciclista gana las carreras no tanto con las piernas como la cabeza, auténtica suministradora de motivación y serenidad para el hombre que hace girar los pedales. En la jornada de ayer de la Vuelta, al igual que en la que acabó en Morzine-Avoiraz en el pasado Tour de Francia, se vio que esta máxima tiene un recoveco más en el hecho de que a veces al ciclista la mente no le sirve sólo para ayudarle a pedalear más, sino para pedalear menos… y evitar el pedaleo de los rivales.
La cima asturiana de Cotobello se estrenó en la competición representando en sus rampas una repetición de lo visto en Avoiraz. De paso, ha dejado la sensación de ser un puerto digno de leyenda, por encima de la norma española en longitud y pendiente media, con una carretera vistosa y en un lugar donde hay cierta afición por el ciclismo. Un auténtico acierto para Unipublic, organizadora de la Vuelta que recibió el chivatazo de esta interesante subida por medio de Chechu Rubiera, cuyo nombre adosaron a la cima en la presentación del recorrido. Cotobello – Cima Chechu Rubiera. A la hora de la verdad, se han ahorrado referir al ciclista asturiano en el Libro de Ruta por aquello de hacer olvidar la injusticia deportiva de que RadioShack no esté en la Vuelta. Es uno de los pocos detalles feos de Javier Guillén y su equipo, pero no hay que obviarlo.

Volviendo a la representación, sólo cambiaron los protagonistas respecto del Tour. Pongamos en el vídeo de Avoiraz a Nibali en lugar de Contador, Mosquera y Purito por Andy Schleck y Samuel Sánchez, y sobre todo Kreuziger por Dani Navarro, y tendremos la película de la subida de ayer. Nibali tenía su día malo y, para ocultarlo, hizo uso del mejor de sus gregarios para trucar la carrera y adormecer al resto de contendientes por la general. Cuando el checo Kreuziger tomó la delantera y comenzó a aumentar gradualmente el ritmo, todos se ajustaron a su incómoda rueda. Precisamente por eso, por incómoda, y porque la acumulación de esfuerzos del tríptico cantábrico y de una etapa exigente por los incesantes escarceos en particular hacía que ninguno de los mejores fuera con buenas sensaciones. Los mejores tenían motivos para respetar el paso de Liquigas: Purito Rodríguez sabía que, yendo como va justo, no podía permitirse alegrías; Mosquera, de largo el más combativo de toda la prueba en la alta montaña, parecía poco inspirado. Velits y Tondo, cuarto y quinto, acusaron de hecho el ritmo y cedieron un poco en el caso de eslovaco y algo más en el del catalán.
Hubo amagos de insurrección, momentos en que la paz artificial impuesta por Kreuziger estuvo a punto de desmoronarse, de fallar el truco del gregario. Fueron los ataques de Frank Schleck, Tom Danielson y Carlos Sastre, de la segunda fila del grupo de favoritos y aún con algo que decir en la carrera toda vez que los tres parecen estar acabando al alza la gran ronda española. Liquigas dejó ir a los atrevidos, como lo había hecho antes con los chavales de Euskaltel que encontraron premio a su valentía con la impresionante victoria de Mikel Nieve, en lo que se interpretó como un gesto de suficiencia. Como si el ataque de unos contrincantes que se encontraban a más de tres minutos en la general no fuera preocupante para ellos. Efectivamente, no lo era. Tenían mejores cosas de que preocuparse.
Como en la fábula del Rey Desnudo de Hans Christian Andersen, tuvo que ser el más niño e inocente quien gritara que en realidad el Rey iba como Dios lo trajo al mundo y aquel traje era una falacia. Nicolas Roche demarró al notar que poco a poco el ritmo de Kreuziger iba decreciendo sin que nadie hiciera nada, desarmó al checo e hizo saltar a la vista que Nibali estaba inerme e incapaz. Sobrevino entonces el carrusel de ataques, Rodríguez, Mosquera, un García Dapena increíblemente sólido. Todos dejando atrás a un Nibali clavado que cedía el liderato al motivadísimo Purito Rodríguez, que no se engañaba en meta y admitía estar destinado a ceder de nuevo el rojo en la crono.
Fueron 37 los segundos que cedió lo Squalo frente al catalán de Katusha en apenas 700 metros, pero no fueron ni mucho menos una derrota para el siciliano, que pasó el examen con nota tirando de precedentes con la inteligente maniobra de Contador en Avoiraz. Al revés, fue un triunfo. Engañó a sus contrincantes hasta dejarles para distanciarle sólo 700 metros que de otra manera podrían haber sido siete kilómetros. Entonces Nibali sí hubiera tenido un problema, pero lo evitó gracias al truco del gregario.