«Hasta ahora los sprints han sido un auténtico caos. Creo que el panorama está cambiando porque cada vez hay más sprinters competitivos y luchando por tener una posición ideal en cabeza del pelotón. La pelea es encarnizada, el nivel medio ha subido muchísimo, e incluso los lanzadores tienen cada vez menos espacio porque los velocistas prefieren estar solos en la posición 10 antes que acompañados en la 20» (Reinardt Janse van Rensburg)
Para un periodista que cubre una gran vuelta desde casa, la jornada de descanso es el único momento posible para realizar entrevistas con personas presentes en la caravana. Y no con cualquiera: hay que localizar un sujeto que sea interesante, no vaya a estar demasiado solicitado y pueda estar dispuesto a sacrificar 10 minutos de reposo y soledad, dos situaciones que apenas se experimentan a lo largo de los 25 días que dura una gran vuelta. En mi caso aposté por Reinardt Janse van Rensburg, sudafricano de Dimension Data, el mejor lanzador de lo que llevamos de Tour de Francia junto a Davide Cimolai. Lo demostró currando para Edvald Boasson Hagen en la jornada de la dignidad. Un detalle que sumar a la cita inicial: apuesta por Cofidis para controlar la llegada de hoy a Bergerac.
Tour de Francia. Primera jornada de descanso. Adriano Malori ha anunciado su retirada del ciclismo profesional. Tuve la inmensa suerte de ver su Informe Robinson junto a él durante la concentración de febrero del Equipo Lizarte; no lo había visto antes y me puso la carne de gallina. Su historia es verdaderamente especial; un auténtico ejemplo de vida y superación. Coincidencias de la vida, vi sus últimas pedaladas con dorsal en la pasada Vuelta a Castilla y León desde el coche de Cycling Academy. Escribí sobre ello en CaF; lo titulé ‘Nadie dijo que fuera a ser fácil’, una frase muy especial para mí porque la decía uno de los mejores amigos que jamás tendré. Me pareció conveniente asociarla con el epílogo del Malori ciclista, prólogo de un nuevo Malori. Le respeto y admiro profundamente.
Por lo demás, ha sido día de lavadoras y de ruedas de prensa. A mi juicio ha habido pocas novedades en ellas. La que más ha destacado ha sido la de Chris Froome y Team Sky, pero por su ausencia. La han reemplazado con una nota de prensa con declaraciones crudas del vigente maillot amarillo y del recién retirado Geraint Thomas, un movimiento desafortunado cuyo precedente remite al infausto Tour del 98. A esto se suma la cortísima conferencia de prensa de Froome ayer (sólo admitió tres preguntas porque tenía un largo traslado por delante; las tres fueron sobre sus presuntos rifirrafes con Aru; se marchó del tirón dejando tras de sí un ambiente enrarecido) y el veto de Dave Brailsford a Cyclingnews. Me pregunto si el conjunto británico tiene algo que ocultar o, más bien, un problema de ‘feeling’ con los medios de comunicación.
La rueda de prensa de Alberto Contador tuvo sustancia por la polémica suscitada al señalar, en referencia a su segunda caída del domingo y según cita textual de As: «No sé exactamente por qué Nairo me tiró, fue un impacto muy fuerte». El colombiano se había expuesto a las preguntas de los medios justo antes; tanto él como su ‘jefe’, Eusebio Unzué, centraron su discurso en lo peligroso que está siendo el recorrido del Tour en algunos momentos y en la asunción de que su nivel físico está por debajo de lo esperado. Tanto Contador como Quintana se dan por desahuciados de cara a la general y confían en tener algún día brillante de aquí a París. Rivales como Romain Bardet o el dúo de Astana, en cambio, aseveran que todavía pueden meterse en la pelea.
En otro orden de cosas Mikkel Conde, brillante comunicador danés empleado ahora mismo por el equipo Dimension Data, apuntó ayer en su Twitter una interesante campaña: durante este Tour de Francia, Netflix está utilizando ciclistas y exciclistas como prescriptores. Alberto Contador, por ejemplo, divulgó en la mañana de la cuarta etapa su «momento Netflix». El pasado viernes contó, a preguntas de la prensa, que está viendo Narcos con su compañero de habitación Jarlinson Pantano. Hoy Fabio Aru y Thibaut Pinot, entre muchos otros, se han sumado a #LaPromosió.
El movimiento por parte del equipo de marketing de Netflix es brillante: regalar unas ‘tablets’ y unas suscripciones a unos cuantos influencers en su momento de máxima exposición es mucho más barato que patrocinar un equipo o un evento con dinero líquido y sigue siendo una buena forma de llegar hasta el aficionado al ciclismo, que tiende a ser un adepto a la tecnología y, por tanto, está entre el público objetivo de esta plataforma. Jonathan Vaughters contó en mayo que estuvo negociando con ésta para que patrocinaran a su equipo, el actual Cannondale, que por cierto está desarrollando una intensa campaña de ‘publicity’ en medios económicos estadounidenses para encontrar nuevo patrocinador. Hubiera sido un buen trato de cara a promocionar Netflix entre un público más general. Entroncaría con otras campañas destinadas a este ‘target’ que la compañía ya está realizando: basta con pasear un rato por el centro de Madrid. ¿Os imagináis un Team Netflix…?
Algo mejor que leer… En España tenemos muy buenos periodistas de ciclismo; algunos son, también, excelentes escritores. Es el caso de Jesús Gómez Peña, plumilla de Correo y Vocento. Cada día produce una doble página. En la margen izquierda, una crónica de estilo personal y perlada de detalles. En la margen derecha, una contra que suele ser una delicia porque conjuga documentación, concisión y una redacción impecable. Este lunes fue publicado este soberbio reportaje sobre Rigoberto Urán:
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