«Nada, que los de Mavic no entienden castellano… No sabían lo que pedía… Y claro, a 180 pulsaciones, me he alterado…«, y puntos suspensivos, y balbuceos, y pequeñas disculpas. Era Samuel Sánchez, al micrófono de Quique Iglesias de Cadena Cope, explicando lo sucedido cuando, a una decena de kilómetros de meta, había voceado al coche neutro urgiéndole a repararle el cambio de su Orbea.
La primera semana del Tour de Francia es muy cruel. «Marca la diferencia. La manera con la que se corre hace que vayas gastando y gastando, y te va matando. Es como ponerle la puya al toro para desangrarlo y que vaya perdiendo la energía» decia Iván Gutiérrez en una entrevista con Borja Cuadrado.
Hoy, el cántabro se mostraba en cabeza del pelotón, apretando los dientes para avivar el ritmo de un pelotón tendente a aletargarse tras sufrir múltiples caídas, enganchones y cortes. Porque, cuando se juega para ganar, conviene el pavor antes que la mansedumbre; y hay que forzarlo aunque cueste una bronca de Sylvester Szmyd, cabreado porque tiene a su líder Peter Sagan (a la postre ganador) descolgado.
Hoy en el pelotón deben haberse oído tantos frenazos como gritos, aunque en realidad los ciclistas viajan en una burbuja de algarabía, rodeados de ruidos mecánicos y humanos, del pinganillo, de las motos y los coches rebasándoles a lado y lado por una calzada de cinco metros de ancho, del público gritándoles alborozados mientras fija un fotograma vital que jamás olvidará. ¡Es el Tour de Francia!
«Yo sobreviví a la tercera etapa del Tour«, tuiteaba Luis Ángel Maté nada más terminar la carrera. El ‘Lince Andaluz’ supo aguantar en el grupo de favoritos, buen hito para sus primeros pasos en una ‘Grande Boucle’. Y ha sido más bien una cuestión de supervivencia, por cuanto pocos pueden decirse, como él, indemnes hoy. Hasta Wiggins, el imbatible e inmortal, cedió tiempo en meta (anulado por los jueces) debido a una caída de Boeckmans forzada por Freire y provocada por un ‘seto’ de GreenEdge. También perdió un gregario, el valioso y polivalente Konstantin Siutsou, pieza clave en los milimetrados planes de Sky, con fractura de tibia.
Más cruel si cabe fue la jornada para Movistar, que marró la ocasión de ganar la etapa con Valverde al salir el murciano recto en la curva postrera y, para más inri, sufrió la baja de José Joaquín Rojas, que no pudo sobrevivir con la clavícula rota por tres sitios y se perderá sus deseados Juegos Olímpicos en favor de su coequipier Fran Ventoso.
Foto: Facebook Movistar Team