MPCC: Aplicación práctica

«Partiendo de la base de la confianza y la transparencia, Pro Team Astana halla en el código del MPCC un paso creíble y voluntario hacia la protección y la reinstauración de una imagen positiva y limpia del ciclismo profesional. […] Instamos a la UCI a reconocer al MPCC como un intermediario viable entre equipos, organizadores y federaciones.»

Solicitud de adhesión de Astana al MPCC

Tras el apocalipsis de la USADA, el ciclismo esta viviendo un invierno plagado de mesías de todos los tipos. Los hay escatológicos, como Change Cycling Now; salvadores, como los magnates de la World Cycling Series, de cuyas dobleces daremos debida cuenta estos días; y luego están los redentores del Movimiento Por un Ciclismo Creíble.

Ya explicó Andrés Cánovas las bases del MPCC hace unas semanas. Básicamente: lleva las reglas antidopaje un poco más lejos. Su fortaleza, como puede leerse en el extracto de la solicitud de adhesión de Astana que sirve como inicio a esta pieza, reside en que todos los estamentos del ciclismo lo encumbran como nuevo paradigma ético. Se puede leer como un voto de confianza de quienes quieren creer que esta asociación es buena para impulsar una catarsis; o quizá un acto de hipocresía de los oligarcas más gatopardistas, promotores de la renovación aparente para conservar o aumentar su cuota de poder.

Para esclarecer un poco la realidad de esta asociación, desde Revolutio.es hemos contactado con miembros de los dos colectivos clave en el ascenso y la consolidación del MPCC…

Qué es el MPCC para las carreras

Rubén Peris es la cabeza visible de la Volta a Catalunya, carrera por etapas de cien años de historia y categoría World Tour, y uno de los organizadores más relevantes del panorama mundial, con cargo de vicepresidente en la asociación que los aglutina (Asociación Internacional de Organizadores de Carreras Ciclistas – AIOCC). Como corresponde a su estatus, estuvo presente en la reunión en la cual los promotores de competiciones ciclistas decidieron oficializar que darían prioridad a las escuadras integradas en el MPCC a la hora de configurar la participación de sus carreras.

Respecto de la naturaleza de esta determinación, Peris puntualiza que «no fue un acuerdo, sino una decisión«. «En el caso de los organizadores del World Tour tenemos la obligación de acoger a los 18 equipos de la categoría y, aparte, disponemos de unas cuantas invitaciones a repartir según nuestro criterio. Tras debatirlo en la reunión, decidimos que estas invitaciones fueran a parar a conjuntos del MPCC«. Pero, atención, formar parte de esta asociación no es obligatorio para ser invitado a una competición de primera división: «Por supuesto, aplicar esta decisión corresponde a la voluntad de cada carrera. Es una condición aconsejable, pero no excluyente«.

El motivo de que la asamblea de la AIOCC adoptara esta decisión es sencillo: «Queremos un ciclismo limpio, y el MPCC parece más que dispuesto a instaurarlo«. Sin embargo, constatar que es así, que la sociedad dirigida por Roger Legeay cumple sus intenciones, no será posible de una manera directa. «Las garantías se dan únicamente sobre el papel: las escuadras se acogen al Movimiento y se comprometen a cumplir sus normas«. Pero no hay un mecanismo fedatario establecido.

El logotipo del MPCC

El logotipo del MPCC

Qué es el MPCC para los equipos

«Si no estamos ahí, morimos«, resume Eugenio Goikoetxea, director de Caja Rural, único equipo español que ha solicitado la membresía del Movimiento, preguntado por su motivación para adherirse. «Cabe la posibilidad de que nos quedemos fuera de la Vuelta a España por no formar parte del MPCC, y debemos evitarla a toda costa para asegurarnos la supervivencia del equipo«.

«Pero no nos enseñará nada«, afirma convencido. «Prácticamente cumplimos todos los puntos de sus condiciones desde que salimos a las carreteras. Aunque apenas le damos publicidad, en Caja Rural nos gastamos una pasta en controles antidopaje internos y en fomentar buenas prácticas que, por supuesto, incluyen evitar el uso de productos prohibidos«. Sobre cualquier tipo de control por parte del MPCC respecto del cumplimiento de sus disposiciones dentro del equipo, Goikoetxea dice que «no habrá ninguno concreto, más allá de nuestro compromiso. Sí soy consciente de que han escrutado nuestra plantilla en busca de cualquier sanción no tolerada por sus normas«.

Un punto interesante sobre el MPCC es su financiación. Goikoetxea asevera que «hay que pagar por ser miembro«, pero no logra especificar una cifra. A otros equipos no les han informado directamente del precio, citándoles para la próxima asamblea del Movimiento el próximo 7 de febrero. Sí puede concretar Daniel Loy, gestor del OCBC Singapore Team, uno de los afiliados más modestos y exóticos del Movimiento. Pertenecer al MPCC cuesta 500, 1000 ó 1500 €, en función de si la escuadra es Continental, Profesional o World Tour. «La tasa sirve para adquirir la membresía y costear algunos productos que nos proveen, como pulseras para expresar nuestro compromiso antidopaje«.

Preguntado por la motivación de OCBC Singapore para estar en el MPCC, Loy responde de una manera certera: «Nos beneficiamos de pertenecer a una asociación fuertemente opuesta al dopaje y en la cual los equipos tienen la oportunidad de debatir e intercambiar ideas sobre este deporte«. Quizá esta sea la gran aportación del Movimiento Por un Ciclismo Creíble: puede que sea un espacio para la regeneración, el entendimiento y la discusión sana. Puede que sea bueno para el Ciclismo. Pero está por ver.

Foto: OCBC Singapore

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Agárrame ese Tinkov

Oleg Tinkov es un personaje, en el sentido más amplio de la palabra. Millonario porque, según él, supo crear un imperio de la nada, excorredor y patrocinador del Saxo Bank de Contador a través de su Tinkoff Bank. Está en el ciclismo para distraerse, cumpliendo lo dicho hace cuatro años, cuando dejó su Tinkoff Credit Systems en manos de Igor Makarov, el acaudalado dueño de Itera, para que lo convirtiera en Katusha. Aquella operación no fue un buen trago para el emprendedor ruso: acostumbrado a concluir triunfante de todos sus negocios, en esta ocasión le tocó salir por la puerta de atrás, fastidiado por cuanto dejaba la escuadra bajo la batuta de Andrei Tchmil, con quien no había congeniado durante el medio año que compartieron la capitanía de Tinkoff, y a quien describió, con razón a tenor de los resultados, como «un gran ciclista y un pobre director deportivo«. Se dice en los mentideros que su regreso de la mano de Riis es, más allá de un divertimento, una revancha contra Makarov y los suyos.

Oleg Tinkov junto a Alberto Contador. Foto: Astanafans

Oleg Tinkov junto a Alberto Contador. Foto: Astanafans

Por lo pronto, la segunda aventura ciclista de Tinkov ha encontrado una tremenda dificultad ante sí. Saxo-Tinkoff tiene complicada la licencia WorldTour por cuanto, salvo que la Comisión de Licencias dé una sorpresa en la evaluación de equipos con problemas éticos como Lampre o Astana, se juega la última plaza vacante en la primera división con Argos-Shimano. Y, para más inri, los organizadores de pruebas WorldTour han decidido dar prioridad en las invitaciones a los equipos enrolados en el Movimiento por un Ciclismo Creíble, que no puede admitir a Saxo-Tinkoff por la sanción de dos años que recibió su gran estrella Alberto Contador.

Así las cosas, la presencia del equipo en las grandes carreras, incluyendo las rondas de tres semanas, está peliaguda. Preguntado por el particular en una conferencia de prensa ofrecida para inaugurar una nueva sede de su banco en el centro de Moscú, Tinkov fue lenguaraz y descarado: «Alberto Contador es una superestrella, el mejor ciclista del mundo, y yo no puedo recordar los nombres de quien sea que tenga Argos-Shimano en su plantilla. Francamente, me resulta difícil imaginar un escenario en el que no nos den la licencia«. Tal cual. Las declaraciones, venenosas, hallaron respuesta en un tuit de Marcel Kittel, líder del Argos-Shimano: «¡Olé, Oleg! Bonita entrevista. [sic] Tienes razón: ¿para qué necesita el ciclismo credibilidad y normas?«.

Y aquí es donde encontramos al Tinkov más irreverente y provocador. Ni corto ni perezoso, respondió a Kittel y otros tuiteros que discutían el particular: «¿En serio creéis que mi equipo debería enfrentarse a Argos-Shimano para conseguir una licencia WorldTour?«. Y, de remate, un LOL [Laughing Out Loud, equivalente a ‘Me parto de risa’]. Y no había que rebuscar demasiado para encontrar alguna burrada más en el Twitter de Tinkov. A una aficionada que le preguntaba por noticias sobre el tema de la licencia, le contestó que sólo se las daría a cambio de sexo. A un desagradable ‘fake’ de Cipollini que le comparaba con un teleñeco mal bronceado, le invitó a «chupársela». Incluso tuvo tiempo de una alusión a Tyler Hamilton, que corriera en el primer Tinkoff.

Pero es que Oleg Tinkov es así de bizarro. Y no sólo para el ciclismo. Basta darse una vuelta por sus dos cuentas de Youtube. En la personal se exhiben joyas como el vídeo de arriba, pedaleando en rodillo sobre su Colnago vestido con el maillot de su antiguo equipo y celebrando un triunfo imaginario. Después podemos encontrarle nadando un largo en piscina cubierta o esquiando, una y dos veces. También cuelga ‘sketches’ propios de Muchachada Nui (¡qué pena no entender ruso!) y vídeos haciendo hablar a un colega para gustarse mientras tanto poniendo caras raras. Incluso avergüenza a su colega y también millonario Richard Branson, dueño de Virgin y el antiguo patrocinador del ciclismo australiano a través de Fly V, al que podemos ver bailando rusamente con las risas del propio Tinkov de fondo.

Su segundo canal, BizSekrety, es teóricamente más serio; de hecho, su último capítulo lo es, lamentablemente. Ofrece una serie de vídeos donde Oleg Tinkov y su subalterno Oleg Anisimov se entrevistan con distintas personalidades del mundo de los negocios para extraer sus trucos y secretos. Quizá debería parecerse a La Noche Abierta o El Loco de la Colina, pero termina siendo más similar a Manu a Manu, el programa de Bilbovisión donde a Iban Mayo le quitaron el EPO.

Las entrevistas de BizSekrety se caracterizan por la presencia del alcohol, ya sea materialmente o en espíritu, y porque la gente no cesa de tocarse la nariz en pantalla. Se hacen a personajes muy variopintos y en localizaciones muy distintas. A veces incluyen un ‘bonus track’, al final del vídeo, con Tinkov y Anasimov disertando en entornos extraños: aquí, por ejemplo, hablan subidos a una tortuga [a partir del minuto 40; desde el 42, Anasimov en apuros]. Hay entrevistas donde Tinkov, vestido de blanco impoluto, no logra aguantarse la risa en ningún momento. Otras las inicia de manera inenarrable, como este magnífico «Engelbert… Engelbert… Engelbert… What the fuck«. Una última bizarrada: esta entrevista con un chef, que Tinkov empieza en pose diligente y termina con los ojos cerrados y casi echado sobre la mesa después de pegarse un buen almuerzo y liquidar una botella de vino.

Este es Oleg Tinkov, y hay que quererlo tal y como es. Seguramente termine resultando cargante a lo largo de la temporada, con su excentricidad y su arrogancia. Pero ya tenemos suficientes personajes políticamente correctos en el mundo del ciclismo… Así que mejor que no nos lo agarren ni coarten.

¿Qué ha pasado en China?

Digamos que hace un montón de tiempo, en el Siglo XIV, China hizo suyo un archipiélago pequeñito que, en cinco islas y tres rocas, apenas superaba los siete kilómetros cuadrados de extensión; le puso Diaoyu. Tan baldío e inútil era que lo desatendieron, se convirtió en tierra de nadie y, a finales del siglo XIX, Japón le cambio el nombre a Senkaku y se lo anexionó sin decir nada ni oír protestas. Al final de la Segunda Guerra Mundial, y como parte de los acuerdos de paz que propiciaron que exista esa base militar de Okinawa donde nació Chris Horner, ese territorio pasó a manos de Estados Unidos, que en 1972 las devolvieron a Japón en cumplimiento de un tratado sucesivo.

Por aquel entonces la ONU ya había publicado un informe insinuando que las Senkaku podían tener grandes reservas energéticas, así que la República Popular de China (la grande, la China con mayúsculas) y la República de China (la pequeñita, considerada a sí misma heredera de las antiguas dinastías aunque más conocida por el nombre de su isla-territorio, Taiwán, o su capital, Taipéi) realizaron débiles protestas. La cosa no pasó a mayores porque el recuerdo de la Gran Guerra y la consustancial y sangrienta invasión de Manchuria realizada por Hiro Hito y los suyos estaba muy fresca. Además, por aquel entonces China se hallaba en pleno genocidio maoísta (o Revolución Cultural), un acontecimiento lo suficientemente grave para restar atención a los demás.

La crisis de las Islas Senkaku

Los tiras y aflojas en torno a las Islas Senkaku se han reavivado últimamente con la «regularización» de su propiedad, ya que aunque estaban bajo jurisdicción japonesa pertenecían a determinadas personas, y no al país, que invirtió 20,7 millones de euros en comprárselas a sus súbditos para añadir al Tesoro Nacional sus recursos energéticos, preciadísimos ahora que el país está en plena crisis posnuclear, además de su perímetro para pesca y las posibilidades geoestratégicas que aportan esos siete kilómetros cuadrados de piedras en mitad del Mar Este de China. Un proceso calificado de «farsa« por el próximo presidente del Partido Comunista Chino y futuro mandamás de la nación, Xi Yinping, y la agencia estatal de noticias Xinhua.

La polémica se desató en China; y con ella sucede como con todas las controversias del gigante asiático, que hay un telón oscuro y la sospecha de que todo el descontento popular es un artificio diseñado por el omnipotente y orwelliano gobierno del país. La cuestión es que hay barcos patrulleros de la República Popular rondando los islotes; también pesqueros de los aliados de la República taiwanesa, repelidos a manguerazos. Hay un embajador, el japonés en China, muerto en la puerta de su domicilio por un infarto (?). Se masca la tensión: Estados Unidos tiene el cuchillo preparado para partir y repartir en caso de conflicto porque tiene acuerdos de defensa con Japón, pero se ve obligado a envainarlo porque también hay una gran cantidad de su deuda soberana en manos de China y sus acreedores le piden que no se propase. Incluso China y Japón están obligados a guardarse el respeto, por mucho que les duelan los siete kilómetros cuadrados, porque sus relaciones comerciales bilaterales mueven 262.000 millones de euros cada año

Son muchos factores que llegan al pueblo chino resumidos en eslóganes simples para desencadenar una campaña xenófoba antijaponesa, destinada a generar tensión y presión en los vecinos y espoleada por la coincidencia en fechas con el aniversario de aquella invasión de Manchuria durante el siglo pasado. El resultado son postales esquizofrénicas, como las latas de oferta de un supermercado colocadas en forma de tanque; manifestaciones planeadas ante la embajada japonesa y el acoso a cualquier vestigio nipón, incluidos restaurantes, fábricas… o equipos ciclistas.

Taiji Nishitani (Aisan), ganador de una etapa de la Vuelta a China I. Foto: Sonoko Tanaka

Taiji Nishitani (Aisan), ganador de una etapa de la Vuelta a China I. Foto: Sonoko Tanaka

Y llegamos al ciclismo

En septiembre se han disputado en China dos carreras ciclistas: la Vuelta a China I y la Vuelta a China II. Nombres poco imaginativos para dos rondas por etapas llanas y nacidas benditas con la categoría .1 por obra y gracia de su organizador Global Cycling Promotions, la empresa creada por la UCI y sufragada con los fondos reservados del World Tour para organizar carreras en «nuevos mercados» y producir beneficios. La general de ambas pruebas se las llevaron Renegados del Christina Watches: la Vuelta a China I, disputada del 7 al 13 de septiembre, fue para Martin Pedersen; la Vuelta a China II, del 16 al 23, para Stefan Schumacher.

En la Vuelta a China I hubo presencia japonesa, con el Aisan Racing Team, que incluso triunfó en una etapa con Taiji Nishitani; pero en la Vuelta a China II… No. La escuadra nipona fue invitada a abandonar el ‘circo’ en el intermedio entre una ronda y otra para evitar posibles incidentes relacionados con la xenofobia rampante en aquellos días, a pesar de que según corredores presentes en la carrera ésta no afectó ni enreareció en ningún momento la competición. También una fotógrafa (Sonoko Tanaka, sus fotos ilustran este artículo) y un comisario de la UCI fueron enviados a su país.

El Tour de Pekín, la próxima polémica

Si bien lo acaecido en las rondas chinas .1 ha sido prácticamente inane, más allá del perjuicio directo al Aisan y el resto de expulsados de carrera, las consecuencias del racismo chino pueden ser muy trascendentes en la próxima prueba internacional que se disputará en su territorio. Ésta es el Tour de Pekín, programado del 9 al 13 de octubre como acto conclusivo del UCI World Tour. Allá donde se repartirán los últimos puntos de la temporada, que pueden inclinar la balanza y meter en primera división a uno u otro de los aspirantes a integrarla en 2013.

Global Cycling Promotions, también organizadora de esta competición, ya ha tomado su primera medida con respecto a «las circunstancias«, convenciendo a Argos-Shimano para que renuncie a participar en una carrera crucial a la cual le invitaron hace un mes. El motivo es la naturaleza de su coespónsor Shimano, radicado en Japón. La duda que suscita esta acción: ¿Qué sucederá con dos formaciones WorldTour con patrocinador nipón, Garmin-Sharp y RadioShack-Nissan? Si participan, quizá estén en riesgo y agraviarán a Argos-Shimano; si no, desvirtuarán completamente la carrera, pues estarán ausentes dos escuadras que deben presentarse por normativa.

Ya sabemos lo que ha pasado y está pasando en China, pero… ¿Qué pasará ahora?

Fotos: Sonoko Tanaka

La pegada, los jefes y los indios

Terminada la Vuelta a España, el interés del mundillo ciclista se centra en el Campeonato del Mundo que se disputará la próxima semana en la región holandesa de Limburgo, con la novedad de la crono por equipos y el gran aliciente de siempre de otorgar el entorchado arcobaleno masculino en la prueba final del domingo 23. Las convocatorias de las distintas selecciones se van haciendo públicas, y ayer martes le tocó el turno a la española

Este año, el Mundial será una cuarta Clásica de las Árdenas (o la quinta, si incluimos a la Flecha Brabançona como tal): algo más de 260 kilómetros, con unos 100 primeros «técnicamente exigentes» según la descripción oficial y el resto a recorrer en diez vueltas por un circuito quebrado de longitud algo superior a 16 km que incluye las subidas al Bemelerberg (900 m, 5%) y el Cauberg (1200 m, 5’8%). Territorio de Amstel Gold Race.

Así las cosas, José Luis de Santos ha optado por seleccionar a un ‘dream team’ con los españoles más aptos para una carrera del género. La selección presenta hasta seis corredores capaces de luchar por el arco iris o, cuando menos, una medalla. De ellos, cuatro (Freire, ‘Purito’, Valverde, Samuel) se han clasificado en el top 10 de al menos una de las cinco últimas ediciones de la Amstel, siendo Freire quien más querencia demuestra por el terreno con hasta seis puestos entre los diez primeros de dicha clásica durante su carrera deportiva.

No cabe duda, pues, de que la selección española para el Mundial tiene pegada. La duda es si, con cinco líderes y cuatro gregarios (asumiendo que Dani Moreno gastará todas sus balas en ese rol), más jefes que indios, tendrá consistencia suficiente para obtener un buen resultado. Este es un aspecto preocupante, visto el desarrollo de los últimas competiciones de élite por países cuyo recorrido ha sido exigente. En Varese 2008, ‘Purito’ y Samuel batallaron por su cuenta con música clásica sonando por el pinganillo mientras Valverde y Freire se quedaban con Paolo Bettini. Mendrisio 2009, por su parte, vio como los tres españoles que quedaban en la selección final de nueve se traducían en un exiguo bronce para ‘Purito’ mientras Valverde y Samuel se mordían las uñas por detrás. Más recientemente, en los Juegos de Londres (de altimetría más sencilla), Luis León y una vez más Valverde se quedaron en fuera de juego por no desmarcarse ni cooperar con eficiencia.

El precedente que quizá indique la manera de rentabilizar la enorme cantidad de talento acumulada en el ‘nueve’ español es Pekín 2008. Allí, la carrera se planteó en la práctica como un marcaje a estrellas rivales a las cuales perseguir por aquel largo repecho (o corto puerto) y su bajada. La pegada de aquella selección logró el oro merced a un gran esprint de Samuel Sánchez. La prueba fue tan movida, y kamikaze, que la guerra individual se demostró la mejor opción.

Quizá plantear una carrera muy dura para desarbolar tácticas de equipo ajenas, sin concesiones ni atender a los casi diez kilómetros de terreno benigno que separan en cada giro Cauberg y Bemelerberg, sea una buena alternativa. La otra sería convencer a algunos de los jefes para aceptar el papel de indios; difícil papeleta para De Santos, domesticar a un campeón olímpico, un tricampeón mundial, el ganador de la Vuelta a España o alguno de sus compañeros de podio, ambos con triunfos recientes en las Ardenas. Otra opción, más complicada de asumir si cabe, hubiera sido dejar alguno de los líderes en casa para convocar a algún gregario natural más, situación que podría darse de renunciar Samuel a la cita y reemplazarle Egoi Martínez. Pero eso, como la totalidad de este último párrafo, es ciclismo-ficción.

Convocatoria de la Selección Española para el Campeonato del Mundo en línea Elite masculino Alejandro Valverde, Jonathan Castroviejo, Pablo Lastras (Movistar), Joaquim Rodríguez, Dani Moreno, Óscar Freire (Katusha), Samuel Sánchez [reserva: Egoi Martínez] (Euskaltel), Alberto Contador (SaxoBank), Juan Antonio Flecha (Sky)

Foto: Fundación Euskadi

Una camiseta con bolsillo

Hace dos días que pasó, y el pelotón pasta ahora como si nada en esos campos castellano-leoneses tan amarillos y tan eternos. Supongo que un campo puede ser eterno, pero el pavor, el frenesí y el éxtasis no. Vivimos en un mundo lleno de conflictos, basada en el movimiento constante, el choque de particulas, el consumo de productos… y todo lo permanente es algo así como patológico. Si la Vuelta a España hubiera estado en constante pavor, frenesí o éxtasis hubiera sido necesario que, tras el coche del médico, viajara otro vehículo con asistencia psicólogica. Quizá valiera con una moto, por aquello de que los utensilios de ese galeno cabrían en una riñonera y en su labor conviene un contacto más personal, sin chapa de por medio más allá del palique… Pero una moto es una moto, ocupa sitio y gasta combustible. Y eso, para una organización que no invierte ni en cobertura televisiva, ha de ser un engorro.

El factor diferencial de la Vuelta a España con respecto a Giro y Tour no ha sido tan deportivo como psicológico. También en el Tour de Francia se fue muy rápido, con Sky remolcando la carrera como si fuera un lastre; también el Giro de Italia fue incierto, decidiéndose por segundos y con grandes dosis de suspense y heroísmo de tinte épico. Pero la lucha por la general de la Vuelta está siendo, más allá de la competición en sí, emocionalmente intensa. Contador necesitaba sacudirse el trauma del filete, a ojos propios y ajenos. ‘Purito’ se aprovechó de ello en su terreno predilecto en la primera mitad de la Vuelta …

[ Aquí voy a hacer un inciso. Va a ser tan poco ortodoxo como esas camisetas con bolsillo, pero tampoco este texto va a ser mucho mejor que una de esas. Esta Vuelta a España 2012 me recuerda al Tour de Francia de 2011 o varios de los últimos Giros de Italia: dividido en dos mitades, una primera alternando finales en cuesta y esprints en la cual no se resuelve nada salvo que hay varios candidatos igualados, y una segunda en la cual se crean las diferencias. Creo que esa es la verdadera tendencia de las grandes vueltas modernas, junto a la parquedad de kilómetros contrarreloj. ]

… y luego, hace dos días, sucumbió ante ello para hallarse de nuevo ante su trauma, o complejo, de no poder alcanzar ese triunfo apoteósico, esa gran vuelta, esa clásica monumental, ese campeonato, porque siempre le falta un puntito: descorazona que la mejor carrera que haya ganado sea la Flecha Valona, o la Volta a Catalunya. Valverde, rebotado desde un Tour aciago y casi maldito, ha vuelto a ganar como ganaba y sumado esa solidez que desarrolló en la Vuelta 2009, aquella de ‘Ahorra Energía’, para autoafirmarse. Y Froome, el cuarto gran protagonista, está desplegando una dignidad inaudita en el rol de gran derrotado, sin escatimar la ceniza de sus piernas quemadas en cada meta alcanzada a fuerza de chepazos para recompensar el trabajo de sus coequipiers; una experiencia valiosa para convertirse en un líder de verdad.

Todo muy psicológico. Yo estudio Periodismo, pero hago asignaturas de Psicología; y no puedo con las teorías positivistas que convierten en una especie de Matemáticas todas esas visicitudes mentales que sufrimos las personas. Con lo sencillamente complicados que somos, pretender reducirnos a una serie de mecanismos identificables y lógicos es… Demasiado. Con el ciclismo me pasa algo similar: el positivismo de Sky es espléndido, pero puede llegar a ser desquiciante si se prolonga o, peor aún, se perpetúa…

Por eso es tan importante lo realizado por Alberto Contador, ‘Purito’ Rodríguez y Alejandro Valverde camino de Fuente Dé. En un terreno incómodo, perlado de falsos llanos y verdaderas rampas, arriba y abajo, no hubo lugar para consideraciones de vatios y sí para tácticas desasidas. Contador y su SaxoBank supieron plantear un escenario sin actores relevantes más allá de las fuerzas de los principales implicados: no había Gesinks, Talanskys o Antones cuyos intereses menores influyeran en la batalla; sólo los líderes y algunos gregarios.

Las cartas se destaparon. En el cuerpo a cuerpo, Contador sacó tiempo a ‘Purito’ en el llano y lo mantuvo en Fuente Dé; el catalán, aun desarbolado por las circunstancias, no navegó al pairo y mantuvo el tipo en la subida final. Valverde, con más fuelle tras parapetarse en la desesperación de Katusha, remontó para dotar de más sentido a la pregunta irresoluble e impertinente de qué hubiera sucedido sin la caída de Valdezcaray.

Y nosotros, los aficionados incondicionles, tan felices con el espectáculo. Y los espectadores ocasionales, encantados. Es la gran virtud de esta Vuelta: ha terminado por contentarnos a todos. Y Galdós y Toribio, a punto de ser cazados por ese pelotón arrogante y abusón entre los eternos campos castellano-leoneses…

El que la sigue

El otro día hablábamos de un rol clásico de las grandes vueltas, la revelación de la general. Hoy toca otro: el más combativo, el aventurero que se cuela en las escapadas de la primera semana de manera irreflexiva, sacrificando sus fuerzas a cambio del protagonismo, la relevancia y una rentabilidad que cualquier equipo ansía. El mejor en esta faceta está siendo, de momento, Javier Aramendia: cuatro fugas largas, todas premiadas con el dorsal rojo de la Combatividad, y una quinta casi-fuga camino de Valdezcaray, cuando la cabeza de carrera no esperó su persecución. Como ya ha contado su historia Alain Laiseka en Deia, el foco de Revolutio.es se va a dirigir hacia otro esforzado de la ruta especializado durante esta Vuelta en escapadas quiméricas…

El que la sigue la persigue y, al final, la consigue. Javier Chacón (1985, Vélez-Rubio) lleva persiguiéndola muchísimo tiempo. Es una de esas personas que decide ser ciclista muy joven y se pone a competir desde cadete en pos de su sueño. Eso, que en cualquier lugar es digno de admiración, en Almería resulta una proeza, habida cuenta del maldito desierto que es para el ciclismo organizado, pese a que el marco sea inmejorable.

Chacón emigró a Murcia, donde le acogieron técnicos característicos de la región como Paco Moya o José Antonio Ortuño, su «hermano mayor«. Su época como amateur fue notoria, pero demasiado larga: ocho años pasó como aficionado o semiprofesional. Cierto es que no era un ciclista ganador, pero sí que era habitual verle entre los primeros. 2006 fue su año más brillante, con el Campeonato de España CRI sub23 y otras tres victorias en el palmarés y una participación, no demasiado brillante pero valiosa, en el Mundial de Salzburgo. Sin embargo, en sus propias palabras, «aquel invierno no me llamó ni mi padre«.

Y no quedó sino seguir. Persistir. En 2007 probó con el filial amateur Andalucía para después volver junto a Ortuño en el Cafemax – Contentpolis, con quienes ganó varias mangas de la Copa de España en distintas campañas. Tras una de ellas (Pontevedra 2008), un rival quedó tan descontento con su conducta en el esprint que intentó pegarle un bidonazo.

Mientras terminaba sus estudios de Magisterio y preparaba las oposiciones, probó cucharadas de profesionalismo con la Selección Española y la estructura ciclista murciana de Ortuño. Vistiendo los colores del Heraklion Kastro Murcia continental pudo incluso estrenar su palmarés UCI con una etapa en la Vuelta a Venezuela (el comentarista cantaba: «¡viene España!»). En invierno de 2010 se comprometió para continuar su carrera con la secuela de aquella escuadra grecomurciana, el KTM Murcia. A última hora dio marcha atrás y volvió a la estructura Andalucía, buscando «estabilidad«; hizo bien, visto cómo ha evolucionado su carrera y cuál fue el destino de aquel KTM Murcia.

Tras un año acumulando triunfos como amateur, Chacón se ganó sucesivamente un puesto como ‘stagiaire’ en 2011, un contrato profesional para 2012 y defender los colores de la escuadra de Antonio Cabello en esta Vuelta a España. Si bien sus capacidades eran evidentes, lo cierto es que su progresión ha sido notable y le ha llevado incluso a sumar una segunda victoria UCI, con la etapa reina de la Vuelta a Azerbaiyán. Xabier Artetxe, técnico vasco que comenzó a encargarse de su preparación física este año, lo explica: «Lleva toda la vida entrenando por sensaciones. Empezar a hacerlo con método le ha venido muy bien para explotar sus cualidades, que se han incrementado también por la exigencia que supone la primera campaña completa como profesional. Y tiene margen de progresión, porque esta temporada ha tenido varias enfermedades que han interrumpido sus entrenamientos…»

Esta Vuelta a España está siendo su presentación y revindicación ante el gran público. Chacón ha hecho gala de los valores de su equipo, que tan interiorizados tiene: «ser combativos y dejarnos ver«. Ha recogido dos premios de la Combatividad y vestido el maillot de la montaña merced a tres escapadas (una de ellas, Logroño, en solitario). Tres fugas de mérito para un recién llegado en la categoría. «Y ojo«, señala un compañero de equipo, «que Chaki no coge las escapadas por listo, sino por cojones. No es de los que se guarda, realiza un ataque y tiene la suerte de marcharse. Él se marca un día y se mete en el primer corte, en el segundo, en el tercero… Y así hasta que se filtra en la escapada buena«.

Puro mérito para erigirse en miembro de ese honroso encaste de los batalladores, escapistas o barodeurs; herederos de los ‘torerillos’ de Miguel Moreno, esos que saltaban en cada instante buscando un minuto televisivo de oro para sus espónsors. Mérito necesario para espolear a los políticos andaluces a renovar el patrocinio del imprescindible equipo Andalucía. Mérito para reconocer la carrera deportiva de Javier Chacón que, después de tanto seguirla, y perseguirla, al fin lo ha conseguido. Ya es un ciclista con todas las letras.

Foto: Equipo Andalucía

Javier Chacón, en Ciclista y Ciclismo

Os presento a Andrew

En todo gran escenario termina por destellar alguna estrella emergente. En estos primeros compases de Vuelta a España, de momento, podríamos considerar como gran sorpresa el tremendo dominio de John Degenkolb en los esprints: la potencia del alemán no era ningún secreto, pero su punta de velocidad sí era algo más desconocida y ha servido para batir a otros velocistas de futuro como Bouhanni, Viviani o Ben Swift una, dos y tres veces. También ha sido relevante la irrupción de Javier Chacón, neoprofesional y más combativo de la carrera hasta ahora. En la lucha por el premio gordo de la general, sin embargo, no ha habido una gran explosión como las de Froome o Cobo la pasada campaña: el ‘statu quo’ ha sido más o menos respetado. Pero sí han asomado dos nombres llamativos, ambos relegados hoy por los cortes de Alcañiz pero igualmente apreciables de cara al futuro: el colombiano Winner Anacona, de Lampre, y el objeto de esta pieza…

Andrew Talansky (1988, New York / Miami) no es un producto genuino de la factoría Slipstream, pero casi. No se ha formado en las categorías inferiores de la estructura patrocinada por Garmin; ni siquiera pasó por el filial, Chipotle. Sin embargo, tanto sus cualidades como su carácter son totalmente ‘argyle’. Si Vaughters dijo en su día que fichaba a Charly Wegelius como director deportivo por ser «quirky» (traducible como ‘excéntrico’), Talansky puede encajar en la definición a juzgar por lo que se desprende de sus diversas entrevistas: desde la pinta nerd a su gusto por la quiropraxis, o el ánimo de «vivir solo para tener mi propio espacio» que puso como pretexto para vivir en Lucca durante 2011, a lo cual tuvo que renunciar este año para establecerse en Girona como el grueso de Garmin-Sharp.

Aunque su apreciable carrera profesional indique lo contrario, Talansky no lleva más que seis años montando en bicicleta. Antes practicaba los típicos deportes escolares americanos, siendo su preferido la carrera a pie. Una lesión entrenando en 2007 le obligó a buscar otra disciplina, y eligió la bici; comenzó a disputar carreritas por su zona de Florida, destacó y le cazó un mánager, Todd Hancock, que le colocó en el Toshiba continental para que, con apenas un año de experiencia en competición sobre dos ruedas, hiciera sus primeros pinitos en pruebas profesionales.

En invierno el equipo cesó y, ante la perspectiva de no poder continuar progresando en su recién emprendida faceta, Talansky mandó su currículum y valores sanguíneos «a todos los equipos americanos y continentales extranjeros« que pudo. Suscitó el interés de uno, el peculiar Amore e Vita: «Me llamaron y dijeron: ‘¿Quieres venir a correr a Italia?’. Me sonó romántico y no tenía nada que perder, así que me fui tres meses allí«.

Fue su primera experiencia en Europa; algo mísera, pero suficiente para ilustrarle y convencerle de que la bicicleta era su destino. Tuvo incluso la oportunidad de presentarse en sociedad en el Philadelphia International Championship, una clásica de categoría 1.HC. Otra joven promesa norteamericana, Daniel Holloway, se lanzó en una fuga solitaria; Talansky, ni corto ni perezoso, se fue tras él. No logró contactarle: se acercaba en el repecho del circuito por el cual discurría la prueba, pero Holloway se lanzaba en el descenso y restablecía las diferencias.

No fue esta actuación lo decisivo en la progresión profesional de Talansky, sino un cambio en USA Cycling (la federación estadounidense de ciclismo). El mítico Noel Dejonckheere ejercía por aquel entonces de seleccionador sub23 y no le había convocado en ninguna ocasión pese a sus méritos; en invierno de 2009 se marchó a BMC, y su sucesor sí contó con él. Esta fue su plataforma para destacar, rubricar un contrato por tres años con Slipstream en verano y firmar un segundo puesto en el Tour del Porvenir en septiembre tras otro corredor que está aumentando su caché en esta Vuelta, Nairo Quintana.

Las dos temporadas transcurridas en Garmin han sido un buen campo de pruebas y evolución para Andrew Talansky. Ha marcado buenos resultados, con doce contrarrelojes concluidas entre los veinte primeros; concluyó la Vuelta a España en 2011 («Se me hizo bastante dura, pero fue un sufrimiento rentable«); subió al podio de una ronda WT, el Tour de RomandíaNo está mal terminar segundo tras el mejor vueltómano del mundo«) y, este mismo mes de agosto, ganó el Tour de l’Ain pese al acoso de Movistar.

Talansky se autorretrata como «un poco Wiggins«. Un contrarrelojista con cualidades para la escalada, con querencia por «subidas largas y de pendiente sostenida donde poder usar mis cualidades para los esfuerzos en solitario«. Un gran fondo físico y un espléndido futuro culminan el relato de sus cualidades. Él confía en ellas, y el ‘staff’ de Garmin también; como repite en varias entrevistas, «Vaughters no me fichó para hacer de aguador«.

Esta Vuelta a España puede ser la primera prueba de valor para el vueltómano de Florida. No tanto porque se lo haya pedido el equipo como porque se lo exige él mismo: «Quiero saber si soy capaz de mantener cierta consistencia en tres semanas, aunque me lo voy a tomar día a día«. Por lo pronto es 21º de la general a 2’48» del líder ‘Purito’ Rodríguez; dato muy interesante contando que 1’27» de su retraso provienen de la CRE inicial, donde medio Garmin-Sharp se fue al suelo. 33″ cayeron ayer en Alcañiz y 39″ en el Fuerte del Rapitán de Jaca; en Valdezcaray entró con los favoritos y en Arrate junto a los mejores mortales. Es complicado pronosticar cuán alto llegará, tanto en esta Vuelta como en el total de su carrera deportiva; pero, por si acaso, ya os lo he presentado.

Fotos: Velonews / Lynelamoureux

¡Que vienen los nuevos yanquis!

«Si no te crees el ciclismo, vende tu bicicleta»

Crueldad sin necesidad de honra

Dice Borja que en el ciclismo corren dioses airados, pero yo diría que en realidad son héroes frenéticos buscando esa condición de dioses airados. Héroes sin medios, a veces también sin fines, pero con un objetivo: trascender.

«No entiendo que Sky se haya comportado de una forma tan cruel«, dijo en meta Eusebio Unzué a Laura Meseguer. El técnico navarro aún estaba perplejo porque Alejandro Valverde, la joya de su corona, había sido descabalgado de la bicicleta y el liderato por un ataque de los británicos, buscando un abanico con una peligrosa maniobra que estrechó el pelotón y tuvo por consecuencias ineludibles los roces y la caída de unos veinte ciclistas entre los que se contaba medio Movistar.

Más crueldad: el movimiento fue liderado por Juan Antonio Flecha, ejecutado por Xabi Zandio y Rigoberto Urán, planificado por el director deportivo Nicolas Portal. Todos antiguos integrantes de la escuadra navarra; los tres últimos, incluso, ex compañeros de Valverde. El murciano fue al autobús de Sky y les espetó: «Estoy jodido. No me lo esperaba de vosotros«. Antes, en Cope, había hablado de antideportividad y falta de cojones. Mientras tanto, Flecha y ‘Purito’ escurrían el bulto, escudados en que ignoraban el infortunio de ‘Bala’. La diferencia entre ambos fue que Katusha cesó de tirar cuando Intxausti avisó de la circunstancia, mientras Sky continuó apoyado de manera desconcertante por BMC, súbitamente convencido de las condiciones de Steve Morabito.

Quizá vengaban afrentas de tiempos pasados, algo siempre presente en el complejo e intangible código del ciclismo. Porque, si en los duelos en pistola era poco honroso apuntar con esmero al cuerpo del contrincante o rematarle cuando se hallaba herido, en el deporte de la bicicleta la venganza suele servirse tan fría como fina, y el escudo de la legitimidad es amplio, amplísimo. Así que no hubo piedad a la hora de hacer revivir a Valverde aquella situación de Suances, de tirar por detrás desesperado mientras el pelotón desfilaba en el horizonte.

Las prisas de Valverde detrás de Sky eran las de Luis Ángel Maté y sus cuatro compañeros de fuga delante. Merced al difícil terreno de salida, la fuga se había hecho de galgos: Maté, Jesús Rosendo, Assan Bazayev, Tony Martin, Simon Clarke. Todos con buen motor y, en mayor o menor medida, ambición por trascender. El ‘Lince Andaluz’, sabedor de que el maillot rojo estaba a su alcance si la complacencia cundía en Movistar, tiró hasta vaciarse. La joya de 13 minutos de ventaja que contaba la fuga a 40 km de meta fue reducida a quincalla de 6 por la crueldad de Sky. No había mucha esperanza de lidearto Valdezcaray arriba, aunque sí quedó un margen para la victoria que aprovechó el infravalorado Clarke para conseguir su primera victoria desde junio de 2008.

Hubo más historias en la etapa, como los ataques vanos de Contador, el extraño brillo de Nicolas Roche, la celebración a destiempo de un Marcos García que mostró hoy su mejor versión de siempre o la desacostumbrada solidez de Juanjo Cobo que, como suele sucederle, se ha descartado demasiado pronto. Aunque ninguna como las derivadas de ese movimiento cruel de Sky, legítimo porque su frenesí inició antes de la mala suerte, pero cuya honra es cuando menos discutible.

Fotos: Graham Watson – Vuelta a España

La realidad de los puntos de Euskaltel

El Ránking de Mérito, también conocido como Sporting Value o UCI Mérite Ránking, es el método privado que utiliza la UCI para determinar el valor deportivo de un equipo. Para calcularlo, se suman el valor colectivo (Team Value) obtenido por la escuadra con sus prestaciones en el año anterior en carreras World Tour y .HC y los puestos ocupados en los ránkings por equipos de los distintos circuitos competitivos (tanto World Tour como continentales); y el valor de su plantilla (Roster Value), determinado por los doce corredores contratados para 2013 que más puntos (Invidiual Value) han acumulado en los dos años anteriores a través de victorias, puestos de honor en las grandes vueltas, campeonatos en otras disciplinas ciclistas y los ránkings de los circuitos competitivos (unificados para dar cabida a todos los corredores sin distinción de categoría).

Ciertamente, es una quimera comprender sin asomo de duda todo este galimatías explicado con letras. Esperemos que con este cutre-cuadro quede más claro:

… Y las puntuaciones de los equipos surgidas de este proceso se ordenan, dando lugar a un ránking como el que sigue. Los 15 primeros clasificados tienen garantizada una plaza en el UCI World Tour; los cinco situados del 16 al 20 deben presentar sus credenciales a la Comisión de Licencias para optar a una de las tres plazas restantes en la primera división del ciclismo.

A la izquierda, el Ránking con las plantillas de 2012; a la derecha, con las plantillas de 2013 según las informaciones surgidas hasta ahora. Los valores, tanto colectivos como individuales, están actualizados a fecha del 25 de Julio.

Gracias a este sistema, este invierno pudimos presenciar auténticas locuras como el caso Sohrabi y fichajes tan bizarros como Boris Shpilevsky o Amir Zargari para AG2R, uno de los equipos que convirtieron el Sporting Value en una psicosis. De cara a 2013, los franceses ya se han movido bien en este aspecto incorporando los sólidos valores de Betancur ó Dumoulin y desprendiéndose de corredores como Nicolas Roche o Kristoff Goddaert cuyo caché o calidad no se ven reflejados en puntuación. Los fichajes no les colocan ni por asomo en el privilegiado top15; pero un par de buenos movimientos más que les fortalezcan tanto como debilitan a otros rivales (por ejemplo, fichar a Hutarovich o Petacchi) podrían alcanzarle para ello.

Los problemas reales son para aquellos que tocan el filo de la navaja, a merced de que un movimiento de Colnago, Androni o IAM Cycling (que negocia con Cancellara) les arrebate cualquier opción de estar en primera división: SaxoBank y Euskaltel. Y, si bien Saxo tiene la tranquilidad de un presupuesto importante y un mercado ilimitado para fichar corredores que le asiente cuando menos entre los elegibles para el World Tour, Euskaltel no está en la misma situación. Los vascos, una vez bajo control de la empresa de telecomunicaciones, tienen claro que su prioridad es estar en la máxima categoría en 2013; han realizado buenos movimientos de calendario en este sentido, pero les falta uno definitivo: debe abrir su plantilla más allá del País Vasco y los corredores «asimilados». ¿Por qué? Por la clasificación de arriba y datos como estos…

  • Sólo tres componentes de la plantilla de Euskaltel tienen más de 20 puntos: Samuel Sánchez (260), Mikel Nieve (57) e Igor Antón (23). Movistar tiene a diez ciclistas puntuando por encima de esa cifra; RadioShack, 15.
  • Si ampliamos la búsqueda a todos los vascos y navarros del pelotón, sólo habría cinco: los tres Euskaltel más Beñat Intxausti (38) y Haimar Zubeldia (33).
  • Un equipo con el Team Value de Euskaltel y los 12 vascos con más puntos determinando el Roster Value tendría 473 puntos y quedaría igualmente fuera de los 15 privilegiados; ergo debería ir a la Comisión de Licencias.

Con las cifras del 25 de Julio, sólo quedaría una hipotética salida para mantener la filosofía de la Fundación Euskadi y entrar directamente en el World Tour: «asimilar» a un corredor formado en el antiguo equipo amateur vasco Iberdrola, Joaquín ‘Purito’ Rodríguez, cuya cuenta de puntos es elevadísima y más que suficiente para poner a Euskaltel en el top15. También se puede confiar en un gran final de temporada de Samuel, Nieve, Antón y compañía que provea a la escuadra de puntos suficientes…

Más allá de esa punto-ficción, hay otra opción para estar en el WorldTour en 2013 sin alterar la filosofía tradicional: acudir a la Comisión de Licencias. La estructura dirigida por Igor González de Galdeano debería exponer su plantilla, su economía y su ética a este organismo independiente de la UCI, que la compararía con sus cuatro hipotéticos rivales (AG2R, Europcar, Argos-Shimano y SaxoBank) para decidir qué tres de los contendientes completarán la máxima categoría la próxima campaña. Esta vía ya se utilizó la pasada temporada: de los cinco pretendientes al WT 2012, Geox quedó eliminado de salida por su desaparición y fueron AG2R, FDJ y Euskaltel los elegidos, quedando fuera Europcar. Este invierno, probablemente, las circunstancia serían menos halagüeñas y los rivales más duros.

Así las cosas, la contratación de corredores ajenos a la política vasquista del equipo parece, cuanto menos, aconsejable. Ya se han movido fichas en este sentido, y hay negociaciones en marcha con corredores que tradicionalmente no tendrían opciones de vestir de naranja. Si se concretarán, cuándo y cómo es algo que de momento no se sabe. Eso sí: la [triste] realidad de los puntos apremia.

Gracias a @DaniBici por la ayuda con el cutre-cuadro

Las apoteosis

Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos encumbran, defenestran y emocionan a los deportistas que durante la Olimpiada han demostrado ser los mejores de su disciplina. No es una cuestión de gloria, ni de todo o nada, sino algo más: son una cuestión divina. Haciendo honor a su naturaleza griega y clásica, los Juegos Olímpicos son apoteósicos; conceden la apoteosis, la gracia que se adjudicaba a los héroes para que devinieran dioses.

La apoteosis kazaja

El ciclismo kazajo tiene un punto bizarro delicioso. Enmarcado en un país totalitario, el deporte se encuentra sumergido en cruentas luchas de poder instigadas por los intereses políticos y económicos que se desarrollan a su alrededor e incluso en su interior. A resultas de ello hemos podido presenciar, sólo en el último año, maniobras de propaganda soviética, cruces de navajas en carrera con final relativamente feliz, una misteriosa cena en un restaurante de Milán para integrar al italiano Vincenzo Nibali en el proyecto nacional… Incluso la vaporización orwelliana de Roman Kireyev, una persona que quizá no os suene pero hace un año estaba vivito y pedaleando hasta que, puñalada trapera de Kashechkin y Makhmetov mediante, hizo falta un hueco en plantilla para el líder Vinokourov.

Alexandre Vinokourov. El héroe, siempre en el centro. Alfa del ciclismo kazajo actual gracias a su papel de pionero, al menos en los grandes escenarios; quizá omega en un futuro si, como todo parece indicar, se queda como patrón mandamás de Astana y a la par va ascendiendo en el escalafón político de ese oscuro país de opulencia química.

El sábado marcó un gran hito con un oro olímpico tremendo, el undécimo de la joven nación asiática, replicado por dos halteras en días posteriores. Lo hizo con la clase de los pillos, atacando por la espalda a su relativamente bisoño compañero de fatigas Rigoberto Urán, cuya sangre aún le gotea de ese colmillo largo y retorcido por los años, saciando una sed que duraba desde Sidney 2000.

Cumpliendo la promesa emitida tiempo atrás, Vinokourov se retira tras la contrarreloj de hoy; es hora de que se haga a un lado y pase a liderar la generación de su relevo, hasta ahora vacante pese a los intentos de usurpación y cultivo acaecidos. Queda claro, por otra parte, que los regresos tras el positivo de 2007 y la terrible caída del Tour 2011 han valido la pena. También de que su carrera política, ahora que gracias a este oro no sólo es héroe sino dios, se orienta hacia lo más alto.

La apoteosis británica

No hay originalidad posible con Bradley Wiggins. Es inútil intentarlo: ha sido objeto de halagogías de todos los gustos, sabores y colores. En Revolutio.es tenemos unas cuantas, glosando sus mayores gestas: Tour de Romandía, Critérium du Dauphiné, Tour de Francia, también en los prolegómenos de estos Juegos. Nos falta París-Niza para completar su ‘rush’; pero, por aquel entonces, esta página era sólo un proyecto…

Aunque, si de proyectos hablamos, no queda sino agachar la cabeza ante el británico. Años de meticulosa maquinación culminan en estos seis meses de frenesí ganador de Wiggins, capaz de anotarse siete de once contrarrelojes que ha disputado, dejando de ganar sólo cuatro prólogos de los cuales fue 2º en tres; cuatro de seis rondas por etapas, con sólo dos «borrones» en su debut de Algarve (3º, podio pese a todo) y la renuncia de Catalunya.

Esta crono olímpica no sólo supone la deificación de Wiggins, que como Vinokourov podría retirarse tranquilo tras ella; también es la consagración de un nuevo modelo, la famosa anglosajonización del ciclismo pregonada por técnicos y entendidos. El oro fue para su máximo exponente, y el bronce para su correligionario Chris Froome; entre medias quedó Tony Martin, con cierto aroma estajanovista en su preparación pero licenciado en el college HighRoad.

Resta un lunar, un halo para la esperanza de la escuela tradicional: en la línea triunfó el modelo clásico, basado en el olfato y no en los números. El control férreo y milimétrico en pos de Cavendish, mermado por la fragilidad de las selecciones de cinco corredores pese a las alianzas discutibles, fracasó ante las tácticas ofensivas e insurrectas de la técnica dispuestas por el resto de selecciones.

Digamos que la apoteosis no llegó a ser completa para ninguno de los bandos… Pero sí para el deporte, para un ciclismo que afronta un ciclo olímpico de plenitud, pugna de métodos y héroes para regocijo de los aficionados.

Fotos: Facebook de Alexandre Vinokourov y Team Sky