Os presento a Andrew

En todo gran escenario termina por destellar alguna estrella emergente. En estos primeros compases de Vuelta a España, de momento, podríamos considerar como gran sorpresa el tremendo dominio de John Degenkolb en los esprints: la potencia del alemán no era ningún secreto, pero su punta de velocidad sí era algo más desconocida y ha servido para batir a otros velocistas de futuro como Bouhanni, Viviani o Ben Swift una, dos y tres veces. También ha sido relevante la irrupción de Javier Chacón, neoprofesional y más combativo de la carrera hasta ahora. En la lucha por el premio gordo de la general, sin embargo, no ha habido una gran explosión como las de Froome o Cobo la pasada campaña: el ‘statu quo’ ha sido más o menos respetado. Pero sí han asomado dos nombres llamativos, ambos relegados hoy por los cortes de Alcañiz pero igualmente apreciables de cara al futuro: el colombiano Winner Anacona, de Lampre, y el objeto de esta pieza…

Andrew Talansky (1988, New York / Miami) no es un producto genuino de la factoría Slipstream, pero casi. No se ha formado en las categorías inferiores de la estructura patrocinada por Garmin; ni siquiera pasó por el filial, Chipotle. Sin embargo, tanto sus cualidades como su carácter son totalmente ‘argyle’. Si Vaughters dijo en su día que fichaba a Charly Wegelius como director deportivo por ser «quirky» (traducible como ‘excéntrico’), Talansky puede encajar en la definición a juzgar por lo que se desprende de sus diversas entrevistas: desde la pinta nerd a su gusto por la quiropraxis, o el ánimo de «vivir solo para tener mi propio espacio» que puso como pretexto para vivir en Lucca durante 2011, a lo cual tuvo que renunciar este año para establecerse en Girona como el grueso de Garmin-Sharp.

Aunque su apreciable carrera profesional indique lo contrario, Talansky no lleva más que seis años montando en bicicleta. Antes practicaba los típicos deportes escolares americanos, siendo su preferido la carrera a pie. Una lesión entrenando en 2007 le obligó a buscar otra disciplina, y eligió la bici; comenzó a disputar carreritas por su zona de Florida, destacó y le cazó un mánager, Todd Hancock, que le colocó en el Toshiba continental para que, con apenas un año de experiencia en competición sobre dos ruedas, hiciera sus primeros pinitos en pruebas profesionales.

En invierno el equipo cesó y, ante la perspectiva de no poder continuar progresando en su recién emprendida faceta, Talansky mandó su currículum y valores sanguíneos «a todos los equipos americanos y continentales extranjeros« que pudo. Suscitó el interés de uno, el peculiar Amore e Vita: «Me llamaron y dijeron: ‘¿Quieres venir a correr a Italia?’. Me sonó romántico y no tenía nada que perder, así que me fui tres meses allí«.

Fue su primera experiencia en Europa; algo mísera, pero suficiente para ilustrarle y convencerle de que la bicicleta era su destino. Tuvo incluso la oportunidad de presentarse en sociedad en el Philadelphia International Championship, una clásica de categoría 1.HC. Otra joven promesa norteamericana, Daniel Holloway, se lanzó en una fuga solitaria; Talansky, ni corto ni perezoso, se fue tras él. No logró contactarle: se acercaba en el repecho del circuito por el cual discurría la prueba, pero Holloway se lanzaba en el descenso y restablecía las diferencias.

No fue esta actuación lo decisivo en la progresión profesional de Talansky, sino un cambio en USA Cycling (la federación estadounidense de ciclismo). El mítico Noel Dejonckheere ejercía por aquel entonces de seleccionador sub23 y no le había convocado en ninguna ocasión pese a sus méritos; en invierno de 2009 se marchó a BMC, y su sucesor sí contó con él. Esta fue su plataforma para destacar, rubricar un contrato por tres años con Slipstream en verano y firmar un segundo puesto en el Tour del Porvenir en septiembre tras otro corredor que está aumentando su caché en esta Vuelta, Nairo Quintana.

Las dos temporadas transcurridas en Garmin han sido un buen campo de pruebas y evolución para Andrew Talansky. Ha marcado buenos resultados, con doce contrarrelojes concluidas entre los veinte primeros; concluyó la Vuelta a España en 2011 («Se me hizo bastante dura, pero fue un sufrimiento rentable«); subió al podio de una ronda WT, el Tour de RomandíaNo está mal terminar segundo tras el mejor vueltómano del mundo«) y, este mismo mes de agosto, ganó el Tour de l’Ain pese al acoso de Movistar.

Talansky se autorretrata como «un poco Wiggins«. Un contrarrelojista con cualidades para la escalada, con querencia por «subidas largas y de pendiente sostenida donde poder usar mis cualidades para los esfuerzos en solitario«. Un gran fondo físico y un espléndido futuro culminan el relato de sus cualidades. Él confía en ellas, y el ‘staff’ de Garmin también; como repite en varias entrevistas, «Vaughters no me fichó para hacer de aguador«.

Esta Vuelta a España puede ser la primera prueba de valor para el vueltómano de Florida. No tanto porque se lo haya pedido el equipo como porque se lo exige él mismo: «Quiero saber si soy capaz de mantener cierta consistencia en tres semanas, aunque me lo voy a tomar día a día«. Por lo pronto es 21º de la general a 2’48» del líder ‘Purito’ Rodríguez; dato muy interesante contando que 1’27» de su retraso provienen de la CRE inicial, donde medio Garmin-Sharp se fue al suelo. 33″ cayeron ayer en Alcañiz y 39″ en el Fuerte del Rapitán de Jaca; en Valdezcaray entró con los favoritos y en Arrate junto a los mejores mortales. Es complicado pronosticar cuán alto llegará, tanto en esta Vuelta como en el total de su carrera deportiva; pero, por si acaso, ya os lo he presentado.

Fotos: Velonews / Lynelamoureux

¡Que vienen los nuevos yanquis!

«Si no te crees el ciclismo, vende tu bicicleta»

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