El pelotón del Tour de Francia no ha ganado para sustos en esta primera semana. Caídas e incidentes de diversa índole han estado a la orden del día, siendo habitualmente la principal noticia de cada jornada por encima de las evoluciones deportivas de la misma. Esa tendencia, aborrecible, ha tenido hoy su apogeo. El pelotón, viajando de camino a Saint Flour por un recorrido quebrado, ha perdido a dos candidatos al podio, visto magullarse a su vigente campeón e incluso presenciado el execrable atropello de dos escapados por parte de un coche de la televisión francesa.
Resulta difícil encontrar un porqué para este Tour tan accidentado. El hecho es que sus 18 retirados en la novena etapa constituyen una marca excesiva, la mayor desde la durísima edición de 2003, cuando se registraban 26 abandonos a estas alturas de carrera tras las jornadas de Morzine-Avoiraz, Alpe d’Huez y Gap; en este Tour, sin embargo, la dificultad montañosa más reseñable ha sido la cima de SuperBesse donde ayer se impuso Rui Costa. Las cifras se tornan escalofriantes cuando se recuentan las causas de los abandonos y se halla que 14 de ellos han venido por caídas. Desde dentro del pelotón se habla del “nerviosismo” y la “tensión” como el principal motivo de estos incidentes.
Un análisis más frío arroja algunos posibles motivos más allá del estadío psicológico del pelotón. Uno de ellos es lo apretado de la clasificación general: ninguna de estas nuevas primeras etapas han sido verdaderamente selectivas de cara a ésta, y esto provoca que existan más candidatos a lucir en la misma con ganas de defender sus opciones peleando por la posición dentro del pelotón, aumentando con ello el riesgo de incidientes y, en general, el peligro.
Otro factor es el tamaño del pelotón. Los 198 ciclistas (veintidós equipos con nueve corredores cada uno) que tomaron la salida suponen la mayor participación en quince años, junto a 2003 y 1997 (cuando se repitieron las cifras). La presencia de más elementos en la carrera favorecen la posibilidad de incidencias, y de hecho un análisis de la relación entre el número de participantes y los abandonos por caídas registrados en las últimas seis ediciones del Tour alumbra una posible correspondencia entre estos factores como se puede ver en la tabla adjunta.
Los grandes damnificados de hoy, siguiendo los pasos de Wiggins, Leipheimer y Horner, fueron Alexandre Vinokourov y Jurgen Van der Broeck. Ambos cayeron a media etapa, en un descenso aparentemente sencillo y bien asfaltado en el cual había patinado unos minutos antes el fugado Johnny Hoogerland (Vacansoleil). El líder de Astaná se fracturó el fémur al saltar sobre el guardarraíl, mientras el belga se rompió el omoplato y tuvo que retirarse, mareado, tras un intento vano de continuar. El parte de bajas se completó con las renuncias de Wout Poels y Pavel Brutt y las caídas de Frederik Willems (cuyo abandono, sumado al de su líder Van der Broeck, deja a Omega Pharma con sólo seis ciclistas), David Zabriskie y el vasco Amets Txurruka…
… Pero pudo ser aún mayor si Juan Antonio Flecha y Johnny Hoogerland no hubieran corrido mejor suerte. El catalán de Sky y el holandés de Vacansoleil fueron atropellados a 36 kilómetros de meta por el imprudente conductor de un coche de la televisión francesa. El susto fue mayúsculo y sus consecuencias prácticamente mínimas con respecto a las posibilidades: apenas “chapa y pintura”, y la pérdida de una escapada que, ganadora, llegó a meta destacada del pelotón. Es el segundo accidente de un vehículo de carrera con ciclistas acaecido en este Tour tras la embestida de una moto de Getty Images al danés Nicki Sörensen (Saxo Bank); dos tragedias potenciales cuyo marco no debería distraer la atención de su causa, el sobredimensionamiento de la flota de vehículos acompañantes de este Tour de Francia.
En el plano estrictamente deportivo, la jornada de hoy supuso una alegría para el ciclismo español gracias a la victoria de Luis León Sánchez (Rabobank). El murciano se valió del trabajo desaforado de Thomas Voeckler, encendido en pos del maillot amarillo con el cual finalmente se hizo, para conseguir su tercera victoria de etapa en una ‘Grande Boucle’ y colocarse de paso en las primeras posiciones de la general, circunstancia que no es baladí toda vez que su líder Robert Gesink anda mermado por una caída y quizá deba entregar los galones. También magullado entró en meta, a cuatro minutos y dentro del grupo de favoritos, Alberto Contador. El madrileño se queja de dolores en su rodilla derecha tras sufrir un enganchón con Vladimir Karpets mediada la etapa de hoy. Otro caído que espera mejorar mañana, día de descanso, es Andreas Klöden, único de los cuatro líderes de RadioShack indemne… hasta hoy, cuando la misma caída que eliminó a Van der Broeck y Vinokourov le ha mandado al hospital en busca de diagnóstico. Gajes del Tour.