Una táctica sobria y un esprint fulgurante le dieron a Óscar Freire (Rabobank) su tercera Milán – San Remo el pasado sábado. El cántabro se adjudicó una edición, la 101, que estuvo como siempre rodeada por unos días previos llenos de expectación… y unos posteriores marcados por la alabanza al ganador y la polémica.
El triunfo de Óscar Freire resultó, en una palabra, imperial. El cántabro realizó una aproximación ideal a la clásica italiana: en principio centrado en conseguir victorias que le dieran confianza (un trofeo de la Challenge de Mallorca, dos etapas de la Vuelta a Andalucía), encontró un obstáculo en forma de gripe en la Tirreno-Adriático, antesala de San Remo. Esto provocó que en la Carrera de los Dos Mares apenas se le viera en cabeza, lo cual bajó su cotización como favorito a la victoria.
Un triunfo imperial
Eso a él no le molestó. Lo reconocía sin tapujos en una entrevista a Deia, donde también dejaba un premonitorio «mi condición física es como para ganar». Confiaba en sus posibilidades, y éstas no le defraudaron. Y es que el guión del primer Monumento de la temporada no tiene secreto alguno para el cántabro. Con la del sábado son tres las ocasiones en que se ha impuesto en la recta de meta, antes Via Roma y ahora Lungomare Italo Calvino; tres ocasiones similares en las cuales ha esprintado más que el teórico favorito para hacerse con la victoria. En 2004 batió sobre la misma línea de meta a un Zabel que ya celebraba su quinto triunfo en esta carrera; en 2007 derrotó con claridad a un Petacchi que acababa de rebasar su apogeo. Y en 2010…
En 2010 Freire consiguió un triunfo de mérito que le sitúa como el quinto con más ediciones de Milán – San Remo en su haber (el primero es Merckx con siete; Freire empata con Coppi y De Vlaemnick) gracias a tres factores clave. El primero, claro está, sus propias condiciones, tanto físicas como mentales, aderezadas con una experiencia extensa. El segundo su compañero Paul Mertens, prometedor esprinter alemán que se filtró junto a él en el grupo de cabeza y arropó a Óscar en los últimos kilómetros, evitando que los grandes favoritos cogieran su rueda con comodidad. Y la tercera fue una de las controversias del día: la táctica de Liquigas.
¿Por qué jugó Liquigas la baza de Bennati?
«Un equipo como Liquigas podía hacer cualquier cosa, desde atacar hasta esperar al esprint. Han optado por el esprint y todos nos beneficiamos de ello». Con estas palabras reconocía el propio Óscar Freire cuán beneficiosa para sus intereses fue la táctica del equipo italiano, uno de los más fuertes del mundo (si no el más), en la Milán – San Remo. Roberto Amadio contaba con un arsenal envidiable a su disposición: escaladores de relumbrón como Nibali, Kreuziger, Pellizotti y, en menor medida, el joven Valerio Agnoli; tres rodadores potentísimos como Daniel Oss, Sabatini y Quinziato; y, como joya de la corona, el esprinter Daniele Bennati, muy rápido pero algo limitado en las clásicas.
En lugar de destrozar la carrera en los ‘capos’ con sus múltiples bazas y guardar en la recámara la bala de Bennati, Amadio prefirió jugárselo todo a la carta del velocista de Arezzo. La acumulación de talento existente en su ‘ocho’, sin embargo, acabó provocando ciertas vicisitudes y malos humores en el equipo: el siciliano Vincenzo Nibali pasó al ataque en la parte final de la carrera y ello provocó el enfado de Bennati, que afirmaba en TuttoSport que «Nibali debería haber estado también en nuestro ‘tren'». El malestar crece cuando se comprueba que su demarraje provocó el salto de ‘Pippo’ Pozzatto y, con ello, el posterior gasto de energías de un Daniel Oss inconmensurable que tuvo que vaciarse para controlar el grupo en soledad durante más de dos kilómetros.
¿Por qué tiraba Garzelli?
Hablando de tácticas conservadoras, es inevitable referirse a la labor llevada a cabo por Garzelli en el Poggio, última cota de la Milán – San Remo. En él, el ganador del Giro d’Italia 2000 se puso en cabeza del grupo y controló su paso hasta que un ataque de Gilbert rompió su ritmo y le eliminó. La pregunta es por qué el corredor de Acqua e Sapone no intentó usar la fuerza que atesoraba el sábado para atacar en lugar de para frenar los demarrajes del resto de corredores. En principio, trabajaba para su coequipier Luca Paolini (décimo en el esprint); sin embargo, el asunto no parece tan claro. No en vano, el prestigioso periodista de CyclingWeekly Lionel Birnie insinuó en su Twitter la posibilidad de que su trabajo estuviera pagado por otra escuadra.
¿Por qué Columbia optó por Cavendish en lugar de Greipel?
Siguiendo con derrotados del primer Monumento de la temporada, no cabe duda que el gran fiasco de la carrera antes de empezar se localizaba en el seno del equipo Columbia. El conjunto americano, que a la postre sólo introdujo al voluntarioso australiano Michael Rogers (25º) en el grupo de los elegidos que llegó en cabeza al Lungomare Italo Calvino, tomó la salida con la certeza de que no iban a salir bien parados de la clásica italiana.
En las filas de Columbia estaba el campeón saliente, Mark Cavendish; pero su estado de forma era alarmantemente deficiente. El bagaje con que contaba el británico este 2010 era, cuando menos, pírrico: no incluía victoria alguna y sí la deshonra de haber llegado descolgado en todas las etapas de Tirreno – Adriático, en la última a consecuencia de una caída cuando iba bien colocado para disputar el sprint. De cualquier manera, los presagios eran malos y se cumplieron: Cavendish se cortó en el descenso del Turchino y, tras reintegrarse en el pelotón gracias al trabajo de sus compañeros, cedió de nuevo en la Cipressa, penúltima cota de la carrera, para acabar en una anónima 89ª posición.
Sin embargo, lo más sangrante del caso no es el mal renidimiento de Cavendish, sino cómo Columbia apostó por él en detrimento del alemán André Greipel, velocista de campanillas como el británico. La diferencia entre ambos radica únicamente en la mayor celebridad de Cavendish: el alemán consigue un número similar de victorias (23 a 20 en 2009, 17 a 14 en 2008), pero el caché del británico le impulsa por encima suya en la jerarquía del equipo Columbia. Ello provoca que Greipel, que no esconde su frustración, se vea relegado a la hora de tomar parte en las mejores carreras del mundo. Incluso aunque Cavendish demuestre no estar en forma para participar con éxito en ellas…
Sorpresas y espectáculo
En Milán – San Remo también hubo lugar para la aparición de ciclistas con los cuales no se contaba, que sólo en algunos casos dieron así una alegría a su equipo. Y es que, por increíble que parezca, hubo un joven sorprendente que no acabó de agradar a su escuadra (ni a sí mismo) con su buena actuación. Yohann Offredo, rodador de 24 años de la Française des Jeux, rodó dieciséis kilómetros escapado en la parte final de la carrera, entre la Cipressa y el Poggio, una gesta encomiable teniendo en cuenta las alta velocidad y la dureza que se acumulan a esas alturas de la prueba. Sin embargo, su conducta y la de su director en la línea de meta dan a entender que su desempeño no fue del todo valorado, ya que ambos entendían que debería haber esperado para lanzar su último ataque.
Aunque si hay que hablar de sorpresas, la más destacada fue el esprinter de Colnago-CSF Sacha Modolo. Nadie contaba con este joven italiano de 22 años, que con apenas una veintena de días de competición como profesional realizó la machada de colarse cuarto en la ‘volata’ final. Modolo, ganador el año pasado del GP Liberazione (prueba reina del calendario ‘dilettante’ italiano), supo colocarse adecuadamente y pasar con los mejores el Poggio, postulándose también como un clasicómano prometedor. Un escalón por debajo en el grado de sorpresa estuvo Francesco Ginanni (Androni Giocattoli), cuyas inmensas condiciones necesitan refrendarse cuanto antes en un calendario de mayor nivel que el italiano.
Para terminar esta contracrónica de la Milán – San Remo, que mejor que un vídeo curioso e impresionante: la grabación del descenso de la Cipressa hecha por el catalán Juan Antonio Flecha con una cámara en su casco, obviamente fuera de carrera. Ha sido publicada hoy en el blog de Michael Barry, director del equipo Sky… y quita el hipo.
PD Un agradecimiento para Cyclismag, web altamente recomendable que me ha sido de gran ayuda para recopilar gran parte de la información del texto
La gran mayoría de los enlaces no van (hay espacios al final de los enlaces).
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Gracias por el aviso!! Ahora mismo lo cambio 😉
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