La moneda

¡Qué triste ha sido el Giro de Italia!

Cruz. Una ‘corsa rosa’ descafeinada y mediocre. Los favoritos locales, habituales tiranos magníficos como Basso (decadente, mermando inútilmente a Liquigas) y Scarponi (romo y abandonado por su escuadra) no se comportaron como tales, pretendieron tomar las riendas pero, presos de sus limitaciones físcas, las dejaron sueltas para que se encabritaran la imaginación y las posibilidades de corredores de tercera fila en el escalafón de los vueltómanos.

Algo así confesó Hesjedal, noruego-canadiense que sólo se vio capaz de ganar el Giro a partir de Rocca di Cambio, cuando se vistió de ‘rosa’ sin exhibirse un ápice. Hesjedal: uno que había conseguido sólo tres victorias en sus diez años de carrera deportiva, de las cuales la más notoria era un final en alto de la Vuelta a España en Velefique, conseguida gracias a una agónica fuga donde su compañero de fatigas David García Dapena equivocó su esprint al confundir la pancarta de la Montaña con la meta.

A su vera en el podio estuvieron dos ciclistas carentes de la enjundia exigible para estas lides. A ‘Purito’ se le estuvo augurando el derrumbe durante dos semanas. Este no sucedió porque el catalán fue defensivo y se preocupó de revestir los cimientos de un puesto de podio que supo a poco porque quizá ésta sea, haya sido, su única ocasión para ganar una gran vuelta. Thomas De Gendt, por su parte, siguiendo una línea parecida, se escondió 19 días y apareció los dos últimos para aprovechar las dudas de los favoritos despanachados y una crono propicia. Tres favoritos sin pedigrí, de tres equipos que jamás habían tenido un hombre en el cajón de una ‘grande’, encaramados a un podio que debería ser sagrado pero estaba desnaturalizado por la ausencia de italianos por vez primera desde 1995…

… Y sin embargo, no es menos cierto que el pedigrí en el ciclismo no suele venir de nacimiento, sino que se adquiere a base de actuaciones de mérito, bien sea por inteligencia o por arrojo. De Gendt tiene de lo primero y de lo segundo; es capaz de aguardar y también de lanzarse a lo loco para regalarnos jornadas históricas como la de Stelvio, donde un ataque en el cemento final de una vertiente inédita del Mortirolo fue el pistoletazo de salida para un frenesí victorioso al que poco faltó para terminar en proeza épica. Tres cuartos de lo mismo se puede decir de un ‘Purito’ Rodríguez al cual pocos veían capaz de sobrevivir a la acumulación de esfuerzos tan brutal que plantea un Giro. El catalán no sólo subió al podio, sino que ganó dos etapas, compartió (?) otra con Rabottini, destronó a Cavendish en la Regularidad, despertó el alma chovinista y apasionada de la afición española e hizo gala de un estatus muchas veces refrendado y otras tantas ignorado: es uno de los cinco mejores ciclistas del mundo.

Hesjedal quizá no tenga una lista de méritos tan exhuberante como la del ciclista de Katusha, pero en este Giro ha demostrado que no es una casualidad ni un ‘sputnik’ destinado a retirarse en el anonimato. Fue la punta de lanza de turno de Garmin, un armario sin trajes ni trapos donde el nivel medio es la máxima virtud, e hizo valer el cálculo de la mente del mánager Jonathan Vaughters y sus delegados en Italia, Alan Peiper y Bingen Fernández. Casi naufraga camino del Stelvio, donde la guerra psicológica se volvió en su contra imponiéndole una ‘maglia rosa’ que no vestía; pero allí estuvieron Stetina y, sobre todo, Vandevelde para impulsarle a conquistar el Giro en la crono. Probablemente no vuelva a ganar otra gran vuelta, pero lo cierto es que con esta ya le vale para hacer historia.

Las posibilidades de estos tres esforzados de la ruta fueron transmutadas en realidades cuando se comprobó la aflicción de Scarponi y Basso. El varesino ejerció un patronazgo aparente, pero no lo concretó por pura impericia en el demarraje, síntoma inequívoco de un declive lógico (¡35 años!) y dramático para Liquigas, que tuvo una buena noticia en la emergencia de Damiano Caruso, heredero de la mirada del ‘killer’ Danilo Di Luca. ‘Scarpa’, por su parte, habló en el Stelvio pero no fue capaz de hacer callar al Giro. La ‘corsa rosa’ llegó encabritada a la crono de Milán porque nadie afirmó las riendas de sus contendientes, vueltómanos emergentes con ganas de poner lustre a su palmarés. Cara.

¡Qué emocionante ha sido el Giro de Italia!

Foto: This is Our Sport

Si os ha gustado este ejercicio de simetría, os recomiendo ‘El sueño de los héroes’, de Adolfo Bioy Casares

Anuncio publicitario

Las cábalas ante la crono decisiva

Decían los organizadores del Giro que éste de 2012 era un recorrido equilibrado, pero las cuentas no salían. ¿Qué clase de equilibrio era ése, con nueve puertos de primera y apenas 40 kilómetros de contrarreloj individual?

El tiempo ha dado la razón a Acquarone y los suyos. Tras la espectacular gesta de De Gendt ayer camino del Stelvio, hay cuatro implicados en la lucha por el podio final de la ‘corsa rosa’: dos escaladores, como ‘Purito’ y Scarponi, y dos vueltómanos, Hesjedal y De Gendt, cuya calidad diferencial reside teóricamente en la contrarreloj. Ante sí tienen 30 kilómetros completamente llanos en Milán y alrededores para medir fuerzas, cualidades, y configurar definitivamente la clasificación general de un emocionante Giro de Italia.

¿Qué puede pasar?

Por el momento, como podéis ver al final del artículo, ‘Purito’ Rodríguez es líder con 31″ sobre Hesjedal, 1’51» sobre Scarponi y 2’18» sobre De Gendt. Traduciendo esta diferencia a referencia, el catalán puede permitirse ceder 4,5″ por kilómetro con el belga, menos de 4″ con el italiano y 1″ con el canadiense. Y, si bien la calidad como contrarrelojista de ‘Scarpa’ es escasa y promete descabalgarle del cajón para configurar el primer Giro sin italianos en el podio desde 1995, tanto De Gendt como Hesjedal son considerados como buenos rodadores

En el caso de Hesjedal, de momento, es una cuestión casi de mito, alimentado concienzudamente por el canadiense en los últimos días. En realidad, ha quedado entre los 20 primeros de una crono de más de 20 kilómetros encuadrada en el World Tour sólo en tres ocasiones en su dilatada vida deportiva. De Gendt, en cambio, ha realizado cinco prestaciones del género en cuatro años, además de haber rayado a gran nivel en otras citas contra el reloj. Curiosamente el belga no ha ganado ninguna crono en profesionales, mientras una de las tres victorias que luce el líder de Garmin en su palmarés llegó en el Campeonato de Canadá CRI 2007. ‘Purito’, por su parte, jamás ha ganado una crono ni se ha clasificado 20º o mejor en una de más de 20 kilómetros de categoría WorldTour.

Sin embargo, esta no es una contrarreloj al uso, sino la última de una gran vuelta; una especialidad en sí misma, por cuanto la capacidad de expresar el talento de rodador se subordina a las fuerzas necesarias para ello. Y, tres semanas después, éstas escasean. Ahí puede radicar la fortaleza de Scarponi, 9º y 16º en las cronos finales de los Giros de 2010 y 2011. También la de Thomas De Gendt, quien fue nada menos que 3º en la crono final de la única gran vuelta que había disputado hasta ahora, el Tour de Francia 2011.

Hesjedal y ‘Purito’, por su parte, tienen precedentes negativos en esta suerte. En el Tour 2010, donde ambos se jugaban una posición de privilegio en la general, realizaron sendos malos ejercicios en la crono de Pauillac, rara por cuanto fue alterada por el viento pero de resultados incontestablemente poco halagüeños. Hesjedal fue 51º, a 6’40» de Cancellara, peor incluso que Andy Schleck; ‘Purito’, desastroso, perdió más de diez minutos. Igualmente mal se desempeñaron tanto el catalán como el canadiense en otras ocasiones, si bien el corredor de Garmin sí cuenta con una actuación positiva con la crono final del Tour de Francia 2008 (11º).

Así las cosas, el pronóstico para esta crono final en Milán es cuando menos reservado. La sensación es que De Gendt es el más beneficiado por el terreno y está muy fuerte, más que sus rivales; pero también es quien parte con un mayor retraso, 2’18» con ‘Purito’ y 1’47» con Hesjedal, que quizá tenga complicado paliar. Por otra parte parece probable que el canadiense adelante al catalán. Y está por ver la calidad del ‘rush’ final del gris Scarponi… Il Grande Giro nos tendrá en el filo del asiento hasta el último segundo.

Edición 11:50 Por «razones de viabilidad», la contrarreloj de Milán ha sido recortada a 28,1 km. Enlace a la noticia en AS.

Clasificación General provisional

1. Joaquín Rodríguez (Katusha)
2. Ryder Hesjedal (Garmin) a 31″
3. Michele Scarponi (Lampre) a 1’51»
4. Thomas De Gendt (Vacansoleil) a 2’18»
5. Ivan Basso (Liquigas) a 3’18»
Clasificación completa

Foto: Koen Miseur – Flickr

¡Que hable Scarponi!

Entre la brillantez de ‘Purito’, la sorpresa de Hesjedal, el patronazgo de Basso y la exhuberancia de Pozzovivo se esconde, opaco, Michele Scarponi. Lleva todo el Giro gris a pesar de su atavío estridente, ese ‘blufucsia’ Lampre en la línea del canon de fósforo del ciclismo italiano inspirador del verde Liquigas, el flúor Farnese, el turquesa Colnago y la bandera venezolana de Androni.

Dicen los números que Scarponi marcha 4º en la general a 1’36” de la ‘maglia rosa’; lo cual indica, al menos, seria solidez. Conservador, el marchigiano no ha encendido aún su mecha, temoroso quizá de dar un petardazo como el de José Rujano, cuyos fuegos artificiales del Col de Joux le quemaron las alas de Cóndor antes de poder siquiera saborear el éter. Aquejado de fiebre, ahora vuela bajo, a 42 minutos en la general que aspiraba encabezar…

Pero estábamos con Scarponi, el único candidato a ganar el Giro que aún no se ha pronunciado más allá de un ataque romo en Rocca di Cambio (le superó Tiralongo, gregario que trece años después quiere hablar en primera persona para disgusto de Kreuziger y quebradero de cabeza de Astaná, la casa de los líos) y unos calambres al final del Passo Giau que por fortuna no le impidieron entrar con los mejores en la meta de Cortina d’Ampezzo.

En los momentos clave se ha encontrado desasistido por su equipo, Lampre, que de cara a este Giro le cortó la cabeza a Petacchi para que sólo él llevara corona. Quizá por eso, por celos de verse sin el símbolo regio, el príncipe Cunego ha orbitado excéntrico y sin dar una pedalada por ‘Scarpa’. Amparado en la juventud y los aires de futura estrella, Diego Ulissi corre un tanto a su bola. Przemyslaw Niemiec, valiosísimo el año pasado para su táctica conservadora, limitada por un pico de forma excesivo y desesperanzada por el dominio de Contador, está bastante por debajo de lo esperado.

A pesar de que leídos de esta manera los hechos apunten a silencio y duelo, aún queda posibilidad de algarabía en las piernas de Scarponi. Sus cualidades de fondista ligero deberían prevalecer en la etapa con final en Alpe di Pampeago; o, quizá, en las 48 herraduras del Stelvio, que espera frío y quizá nevado para ser el juez de la ‘corsa rosa’. Aunque de momento la apariencia diga mutismo, será difícil que Scarponi termine el Giro sin tomar la palabra.

Foto: BettiniPhoto – Lampre

El patrón del Giro

En Cortina d’Ampezzo ganó ‘Purito’ Rodríguez y no hubo diferencias entre los cuatro primeros de la general; apenas uno de los contendientes más destacados por la ‘maglia rosa’, Roman Kreuziger, cedió de manera significativa. Esos son los hechos, lo que se reflejará en las hojas estadísticas y trascenderá con el paso del tiempo, pero quizá sea lo menos importante. Contextualizando la etapa en el total de la vuelta, lo relevante han sido las sensaciones y las actitudes, que han hecho cristalizar lo que decíamos el lunes: Liquigas quiere hacer la carrera dura para jugárselo todo al fondo fisico de su líder Ivan Basso, el verdadero patrón del Giro de Italia.

Hoy los hombres de Roberto Amadio compusieron un monólogo que hubiera sido perfecto de no marrarse el penúltimo ‘sketch’, habitualmente el más brillante, de Sylvester Szmyd. Valerio Agnoli había dejado el pelotón en una treinta de ciclistas subiendo el Passo Duran; Damiano Caruso ejerció de ‘killer’ inconmensurable en Forcella Staulanza y Eros Capecchi por fin cubrió las expectativas rompiendo la baraja al inicio del Giau, último puerto de la jornada cuya bajada llevaría a los corredores hasta Cortina. El número del acalambrado Szmyd quedó vacante, obligando a Basso a asumir su carga y controlar a los cinco rivales que quedaron vivos durante diez kilómetros cuya pendiente rondaba los dobles dígitos.

Se vivió media hora de impás, batalla de nervios y miradas de reojo que no cambiaron prácticamente nada. Probablemente Basso ya había conseguido lo que buscaba, confirmarse como el patrón del Giro, constatar que su dominio crece progresivamente a medida que las jornadas pasan y las fuerzas se consumen, meter miedo de cara a Alpe di Pampeago y Stelvio. Con él viajaban dos invitados incómodos, el ‘rosa’ real y el ‘rosa’ in pectore. El primero, un ‘Purito’ sólido a pesar de la deserción desafortunada de sus coequipiers (Losada y Vicioso claudicaron pronto; Moreno fue con el gancho todo el día, pese a que limitó pérdidas en meta); el segundo, Ryder Hesjedal, augusto y confiado porque sus fuerzas y los 30 kilómetros de contrarreloj final le inspiran los mejores augurios. También estaba Michele Scarponi, cuyo juego conservador le mantiene en la partida pero sólo le ha permitido robar tiempo en una jornada, Rocca di Cambio. Rigoberto Urán y Domenico Pozzovivo completaban el sexteto de supervivientes tras la masacre de Liquigas.

Fue el corredor de Colnago, licenciado en Medicina, quien aplicó un tratamiento de choque a la modorra suspicaz en que se hallaba inmerso el grupo de privilegiados cambiando el ritmo en el último medio kilómetro de subida del Giau. De inmediato amputó a Scarponi, otro acalambrado, y a Urán, superado por las circunstancias. Ambos conectaron de nuevo en el descenso, pero dejaron patentes sus limitaciones.

Terminada la bajada, donde Hesjedal hizo un timido ataque cesado por miedo a dar con los huesos en el asfalto, llegaron los últimos kilómetros llanos y el esprint victorioso de ‘Purito’ Rodríguez, mucho más cerebral y maduro que de costumbre, que pudo franquear la meta en primer lugar y besar emotivamente un crespón negro para homenajear a su paisano Xavi Tondo, de cuya muerte se cumplía hoy un año. Los Movistar, últimos coequipiers del catalán, pueden ofrecerle la general por equipos, que prácticamente sentenciaron hoy gracias a la gran prestación de Intxausti, Pardilla y Brusheghin y el tremendo naufragio de Astaná, cuyos dos líderes (el polémico, Tiralongo, y el legítimo, Kreuziger) cedieron más tiempo del esperado. Mención de honor merecen los hombres de Euskaltel, muy ambiciosos tras el gran triunfo de Ion Izagirre ayer en Falzes, con Mikel Nieve afirmándose los galones con un ataque corajudo y una resistencia encomiable en la carnicería del Giau, donde poco le faltó para empalmar con el sexteto de privilegiados.

Foto: Liquigas Cannondale

Se necesita un equipo fuerte

El pasado viernes por la mañana, en la salida de la 13ª etapa del Giro, Cyclingnews entrevistó a Sylvester Szmyd. «Hasta ahora, los líderes han estado escondidos; pero en realidad aún no ha habido terreno para ellos por cuanto sólo se han afrontado subidas cortas y rutas donde los gregarios podían controlarlo todo. Pero mañana [por el sábado, subida a Cervinia] esto cambiará«, aseveraba. «Habrá gregarios; de hecho, estarán más tiempo en cabeza que sus líderes. Sin embargo, se desatará la batalla entre los grandes en los tres o cuatro últimos kilómetros«.

El polaco, 12 abnegadas temporadas como gregario profesional, sabía de lo que hablaba. Efectivamente, tanto en Cervinia como ayer en Pian dei Resinelli no hubo gregarios que valieran en los últimos kilómetros. A pesar de ello, fueron claves en el desarrollo de la carrera. En la jornada de ayer jugaron en algunos casos el papel de baza táctica, como sucedió con Losada o Petrov que evitaron el trabajo de sus coequipiers por detrás; otros, como Cunego, fueron verso libre.

Sólo dos formaciones realizaron una brega clásica: el Garmin del hasta ayer líder Ryder Hesjedal y el Liquigas de Ivan Basso. Los ‘verdes’ están llevando a cabo en este Giro una labor poco agradecida, controlando una carrera que por lo pronto no es suya. Es más: el resto de conjuntos se aprovechan su trabajo, juegan a ponerles en jaque y dejarles la tostada. «A nosotros nos da igual«, dice Szmyd; «simplemente hacemos nuestro labor. Ya veremos cómo nos ha ido en Milán«. Los rivales son conscientes de la poca ilusión de Liquigas por tomar alternativas desde aquella salvaje jornada de L’Aquila 2010, cuando colocar a cuatro gregarios en la escapada casi les cuesta la carrera por confiar en un Astaná desarmado.

Pero en la táctica monocorde de Liquigas no sólo juega el factor del recuerdo; también la condicionan las características de su líder, el diésel Ivan Basso y su impericia para demarrar. Habla Szmyd: «Debemos jugar de acuerdo con sus cualidades. No es un ‘scattista’, así que tenemos que mantener un ritmo muy alto para que los otros no puedan atacar«. La imagen clásica de la ‘Cabra Polaca’, en cabeza desde que faltan diez kilómetros hasta meta hasta que, restando cuatro, deja a su líder dar el arreón final. Entre tanto, Szmyd adormece las ganas de atacar de otros contendientes; por eso, en algunos foros le llama ‘Cloroformo‘.

Es la estrategia de dirimir todo en el fondo físico, allí donde Basso es mejor, para la cual se necesita, más que en ningún otro caso, un equipo fuerte. Por ello la labor del experto Longo Borghini, el brillante Agnoli, un joven emergente llamado Damiano Caruso, el siempre fiable Szmyd y el hasta ahora decepcionante Capecchi resultan claves para propiciar que el varesino alcance la ‘maglia rosa’. Por lo pronto, sin haber hecho ningún movimiento espectacular, Basso se halla situado en un confortable 3ª lugar en la general, a 1’22» del hasta ahora magnífico ‘Purito’ Rodríguez y a 52″ de Ryder Hesjedal, que en Pian dei Resinelli dio las primeras muestras de [sólida] debilidad. «Creemos que Ivan puede ganar el Giro. Y, si lo hace, será en Alpe di Pampeago o el Stelvio«. Palabra de Szmyd, apostándolo todo a las dos últimas jornadas de alta montaña antes de la crono de Milán.

¿Rodador o escalador?

Contrarrelojista. «El único apasionado del reloj de Androni», dijo en una entrevista con Tuttobici antes de la crono por equipos de Verona.

Alessandro De Marchi (1986, Friuli) anduvo en la fuga que cubrió de gloria a Andrei Amador, costarricense de Movistar Team; le atrapó en la subida final a Cervinia, a una decena de kilómetros de meta, y tuvo un rato de teórica con él. «Esperaba que cuando le atrapara colaborara, pero sabía que era rápido y…» Pausa. «Esto es ciclismo«, concluía ante el micrófono de Gazzeta TV. «Hoy era un día perfecto. Para rematar una fuga es necesario tener piernas y un poco de suerte«, y él había cumplido con ambas cosas, pero no supo mantener la cabeza fría ante la indolencia del ‘tico’ Amador, el empuje de Barta y el hostigamiento de Hesjedal, que partía desde el pelotón hacia un nuevo ‘rosa’, éste no tan escondido.

¿Rodador, escalador o contrarrelojista? Más bien, valiente. Unas piernas corajudas valen lo mismo para subir que para bajar, para repartir bidones y para ser campeón italiano de persecución tanto individual como por equipos. Gianni Savio, director de De Marchi en Androni, tiene especial predilección por él: «No es un ganador, pero es muy trabajador. Un hombre para el futuro«. Recuerda maravillado su debut como ‘stagiaire’ con el entonces Diquigiovanni-Androni, una París-Bruselas en la cual se fugó 200 kilómetros. Fue la mejor manera de ratificar las sensaciones de Alessandro Bertolini, veteranísimo ‘capitano’ de la escuadra de los cuarenta patrocinadores, quien lo conoció en un campeonato de pista y recomendó al carismático mánager y director deportivo incorporarlo, ponerlo a prueba, porque en él había madera.

Valiente. Al mes siguiente, De Marchi volvió a dar otro signo de su arrojo en el Gran Piemonte, clásica en la cual se fugó junto a otros cinco ciclistas, entre ellos Óscar Pujol; cuando su intentona estaba en disposición de prosperar hasta meta, la Policía equivocó la ruta y les dejó fuera de carrera.

Tanto le gustó De Marchi a Gianni Savio, más allá de consideraciones sobre su calificación como corredor, que le dio un calendario de lujo en 2011, con aparición en Milán – San Remo (donde, obviamente, protagonizó la fuga del día) y debut en el Giro de Italia, que concluyó frustrado por no coger ninguna escapada. Ese mal sabor de boca se lo quitó camino de Cervinia, el día de su 26 cumpleaños, con esa fuga que finalmente sólo fue provechosa para el ídolo costarricense Andrei Amador.

Todas las fugas de Alessandro De Marchi como profesional

2012: 11ª y 5ª etapas del Giro de Italia, 5ª etapa de Vuelta a Langkawi, GP Costa de los Etruscos
2011: París – Bruselas, 3ª etapa de Semana Lombarda, Coppa Bernocchi, Giro dell’Appenino, Milán – San Remo, 2ª etapa del Giro de Cerdeña
2010: Giro del Piemonte, París – Bruselas

Foto: Androni Giocattoli

La importancia de ser portada

Ayer el ciclismo español estaba de enhorabuena: ¡’Purito’ en la portada del Marca! Un corredor siendo protagonista en la página principal del diario más leído de España, en torno a dos millones de ojeadores diarios, ¡y montado en su bicicleta! La última vez que había pasado eso fue el 17 de julio de 2011, tras la subida a Plateau de Beille del Tour; el último precedente sin Contador implicado fue el oro olímpico de Samuel Sánchez en Pekín 2008

Los motivos son diversos; ninguna portada se puede razonar con criterios estrictamente informativos. El hecho contado es que ‘Purito’ Rodríguez había ganado una etapa del Giro de Italia con final en Asís y se había aupado hasta la ‘maglia rosa’; que el catalán es uno de los mejores corredores del mundo, actual líder del CQ Ránking, ganador del UCI World Tour en 2010 y tercero en 2011, y por tanto merecía llegar algún día a la primera plana de Marca, escaparate por excelencia del deporte español.

Pero la meritocracia no funciona ‘per se’ en la sociedad actual. Para entender la portada de Marca hay que fijarse en el accionariado de su editora, Unedisa (matriz de El Mundo), controlado mayormente por RCS, empresa italiana propietaria de la Gazzetta dello Sport y organizadora del Giro. Este es el segundo factor, y hay un tercero: la negociación directa de Michele Acquarone con los ‘alfas’ de Marca y El Mundo la semana antes del Giro, recogida en una entrevista de David Vilares en Cobbles and Hills. De aquella reunión emanó el acuerdo que permite a Marca TV emitir cada tarde resúmenes de la ‘corsa rosa’ y surgió la sinergia que contribuye para que ‘Purito’ sea portada de Marca, que por cierto es, junto a ETB, el único medio de comunicación español no especializado en ciclismo con enviado especial al Giro (Víctor Jordán).

El contexto de la portada

Para comprender mejor hasta qué punto los criterios informativos pesaron en la llegada de ‘Purito’ a la primera plana, podemos fijarnos en el resto de cabeceras deportivas editadas en España. El otro rotativo madrileño del género, AS, le dio a ‘Purito’ el espacio superior de su portada pero no la principal; es de justicia reseñar que AS, espoleado por su condición de diario oficial de la Vuelta a España, suele tratar al ciclismo bastante bien. Los rotativos catalanes Mundo Deportivo y Sport, por su parte, sólo nombraron el éxito del corredor de Katusha a pesar de la afinidad regional. El otro periódico deportivo catalán, El 9 Esportiu, sí que llevo como protagonista a ‘Purito’.

Volviendo a Marca, los precedentes recientes del ciclismo en la página principal del principal diario deportivo de España son un tanto escasos y poco halagüeños. Obviando la de Juanjo Cobo el pasado 5 de septiembre, compartida ex aequo con otros tres éxitos españoles de calado, las nueve últimas portadas de Marca referentes a ciclismo tenían como protagonista a Alberto Contador; de ellas, cuatro hablaban de su positivo por clembuterol. Nueve portadas en tres años naturales no es una cifra demasiado elevada para el que fuera considerado como segundo deporte de España. Tenéis todas las portadas de Marca en los últimos cuatro años al final del artículo.

… Y las consecuencias

La repercusión de la primera plana de ‘Purito’ es difícil de cuantificar, aunque sencilla de percibir. Es complicado determinar el alcance en términos numéricos: por ejemplo, el ‘share’ de audiencia de Marca TV oscila siempre entre el 0’5% y el 1%, y un contenido de una hora como los resúmenes vespertinos del Giro no lo ha hecho oscilar significativamente. Pero, como ha tuiteado esta mañana Andrés Cánovas y escribió ayer Joan Seguidor, se nota el creciente interés de prensa y espectadores por la ‘corsa rosa’. Para muestra, un tuit…

 

Juan López, Cárdenas para los amigos, es un aficionado al deporte, madridista y bloguero. El miércoles, la portada de Marca le llamó la atención sobre la bicicleta. Su inquietud por el ciclismo es parca y su conocimiento escaso, pero con toda seguridad crecerán con este Giro… ¿Que no entiende la carrera? Aquí estaremos los enfermos del ciclismo para explicársela. Al fin y al cabo, este es un deporte publicitario que vive de interesar a tanta gente como sea posible.

Últimas portadas de Marca donde el ciclismo estaba presente o era protagonista

16 de Mayo de 2012 ‘Purito’ dinamita el Giro
7 de Febrero de 2012 El TAS pierde el juicio [en referencia a Contador]
5 de Septiembre de 2011 Gesta de Cobo en el Angliru [compartiendo portada con otros tres deportistas españoles]
17 de Julio de 2011 Nadie puede con él [en referencia al desempeño de Contador en Plateau de Beille, Tour’11]
15 de Febrero de 2011 Absuelto – El Comité de Competición exculpa a Contador
9 de Noviembre de 2010 Acorralado – La UCI pide abrir expediente sancionador a Contador por dopaje
1 de Octubre de 2010 El dóping del chuletón [en referencia a Contador]
26 de Julio de 2010 «La clave es saber sufrir» – Contador gana su tercer Tour
20 de Julio de 2010 Contador se viste de amarillo… Con perdón [en referencia a su ataque en Bales cuando a Andy Schleck se le había salido la cadena]
27 de Julio de 2009 Va por ti, Armstrong [compartiendo portada con Raúl, en referencia a la victoria de Contador en el Tour’09]
20 de Julio de 2009 Golpe de autoridad de Contador – La carretera pone a cada uno en su sitio
10 de Agosto de 2008 El que da primero… – Samuel Sánchez estrena el medallero
28 de Julio de 2008 «¡Qué grande, Papá!» [supuestas palabras de los hijos de Carlos Sastre]
27 de Julio de 2008 Sastre, el 7º magnífico
26 de Julio de 2008 «Voy a salir a morir» – Sastre, a 94 segundos de la gloria
24 de Julio de 2008 Machada – Genial Sastre
18 de Julio de 2008 ¿Es verdad el ciclismo? [en referencia al positivo de Riccardo Ricco’]
2 de Junio de 2008 Contador, el nuevo Indurain [compartiendo portada con Ramón Calderón]

Fe de erratas En la versión original del artículo se decía que As no dedicaba espacio en su portada a ‘Purito’; no era cierto, gracias a @EzquerroAS por avisar. Asimismo, se decía que Marca era «el único medio de comunicación español no especializado en ciclismo con enviado especial al Giro»; en realidad, según cuenta @egarate, ETB también tiene uno.

Conformidad social

Siendo un ciclista rápido, ¿por qué no has probado nunca a disputar esprints masivos? «Porque, para ser esprinter, no basta con ser rápido«, me respondió Giovanni Visconti. «También es necesario tener la cabeza de un esprinter. En esencia, estar un poco loco«.

Decíamos ayer que los esprints de las primeras etapas de toda gran vuelta son un ejercicio colosal de fuerza, estrategia y técnica. Para desarrollarlo, los corredores tiran de adrenalina, instinto, reflejos y cólera. Pedalean más rápido que el miedo que cualquiera en su sano juicio sentiría en mitad de ese quilombo, prácticamente incontrolable cuando hay 200 bicicletas rodando delante, detrás, a izquierda y derecha, con el mismo objetivo de cruzar en primera posición la línea de meta…

La segunda etapa en línea del Giro de Italia ha visto hoy un incidente desagradable. Roberto Ferrari cruzó por detrás de los tres gigantes que se disputaban la victoria, Goss (vencedor final), Yei Yei Haedo y el despuntado Farrar, y su movimiento provocó la colisión y caída de Mark Cavendish. El vigente campeón del mundo venía lanzado, jugándose el todo por el todo en solitario después de perder la rueda de sus gregarios Kennaugh y Thomas a dos kilómetros de meta por ceder la posición ante su antiguo hombre de confianza Mark Renshaw. Aprovechaba Cavendish dos condiciones imperceptibles por televisión pero muy influyentes: la recta de meta picaba hacia abajo, lo cual aumentaba la velocidad; y había un gran viento de cara, por lo que cobijarse tras tres muros como Goss, Haedo y Farrar le aportaba un plus de rapidez que le impidió prever o evitar el movimiento del velocista de Androni. Suerte hubo de los reflejos de Démare, que anduvo cerca de rodar sobre su cabeza; de la habilidad de Guardini, que saltó con la bici sobre su cuerpo; y del altruismo de De Negri, que prefirió brindarse un costalazo a comerse el cuerpo del pequeño gran esprinter británico.

Unos hechos tan truculentos, con un protagonista tan notable y un culpable tan claro, eran el caldo de cultivo ideal para la polémica. La afección de Taylor Phinney pudo haber aplicado un extra de pimienta a los hechos pero, por fortuna, la implicación en la caída del vigente ‘maglia rosa’ se saldó con un profundo corte en el tobillo que no compromete su participación en la crono por equipos del miércoles aunque le obligará a no tocar la bicicleta en el día de descanso de mañana.

Preguntado por los hechos, Ferrari reaccionó con indolencia: «Hice mi esprint, no puedo preocuparme de quien venga detrás«. Su director Gianni Savio, más dechado en la relación pública, fue más conciliador y pidió disculpas de inmediato a Cavendish. El británico, en cambio, fue vehemente y pidió que Androni retirara a Ferrari de la carrera. Antes había solicitado lo mismo su gregario Geraint Thomas; después le secundó su antiguo coequipier y casi enemigo André Greipel. Otros corredores como Greg Henderson o Russel Downing (ambos antiguos miembros de Sky) se sumaron a la denostación; David Millar, directamente, le llamó «idiota«.

La espiral de mensajes en Twitter hostiles hacia Roberto Ferrari ha sido casi un fenómeno de conformidad social. Nadie ha defendido la acción del italiano, quizá por ser ésta difícilmente defendible más allá de proclamar su involuntariedad. Contraría un poco, quizá, que el principal instigador de esta cadena de recriminaciones y declaraciones afeando la conducta del velocista italiano sea un hombre contra el cual se plantaron en su día los coequipiers de tres ciclistas que quedaron fuera de juego por una maniobra similar cuyas consecuencias fueron incluso peores. Pero no es menos cierto que los argumentos ‘ad hominem’ son paupérrimos en cualquier ejercicio de dialéctica.

El incidente de Cavendish y Ferrari no ha sido el único de este inicio de Giro; de hecho, a juzgar por las multas por «conducta inapropiada» deben haber acaecido muchos más. Sin embargo, sí ha sido el único registrado en televisión. Otro de estas eventualidades aparecidas en la luz pública sucedió entre Enrico Gasparotto y Sébastien Rosseler. La destapó el reciente ganador de Amstel Gold Race en dos tuits (I y II) dirigidos a Robert Hunter, coequipier del belga: «Dile a Rosseler que embistió mi bicicleta por detrás y yo soy delgado y pequeño, pero la próxima vez es mejor quedarse callado que decir estupideces después de caerse. Yo estaba lúcido, pero quizá él no. Paso todo el día asumiendo riesgos y no me gusta estrellarme por estúpidos. ¡Gracias!«. Cosas de la adrenalina, y la cólera.

Foto: Team Sky

Flúor en el supermercado

Dos días antes del inicio del Giro de Italia, el equipo Farnese Vini presentaba sus bazas de cara a la ‘corsa rosa’ en la sucursal de Herning de la cadena de supermercados ABC Lavpris. Se trata de buenos clientes de la empresa vinícola, tan involucrada e identificada con el cicismo que incluso lanza ediciones especiales de su cepa estrella, Montepulciano d’Abruzzo, con Oscar Gatto en la vitola. La publicidad del evento llegó incluso a los volantes publicitarios del establecimiento, si bien no hay testimonio gráfico de su realización en unos días donde los periódicos daneses son rosas.

Actos curiosos aparte, Farnese Vini ha maximizado su labor en imagen y relaciones públicas en estos días previos a la gran ronda italiana con la producción de un spot ochentero a ritmo de Queen y la presentación de una nueva ‘maglia’, casi totalmente de color amarillo flúor, llevando hasta el extremo el lema de la escuadra: ‘Tutto il fluo del ciclismo‘.

Deportivamente, este Giro de Italia puede ser el todo o la nada para la estructura regida por Luca Scinto, Angelo Citracca y Serge Parsani. Su nueve se enfoca casi por completo al llano, lo cual la borrará del mapa en la segunda parte de la carrera salvo que Francesco Failli dé un paso adelante o Luca Mazzanti, el corredor más viejo de los presentes en la salida de Herning, sea capaz de revivir sus tiempos de Panaria.

Respecto del resto del ‘nueve’, sus líderes Filippo Pozzato y Oscar Gatto son en esencia clasicómanos, lo cual hace que sus mejores opciones de victoria pase por los finales con ‘strappi’, como Tropea el año pasado, como Asis, Montecantini Terme o Falzes. Respecto de su esprinter, Andrea Guardini, él mismo reconoce «no haber ganado tan fácil esta temporada«: la lógica dicta que tendrá complicado derrotar en el tú a tú a Cavendish, Goss o Renshaw, con quienes se midió con resultados no muy esperanzadores en la Vuelta a Turquía. A su servicio tendrá a uno de los corredores más sorprendentemente fuertes de las Clásicas del Norte, Elia Favilli, y a los voluntariosos De Negri y Rabottini.

17 días en el Teide

El Twitter de Ivan Basso no sólo sirve al lector para imaginarse cómo ha sido la fiesta de cumpleaños de su hija o cerciorarse de que su familia lo ama, como bien señaló Joan Seguidor. También permite hacer una reconstrucción de cuáles han sido, día a día, sus entrenamientos: así ha hecho Velochrono, recogiendo un testimonio sin precedentes, por exhaustivo, de cómo se fragua la forma física de cara a una gran vuelta.

Básicamente, la preparación del varesino de cara al próximo Giro de Italia anduvo bien sólo hasta finales de febrero, cuando una prematura retirada en el GP Lugano para no arriesgar las carreras de marzo evidenció que su estado de forma no era el esperado. Las participaciones posteriores en París-Niza y Volta a Catalunya se cerraron con sendas caídas que afectaron a la rodilla derecha, haciéndole perder un mes clave en su preparación de cara a la ‘corsa rosa’ y entrar en un «momento crítico» de inseguridad.

Borrón y cuenta nueva, la temporada 2012 de Basso empezó de nuevo el 25 de marzo. Ese día partió hacia Tenerife con otros cinco compañeros [a los cuales se sumaría posteriormente Cameron Wurf]: cuatro de sus gregarios para el próximo Giro (Szmyd, Capecchi, Agnoli y Salerno) y el hombre clave de su última maglia rosa, Vincenzo Nibali. Sobre el ‘Squalo’ dejó unas adecuadas declaraciones en el último número de Ciclismo a Fondo, interesantes por cuanto no dejan ver temor alguno por un posible solapamiento de intenciones: «Prefiero correr el Giro con él a mi lado. Juntos tendremos más opciones de derrotar a Scarponi«. También descartaba que una hipotética decisión del cuerpo técnico de Liquigas de incluir al siciliano en el ‘nueve’ de la gran ronda italiana fuera un signo de desconfianza por parte de sus superiores: «Sería para tener un bloque más fuerte, no por una falta de respeto hacia mí«.

Precisamente Nibali dio el mejor diagnóstico sobre el cómo y las consecuencias de la concentración canaria para la condición física de Basso: «Ha entrenado muy duro, como sólo el puede, y ha mejorado muchísimo«. Efectivamente, esos 17 días en el Teide, coincidiendo en el hotel con otro candidato a la ‘maglia rosa’ como Roman Kreuziger y el sólido Bradley Wiggins, sirvieron de mucho al varesino, que mostró otra cara en el Giro del Trentino. Allí trabajó con tino para su fiel gregario Sylvester Szmyd, que según CaF le deleita cada noche con 20 minutos de canto gregoriano. Esas buenas sensaciones las refrendó en el Tour de Romandía, donde a pesar de no lucir anduvo siempre en el grupo cabecero.

No se puede decir que la hoja de resultados previa a la cita rosa de Ivan Basso sea la mejor; ni siquiera es inspiradora. Pero tampoco lo fue en su anterior victoria en la gran ronda italiana, por lo que sería muy aventurado descartar sus opciones de conseguir un nuevo triunfo en la ‘corsa rosa’; el tercero, si añadimos el conseguido en mayo de 2006 en plena Operación Puerto. ¿Qué significaría para ti ganar este Giro?, le preguntaban en CaF. «No voy a cambiar. La gente me recodará por ser Ivan Basso, no por ganar dos o tres Giros. Lo importante es el carisma«.