Este año estudié un Máster en marketing. Gracias a él viví experiencias inolvidables, conocí personas extraordinarias y aprendí unas cuantas cosas. Una de ellas un axioma, «todo comunica», que podríamos desarrollar en que la personalidad de las organizaciones se refleja en los individuos. En ese sentido, es curioso ver conducir a los coches de equipo hacia el avituallamiento. Dimension Data se maneja con prudencia y respeto; otros van adelantando al resto de coches de tres en tres y con raya continua.
Todo comunica; también el silencio. He estado tres o cuatro etapas sin publicar en este blog. En principio era porque he tenido una movida en los ojos, irritados hasta impedirme pasar más tiempo del imprescindible frente a la pantalla. En realidad, reconozco que me ha costado mantenerle el pulso a la carrera tras Formigal. La Vuelta a España es una experiencia genial, especialmente cuando se afronta bien acompañado como es mi caso. Sin embargo, hay días que se hacen pelota; porque hay mucho o poco curro, porque no tienes ganas de sonreír, porque la carrera no te interesa. Yo he sufrido unos pocos seguidos en esta tercera semana de carrera. A lo Van Garderen, como me decía un amigo hoy.
Vuelta a España. Etapa 18. Requena – Gandía. Hoy dormimos en el Hostal Rocinante. Como su nombre indica, es un tugurio de carretera. Una cucaracha nos esperaba en la puerta de la habitación. Igualmente chango era nuestro piso en Oropesa, pero al menos estaba a la vera de la playa. Gracias a eso pudimos pegarnos un baño nocturno el lunes. Me sentí genial, completo, realizado, libre. Ese rato no me lo quita ni la UCI.
Van Garderen. Ha sido mi personaje favorito en esta Vuelta a España. Me he pasado una semana entera currando en un reportaje sobre él para Cyclingtips; quizá cuente su historia, ya de paso, en Ciclismo a Fondo. Da la sensación de que ha petado en lo psicológico; que su motor es extraordinario, pero su cabeza se ha visto superada por la espiral de presión y exigencia que supone cobrar unos dos millones de euros anuales. Yo empatizo bastante con estos talentos desgraciados, que no alcanzan a culminar lo que la gente espera de ellos. Probablemente yo acabe así.
Más molón, por optimista, es Magnus Cort Nielsen. Su Vuelta a España, primera grande que corre, está resultando impresionante. Ha currado en la montaña como el mejor gregario y ha sido capaz de ganar al sprint ya entrada la tercera semana y sin ser un velocista. «No es un sprinter, sino un superdotado», me ha dicho el técnico de Orica y exciclista Julian Dean, que por cierto reside en Gandía; «donde destacará será en las clásicas».
Dean ha descrito una circunstancia que ha aprovechado hoy su pupilo: «The level of the sprinters here is not super high». Realmente, no lo es: me atrevería a decir que ninguno de los velocistas que ha ganado etapa en la Vuelta haría entre los siete primeros de un sprint masivo del Tour, ni estará en puestos de honor del Mundial de Doha.
El otro día pregunté a Jean-Luc Jonrond, director de Cofidis, por qué no habían traído a Nacer Bouhanni, uno que podría haber anotado fácilmente cuatro victorias de etapa y que va a terminar esta temporada sin participar en ninguna gran vuelta. Me explicó que habían consensuado un calendario alternativo con la vista puesta en Qatar (donde Francia puede alinear otros dos líderes distintos como Démare y Coquard) y buscando también dejar espacio para competir a ciclistas distintos a los que habían hecho el Tour. «Traer a Nacer significa traer también a sus gregarios», me explicó. Y todos estuvieron en la Grande Boucle, sólo que sin currar en lo suyo porque el boxeador se lesionó boxeando la noche antes del Campeonato de Francia.
Como friki del ciclismo, me mola ver corredores poco habituales disputar victorias de prestigio como una etapa de la Vuelta; sobre todo porque la potencia de los focos que los alumbran permiten atisbar con precisión sus cualidades y sus defectos. Nikias Arndt, por ejemplo, ha disfrutado hoy de un lanzamiento premium de Koen de Kort y no ha sido capaz de rematar la victoria. Con su voz ceceante me ha explicado que le ha faltado un poco de potencia y que «quizá» se había lanzado demasiado tarde. Creo que, sobre todo, ha tenido que ver este segundo factor. Ya estuvo cerca del triunfo en Peñíscola. Ganará en Madrid.
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