Nos faltará clase media

Artículo publicado originalmente en Zona Matxin

«Es gente que viene de un país [Países Bajos] en el que se trabaja con la cantera de una forma única en Europa. Y se están viendo los resultados. Bauke Mollema es ya una realidad, y Wilco Kelderman, por ejemplo, un portento y con una clase alucinante con solo 22 años. O Tom-Jelte Slagter, mi ojito derecho dentro del equipo, que con 23 años ya ganó el Tour Down Under. Aquí no tenemos chavales con ese nivel. El futuro de España no está tan garantizado como el suyo»

Juanma Gárate, en La Opinión de Tenerife

El momento de relevo generacional que vive el ciclismo mundial ha avivado el debate en torno a la realidad preocupante de que no existe en el ciclismo nacional una hornada de corredores a la altura de la actual. Hemos vivido años espectaculares: hace una década, los corredores españoles ocupaban la mitad del top10 del Tour de Francia; recientemente, atravesamos un momento hegemónico a nivel de victorias y podios gracias al quinteto de superclases mil veces recitado formado por Alberto Contador, Alejandro Valverde, ‘Purito’ Rodríguez, Samuel Sánchez y Óscar Freire, más el infravalorado pero valioso Carlos Sastre.

Pero, como se viene comentando, ese quinteto está en declive. Todos superan la treintena. Sastre y Freire se han retirado. Aunque han conseguido buenos resultados, Contador y Valverde no han ganado este año en WorldTour; Samuel tampoco lo ha hecho, si bien en su caso aún no ha llegado su primer pico de forma, programado para el Giro de Italia que empieza la semana que viene. ‘Purito’ Rodríguez sí consiguió una victoria en la máxima categoría, en Tirreno-Adriático, mientras Dani Moreno anotó la otra que figura en el casillero español en la Flecha Valona.

El madrileño fue como un soplo de aire fresco, y tiene 31 años. Detrás vienen buenos corredores: hay corredores del 83-85, como Rojas, Navarro, Nieve, Antón, José Herrada o Javi Moreno, que aún no han dado lo mejor de sí mismos; del 86-87, adaptándose a la élite, Castroviejo, Intxausti, Gorka Izagirre, Marcos García o Egoitz García; del 88-89, en plena progresión hacia las primeras victorias de postín, Ion Izagirre, Juanjo Lobato, Madrazo, De la Cruz, Sanz o Landa; y, nacidos del 90 en adelante, despuntan joyas como Jesús Herrada, Pello Bilbao, Carlos Verona o Carlos Barbero.

Todos los hombres que hay detrás de esta retahíla de nombres estarán en un futuro próximo en el UCI WorldTour, si no lo están ya; la mayoría conseguirá victorias, puestos de honor y actuaciones de mérito en la máxima categoría. España quizá no acumulará triunfos al ritmo habitual, pero su presencia y una cantidad razonable de éxitos está asegurada.

El problema es el nivel medio. Probablemente se alejará de ser la nacionalidad prevalente en la máxima categoría, como lo fue en su día. Ya queda lejos, de hecho, esos primeros ProTour con Illes Balears, Liberty Seguros, Euskaltel y Saunier Duval. La tendencia a la reducción de equipos de élite no afectaba en demasía al número de corredores, dado que las escuadras extranjeras reclutaban efectivos españoles por su calidad y saber hacer. Eso, en el futuro, sucederá menos. Por poner un solo dato: en 2007, 138 corredores españoles disputaron al menos una carrera de primera división; en 2012 sólo lo hicieron 85.

Menos jóvenes españoles brillan. Hace doce años podíamos encontrar 18 españoles entre los 100 mejores sub25 del mundo según el ránking CQ, 4 entre los 10; desde 2010, con Rojas, no hay ningún ciclista nacional en dicho top10. Respecto al nivel medio, el décimo mejor español de menos de 25 años en 2001 era 27º; actualmente, es 226º.

Aquí podemos ver unos cuantos datos, siempre referidos al ránking sub25 de Cycling Quotient:

¿Es culpa esto de una generación de corredores menos talentosa que las precedentes?

No.

En primer lugar, conviene reseñar que los resultados son sólo un síntoma de la calidad deportiva. Muchas veces, las fuerzas se derrochan en momentos inadecuados, o en beneficio de otros compañeros. Tener pocos puntos no significa que seas malo, aunque si tienes muchos probablemente seas bueno. Dicho esto: las oportunidades de sumar puntos en el calendario español son escasas. Independientemente del talento de la joven promesa, los días de competición son cada vez menos y, normalmente, las carreras nacionales tienen las clasificaciones copadas (y las tácticas bloqueadas) por conjuntos WorldTour, nacionales y extranjeros, que son invitados por los organizadores con objeto de tener un elenco de participantes llamativo. En Francia e Italia, por ejemplo, no hay tal profusión de escuadras de primer nivel en las competiciones, lo cual abre más opciones de lucir y conseguir resultados a los locales.

A los corredores españoles, por tanto, no les resulta en absoluto fácil brillar. A eso se suman las pocas oportunidades para llegar a profesionales. La cifra de equipos adelgaza a un ritmo terrible: este año sólo hay 5, cuando en 2006 llegaron a haber 14. Esto genera un tapón que impide a quienes destacan en categorías inferiores seguir su progresión lógica aquí, obligándoles a emigrar como sucedía a finales del siglo pasado, cuando al igual que ahora sólo había media docena de escuadras en el país.

Entonces la falta de oportunidades no significa falta de talento; ahora, tampoco. Sólo hay que ver carreras menores, como la pasada Vuelta a Castilla y León, donde modestos como Carlos Barbero, Mikel Iturria o Lluís Guillermo Mas se medían y plantaban cara a ciclistas de calidad reconocida como Rubén Plaza, Paco Mancebo o Pablo Urtasun, y un joven como Juanjo Lobato conseguía una victoria ante buenos velocistas.

Hay porvenir en las piernas de los jóvenes ciclistas españoles. Sólo sucede que faltan oportunidades. En un futuro seguirá habiendo presencia nacional en la élite, con ganadores e incluso estrellas rutilantes; sin embargo, careceremos de clase media porque muchos corredores de las generaciones de nacidos entre 1983 y 1990 se han perdido o se están perdiendo por la ausencia de equipos donde encuadrarse y carreras donde mostrarse. Y eso, a largo plazo, puede ser nefasto.

2 comentarios en “Nos faltará clase media

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