En honor de los huéspedes huidos

Un poquito más allá de un pueblecito llamado Neupré solía anidar el halcón peregrino. El modesto rapaz se asentaba en una roca que culminaba el típico cerro ardenés, escaso en altura pero profuso en humedad, arboleda, verdor, claroscuro, tierra marrón y vida. Llego un tiempo, cómo no, en que el entorno se urbanizó; la sociedad, arrogante y carente de tacto, metió mano en el ecosistema hasta convertirlo en hostil. En 1957 el halcón peregrino desapareció, o más bien dejó de dar señales de vida para trasladarse a algún vergel; se marchó. Abandonó su roca.

En 2008, ASO introdujo en la Lieja-Bastoña-Lieja una nueva cota en su parte final. Hería ver cómo la selección provocada por La Redoute quedaba anulada antes de Saint-Nicolas por un tramo de llano ancho, confortable, casi autovía. Para evitarlo, decidió implementar una nueva subida, esa que transita cerca de donde anidaban los halcones peregrinos. La nombraron Roche aux Faucons, en honor de los huéspedes huidos.

Dónde

Si la mayoría de cambios de recorrido en los Monumentos suelen ser discutidos y saludados con escepticismo, éste fue observado con expectación. Prometía una buena dosis de frenesí para descartar la frigidez de los grupos de treinta corredores que llegaban a jugarse la carrera en la Côte d’Ans.

La Roche aux Faucons no es una subida superior, ni en dureza ni en longitud, a las tradicionales. No tiene la contundencia de Saint Nicolas, la brutalidad de Stockeu, la eternidad de Haute-Levée, ni el compendio de misticismo de La Redoute. De hecho, diríase que su gran atractivo no radica en la subida en sí: 1500 metros al 9’9%, cuya pendiente va progresivamente aumentando hasta llegar al final de la urbanización que recorre. Su intríngulis llega en los tres kilómetros posteriores, zona de bosque ardenés, las inmediaciones de la Roca: falso llano, a veces favorable pero siempre traicionero por cómplice de un par de hectómetros que vuelven a picar hacia arriba para coronar o descartar a los contendientes.

Cómo

La Roche aux Faucons es terreno de gloria para el fuerte y de penitencia para quien no ha medido bien sus capacidades. Así lo certifica su rol decisivo en las cuatro Decanas de cuyo recorrido ha formado parte. Lo han comprobado, con diversa suerte, el legítimo magistrado de la Roca Andy Schleck y su secuaz o rival Philippe Gilbert. En 2009, por ejemplo, el luxemburgués atacó al inicio de la subida para alcanzar al belga, que marchaba escapado desde la Redoute; le rebasó y se marchó solo hasta la victoria en la zona de la Roca ante la patética duda del resto de favoritos.

En las dos últimas ediciones fue también Andy quien desató las hostilidades en la urbanización, con Gilbert a su rueda. 2010 les vio atrapados por Alberto Contador, gregario de un Alexandre Vinokourov que aquel día quería ganar a cualquier precio y aprovechó los falsos llanos posteriores para marcharse hacia la victoria junto a Kolobnev. En 2011, Andy y Gilbert fueron acompañados por el hermano Fränk; el papel de los dos luxemburgueses terminó por ser el de colaboradores testimoniales, de entregar la victoria en bandeja al belga.

Una historia ligeramente distinta fue la primera aparición de la Roca en 2008: Andy venía escapado y fue alcanzado a la entrada del bosque ardenés por ‘Purito’ Rodríguez, quien se había llevado a rueda al hermano Fränk y Davide Rebellin, los dos grandes rivales de su jefe de filas Alejandro Valverde. Por fortuna, el murciano voló donde anidaren los huéspedes huidos y alcanzó al grupo de privilegiados antes de alejarse de la Roca. Después remató a sus acompañantes en Ans. Cuentan que Davide Rebellin le felicitó por su triunfo cinco kilómetros antes de que sobreviniera, tras resistir su demarraje en Saint Nicolas…

Quién

Este año il Piadoso, proscrito en Miche, no estará para diagnosticar el resultado antes de tiempo. Sí estarán el resto de protagonistas mentados. Por deferencia de vigente campeón, Philippe Gilbert merece ser citado en la ‘pole’ con esos aires de resucitado exhalados en Huy. Andy y Fränk, por su parte, llegan en una dinámica un tanto negativa, de excusas y apelaciones a la mala suerte para justificar una carencia de chispa y nobleza competitiva que se espera conviertan en abundancia cuando se acerque la Roca. También Valverde estará presente, aunque cabe duda de si las secuelas de su caída en la Volta a Catalunya le permitirán jugar algún tipo de rol o dejarán su participación en una anécdota.

Más allá de ellos está el hombre más fuerte por sensaciones y aproximación, aquel gregario que casi perpetra un desastre en 2008 y ahora aspira con toda la legitimidad posible al triunfo, ‘Purito’ Rodríguez. Otro español con vitola de favorito es Samuel Sánchez, quien no tenía clara su participación a pesar de haber terminado entre los 15 primeros en seis de sus siete participaciones en la ‘Decana’. Desde Italia llegan tres amenazas: Damiano Cunego, quien ha preparado su asalto con un podio en el Giro del Trentino; Vincenzo Nibali, líder de Liquigas que pretende refrendar su jerarquía sobre Sagan; y el sorprendente ganador de Amstel Enrico Gasparotto, que contará con la ayuda del croata Robert Kiserlovski. No se pueden despreciar las opciones del francés Thomas Voeckler, invitado con Europcar, y el local Jelle Vanendert, único hombre capaz de estar entre los cinco primeros en las dos mangas anteriores del Tríptico de las Árdenas que culmina la siempre espectacular campaña de Clásicas.

El recorrido al detalle en inrng

Lista de participantes

Fotos: Wikimedia y Cyclingnews

Quizá se quieren, pero sobre todo se necesitan

Tras varios meses de silencio, sólo rotos para realizar anuncios en busca de ‘publicity’ y contento para sus patrocinadores personales, Alberto Contador apareció ayer en ‘El Partido de las 12’ de la Cadena COPE para ser entrevistado por Alcalá, Larrañaga y el especialista en ciclismo de la emisora de Radio Popular, Rubén Martín.

En el fondo, volvió a ser una aparición destinada a ocupar espacio en los medios y seguir presente en el imaginario colectivo. Contador no se tambaleó ni un instante en la cuerda argumental sobre la cual hace funambulismo en cada uno de sus intervenciones públicas; ni un soplo de viento, ni preguntas insidiosas ni intervenciones de oyentes, perturbaron su paseo, su equilibrio.

Repitió los eslóganes habituales: «El sistema no funciona«, «la norma del clembuterol está obsoleta«, «no sé cómo mas puedo demostrar mi inocencia«, «estoy comprometido al 100% con la lucha contra el dopaje«. Y es lógico. El pinteño no puede decir mucho más sobre su sanción, igual que un cocinero no puede contar mucho más sobre sus platos. Y, cuando se pide el mismo filete una y otra vez, la consecuencia obvia es que su sabor termine por ser demasiado familiar.

El interés de la entrevista radicó más bien en las preguntas sobre lo deportivo. Allí Contador si brindó alguna novedad a través de la ratificación de rumores y noticias que ya habían sido apuntados en algunos medios. Confirmó, por ejemplo, su hoja de ruta al volver de la sanción: Eneco Tour (6 al 12 de Agosto), Clásica de San Sebastián (14 de Agosto), Vuelta a España (18 de Agosto al 9 de Septiembre) y, si es seleccionado, los Mundiales de Limburgo (semana del 23 de Septiembre). Respecto de estos últimos, declaró que sentía que la crono podía venirle «bien«, al contemplar «repechos y cambios de ritmo«. Para la cita de fondo, en cambio, consideró que había españoles más aptos de cara a ésta y citó a Samuel Sánchez y Alejandro Valverde.

Seis ofertas… pero una es prioritaria

El otro punto candente de la entrevista llegó cuando Rubén Martín contó la oferta de 32 millones de euros por cuatro años que hizo Astaná a Contador en invierno de 2009 y el madrileño reconoció la existencia de «seis ofertas de equipos grandes» interesados por incorporarle en los meses finales de 2012, siendo desveladas las propuestas de Movistar y Saxo Bank. El ¿tres? veces ganador del Tour de Francia disipó cualquier especulación al declarar que su «prioridad» es Saxo Bank por haberle «apoyado en todo momento, de forma incondicional, sabiendo lo que había«.

No podía ser para menos, en el fondo. Es la única posibilidad que cuadra para él: su calendario está cerrado, sus gregarios contratados con la escuadra danesa, incluso la marca de bicicletas que le esponsoriza personalmente (Specialized) es patrocinador de Saxo. Demasiadas circunstancias. En cualquier otra escuadra Contador no tendría a sus hombres de confianza y, salvo en OPQS, tampoco su bicicleta. Y quizá tampoco ‘feeling’ con el staff, una condición muy importante para alguien que valora mucho el entorno.

La dependencia de Saxo Bank

Si por parte de Contador no cabe otra escuadra, por parte de Saxo Bank no cabe otro ciclista. Riis asumió un riesgo terrible al contratar al pinteño, y efectivamente casi paga las peores consecuencias. Ahora mismo tiene un equipo desangelado, carente de chispa e incluso víctima de una mala suerte increíble que proporciona enfermedades y lesiones a sus mejores hombres. Pero podría ser incluso peor, si la UCI los hubiera sacado del World Tour legitimándose en que dos terceras partes de sus puntos de mérito se habían evaporado con la sanción del ‘Pistolero’.

Así las cosas, con el sueldo de Contador inmaculado en la caja fuerte y sin posibilidad de ser invertido en otro corredor, no queda sino contratarle. Y no por un asunto de puntos (puesto que, anulados los resultados precedentes, sólo sumaría los conseguidos a partir de agosto de 2012), sino porque es el único corredor capaz de aportar valor deportivo a una escuadra que no tiene ciclistas entre los 100 primeros del CQ Ránking de esta temporada, sólo cuenta tres clasificados en el UCI World Tour individual (Tosatto, Boaro y JJ Haedo, estos dos últimos con un solo punto) y es ‘farolillo rojo’ de su versión por equipos.

Así, Riis y Contador se esperan con los brazos abiertos. El pinteño habla de prioridades; Anders Daamsgard, portavoz de Saxo Bank, comenta que quieren que regrese con ellos de la sanción y «tienen motivos para ser optimistas» en las negociaciones entre ambas partes. Sólo la duración de contrato puede suponer un escollo a la hora de certificar el regreso de Alberto Contador a una escuadra donde, más que quererle, le necesitan.

Transcripción completa de la entrevista a Contador anoche en ‘El Partido de las 12’

Foto: Nils Melvang (AFP) / El País

Las buenas noticias de Javi Moreno

Javi Moreno (1984, Jaén) tiene de estado en Whatsapp tres emoticonos: una pareja cogida de la mano, un corazón y un bebé. “Sí, voy a ser padre”, dice; y ríe. El bebé se llamará Javier, y nacerá en septiembre. “¡En plena Vuelta a España!”. Buenas noticias.

Hay veces que la vida recompensa todo el trabajo de golpe, obsequiando a bocajarro las satisfacciones merecidas. Quizá ése sea el sentido de los cuarenta días en el desierto, esos que sirven para superar tentaciones y ayudan a forjarse un carácter, unos objetivos, una forma de actuar; un karma. Así siente el jienense que le ha sucedido: “Después de todo el trabajo realizado estos años, veo que empiezo a obtener resultados y satisfacciones”. La última, el pasado domingo con la victoria en la general de la Vuelta a Castilla y León.

La travesía hacia el World Tour

Javi Moreno pasó seis años en la base del ciclismo profesional español antes de poder saltar al UCI World Tour. Grupo Nicolás Mateos, 2006, fue “un año malo”. Extremadura, 2007, fue algo mejor por cuanto estrenó su palmarés con una etapa en la Vuelta a Madrid. Después vino un trienio con Andalucía, el equipo de su tierra, iniciado con un ilusionante 21º lugar en la Vuelta a España, torcido con una estremecedora caída en la Volta a Catalunya de 2009 y cerrado con un 2010 de buenos puestos y sensación desigual.

Por eso, porque no terminaba de “sentirse valorado”, Moreno decidió escapar de la escuadra de Antonio Cabello para firmar por Caja Rural, que se interesó por hacerse con sus servicios conscientes de su calidad innata. De ellos guarda “muy buenos recuerdos”, y no es para menos. Pusieron la escuadra a su servicio en la que hasta ahora era la mejor carrera de su vida deportiva, una Vuelta a Asturias 2011 en la cual demostró poderío ganando el final en alto del Acebo y aguantando los embites de un Tino Zaballa encendido en Naranco con la inestimable ayuda de su entonces y ahora compañero José Herrada, inconmensurable, “el más fuerte de aquel día, sin duda”.

La recompensa de la élite

Tras aquella exhibición, muestra de su mejor versión, solo cabían las buenas noticias. Éstas llegaron en invierno de aquel año, con el fichaje por Movistar. Allí el jienense ha encontrado sus expectativas colmadas, “todo lo que se puede pedir. Es otro nivel, no falta de nada. Además me he adaptado muy bien al equipo, a su filosofía”.

Su primera carrera con la escuadra telefónica, buenas noticias, fue el Tour Down Under. En la quinta etapa de la carrera, con final en Willunga Hill, exhibió sus cualidades siendo el último hombre de Alejandro Valverde en su camino hacia la primera victoria tras año y medio de ostracismo. Ahí se ganó la confianza del murciano. ¿Qué siente al ver el vídeo de la carrera, esas prestaciones tan buenas? “buf, No sé… Me veo tan apretado…” Y ríe. “Pero fue un día de esos en los que todos sale bien”. El comentarista de la televisión australiana, ante su gesto de esfuerzo desmesurado, no pudo evitar exclamar: “He is killing himself!”.

Una primera apoteosis en Castilla y León

Moreno conoció la gloria colectiva varias veces más, siempre junto al ciclista murciano, en Andalucía, París-Niza y Amorebieta. Este fin de semana, en la Vuelta a Castilla y León, le tocó saborear la individual, el triunfo propio. Moreno supo filtrarse en el corte de 15 corredores que se jugó la victoria en la segunda etapa; al día siguiente, en la durísima jornada de montaña con salida y llegada en Segovia y tránsito por puertos emblemáticos de la Sierra madrileña como Morcuera, Navafría y Navacerrada, descabalgó al líder Luis León Sánchez con la inestimable ayuda de sus compañeros de Movistar.

¿Cómo se llevó a cabo el asalto a la carrera? “De inicio, varios compañeros entraron en la fuga grande del día. Después, en el último puerto del día (Navacerrada), Juanjo Cobo puso un ritmo fortísimo en el grupo donde estaba junto a Luis León para seleccionarlo. Cuando Cobo se abrió, ataqué y me llevé a Urtasun y Luisle a rueda; mantuve el ritmo hasta que Luisle se descolgó. En esas cacé a Arroyo, que se había dejado ir de la fuga y me hizo de puente hasta ella. Una vez allí relevamos a tope para distanciar a Luis León, que terminó reventando”. Superado el escollo del líder Luis León, tocaba rematar la faena distanciando a Guillaume Levarlet y Pablo Urtasun, que también viajaban en el grupo delantero y le llevaban unos segundos de ventaja. “Esprinté pensando únicamente en ganar la etapa”. No pudo; se la llevó Yelko Gómez. Pero la fortuna sonrió al jienense: sus dos rivales, francés y navarro, sufrieron un percance en el esprint que les costó cuatro segundos.

Escuchando su relato, la táctica suena intrincada y avezada. ¿Estaba planteada así de inicio?Sí. Cuando José Luis Arrieta [director deportivo de Movistar] nos la explicó en el autobús, me pareció una barbaridad, muy difícil de llevar a cabo”. Pero se consumó. Después de una victoria tan épica, ¿qué hace un corredor? “Subir al podio”, responde; y ríe. En realidad, en aquel momento lloró. Fue una victoria importante, tanto para él (“me satisface”) como para su escuadra (“era una carrera especial, queríamos ganarla para dedicársela a Xavi Tondo y dimos un recital”).

Castilla y León supone la primera apoteosis para Javi Moreno con los colores de Movistar. Tocará intentar refrendarla en Rioja, Asturias y Madrid, próximas citas del calendario español donde el jienense estará presente. Después no llegará el Tour (“en el equipo hay una jerarquía; Eusebio Unzué confía en un bloque que lleva años asentado, y es algo que respeto profundamente”), pero sí la Vuelta. Durante la disputa de ésta nacerá su crío. Parece que este año Javi Moreno va a recibir muchas buenas noticias.

Foto: Rafa Gómez / Ciclismo a Fondo

Rasmussen y sus Renegados

Aunque famélica de dinero, hasta tal punto que se ha fagocitado dos etapas para poder sobrevivir, la Vuelta a Castilla y León ha invitado equipos con bulimia. Un total de veinte, incluyendo la Selección Argentina y una banda de ocho continentales extranjeros, entre los que destacan los estadounidenses Jamis, los sudafricanos del Team Bonitas, los rusos Lokosphinx… y los daneses de Christina Watches – Onfone.

Este último aporta exotismo, pero también extravagancia y el aire perplejo de un grupo de proscritos encabezado por Michael Rasmussen y auspiciado por una millonaria tan aficionada al ciclismo como al ‘Pollo’, Christina Hembo. Ella pone dinero y también imagen, a través de su marca de relojes de lujo Christina Watches y su propio ‘glamour’. Y es que Hembo, que presenta a los corredores de la escuadra en primera persona, es un ilustre miembro de la farándula danesa: inclusó participó en su dia en el ‘Mira quién baila’ danés, donde ganó la fase de ‘liguilla’; desgraciadamente, fue eliminada en semifinales por el público, que eligió a la actriz Laura Drasbæk en detrimento suyo.

En aquella edición del programa musical participó también otro personaje de tronío llamado Michael Rasmussen. El danés, corredor de Miche en aquella época tras retornar de su sanción oficiosa, fue eliminado mucho antes que Hembo a pesar de sus progresos. Sin embargo, tuvo tiempo para convencer a la relojera para embarcarla en una curiosa aventura empresarial: entre ambos invirtieron en el Team Stenca Trading de un viejo conocido de la afición española, Claus Michael Möller, para añadirle un grupo de apóstatas del ciclismo de élite y convertirlo en Christina Watches.

Michael Rasmussen y Christina Hembo: los bizarros artífices de Christina Watches-Onfone

Michael Rasmussen y Christina Hembo: los bizarros artífices de Christina Watches-Onfone

Furlan y Schumacher dan el extra

Los elementos para terminar de trazar el mapa de esta peculiar escuadra en 2011 son dos: un segundo patrocinador, la telefónica Onfone, interesada por estar presente en el pelotón de la Vuelta a Dinamarca, y un esprinter de buena calidad, victorias añejas en la Vuelta a España y fama de vago llamado Angelo Furlan. El ex corredor de Lampre, Alessio y Crédit Agricole, entre otros, fue el hombre más destacado de la formación, con cuatro triunfos, y el único capaz de darle algo de protagonismo en su gran objetivo del año, la ronda danesa, con tres puestos entre los diez primeros. Rasmussen, por su parte, tuvo que conformarse con una etapa y el segundo puesto en la general de la Vuelta a Serbia.

En el invierno de 2011, Christina Watches-Onfone apuntaló su plantilla con el fichaje de otros dos renegados de la primera división del ciclismo. Por un lado, el prometedor ex HTC Rasmus Guldhammer, quien dejó la escuadra gestionada por High Road a media temporada 2010 por añoranza de su entorno, que había abandonado para establecerse en Italia por sugerencia de sus directores. Por otro, el polémico Stefan Schumacher, que en 2008 emitiera uno de los positivos más alevosos de la historia tras derrotar a Cancellara en una crono y pasar en cabeza por el Galibier en el Tour de Francia de aquel año.

El dinero de Rabobank

Con los citados Schumacher y Guldhammer, los fundamentales Rasmussen y Furlan, el veterano René Jorgensen y otros antiguos militantes de la máxima categoría como Martin Pedersen (ex Footon) y Michael Reihs (ex Phonak), Christina Watches posee esta temporada un nivel apreciable al cual su calendario, escaso y verbenero, no hace justicia. El objetivo es saltar a la categoría Profesional, para lo cual cuentan con un tercer espónsor (Dana, un gremio de autónomos cuyo principal servicio es ofrecer planes de pensiones y seguros de desempleo) y el dinero que Rasmussen pueda conseguir de Rabobank por daños y perjuicios a cuenta de su exclusión del Tour en 2007.

El ‘Pollo’ consiguió de su antigua escuadra la nada desdeñable cifra de cinco millones de euros. No conforme con esto, ahora le reclama la friolera de 40. El objetivo no es otro que «invertir en el equipo» para subir una categoría. Para ello, Rasmussen ha asumido un riesgo enorme. «Puede que el juzgado lo desestime todo y encima me obligue devolver los cinco millones que me entregaron en su día«. Pero también cabe la posibilidad de que reciba 40, para solucionar el futuro de Christina Watches-Onfone e incluso el suyo propio. La decisión judicial sobre el particular debería llegar en mayo.

La pintoresca foto de honor de la Vuelta a Malta 2012, con Rasmussen de cartel, Hembo (d) entregando los premios a Schumacher (c) y gente caminando por detrás del "podio"

… Pero antes, Castilla y León

Mientras tanto, la escuadra sigue realizando pocos días de competición. Antes de venir a Castilla y León, apenas ha podido participar en Vuelta a San Luis (en cuyo podio entró Schumacher), algunas clásicas en Bélgica y Holanda y la Vuelta a México, donde Rasmussen no se presentó por coincidir con un compromiso mayor: la Vuelta a Malta. La carrera ni siquiera aparece en el calendario UCI, apenas tiene infraestructura y mezcla másters, féminas y élites; a pesar de ello, contó con la participación de Christina Watches y el continental noruego Oneco Mesterhaus. ¿El motivo? Patrocinaba la relojera de Christina Hembo, que incluso apareció por el podio para dar los trofeos. Estos correspondieron a uno de los noruegos, Andreas Landa, que se llevó 3ª etapa; al ‘Pollo’ Rasmussen, ganador en la 2ª; y a Stefan Schumacher, que se impuso en las dos cronos disputadas en los cuatro días que duró la carrera para llevarse de paso la general.

El alemán está siendo el gran baluarte del equipo en lo que llevamos de temporada; pero el jefe de filas de Christina Watches para Castilla y León debería ser su fáctotum, Michael Rasmussen. El alemán, enfermo los últimos días, se declara «a la espera de un milagro«; el danés, por su parte, es más optimista y quiere aprovechar «la única alta montaña de verdad del año«. Probablemente refiera a la tercera etapa, con subidas de la sierra madrileña como Navacerrada o Morcuera, allá donde entrena su rival en el funesto Tour de 2007, Alberto Contador. Precisamente el pinteño es uno de los accionistas de Cadalsa, organizadora de la ronda castellanoleonesa. Una victoria de Rasmussen en sus dominios no dejaría de tener cierta gracia…

Samuel triunfa en las emboscadas

A la novena fue la vencida. Y no podía ser de otra manera: por circunstancias y por connotaciones, esta Vuelta al País Vasco debía terminar en el palmarés de Samuel Sánchez y Euskaltel-Euskadi.

Llevaba Samuel Sánchez toda su extensa carrera deportiva esperando para consumar este éxito. Antes de la edición 2012 contaba ocho participaciones, todas saldadas con una posición entre los diez primeros. Entre los diez primeros, también, ha terminado en 32 de los 56 parciales que ha disputado en la ronda vasca: de ellos, siete victorias y 11 segundas posiciones. Números considerables que expresaban su especial predilección por la Itzulia, pero también la ingratitud de la carrera para con el corredor.

A pesar de su constancia, Samuel Sánchez jamás se había adjudicado la Vuelta al País Vasco. Anduvo cerca en 2006, cuando vistió cuatro días el maillot amarillo de líder, pero la contrarreloj final en Zalla escenificó una alucinante remontada de José Ángel Gómez Marchante. Su Euskaltel-Euskadi, equipo eterno con fecha de caducidad estipulada el próximo invierno, tampoco había tenido demasiada suerte con la Itzulia: sólo la había ganado con Iban Mayo, en 2003.

Sin embargo, Euskaltel últimamente es adepto a las apoteosis en momentos delicados. La pasada temporada, las críticas por la llegada de la Vuelta a España a Bilbao fueron soliviantadas con una estimulante victoria de Igor Antón. Esta semana, las dudas por la emancipación del espónsor telefónico de la longeva estructura de la Fundación Euskadi y las dificultades financieras de la propia Vuelta al País Vasco han sido resarcidas con esta meritoria victoria de Samuel Sánchez.

Los factores fueron, siempre, favorables al asturiano. El recorrido le vino como anillo al dedo: una etapa con final en el Santuario de Arrate (donde cuenta tres victorias consecutivas), otra en Ibardin (cuyas grandes pendientes se le adaptan a la perfección), y una crono de recorrido técnico y disputada, para más inri, sobre mojado. Samuel, magistral, se aprovechó incluso del comportamiento de sus rivales y supo hacer buenos los pronósticos para consumar un final feliz y deseado por los actuales gestores de Vuelta al País Vasco y Euskaltel-Euskadi.

 

Galería Fotográfica de la Vuelta al País Vasco en El Pedal de Frodo
Vídeos de todas las etapas de la Vuelta al País Vasco en Youtube

OTRAS CLAVES

La ambición de ‘Purito’

Dentro de las circunstancias manejadas a la perfección por Samuel Sánchez, la más destacada es la ambición de Joaquín ‘Purito’ Rodríguez. El catalán venía a la ronda vasca con intención de obtener resultados, confianza y ‘momentum’ físico de cara a las Clásicas de las Ardenas, y cumplió con dos victorias en Ibardin y Oñate. En la vía hasta la consecución de ambos éxitos contó con la inestimable colaboración de Samuel, que supo ver la posibilidad de una comunión de intereses y el previsible flaqueo de Rodríguez en la crono final. Asimismo, fue relevante la labor de control del pelotón desarrollada por Katusha en la fase intermedia de las etapas, valiosísima para un Euskaltel que vio así aliviada la responsabilidad inherente a ser el equipo local.

El empuje de Kiserlovski

Calificar a alguien de “vencedor moral” suele equivaler a reconocer su fracaso en lo tangible. Así sucedió con Robert Kiserlovski. El croata de Astaná fue uno de los corredores más incisivos de la prueba, ansioso por lograr un resultado que certificara el salto de calidad efectuado en este inicio de temporada. Llevó esto al extremo en la quinta etapa, de recorrido quebrado y final en Oñate, en la cual emprendió una valerosa cabalgada en la cual supo mantener a raya al grueso del pelotón y estimular su ritmo cardíaco. Sólo Samuel y ‘Purito’ le echaron mano en la subida postrera para dejarle tercero en meta. La CRI de Oñate le arrebató el premio que ostentaba, un bonito top5 de la general, e incluso le sacó de las diez primeras posiciones. Eso sí; Kiserlovski, al menos, fue el vencedor moral.

La emboscada de Oñate

A priori, la veintena de kilómetros de lucha individual programados el último día parecían condicionar el total de la Itzulia, para ponerle el signo inequívoco de los contrarrelojistas. Sin embargo, el oriundo Markel Irízar se lo advertía a un periodista vasco: “en ese recorrido no se costea sacar la ‘cabra’”. Visto lo visto, así ha sido: la crono era técnicamente intrincada en el inicio y el final; su intríngulis fue acrecentado por la lluvia y puso el triunfo en bandeja a Samuel. Apenas la parte intermedia dejaba espacio para la alegría de los hombres potentes que, como Tony Martin o Chris Horner, se las prometían felices tras Arrate pero disminuyeron sus opciones en las dos jornadas precedentes. El reconocimiento de la crono-emboscada de Oñate, durante el cual el propio Martin se fue al suelo, terminó de borrarles la sonrisa… y las posibilidades.

Foto: El Pedal de Frodo

Al Menchov de 2012 sólo le interesa el Tour

En la salida de la tercera etapa de la Vuelta a Andalucía, con final en la subida al Santuario de la Virgen de la Araceli de Lucena, se pregunta a Denis Menchov por sus intenciones. Su respuesta, flemática: “sin estrés”. Terminó segundo, sólo superado por un imperial Alejandro Valverde.

Denis Menchov (1978, Orel – Rusia) tiene un porte apolíneo, no tanto por estética como por elegancia y serenidad. A veces lleva estas características al extremo y transmite cierta frialdad. Sin embargo, no es tanto una cuestión de indolencia como de claridad de ideas: Menchov cree saber lo que debe hacer en cada momento. Confía en sí mismo con tal intensidad que es capaz de rechazar los planes de entrenamiento que le recomienda la escuadra alegando que no es un juvenil y sabe prepararse. Tan individuo que extraña, no gusta de extenderse en explicaciones pero reconoce sin tapujos la realidad. Teniéndole al lado, su opacidad desconcierta y su seguridad reconforta…

Esta mañana decías que harías la etapa sin estrés. Sin embargo, has terminado segundo.
Compito por sensaciones. No viene mal probar si no vas por encima de tu límite. Si voy asimilando bien el trabajo y marcho cómodo, puedo permitirme dar un poco más.

¿Te gusta el ciclismo?
Sí. Me divierto compitiendo, e incluso me lo paso mejor cada año: las cosas se hacen más fácilmente.

¿Alguna vez te has aburrido en una carrera?
Es difícil que eso suceda. Hay veces que es lógico no tener ganas de correr: a final de temporada, tras mucha carga de competición, siempre da un poco de pereza ponerse el dorsal. Pero jamás me ha ocurrido eso en febrero.

Este invierno, después de tres años de flirteo, Menchov fichó por Katusha. Es el cuarto equipo de su carrera, tras Banesto / Illes Balears (1999-2004), Rabobank (2005-2010) y Geox (2011). “Me gusta estar aquí”, afirma; “pienso que estoy en el sitio correcto”. Según Velochrono, para firmar por la escuadra rusa rechazó ofertas de Saxo Bank, Astaná y Vacansoleil.

¿Por qué has tardado tanto tiempo en fichar por Katusha?
Diversas razones. Los primeros dos años tenía contrato con Rabobank, y debía cumplirlo. Luego hubo buenas opciones de fichar en invierno de 2010, pero no llegamos a un acuerdo con Andrei Tchmil. [ex mánager de Katusha, futuro aspirante a mandamás de la UCI]

El «año raro» en Geox

Si esta temporada se alumbra como la consecución de un antiguo deseo, de defender los colores del equipo de su país, la anterior fue simplemente “un año raro”. Desestimado por Rabobank, ofendido por Tchmil en un oscuro choque de navajas con su mánager Raimondo Scimone, Menchov firmó por Geox. Una vez rubricado el contrato se torcieron los elementos centrales (con la escuadra fuera del World Tour y, más adelante, del Tour de Francia que el ruso anhelaba disputar) y también los periféricos (detalles como que la ropa del equipo no llegara hasta febrero).

El primer objetivo del año, el Giro de Italia, concluyó con un insípido octavo puesto; el segundo, la Vuelta a España, terminó con un quinto lugar, honroso por cuanto llegó tras quemar la mayor parte de sus naves trabajando para el ganador Juanjo Cobo. A pesar de ello, las sensaciones determinaron un saldo negativo para Menchov. En otras entrevistas el ruso afirmó, lavándose las manos, que no llegó a estar a gusto en la escuadra en ningún momento. En ésta entonó un poco más el mea culpa.

¿Qué balance haces de tu año con Geox?
Geox fue un año particular, sobre el que prefiero no hablar. En general yo no estaba muy centrado en mi trabajo, estaba demasiado despistado y no fue mi mejor temporada.

¿Por qué?
Prefiero no hablar sobre ello.

¿Piensas que ayudar a Cobo en la Vuelta te honra como profesional?
Sí. Creo que hice lo que debía. Estaba en Geox y seguí las órdenes de los técnicos. Además, siendo realista pienso que no estaba en disposición de ganar la Vuelta. Cobo sí que lo estaba y debía sacrificarme por él en la medida de lo posible.

¿Hasta qué punto influye el ambiente del equipo en el rendimiento del ciclista?
Es algo que depende de cada uno. Para mí la atmósfera es muy importante: si estoy cómodo me resulta más fácil dar lo mejor de mí mismo.

«Sólo estaré mentalizado para ganar en el Tour»

Ahora, en el “sitio correcto”, Menchov podrá centrarse en alcanzar el gran objetivo de su carrera deportiva: ganar el Tour de Francia. A pesar de su podio en 2010 (tras Alberto Contador y Andy Schleck), la ocasión en que más cerca estuvo de conseguir el preciado maillot amarillo, que jamás ha vestido, fue la edición de 2008. Siempre en la línea de los grandes favoritos, realizó en Prato Nevoso un ataque impresionante, ganador, que terminó con sus huesos y su moral en el suelo. En meta perdió 20” con Sastre; al día siguiente cedió 30” camino de Jausiers, y con ello también su plaza de podio al austríaco Bernhard Kohl.

Aquel ataque frustrado en Prato Nevoso…
La vida es así.

Siempre has sido percibido, y ese Tour es una muestra de ello, como un corredor fácil de doblegar y poco persistente cuando no se percibía brillante. ¿Te parece una fama justa?
Hace algunos años puede que sí, pero ahora espero que no. En los últimos años he aprendido bastante y pienso que es importante aprovechar la experiencia.

La experiencia es, quizá, la gran baza de Menchov de cara al próximo Tour. En el abanico de aspirantes a la victoria, sólo Evans tiene una cantidad equiparable de ese preciado intangible. De ella tira el ruso a la hora de plantear su temporada completamente en torno a su gran objetivo.

¿Te consideras capaz de ganar el Tour?
Por supuesto. De momento está dentro de mis posibilidades. Sólo tengo que preocuparme por prepararme adecuadamente y llegar a la carrera al 100%: mi temporada entera se enfocará en eso.

¿Entera?
Sí. Prácticamente me da igual el calendario que realice hasta julio. No voy a salir mentalizado para ganar en ninguna carrera hasta el Tour de Francia.


A pesar de estas palabras, no puede decirse que Menchov haya realizado un papel ominoso en lo que llevamos de temporada. 4º en Andalucía, no terminó en París-Niza pero fue 11º en Catalunya, en cuya cuarta etapa sólo Urán le derrotó en el esprint por la victoria. En el Circuito de la Sarthe, disputado esta semana, también va a rondar el top10. Después le esperan el Tour de Romandía y el Critérium du Dauphiné antes del ansiado Tour. En él tendrá como principales rivales a Evans y Wiggins, favorecidos como él por la prevalencia de la contrarreloj y la ausencia de Contador.

En el Tour tendrás como principales rivales a Cadel Evans y Bradley Wiggins.
Evans es mucho más favorito y peligroso que Wiggins. Es mucho más experto y fuerte en la montaña.

Entonces, ¿qué hay de Wiggins?
A Wiggins hay que respetarlo mucho. Ha llevado a cabo una progresión enorme y es obligatorio admirarlo. Tiene sus límites, obviamente: con su cuerpo, su altura y peso, es muy difícil subir puertos empinados con la misma eficiencia que los escaladores puros… Pero aún así lo hace bien.

La pregunta del millón: ¿tienes más fácil ganar el Tour sin Contador?
Sí, por supuesto. Es el número uno del mundo en grandes vueltas. Tiene un físico privilegiado que marca la diferencia.

¿Y no será también una cuestión de cabeza?
Contador es un fenómeno. Sus cualidades físicas le permiten consumar sus objetivos de una manera bastante sencilla, haciendo buenas las circunstancias.

Por último, resultaba olbligatorio preguntar a Menchov por la curiosa promesa del mánager de Katusha, Hans-Michel Holczer, respecto de su posible victoria en el Tour. El ex patrón del equipo Gerolstiner, llegado a la escuadra rusa por recomendación de la UCI desbancando a un Manolo Sáiz que según declaró en Radio Marca Barcelona parecía cercano a sustituir en el cargo a Tchmil a tenor de negociaciones sostenidas durante el Tour, declaró lo siguiente en la presentación de Katusha en la Plaza Roja de Moscú lo siguiente: “Si Menchov gana el Tour de Francia, iré andando desde París hasta Moscú”.

¿Cómo te tomas esa promesa de Holczer?
Sin hacer caso, ¿no? [ríe] Cada uno tiene… Así no se hacen las cosas, pero ha tenido esa expresión y punto.

A mí me pareció un menosprecio enorme.
Cada uno tiene derecho a expresarse como quiera.

No necesitó descolgar a nadie

El Tour de Flandes vivido ayer, año I después del Kapelmuur, no superó en espectáculo a los precedentes pero logró alinearse con ellos. El experimento del circuito final con tres pasos por Oude Kwaremont y Paterberg, destinado a endurecer la ruta y permitir a la organización de la prueba embolsarse la compensación económica de la nueva meta de Oudenaarde, cumplió con su segundo objetivo pero no logró completar el primero. La carrera fue igual de dura y tuvo un desarrollo similar al vivido en años anteriores, sin llegar a lo sublime, sin abandonar lo intenso

Crónica de Borja Cuadrado: ‘El sprint más simbólico de Boonen’

Tensión es la palabra más adecuada para describir esta edición de De Ronde. Desde el mismo inicio, la fuga de quince corredores obligó a los directores a expresarse tácticamente. Una vez sentenciada esta, el significativo duelo entre proactivos y desactivadores derivó en una carrera monótona y frustrante para actores y espectadores. Después, fue la labor de los dos MVPs, Chavanel y Ballan, la que dirimió una carrera en la que, efectivamente, Boonen no necesitó descolgar a nadie para ganar…

Una fuga de quince que no logró condicionar la carrera

En los primeros kilómetros de carrera, un ataque de Vladimir Isaichev (Katusha) desencadenaba la formación de la escapada del día. Ésta incluía quince hombres: dos españoles, Pablo Lastras (Movistar – demostrando sus ganas de brillar en Flandes) y Pello Bilbao (Euskaltel – impresionante a sus 22 años), y dos significativos, Martin Tjalingii (Rabobank) y Tyler Farrar (Garmin). Ambos eran de largo los mejores hombres de la fuga; representaban bazas tácticas para sus respectivos líderes, Matti Breschel y Sep Vanmarcke; y suponían una valiosa representación para sus escuadras por la ausencia de ciclistas de RadioShack, BMC u Omega Pharma.

Los grandes candidatos al triunfo no podían permitirse conceder una gran ventaja a la escapada. Durante varios kilómetros dejaron crecer su renta peligrosamente: nadie se movió hasta que OPQS, gran favorito, asumió la inciativa que el resto rehusó. El propio Boonen reconocía en conferencia de prensa que “no meter nadie en la fuga de quince fue lo peor que pudimos hacer”: tirar era el tributo a pagar. Sin embargo, el desgaste de los hombres de Lefévère fue minimizado por la ayuda de un aliado inesperado, Europcar. Los franceses, ausentes de la escapada, quisieron redimirse acercando el pelotón a ésta. Entre su brega y la inercia propia de la tensión previa a cada subida adoquinada, la caza estuvo servida.

El sorprendente orden interno de BMC

Una de las grandes incógnitas de la temporada de piedras era cómo se iban a coordinar los esfuerzos de los corredores del millonario ‘dream team’ de BMC. En su alineación aparecían cuatro hombres que, por trayectoria, podían ser perfectos contendientes a la victoria: Thor Hushovd, Alessandro Ballan, Philippe Gilbert y Greg Van Avermaet.

Existía la sensación de que cada uno podría hacer la guerra por su cuenta, generando un caos contraproducente para las lógicas ambiciones de victoria de la escuadra. Sin embargo, no hubo tal. Conscientes de que su forma física no era la ideal, Hushovd y Gilbert guardaron los galones y se pusieron la cofia, consagrándose al servicio de un inspiradísimo Ballan y dejando a Van Avermaet cierta libertad para buscar sus propias opciones, sobre todo a partir de que el penúltimo paso por el Kwaremont dejara claro quiénes eran los más fuertes de la carrera. También fue de reseñar la labor de Hincapie, pendiente de Ballan hasta el segundo giro por el circuito final; y la de Burghardt, clave en la última vuelta a éste.

En la misma línea de disciplina táctica que BMC se situó Garmin. Los hombres de Vaughters unieron sus fuerzas decididamente en torno al jovencísmo Vanmarcke, lo cual resultó llamativo en el caso de hombres como Heinrich Haussler o Johan Vansummeren, que a pesar de ser el vigente campeón de París-Roubaix no tuvo reparos en quemar sus naves a 40 kilómetros de meta para forzar la que, gracias a la estimable continuación de Chavanel, se constituiría como la selección casi-definitiva. Ésta fue neutralizada por Sky, cuya apuesta por Boasson Hagen terminó en fracaso por cuanto supuso despreciar las opciones de un astuto Juan Antonio Flecha y el noruego apenas pudo ser 19º en meta.

La carrera, bloqueada: proactivos vs desactivadores

Hubo un tramo en esta Ronde, entre la aproximación al circuito final y el primer giro a éste, en el cual se vivió un bucle de ataques que eran sistemática e inmediatamente anulados. Equipos como Europcar, Astaná o Sky, proactivos y con ganas de batalla, se toparon con otras escuadras como Garmin, Omega Pharma o BMC que, desactivadoras, decidieron no permitir ningún escarceo, mandaron siempre a sus segundos o terceros espadas a atrapar a los fugitivos para dormir la carrera. En medio, inactivas, formaciones como Vacansoleil o Farnese Vini.

Fue una fase algo frustrante, y a la par curiosa por cuanto deparó imágenes insólitas como la del kazajo Assan Bazayev (Astaná) demarrando con un gel de glucosa entre los dientes [segundo 30 del vídeo superior], se extendió durante más de media hora y no varió a pesar de las aparatosas caídas de Sebastian Langeveld (GreenEdge) y, sobre todo, Fabian Cancellara. Esta última no llegó tampoco a afectar verdaderamente a la marcha de la carrera: no afectó a las tácticas de ésta, si bien restó una importante alternativa en los kilómetros finales.

Boonen no necesitó descolgar a nadie: Pozzato le perdonó

La tranquilidad de Tom Boonen en esta edición del Tour de Flandes fue uno de los factores diferenciales en su marcha y resolución. ‘Tommeke’ avisó en la previa de que no se sentía obligado a apabullar: confiaba en su esprint y en su equipo. Gracias a esto pudo permitirse no demarrar en ningún momento, olvidando los locos ataques a 60 de meta realizados en carreras pretéritas. De hecho, sólo salió a contraatacar en los últimos kilómetros, cuando ya viajaba a solas con Ballan y Pozzato

Precisamente este último, en la mejor versión que se le recuerda desde Quick Step, marcó otra clave de la carrera. Ayudó a Boonen a empalmar con Ballan y, después, le perdonó en la última subida al Paterberg, en la cual el belga renqueó y halló la clemencia del rubio de Farnese Vini, que cesó de marcar el ritmo tras coronar. Pozzato tomó nota de la debilidad exhibida por el a la postre ganador y decidió que podía batirle de tú a tú en el esprint. Huelga decir que, finalmente, no pudo. Enterró sus opciones no eligiendo bien el desarrollo para la ‘volata’, lo cual le obligó a sentarse a bajar piñones con ésta ya lanzada… para felicidad del chico de OPQS.

Chavanel y Ballan fueron los verdaderos MVPs; Sagan, el MIP

Más allá del soberbio Pozzato y el Boonen tranquilo, los dos hombres más valiosos por su influencia en el devenir de la carrera fueron sin duda Sylvain Chavanel y Alessandro Ballan. El italiano de BMC supo rentabilizar la gran labor de su escuadra. Rodó siempre en posiciones cabeceras, estuvo presente en las escaramuzas más importantes y finalmente forzó la suya propia, la postrera, con un demarraje sin alzarse los pedales en el último paso por el Oude Kwaremont. Una vez Pozzato y Boonen llegaron a su rueda, conservó energías para derrocharlas en tres ataques que hallaron siempre respuesta por parte del belga, toda vez que su compatriota le había prometido no saltar a su rueda en ningún caso. Finalmente, su generosa inversión de fuerzas obtuvo por rédito el tercer cajón del podio.

Menos premio, al menos individualmente hablando, se llevó Sylvain Chavanel. El francés de OPQS es, como bien le definió ayer Borja Cuadrado en su crónica, un ciclista de culto, más grande por aura que por palmarés. Ayer intimidó con su halo de magnificencia a la práctica totalidad de los atacantes que probaron fortuna durante el bloqueo de la carrera; después, en el penúltimo paso por el Oude Kwaremont, tomó el testigo de los hombres de Garmin para marcar un fuerte ritmo que dejó en cabeza los once corredores más fuertes de la carrera. El corte fue neutralizado por el grueso del pelotón unos kilómetros más tarde, pero fue significativo. No en vano, siete de los hombres que viajaban en él terminaron entre los diez primeros.

Uno de ellos, Peter Sagan, fue una de las grandes sensaciones de este Tour de Flandes. No hizo nada extraordinario; o, mejor dicho, nada extraordinario para él. El eslovaco se mostró fuerte, incontenible y ambicioso: siempre atento en cabeza, algo solo por cuanto su Liquigas sólo puede ofrecerle el insuficiente apoyo de Oss y Sabatini, activo en los cortes… Su buena actuación no fue excelente por cuanto cayó en la trampa de no seguir a Pozzato y Boonen en su camino hacia la rueda de Ballan. Cuando el italiano de Farnese encendió la moto, Sagan dejó la responsabilidad de empalmar a un opaco Boasson Hagen. En esa mala decisión se le fue la carrera. No obstante, el mérito de su quinto puesto en meta es enorme y le coloca entre los favoritos a ganar el Tour de Flandes 2013, haya o no Kapelmuur en él.

Foto ©: Tim De Waele – OPQS

Media hora de conversación con Mikel Azparren

Quien escribe llevaba mucho tiempo pendiente de entrevistar a Mikel Azparren. En primer lugar porque este guipuzcoano es el actual mánager del Caja Rural, uno de los dos equipos profesionales que sobreviven en España. En segundo, porque en torno a él, a su figura actual y a su pasado, se hacen muchísimos comentarios, unos positivosy otros, negativos. Después de varias conversaciones telefónicas, en la Vuelta a Andalucía por fin tuvimos ocasión de encontrarnos un rato frente a frente. Le advertí que la entrevista era fuerte e iba a preguntarle por todos los temas, ya fueran agradables o complejos. “No tengo problema. Te voy a contestar a todo”.

Mikel Azparren (1971, San Sebastián) está enamorado del ciclismo y de su trabajo, pero el día de la entrevista se encontraba un tanto decepcionado por el resultado de su equipo. “Hemos trabajado bien, pero fallamos en los momentos finales”. Parecido balance hacía ayer tarde de la Volta a Catalunya. “Se nos ha visto: hemos sido combativos, hemos tirado del pelotón en ciertos compases de la carrera… Pero después, en los últimos kilómetros, desaparecíamos”. No le falta razón en su análisis: durante la ronda catalana Caja Rural tuvo una figuración adecuada, pero su mejor clasificación en meta fue un 15º lugar de Aitor Galdós en la primera etapa, con Marcos García 24º en la general final. “Y pienso que tenemos en nuestra plantilla calidad para bastante más”.

Prefiero asumir retos

En la presentación de su equipo en Pamplona, Mikel Azparren dejó un titular llamativo: “Hay que ganar carreras”. Una disgresión importante respecto de la habitual idiosincrasia de las escuadras españolas de segunda fila, cuyos objetivos suelen limitarse a dar oportunidades a corredores de la zona y estar presentes en las escapadas.

Pero es que hay que intentar ganar. Un patrocinador no va a pagar únicamente por formar ciclistas”. Lo malo de esa filosofía es que supone un riesgo: terminar la temporada sin victorias supondría un tremendo fracaso. “Siempre es más factible la decepción cuando se fundan expectativas. Si no te arriesgas, no pierdes. Quienes tienen como expectativa vivir en el segundo o tercer plano jamás serán criticados: ése es el papel fácil. Yo prefiero asumir retos. No sólo quiero presencia en las escapadas y en momentos fugaces; también quiero que mi equipo esté presente en los finales de etapa. Caja Rural tiene carencias, es obvio, y siempre las va a tener; pero también tiene virtudes, y las vamos a intentar explotar para ganar. Por ejemplo: no podemos preparar esprints a la manera del antiguo HTC o Sky, pero sí que tenemos buenos velocistas como Manuel Cardoso, Francesco Lasca o Aitor Galdos”.

Quiero victorias en Vuelta al País Vasco y Vuelta a España

Cuantitativamente, ¿cuál es el reto? “No marco un número concreto de victorias como objetivo”. ¿Entonces? “Quiero que las victorias vengan en las pruebas de mayor interés para los patrocinadores del equipo: Gran Premio Miguel Indurain, Vuelta al País Vasco y Vuelta a España. El resto de carreras serán el camino hacia esos objetivos. Por ese camino también buscaremos victorias, por supuesto; pero los objetivos son esos. Será difícil ganar, porque al fin y al cabo son pruebas de máximo nivel con una participación de máximo nivel; pero lucharemos con todas nuestras fuerzas y nuestros mejores corredores”.

Estos son, por palmarés, Manuel Cardoso y David de la Fuente. El primero no participará en la Itzulia (que inicia el próximo lunes); el segundo lo hará mermado por sus problemas de asma. “Pero es un tío de clase, tengo la esperanza de que encontrará buenas piernas durante la semana”. Siguiendo con el repaso de la escuadra ‘verde’ de cara a País Vasco, Azparren destaca “a Marcos [García] y Juli [Sánchez Pimienta], que dieron un buen nivel en Catalunya y pienso que son capaces de, por lo menos, repetir prestaciones. También está Gari [Bravo], que corre en casa y anduvo bastante bien (top15) en la Vuelta a Murcia”.

Caja Rural, reconociendo Arrate

Sobre la reestructuración del pasado invierno

Una vez discutidos el presente y el futuro más inmediato, toca volver la vista hacia el pasado y hablar sobre el convulso invierno de 2011. Azparren, que había asumido el mando de Caja Rural la temporada anterior con la plantilla prácticamente cerrada, concluyó la campaña un tanto decepcionado por el rendimiento y funcionamiento del equipo y metió el bisturí. A resultas de esto, trece de los veinte integrantes de la plantilla abandonaron la escuadra; algunos, como Diego Milán, Arturo Mora o Higinio Fernández, quedaron sin equipo. También salió el director deportivo Xabier Artetxe, considerado como uno de los mejores técnicos del ciclismo español.

¿Por qué no sigue Xabier Artetxe? “Por no entender la forma de trabajar, de estar cada uno en su puesto de trabajo y dónde tiene que estar. Nada más”. ¿Se extralimitó? ”Yo no he dicho eso. Sólo que cada uno tiene que cumplir el trabajo que se le encomienda y estar en lo que debe estar”. Respecto de los corredores descartados: algunos de ellos eran y son considerados el futuro del ciclismo español… “¿Entonces por qué no los cogen otros equipos? ¿Por qué Caja Rural está obligado a seguir apostando por ellos? Hay más escuadras en España. Además, te pongo un ejemplo: si comparamos a Diego Milán con Francesco Lasca, ¿quién ha dado mejor rendimiento?”.

Director deportivo y ex “profesional por circunstancias

Este invierno, también, Mikel Azparren se vio rodeado de una gran polémica al obtener de la RFEC la licencia de Director Deportivo de Nivel III sin necesidad de pasar por cursos de Nivel I y II, privilegio reservado para antiguos ciclistas profesionales. Él tenía apenas cinco días de competición como profesional en su haber, disputados en una Vuelta a Colombia, y las críticas arreciaron. “Quise sacarme el título para hacer las cosas bien. Yo, como mánager, podría ir sentado dirigiendo al equipo con uno de los masajistas, como Gaztañaga o Tarzanín, poniendo su título de director para que todo fuera en regla”.

Y explica la historia de su breve periplo en la élite. “Reconozco que fui profesional por circunstancias. Con 35 años [2006] se me presentó la oportunidad de correr la Vuelta a Colombia, con licencia colombiana y encuadrado en el equipo Atom [escuadra continental registrada en Colombia y gestionada por el guipuzcoano José María Íñiguiz]. Tuve la mala fortuna de que en el prólogo me caí: me llevé 17 puntos en la ceja, 14 en la cabeza y me rompí la cabeza del radio. Así, hecho un Cristo, aguanté cinco etapas hasta retirarme”. Y remata defendiendo la obtención de su licencia con una experiencia tan exigua: “Para sacarme el título de director deportivo nacional hice uso del mismo derecho que han ejercido otros desde hace mucho tiempo”.

Intentaré ganar de nuevo la Quebrantahuesos

A pesar de su bizarro episodio profesional, la celebridad de Azparren (y los múltiples comentarios poco halagadores sobre su persona) venía de su intensa actividad cicloturista. “Más bien ciclodeportiva”, puntualiza; “a mí me gusta competir”. Solía encabezar todas las marchas en las cuales tomaba parte. La máxima expresión de este afán competitivo fue la Quebrantahuesos de 2007, a la cual acudió con la asistencia del vehículo de la intachable escuadra amateur que auspiciaba con su constructora, Azpiru. También tomaron parte en la marcha varios integrantes de dicho equipo, incluido el ex profesional Óscar Pujol, que según se comentó le sirvieron de liebres para marcar el récord de la Quebrantahuesos, que ahora mismo ostenta.

Azparren relata lo sucedido. “Varios chicos de mi equipo vinieron a la marcha, como muchos corredores amateur o incluso profesionales también hacen. Respecto al coche de equipo, también fue a la cicloturista, sí; pero el tramo en el cual se me criticó por llevarlo era un tramo abierto, en el cual podía circular cualquiera. De todas maneras, los quince de delante de la Quebrantahuesos van siempre con vehículos de apoyo. Lo mío llamó la atención porque yo tenía mi equipo amateur, Azpiru, e iba con su coche. Si hubiera competido con cualquier otro maillot y el vehículo de un amigo quizá hubiera pasado desapercibido”.

¿No consideras esto una perversión del espíritu no competitivo de la Quebrantahuesos? “Algunos pueden verlo excesivo desde un punto de vista cicloturista, no digo que no. Pero desde el punto de vista ciclodeportivo, no lo es tanto. Te pongo un caso menos conocido: un mes antes de aquella Quebrantahuesos corrí la Marcha de los Puertos de Ribagorza. Me fui solo en el kilómetro cinco. E hice el récord de la prueba”. ¿Volverás a competir para ganar la Quebrantahuesos?. En 2010 fui 3º, porque no pude más; en 2011 fui 10º, porque no pude más. Y este año iré otra vez si puedo, e iré también a por la victoria. La competiré mientras me sea posible, porque disfruto con ello: con la competición y con la bicicleta. Aunque quede el 80º”. ¿Y te hubiera gustado ser ciclista profesional? “No sé si hubiera sido un buen profesional. Es un trabajo muy duro. Me apasiona, sí, pero me gusta más verlo desde la perspectiva de aficionado, o desde la que tengo ahora”.

Las críticas. Y el amor por el ciclismo.

¿Te sientes bien valorado por el mundillo? “Siempre hay críticas. Lo raro es hacerlo bien para todo el mundo. A mí se me valora y critica, y no voy a decir a nadie cómo debe hacerlo. Pero creo que merezco un tiempo para que se vea cómo desempeño mi trabajo como mánager de Caja Rural antes de juzgarme”.

Más allá de todo lo dicho, juzgado y criticado, Mikel Azparren es un enamorado del ciclismo. “Llevo 31 años yendo a ver el Tour de Francia sin perderme ni un sólo año”, afirma con una sonrisa que le despega la comisura izquierda de sus labios. Nos despedimos y se marchó de la sala donde habíamos mantenido la entrevista. Un rato después abandoné el hotel y él estaba en la puerta, vestido de Caja Rural, haciendo rodillo aprovechando los últimos rayos de sol. No cabe duda de que, más allá de todo lo dicho, juzgado y criticado, Mikel Azparren es un enamorado del ciclismo.

Fotos: @javiblanco_ (cabecera) y Team Caja Rural

Nieve en la casa del pobre

La Volta a Catalunya no está saliendo bien. En sus dos primeras etapas fue objeto de multitud de comentarios desfavorables por su retransmisión televisiva, gran novedad de esta edición 2012 y unánimemente criticada por su mala factura. Críticas por algo, al fin y al cabo, accesorio. Hoy el problema ha estado en lo esencial: la competición no se ha podido desarrollar con normalidad debido a las pésimas condiciones meteorológicas y la organización no ha reaccionado con rapidez ni, quizá, acierto. El resultado: descontento, malestar. Mala imagen.

La jornada se mascaba dantesca. El tiempo, según anunció la propia organización el día anterior, iba a ser malísimo. Esta circunstancia se uniría al durísimo recorrido, de 210 kilométros en los cuales se ascenderían dos puertos de Primera y dos de Especial de 10, 25, 25 y 19 kilómetros de longitud. Las previsiones optimistas hablaban de épica y las pesimistas de tragedia…

De inicio se formó una fuga de doce intrépidos entre los cuales se encontraban nombres importantes como Mikaël Chérel, Matteo Carrara, Steven Kruijswijk o Janez Brajkovic. Durante la disputa de la carrera se difundieron decenas de imágenes de diversos puntos del recorrido nevados, de carreteras heladas y quitanieves trabajando. También llegaba información constante sobre ciclistas retirados, a punto de congelarse, algunos magullados por una montonera a los cinco kilómetros de carrera que, según lamenta José Azevedo (director de RadioShack), no han merecido deferencia por parte de los sanos.

No se podía competir en estas condiciones y la organización de la Volta decidió en el kilómetro 145 de carrera improvisar una línea de meta con cinta aislante en el 155. Por ella pasó en primer lugar Brajkovic; a partir de él, un sálvese quien pueda en el cual todos los corredores debieron refugiarse en los coches como bien pudieron.

Así concluyó la disputa de una etapa cuyos tiempos fueron anulados una hora después por el jurado técnico, haciendo con ello estériles los esfuerzos de todos los corredores que lograron concluirla. Cierto es que las reglas del juego cambiaron a media partida y, por ello, tomar en cuenta los resultados de ésta para la general hubiera sido arbitrario. Pero no es menos relevante el desasosiego que deben sentir los que sufrieron para nada durante cuatro horas y media, sobre un terreno hostil y bajo un temporal dantesco.

La Volta a Catalunya no está pasándolo bien, en absoluto. Su organización lleva años cubriendo el presupuesto a trancas y barrancas, haciendo malabarismos para salir adelante. Este año, por ejemplo, ha sido necesaria una inyección económica de la UCI. Por ello, porque su empeño en pos del ciclismo es indudable y el resultado desalentador, sabe mal criticar a los organizadores de la Volta por episodios como el televisivo, o el competitivo acaecido en el día de hoy.

A la organización de la Volta le ha faltado cintura para driblar a los problemas meteorológicos. Estando previstas unas condiciones tan adversas como para impedir la disputa normal de la prueba, lo lógico hubiera sido planificar de antemano una alternativa como la puesta en práctica. Haber decidido antes de la salida si se iba a recurrir a ella, o al menos haber avisado de la posibilidad de que se recurriera mediada la prueba. Sin embargo, no ha sucedido así: los corredores han tenido que afrontar la competición en unas condiciones deplorables, y ésta ha concluido en un ex abrupto difícilmente defendible cuya posterior traducción en nada lo ha hecho incomprensible.

Hoy en Catalunya ha nevado en la casa del pobre.

Foto ©: Volta a Catalunya
Vídeo ©: PedalierPro