Glucurónidos

“El salbutamol administrado mediante inhalación no está prohibido hasta una dosis máxima de 1600 microgramos en 24 horas, u 800 mg en 12h. En cualquier caso, la presencia de salbutamol en la orina en una concentración superior a 1000 ng/mL podría responder a un uso no terapéutico, y por ello es considerada un resultado adverso. (…) El deportista deberá probar mediante un estudio farmacocinético que este resultado corresponde a la administración de una dosis terapéutica de salbutamol (1600mg / 24h; 800mg / 12h) mediante inhalación. Si el deportista necesita una dosis superior por razones legítimas, debe solicitar una Autorización de Uso Terapéutico [AUT; en inglés, TUE]. En situaciones de emergencia se debe solicitar una AUT retroactiva a la mayor brevedad posible. Si, por una situación de emergencia, el deportista consume la dosis permitida de salbutamol en un período muy breve de tiempo, la concentración de salbutamol en la orina puede superar los 1000 ng/mL, especialmente si el deportista está deshidratado” (Guía médica de la AMA para comités expedidores de AUT)

Cada vez que me encuentro ante un caso de dopaje me siento un poco inútil. Como periodista cuyos conocimientos legítimos sobre fisiología se limitan a haber estudiado Biología hasta 2º de Bachillerato, no puedo tener un criterio propio: debo leer cuidadosamente cada documento y conversar con muchísima gente que sí sepa de qué se habla para crear una composición de lugar correcta. Sin embargo, siempre me encuentro con muros construidos por mi propia ignorancia que limitan mi posibilidad de informar correctamente. En este caso, por ejemplo, es la siguiente: ¿cuentan los glucurónidos de salbutamol para ese umbral 1000 ng/mL, o sólo lo hace el salbutamol en su forma libre? Hasta 2008, el código AMA especificaba que sí; desde 2009 no se especifica. Fue en 2010 que se abrió un poco la mano permitiendo utilizar el salbutamol hasta 1600mg / 24h siempre que se declarara su uso. Desde 2011 el uso es libre hasta dicho límite y la presencia en la orina de una concentración superior al umbral de 1000 ng/mL significa AUT ó big trouble.

Pretemporada. Segunda semana de diciembre. Granada. Mucho tiempo sin leernos, ¿verdad? Decidí no enviar más ediciones de la ñusléter hasta que no tuviera claro qué quiero hacer con ella, si voy a tener una estrategia para que algún día se convierta en una vía de ingreso o si seguirá siendo sólo una vía de escape, si será semanal o mensual, si le creo una marca y un logotipo o la dejo virginal y con Marczynski, Bardet, Zakarin u Oyarbide como imagen de cabecera. Sigo sin saber qué hacer con ella. Pero, después de todo el día pensando y hablando sobre el positivo de Froome por salbutamol, tenía ganas de contaros qué pienso y por qué.

De cara a analizar el caso particular de Froome, me parece muy útil reseñar el contexto. Durante la tercera semana de la Vuelta a España campeó en sala de prensa el rumor de que estaba enfermo de bronquitis, espoleado por el hecho de que no cesaba de toser. 5 de septiembre, Logroño, gana la crono. 6 de septiembre, Los Machucos, cede 1’18” respecto a Contador y 42” con Nibali y Zakarin. Ese día escribí en ésta nuestra ñús: ‘Pregunté [por el rumor de Froome enfermo] al director de Team Sky, Nicolas Portal, quien negó tajante para después cubrirse las espaldas con un “como no sea que haya pillado algo durante la etapa…”’.

7 de septiembre, Santo Toribio de Liébana, Froome llega a meta empatado con la mayoría de sus rivales y mete 21 segundos a Nibali. Pero no fue una etapa cómoda. “Pese a que estábamos en un terreno propicio para ello, no ha prosperado ninguno de los ataques por parte de los favoritos. La razón es sencilla: todo el mundo tenía las orejas tiesas”, dejé escrito en la ñús. Éste es el día en que Chris Froome arroja ese “resultado adverso” que nos trae a maltraer, notificado el 20 de septiembre, teóricamente en vísperas del Mundial CRI de Bergen en el cual se colgó la medalla de bronce.

Trazado esto, miremos la sustancia y el control. Una dosis de Ventolin, la forma habitual de administrar salbutamol mediante inhalación, equivale a 100 ng: osease, para tomar nueve dosis en una ventana de 12 horas es necesario tener un TUE. La bandera roja que señala este abuso es esa concentración de 1000 ng/mL. No es una línea arbitraria, ya que está basada en unos estudios reseñados por el médico deportivo Jeroen Swart en su cuenta de Twitter. “No puedes llegar a esa concentración utilizando un inhalador, a menos que estés administrándote 20 ó 40 dosis al día”, dijo el doctor Conor McGrane en Cyclingtips en abril del año pasado. “Fue un límite que se impuso sólo porque se percibía que algunos deportistas estaban inyectándose salbutamol en busca de efectos anabolizantes”.

Sin embargo, este criterio no es tan categórico o unívoco como pudiera parecer. El excelente INRNG reseña un estudio que lo pone en solfa. El párrafo que encabeza esta entrega, publicado por la propia AMA, establece que incluso el uso terapéutico puede arrojar un resultado superior al umbral permitido. Mientras tanto, el post de The Science of Sport se realiza un análisis muy frío cuyo punto más interesante es, a mi juicio, el tercer apartado en torno a la “fragilidad” del umbral de 1000 ng/mL: “Sabemos, por medio de estudios de alcance declaradamente limitado, que a veces un uso terapéutico de Ventolín puede generar niveles de salbutamol por encima de este umbral”. También explica que la hemodinámica varía mucho de individuo a individuo y de circunstancia a circunstancia.

Este párrafo de arriba reúne suficientes razones como para no especular cuántas veces inhaló Froome salbutamol aquel día ni juzgar demasiado pronto, sin la totalidad de los hechos en la mano y sin los conocimientos necesarios para analizarlos. Que la concentración de salbutamol en la orina de Froome sea 2000 ng/mL quiere decir que ha aparecido el doble de lo permitido, no que lo haya tomado. El cuerpo no es una máquina ni tan exacta ni tan predecible como a veces nos explican; sus cantidades no son directamente proporcionales. Entre qué entra y qué sale median mil factores. Las condiciones particulares del cuerpo de Froome, ese Tour de Francia, esos 15 días de Vuelta a España, los cambios de clima, la enfermedad. Muchísimos factores que no me siento competente para juzgar. El mismo protocolo de la AMA deja un margen para la variabilidad legítima al establecer que el deportista puede demostrar que la concentración puede corresponder a un uso terapéutico mediante un estudio farmacocinético.

La primera gran pregunta sería por qué esta concentración tan elevada apareció en este control y no en ningún otro de los efectuados en estos seis años que Froome lleva en la élite del ciclismo.

Os dejo tres teorías de barra de bar, completamente aventuradas e infundadas, basadas en lo poquísimo que creo saber, en los hechos reseñados en los cinco párrafos anteriores y en mis conversaciones con personas conocedoras. Quizá el ciclista utilizara más salbutamol del normal buscando que su efecto broncodilatador compensara la bronquitis que, según se rumoreaba, padecía. Quizá el ciclista, ansioso por el tiempo perdido en los Machucos y por la tensión de la etapa de los Collados y Santo Toribio de Liébana, se equivocara al contar las dosis de salbutamol que inhalaba. Quizá el cuerpo del ciclista metabolizara de forma extraña o inusual el salbutamol consumido por cualquier circunstancia. Quizá dos de estas tres cosas, o quizá las tres a la vez. No lo sé. De nuevo me gustaría dejar claro que este párrafo es pura especulación y no hay hechos ni fuentes que corroboren ninguna de las tres teorías.

Sí me siento capacitado, en cambio, para juzgar lo comunicativo y las implicaciones del caso.

La crisis de comunicación ha sido muy bien controlada por las partes implicadas. Ante la filtración periodística, Team Sky y la UCI han tenido preparados sendos comunicados prolijos en explicaciones y datos, probablemente alertados por las pesquisas de los periodistas de Le Monde y The Guardian, y los han difundido de inmediato para salir al paso de las informaciones y marcar la narrativa de esta historia. Team Sky no ha hecho Media Day en la concentración de Mallorca para evitar imágenes polémicas y preguntas insidiosas. Sin embargo, sí ha invitado a televisiones británicas (ITV, BBC) aprovechando que la tele es el medio de mayor audiencia, en el cual las declaraciones se prestan menos a la malinterpretación o la descontextualización y en el que además existe un mayor elemento de conexión emocional y lenguaje no verbal.

Otro ángulo interesante desde el punto de vista comunicativo. Cyclingnews ha publicado un análisis firmado por su director, Daniel Benson, que realiza especial hincapié en la redacción del comunicado de Team Sky, que enfoca el caso como un problema de Chris Froome y no del equipo. “Las tres primeras palabras de Team Sky son ‘Chris Froome responde’”, apunta; “en el cuerpo de texto se nombra a Chris Froome cinco veces y a Team Sky sólo una”. Igualmente crítico (y lúcido) en el mismo medio es Barry Ryan con sus “preguntas”.

¿Por qué UCI y Team Sky no tomaron la iniciativa de publicar esta noticia antes de que lo hiciera la prensa? Al ser el salbutamol una sustancia especificada, un positivo no acarrea suspensión provisional: por ende, la UCI no tiene por qué revelar un resultado adverso hasta que éste no cristalice en sanción. Si finalmente Froome hubiera logrado demostrar mediante el proceso reglamentario que no consumió más salbutamol del debido, y por tanto hubiera sido declarado libre de culpa y sanción, se hubiera manchado su nombre en vano. Tengamos presente que esta noticia va contra de los intereses económicos no sólo del Team Sky y Chris Froome: también de la UCI. Por eso el silencio inicial y la perfecta respuesta corporativa después. Mi impresión, que no está basada en ningún hecho revelable ni demostrable, es que muchos casos de este cariz son resueltos en privado. Lavar los trapos sucios en casa es bueno para el negocio. ¿Lo malo? Que nunca quedan limpios y, si su olor poco ético trasciende al público, suponen un enorme problema.

Qué va a suceder en el futuro es la otra gran pregunta. Los precedentes de Petacchi o Piepoli no sirven de mucho, ya que las normas han cambiado desde entonces. El precedente de Ulissi sí sirve. El italiano dio positivo en mayo de 2014 con la misma sustancia que Froome y una concentración similar en la orina. En enero de 2015 le fue impuesta una sanción de nueve meses retroactivos que contó desde junio (fecha de la notificación del resultado adverso) pese a que compitió durante el proceso y que además no le despojó de los resultados obtenidos.

El otro precedente esclarecedor es Simon Yates. Dio positivo en un control efectuado durante la París-Niza 2016 por otro beta-2 agonista, terbutalina, cuyo uso está completamente prohibido salvo AUT. El problema fue que su equipo olvidó solicitar dicho AUT. La UCI fue magnánima: a mediados de junio le castigó con sólo cuatro meses a contar desde la fecha del control y sin perjuicio para los resultados obtenidos.

Habida cuenta de estos precedentes, me sorprendería que la sanción de Froome no fuera cuestión de meses y retroactiva. Cuatro significaría empezar la temporada en enero, como siempre; nueve le llevaría a junio y, por tanto, a perderse el Giro d’Italia. Los precedentes marcan, también, que no perdería los bronces CRI y CRE de Bergen ni la victoria de la Vuelta a España. Sin embargo, en este punto su celebridad puede jugar en su contra y presionar a la UCI para tomar una decisión más dura.

En todo caso, tanto el homérico doblete de Froome como su potencial victoria en cuatro grandes vueltas consecutivas y su carrera deportiva en general adolecen ahora de un asterisco imposible de borrar. Es cierto que no es la primera vez que el anglokeniano se ve en el ojo del huracán por utilizar salbutamol, ni la primera vez que explica que no necesita AUT para ello. Sin embargo, sí que es la primera vez que se ve en un proceso por dopaje, la primera vez que se informa sobre su presunto dopaje, la primera vez que es directamente relacionado con el dopaje ante el gran público. Las entrevistas sobre su caso a usuarios de carril-bici emitidas ayer en el telediario de Antena 3, por ejemplo, ya han sido emitidas y almacenadas en la memoria de millones de televidentes. Por mucho que luego la justicia deportiva le exima siempre tendrá la palabra “dopaje” asociada en el inconsciente colectivo.

Y lo mismo le sucederá al ciclismo, que de nuevo ve su credibilidad minada con un escandaloso caso de dopaje. Desde la resolución del clembuterol de Alberto Contador y el proceso de la USADA contra Lance Armstrong habían pasado cinco temporadas relativamente tranquilas en esta materia que han contribuido para esta bonanza que está viviendo el ciclismo de carretera a nivel global: más equipos, más eventos, más negocio. Ahora viene un paso atrás tremendo, al menos a nivel de imagen. ¿Qué se podría haber hecho para evitarlo? Guardar el caso bajo la alfombra, claramente, ha fallado.

[14/12/2017, 8:15] Me pregunta por Twitter @frandiestro si el tema de discusión puede ser la forma de administración. Por los precedentes y por la narrativa adoptada por todas las partes, prensa incluida, se ha hablado siempre de inhalación. Consumir salbutamol por vía oral ó intravenosa sí que está completamente prohibido y le daría al caso una dimensión bastante distinta que yo no contemplé redactando esta entrega de la ñús. Gracias por tu pregunta, Fran.

En la versión ñusléter figura aquí el ‘Bonus Track’, una sección de historias B que en esta ocasión gira en torno a una respuesta borde que me dio Richie Porte en rueda de prensa y la viabilidad económica del equipo BMC. Si no quieres perderte esta sección ni el resto de las ñusléter, pincha en este párrafo para realizar #LaSuscripsió y recibir en tu correo cada entrega, el día que toque, a las 7:30.

Algo mejor que leer… Quizá os pase como a mí y para vosotros Shane Archbold sea sólo un ciclista con mullet; o quizá ni eso. Este reportaje de Shane Stokes en Cyclingtips nos ayuda a definir un personaje que no sólo es el lanzador de confianza de Sam Bennett y tiene un estilo capilar curioso: también ha sufrido en el último año y medio una inactividad forzosa, desesperante, debido a unos problemas en la columna vertebral originados por una caída en el Tour de Francia 2016. La próxima temporada no seguirá en Bora, sino que se incorpora al Aqua Blue irlandés.

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