Publicado originalmente en Arueda.com
El murciano Alejandro Valverde (Movistar) se impuso ayer en la Flecha Valona batiendo en el empinadísimo Muro de Huy a Daniel Martin (Garmin) y Michal Kwiatkowski (OPQS).
Se trata de la carrera más lineal. Flecha Valona es concebida por el pelotón como un concurso de ‘uphill sprint’, una subida en muro de 1,3 kilómetros con casi 200 de desgaste a modo de prólogo. Buscando evitar este desarrollo, ASO introdujo este año modificaciones en el recorrido: puso el penúltimo paso por Huy a 20 de meta y, seguidos, una cota y un repecho duro. Pese a que el terreno favorable para la caza seguía ahí, había menguado; además, la escalada de intensidad reducía los grupos y los equipos. Sin embargo, nadie aprovechó las posibilidades tácticas que brindaba el nuevo trazado. Ni siquiera Katusha, el mejor equipo por presencia (siempre en cabeza del pelotón) y número (contaba con 7 corredores en el pelotón de 70 que sobrevivió a Huy), que controló la carrera para propiciar precisamente la resolución en la cual disponer de un buen equipo importaba menos.
A la vez, Flecha Valona es la carrera más justa con las fuerzas de los corredores. Hay tan poco intríngulis táctico que, de no mediar una desgracia, todos llegan vivos al final. Una vez ahí, quien enfila Huy entre los veinte primeros del pelotón tiene prácticamente garantizado que podrá disputar la victoria si dispone de piernas para ello y posee la habilidad y el instinto necesarios para saltar de rueda en rueda y medir sus esfuerzos.
Alejandro Valverde fue el mejor en la subida a Huy porque supo conjugar todos los factores necesarios y dominar la situación como pocas veces lo ha hecho en una prueba WorldTour. Su Movistar Team utilizó casi todos sus elementos con acierto, brillando especialmente un Jesús Herrada activo tanto en la brega al frente del pelotón como en los demarrajes; a sus 23 años, al conquense no le queda mucho para reclamar la oportunidad de liderar a la escuadra telefónica, al menos en escenarios menores.
Gorka Izagirre protegió a Valverde en la aproximación a Huy y le dejó situado entre los diez primeros del pelotón al pie de la subida, junto a dos habituales de esta cita como Jelle Vanendert (Lotto) y Bauke Mollema (Belkin). Cuando Giampaolo Caruso (Katusha) incrementó el ritmo, el murciano se situó a su rueda; después fue tras Mollema; luego, con Kwiatkowski; siempre en la segunda fila, siempre atento, siempre afilando el cuchillo. Corrió el peligro de quedarse cerrado a 250 metros de meta, cuando se situó a rueda de Vanendert y Julián Arredondo (Trek) viajaba en paralelo, pero el colombiano (como quien dice recién bajado del avión para disputar la carrera) http://www.biciciclismo.com/cas/site/noticias-ficha.asp?id=71103 reventó lo suficiente para abrirle una puerta a la derecha y permitirle arrancar, quitando las pegatinas a Kwiatkowski y un Dan Martin que pinta extraordinario de cara al próximo Giro.
El portal francés Velochrono calificó este triunfo como “el mejor de Valverde desde el retorno de su sanción”. http://www.velochrono.fr/actu/2014/valverde-comme-une-fleche/ La afirmación es discutible: es su sexta victoria en WT desde que 2012, nómina en la cual se incluyen la etapa de Peryagudes del Tour’12 (fuga lejana, si bien consentida) y los finales en alto de Arrate y la Gallina en la Vuelta’12 (frente a Contador, Purito y Froome). No obstante, esta es su primera clásica de primera división y la ha anotado con una actuación sensacional, perfecta por la exhibición de fuerza y experiencia, si bien muy asequible en el aspecto táctico, que es precisamente el punto en el cual flaquea el murciano.
Lo indiscutible es que esta Flecha Valona viene a incrementar el perfil de la temporada del ‘Bala’, excesivamente centrado hasta abril en pruebas de categoría Continental y muy poco efectivo tanto en Itzulia como en Amstel Gold Race. Una victoria el próximo domingo en Lieja daría la razón al calendario del murciano, que evitando carreras exigentes hasta este mes ha llegado más fresco de lo habitual a las Ardenas y, de paso, ha engordado su palmarés. Y, abundando en el punto de la frescura, no olvidemos que en la cabeza de Valverde campea su obsesión por el Tour de Francia, su gran y verdadero objetivo por más que en el mundo del ciclismo la Flecha Valona sea una pieza codiciada.