Publicado originalmente en Arueda.com
Philippe Gilbert consiguió ayer su tercer triunfo en la Amstel Gold Race, rematando una excelente carrera de su BMC con una excelente subida al Cauberg donde sometió a Simon Gerrans (3º – Orica), Alejandro Valverde (4º – Movistar) y Michal Kwiatkowski (5º – OQPS). El segundo cajón del podio fue para Jelle Vanendert (2º – Lotto)
Hace 19 meses, vestido con el rojo del conjunto Continental croata Meridiana, Davide Rebellin se imponía en el Tour de Gévaudan, una modestísima vuelta .2 de dos días que se disputa en Francia a la vez que el Mundial. Ayer, con el naranja del CCC Polsat, rodeado de ciclistas que “en su gran mayoría” no conoce, de algunos que incluso vienen a contarle “que era su ídolo”, ‘il Piadoso’ logró acabar 13º pese a sus 42 años en su 16ª participación en la Amstel Gold Race.
Hace 19 meses, Matej Mohoric se imponía al esprín en el Mundial de Valkenburg, categoría junior, en la ruta tradicional de la Amstel Gold Race, pero con una modificación crucial: la meta no estaba en la cima del Cauberg, sino kilómetro y medio más adelante. El motivo: la nueva zona final era más apta para acoger gradas, salas de prensa, VIPs, parafernalias varias que hoy día deben rodear a una gran carrera ciclista para que ésta sea rentable. Mohoric nació en octubre de 1994 y es más joven que la primera participación de Rebellin en una Amstel (abril de 1993) y que su primer top5 (abril de 1994). Ayer, con los colores de Cannondale, se filtró en la fuga del día.
Hace 19 meses, el kazajo Alexey Lutsenko se imponía al esprín en el Mundial de Valkenburg, categoría sub23, aprovechando que los ataques en la última subida al Cauberg no rompieron el grupo de forma significativa y se llegó en una volata de medio centenar de corredores. La consecuencia del cambio de recorrido de Amstel era que el final dejaba de ser un ‘uphill sprint’ para ser otra cosa: no sólo valía con ser rápido cuesta arriba, sino que era imprescindible tener energía y potencia para sentenciar en el llano posterior. Y, sobre todo, no albergar dudas. Esto rompía un poco con el espíritu de la carrera, pero era bueno para su caja. Ayer, como parte de Astana, Lutsenko estuvo también en la fuga del día e incluso jugó un papel a favor de su compañero Jakob Fuglsang en su escaramuza en los compases finales de la carrera.
Hace 12 meses, Roman Kreuziger fue capaz de liderar un grupo de segundos espadas que sobrevivió al terreno favorable que separa la antepenúltima cota de la Amstel, el Geulhemmerberg, de la penúltima, el bondadoso Bemelerberg, a cuyo término enchufó un ataque que le valió la victoria en la meta de más allá del Cauberg. Este tramo llano anticlímax y la lejanía del Keutenberg, la cota más dura, la carretera más empinada de los Países Bajos con su 22% de pendiente máxima, situada a 30km del final, son dos factores que adormecen la Clásica de la Cerveza y la reducen a un esprín final y unos momentos tras coronar en los que quien no duda, gana. Ayer Kreuziger no tuvo éxito en la defensa de su título de campeón y concluyó 18º, anónimo.
Hace 19 meses, Björn Leukemans, que no duerme en la misma cama que su esposa desde que empezó la temporada para no contraer ninguna enfermedad que fastidie su puesta a punto, fue básico para que su gran amigo Philippe Gilbert llegara bien colocado a la subida final del Cauberg. Ayer no era su compañero, sino su adversario; corrió de azul Wanty y fue 11º después de dejarse ver en escaramuzas. El papel de Leukemans correspondió al gigante rodador alemán Marcus Burghardt. Hace 19 meses también estuvo con Gilbert en la aproximación del Cauberg Greg Van Avermaet, que ayer trabajó perfectamente para el ex campeón del mundo entrando en todas las peleas y escapadas para que BMC no tuviera que gastar una bala que no fuera la suya antes de la subida decisiva. La escuadra de Allan Peiper tuvo ayer seis hombres en el pelotón que se jugó la carrera, más que nadie.
Hace 19 meses, Samuel Sánchez gastó sus piernas antes del instante decisivo ejecutando la excelente táctica urdida por José Luis de Santos para la selección española y, llegado este, se dejó ir. Ayer Samuel fue el instante decisivo en su primera actuación sobresaliente como corredor de BMC después de una Itzulia notable. Su ataque fue una explosión en el tramo inicial del Cauberg que quemó la mecha de Kwiatkowski, Gerrans y Valverde, que le neutralizaron y dilapidaron de paso su ‘extra’, esos 20” al 100% con los que se ganan las carreras. Philippe Gilbert, por su parte, hizo esa parte de la subida con una aceleración en crucero, paulatina, y remachó demarrando por el córner cuando Gerrans creía estar lanzando un movimiento ganador por la otra banda. Hace 12 meses, el ataque de Philippe Gilbert no fue devastador; halló la resistencia de Gerrans y Valverde y se estrelló contra la falta de fe en cazar a Kreuziger que acusaron tanto él como sus colegas de aventura.
Hace 19 meses, Alejandro Valverde se encontró a rueda de Boasson Hagen (irrelevante 39º ayer para rematar unas discretas clásicas de primavera) y Kolobnev terminado el Cauberg y no supo qué hacer, influido por las dudas respecto de Gilbert, que rodaba raudo hacia el arco iris, y Freire, a quien debía de estar ayudando según la táctica aunque la realidad dijera otra cosa. Ayer el murciano se desenvolvió perfectamente desde el punto de vista táctico pese a que Movistar gastó a sus gregarios demasiado rápido y sólo tuvo el auxilio de Gorka Izagirre en el tramo final. Entró en la subida al Cauberg octavo de la fila (hace 19 meses lo hizo 21º), cayó en la misma trampa que Kwiatkowski y Gerrans y tuvo que claudicar. En el esprín final, Jelle Vanendert (Lotto) fue listo y birló el segundo puesto a la terna de burlados, en la que se impuso el campeón australiano por delante de murciano y polaco.
Hace 19 meses se estrenó una nueva ruta en la Amstel que ha roto mucho menos la carrera que la precedente en los cuatro ensayos con corredores de nivel que ha albergado. Conforme las tácticas se vayan afinando y adaptando, la alteración puede provocar que la Clásica de la Cerveza sea menos selectiva y se aleje del patrón de Lieja-Bastoña-Lieja para acercarse a una Flecha Valona con kilómetro y medio llanos al final. Valorar si esto es bueno o malo depende del gusto de cada uno.