Artículo publicado originalmente en Zona Matxin

«No sé cómo me encuentro de cara a la Vuelta porque no he hecho ningún entrenamiento duro antes. Esa es la idea y mi relajación. Debería haber hecho alguna sesión a fondo la semana pasada, pero estaba cansado y no lo hice. Realmente no sé cómo estoy, es divertido… Pero en el fondo sé que en esta época del año suelo estar bien, y me sentí bien entrenando la crono por equipos. Incluso me sorprendí un poco a mí mismo»

Daniel Martin, en declaraciones a Velonation

Quizá sea porque su progresión ha sido paulatina, por su físico, porque su nombre suena demasiado normal, porque no realiza declaraciones estridentes… Pero Daniel Martin (1986, Birgminghan – nacionalidad irlandesa) no llama la atención de forma acorde a los resultados que ha conseguido. Sólo esta temporada lleva apuntados en su palmarés una ronda WorldTour (la Volta a Catalunya), un Monumento (la Lieja – Bastoña – Lieja) y una etapa en el Tour de Francia (la de Bagnéres de Bigorre).

Ahora quiere el Campeonato del Mundo. «Tendrán que alinearse muchas estrellas para que lo consiga, pero pondré todo por mi parte». El recorrido de Florencia es bueno para corredores como él, buenos escaladores con fondo físico y capacidad de recuperación entre subida y subida. El desarrollo de la carrera será parecido al de Mendrisio 2009, con dos o tres grandes favoritos (Cancellara, Nibali, Valverde) siendo los más fuertes y tratando de bloquear la competición; eso también beneficiará a Martin, porque los premios se los llevarán los valientes.

La estación intermedia para Dan Martin es la Vuelta. «Mi ambición es ser campeón del mundo, y esta carrera es la mejor manera de prepararse para ello». Ni siquiera se marca objetivos concretos. «No pienso la general. Intentaré hacerlo bien y buscaré alguna etapa. Si la general viene, vendrá; es una posibilidad, pero no me voy a estresar». Lo dice, tan tranquilo; con la misma tranquilidad, sólo ha perdido en los tres finales en alto que llevamos de Vuelta seis segundos respecto al líder Vincenzo Nibali. Acumula 1’47» de retraso debido al 1’41» que Garmin-Sharp cedió en la crono por equipos inicial merced a la durísima caída de Koldo Fernández de Larrea y Michel Kreder.

«Llego muy fresco mentalmente», afirma el irlandés. Terminó el Tour roto: contrajo un virus en la semana final después de pasar más de media carrera entre los diez primeros de la general. «Tardé diez días en dejar de toser flemas verdes». Cuando recuperó la condición física, pasó de métodos y entrenamientos y se fío de sus sensaciones. «He pasado los diez últimos días relajándome. He estado con amigos, con mi hermano que vino con su hija y su primetida. No he entrenado duro, ha sido una preparación distinta». Distinta y, si le sale bien, genial: ha desconectado totalmente durante la supercompensación tras el Tour, justo antes de volver a la competición.

Esta misma semana, mientras a Dan Martin le sale bien su patada al método, un corredor recién integrado en el equipo paradigmático de controlar todo con números reconoce que no le va bien. «No me he adaptado al WorldTour y, sobre todo, a la carga de entrenamiento», dice Jonathan Tiernan-Locke en Velonation. JTL fue la revelación del UCI EuropeTour en 2012 con Endura Racing, acumulando nueve victorias que incluyeron la Vuelta a Gran Bretaña; esta temporada, en Sky, no ha encontrado las buenas piernas.

«Estaba acostumbrado a cuidar de mí mismo y hacer mis propios planes de entrenamiento. Si quería descansar, descansaba», explica. «En mi equipo hay corredores con un gran motor que pueden asumir una gran carga de trabajo. Yo soy de la escuela ‘menos es más'». Las miras de Tiernan-Locke están ahora puestas en la Vuelta a Pekín. «Espero terminar la temporada fuerte, para rehacerme de tanto sinsabor». Para ello, volverá a entrenar «por sensaciones». Si a Dan Martin y a él les salen bien sus apuestas, quizá podamos concluir que hay ciertos ciclistas, personas, con los que el método y el entrenamiento milimetrado no funcionan de forma exacta. O, parafraseando a Shakespeare, quizá haya «método en su locura».