Artículo publicado originalmente en Rock n’Vuelta – Arueda.com
El primer final en alto de la Vuelta a España deparó la primera gran victoria de Nicolas Roche (Saxo Bank). Tal y como se esperaba, el jersey rojo de líder cambió de manos, pasando de Janez Brajkovic (Astana) a su coequipier Vincenzo Nibali.
Hace cinco años, en una entrevista en este mismo medio, Nicolas Roche decía que su “límite” estaba en “la montaña”. Por aquel entonces, el irlandés corría en el Crédit Agricole (a partir de cuyas cenizas crecen el Movimiento por un Ciclismo Creíble cuyas reglas eliminaron a Theo Bos de la Vuelta y el equipo IAM que fichó el jueves a Sylvain Chavanel) y hablaba de sí mismo como un velocista y potencial clasicómano; de hecho se comportaba como tal y disputaba los esprines. Sin embargo, no es menos cierto que en aquel 2008 probó en la gran ronda española los límites de su solidez y obtuvo un notable 13º puesto. Desde entonces, Roche ha concluido otras tres ediciones de la Vuelta como 7º, 16º y 12º.
Pese a todos estos desempeños, Roche sólo había estado verdaderamente cerca de la gloria en una ocasión. Fue en el año de su debut, en una escapada consentida de la última semana. En la meta de Las Rozas perdió al esprín por unos milímetros contra un corredor de Caisse d’Épargne. Después de 17 puestos entre los diez primeros de la etapa sólo en la Vuelta, Roche ya se admitía “el corredor que siempre está delante, pero nunca gana”.
Hoy todo fue distinto. El irlandés jugó a la perfección sus bazas: encendió la mecha cuando la tentativa del checo Koenig estaba más cerca de prosperar que de hundirse, aprovechó el trabajo del voluntarioso Dani Moreno, no se puso nervioso con el insidioso merodeo de Pozzovivo y arrancó su esprín desde lejos como le correspondía para imponer su fuerza. Merecido premio después de una temporada prácticamente entera supeditado a Alberto Contador, “una victoria liberadora” que encima le aúpa en la jerarquía de Saxo Bank para esta Vuelta por encima de Kreuziger y Majka.
El Caisse d’Épargne que derrotó a Roche en Las Rozas, Imanol Erviti, estuvo en cabeza del pelotón durante los kilómetros previos a la subida final de Monte da Groba. Su impulso sirvió para limarle casi una docena de minutos a su paisano Javier Aramendía, que como sus compañeros de aventura Alex Rasmussen y Greg Henderson llegó a “soñar con llegar a meta” cuando su ventaja respecto al pelotón se desbocó pero terminó aplastado entre el gran grupo y un muro de viento que les castigó en los cuarenta kilómetros finales, los decisivos.
La otra gran novedad de la jornada llegó cuando José Herrada marcó un ritmo exigente y logró descolgar a Samuel Sánchez. Un final en alto tempranero suele cobrarse víctimas significativas; sin embargo, no es costumbre que sea tan devastador como lo ha sido para el asturiano, que ronda los cuatro minutos de pérdida en apenas dos días de carrera cuando partía como favorito a todo. Otros damnificados fueron Sergio Henao, que cede así el liderato de Sky a Urán pese a que éste se marcha a OPQS la próxima temporada, y los Vacansoleil Poels, Westra y De Gendt, que pierden argumentos para reclamar un buen contrato para 2014.