Artículo publicado originalmente en Zona Matxin
«Los candidatos a la presidencia deben ser nominados por la federación del candidato»
Artículo 51.1 de la constitución de la UCI
Hace unas semanas hablábamos de la corrupción, del poder y su efecto negativo en quienes lo detentan y ambicionan en el ciclismo. De cómo se habían generado en la élite directiva de nuestro deporte bandos, traiciones, suciedades de todo tipo con la vista puesta en el 27 de septiembre, día en que se celebrarán las elecciones a la presidencia de la UCI que pueden proveer de una renovación de nombres con Brian Cookson como cabeza visible o cuatro años más de Pat McQuaid, el denostado mandamás actual.
Haciendo un resumen breve: tras Cookson están el lobby estadounidense, con Mike Plant (miembro del comité directivo de la UCI), Jamie Fuller (impulsor de Change Cycling Now y hombre fuerte de la marca de ropa Skins) y Jonathan Vaughters (mánager del equipo Garmin, que incluso está haciendo campaña activa a través de su Twitter) como miembros más prominentes; también Igor Makarov (magnate del ciclismo ruso que sufraga Katusha) y Wojciech Walkiewicz (un maestro de las tramoyas). McQuaid, por su parte, cuenta con la ayuda de su cohorte de estómagos agradecidos repartidos por todo el globo, que incluye pequeñas federaciones periféricas al corazón del ciclismo pero con derecho a voto.
La campaña se está desarrollando en la controversia. Las ideas han quedado relegadas a un segundo plano; las propuestas de ambas partes no son concretas, sino vagas, en gran parte porque las verdaderas agendas están ocultas. Éstas pasan por privatizar la élite del ciclismo en carretera masculino, bien a través de un modelo de calendario premium, estilo Champions League, que es el propugnado sottovoce por el bando de McQuaid, o bien a través de un modelo de liga cerrada con franquicias, estilo NBA, como parecen desear Cookson y los suyos.
Ambos candidatos cuentan con sendas agencias de comunicación para dirigir su propaganda. McQuaid utiliza los servicios de prensa de la UCI, contratados a su vez a Burson-Marsteller; mientras, Cookson dispone de Vero Communications. Esto provoca, por un lado, que todo esté muy medido y, por ejemplo, Cookson tenga la boca firmemente cerrada en casi todas las fotos para no mostrar sus dientes amarillos. Y, por otro, que la batalla mediática se recrudezca.
El ejemplo más claro de esto es el blog «McQuaid vs Cookson«. Aparentemente anónimo y minimalista, parece una acción de propaganda de agitación desarrollada por Burson-Marsteller para desacreditar al bando contrario. Así lo demuestran los demoledores retratos publicados sobre Jonathan Vaughters o Igor Makarov, redactados a cara de perro, con expresiones tan desdeñosas que rayan el insulto. En el perfil de Makarov, por ejemplo, se le acusa de estar relacionado con la mafia ucraniana, la venta de armas a Siria o Aleksandr Lukashenko, dictador de Bielorrusia. Esto último resulta particularmente gracioso, dado que quien tiene fotos con el susodicho no es precisamente Makarov…
Sin embargo, no es menos cierto que el bando de Cookson también está recurriendo a la propaganda de agitación. Hay dos ejemplos de ello. El primero, Mike Plant entregando un dossier con información sobre las actividades de McQuaid en pleno Comité Directivo de la UCI, y Cookson calificándolo como «perturbador«… pero sin hacer público su contenido, para que la incertidumbre genere descrédito. El segundo, Igor Makarov amenazando a McQuaid a través de L’Équipe con revelar «información comprometedora» si no renunciaba a aspirar a un tercer mandato como presidente de la UCI; puso como fecha límite el segundo día de descanso del Tour, pero no cumplió su órdago.
Aquí no hay santos y pecadores.
Actualizado el trasfondo de la cuestión, toca resumir la situación actual. En esencia, la línea argumental de la polémica en boga es que la candidatura de McQuaid a la presidencia de la UCI está en entredicho. Haciendo una interpretación fiel del artículo de la constitución de la UCI que encabeza este artículo, McQuaid pidió la nominación de la federación de Irlanda, su patria… y fue rechazado. Así que realizó una nueva lectura del 51.1, explicada en un programa de radio el jueves. Ahora dicho artículo no se refiere a nacionalidad sino a membresía, y como él es miembro de «siete u ocho federaciones de todo el mundo»…
La primera estación de la peregrinación de McQuaid en busca de apoyo para su candidatura fue la federación de Suiza. Ésta le nominó con un proceso exprés y torticero que halló contestación: sufragados por Jamie Fuller, tres delegados reclamaron la nulidad del proceso ante los tribunales.
Ante el miedo renovado a quedar fuera de juego, se urdió un plan para, directamente, dar un paso más para alterar el 51.1. La federación malaya, compañera de negocios de McQuaid con el Tour de Langkawi, presentó una moción para que un candidato a presidente de la UCI no necesitara el apoyo de «la federación del candidato», sino de «dos federaciones cualquiera». Y no era una propuesta para el futuro, no, sino retroactiva, y está en el orden del día de la asamblea general de la UCI previa a las elecciones. Quiere decirse: en el mismo día de la votación se puede aprobar un cambio en las normas que posibilite la entrada de nuevos candidatos en los comicios que se celebrarían un rato después. Para beneficiarse de esta posible medida, McQuaid ya tiene los avales de las federaciones de Marruecos y Tailandia, de las cuales también es miembro – no sabemos desde cuándo.
La contestación desde el bando de Cookson la da Igor Makarov, que se ha proclamado dispuesto a llevar este proceso a los tribunales. Su base para ello estaría en la absoluta falta de lógica y limpieza y en que McQuaid introdujo la votación de esta propuesta en el orden del día de la asamblea general sin informar al Comité Directivo de la UCI, a lo cual está teóricamente obligado. Aunque la demanda de Makarov no prosperara, el irlandés no las tendría todo consigo para aprobar la modificación malaya: se requiere que dos tercios de los delegados voten a favor de ella, y eso parece harto complicado…
… Ya basta de galimatías por hoy. La élite es un mundo complicado, repleto de puñaladas, contradicciones y aseveraciones a medias. Resulta difícil explicarlo, y entenderlo; no lo vamos a lograr por completo en un solo artículo. La próxima semana revisaremos temas que se quedan a medias, hablaremos sobre cómo se vota, quién vota y qué va a votar en la asamblea y los comicios de la UCI. Mientras tanto, disfrutemos de la Vuelta a Polonia, la Vuelta a Burgos y la bicicleta, ese aparato maravilloso.