Artículo publicado originalmente en Zona Matxin

«Personalmente preferiría luchar por una victoria de etapa, pero el equipo quiere que vaya a por un puesto entre los diez primeros de la general. […] Ganar en el Tour de Francia es precioso; una imagen de gloria que cala en el recuerdo de la gente y te eleva una categoría como ciclista en un sólo día. Es, en definitiva, más importante y más inmediato. La general, en cambio, es desagradecida: son muchos días de esfuerzo que se marran si no logras meterte entre los diez primeros y los aficionados no recuerdan a menos que subas al podio»

Dani Navarro, ciclista de Cofidis

Después de siete años a la vera de Contador, de 2005 a 2012 con el único paréntesis de 2007, Dani Navarro (1983, Gijón) sintió este invierno que había llegado el momento de volar solo. Así, cambió el azul y amarillo de Saxo – Tinkoff por el rojo de Cofidis. «Se juntaron varias circunstancias», explica; «la oferta económica era mejor, y las perspectivas deportivas también. Me ofrecían ser líder».

El resultado, hasta ahora, difícilmente podría ser mejor. Navarro ha tenido una campaña sólida: en los primeros meses del año consiguió una victoria en la Vuelta a Murcia y ha terminado en puestos de honor todas las pruebas por etapas en las que ha participado (Andalucía, 10º; París-Niza, 12º; Catalunya, 16º) con la única excepción de la Vuelta al País Vasco, que no finalizó. Tras el parón, reemprendió la marcha de una manera inmejorable con un 5º lugar en la general del Critérium du Dauphiné, valioso por cuanto llegó después de aguantar cómodamente la rueda de los mejores en todos los finales en alto. «Salvo el último día», puntualiza, «que no me sentía cómodo».

No es óbice, sin embargo, para que reconozca que la aproximación al Tour ha sido «inmejorable». «He podido entrenar tal y como quería, unas temporadas en casa y otras en Estepona». Con la localidad malagueña le unen lazos familiares: «Ahí vivían mis abuelos; he pasado largas temporadas y conozco perfectamente el terreno». Ahora, cuando va, pernocta en un hotel y entrena junto a su compañero de equipo Luis Ángel Maté.

Navarro llega a punto para el reto que le ha marcado Cofidis. No será la primera vez que afronte uno similar. «En 2009, con Astana, me pidieron que disputara la Vuelta. Y me fue bien: me mantuve entre los diez primeros hasta el final de la segunda semana, cuando cogí una bronquitis». Terminó 13º.

Este mes de julio, será el cuarto español en la general del Tour. Por delante de él estarán los tres mejores ciclistas nacionales de la actualidad: Valverde, Contador y Purito. Apuesta por estos dos últimos para subir al podio en los Campos Elíseos, pero no para derrotar a Froome, «el más fuerte, con diferencia».

Sobre Contador, con quien ha compartido equipo ocho años, el asturiano considera que es «claramente» más débil que en temporadas anteriores. «Los resultados lo indican: otros años ha ganado todo lo que ha corrido». Sin embargo, ni lo descarta ni lo minusvalora: «Es un superclase, y estoy seguro que en 2013 aún no ha dado el 100% del nivel que hay en sus piernas. Además, su actitud en carrera, tan agresiva y corajuda, va a deparar un gran espectáculo cuando la ponga en juego buscando descabalgar a Froome».

No obstante, el corredor de Cofidis no es capaz de imaginar un escenario donde derrotar al keniano: «Supongo que habrá que aprovechar cuando sufra el día malo que todos tenemos en una vuelta para hacerle daño. Pero, con su equipazo, no será fácil». Si tiene más claro dónde se decidirá la carrera: «En la última semana, seguro. Es brutal. Tengo respeto también a la primera, por los nervios, la estrechez de las carreteras de Córcega: en definitiva, las caídas». Pero no se achanta y se marca un objetivo elevado: «Siendo realista, me gustaría terminar entre 6º y 9º».