Publicado originalmente en Arueda.com
El nacimiento del equipo Continental Murias Taldea ha salvado ‘in extremis’ al País Vasco de quedarse sin representante en el pelotón profesional.
Algo se movía en el ciclismo vasco durante el mes de septiembre. Desde el Gobierno de la región, con la cara visible del Director de Deportes Jon Redondo, se filtraba a la prensa información sobre un proyecto de equipo de categoría Profesional, la segunda división del ciclismo mundial, dirigido por Jon Odriozola. Los movimientos en la trastienda estaban siendo los correctos; patrocinadores y proveedores estaban resueltos, mientras los ciclistas sólo empezaron a tener noticias en la segunda mitad del mes, cuando todo parecía atado. Fue entonces que algo se torció; intrigas políticas, quién sabe de qué signo, hundieron el proyecto.
Era el segundo invierno consecutivo en que un inversor dejaba en la estacada a Jon Odriozola (1971, Oñati – Guipúzcoa). En 2013, el consorcio guipuzcoano Ner Group realizó movimientos para quedarse la Fundación Euskadi y anunció al oñatiarra como responsable deportivo. No obstante, Miguel Madariaga se negó a ceder el patrimonio de la Fundación y, apenas una semana después, los responsables de Ner Group dieron marcha atrás.
Pese a esta primera decepción, y a la sufrida hace un par de meses, Odriozola siguió trabajando en silencio para consumar el nacimiento de un equipo de categoría Continental, tercera división mundial, que reemplazara al Euskadi de Madariaga, obligado por su coyuntura económica a replegarse a la categoría amateur, y evitara que el País Vasco se quedara sin ningún conjunto oriundo en el pelotón UCI. Lo ha logrado gracias al Grupo Murias, una constructora de origen guipuzcoano, activa principalmente en territorio vasco y francés, que estaba implicada en el proyecto de Redondo. Cuando éste se vino abajo, decidió tirar en solitario en una categoría inferior y con un presupuesto más modesto.
La presentación del nuevo equipo Murias Taldea se celebró el pasado jueves 30 de octubre. Comunicaron los detalles del proyecto Javier Etxarri, director ejecutivo del patrocinador principal; Juan Mari Zuinaga, presidente de Arratiako Ziklista Elkartea, sociedad que soportará la estructura; y Jon Odriozola, máximo responsable deportivo. Comunicaron los doce corredores elegidos para conformar la primera plantilla del equipo y los patrocinadores secundarios (Skoda, BH, BioRacer); también mostraron la equipación y las bicicletas que vestirán y montarán los ciclistas. En definitiva: exhibieron seriedad para despejar cualquier asomo de duda y espolear la ilusión.
Los elegidos
Hace un año, Mikel Bizkarra (1989, Mañaria – Vizcaya) estaba buscando equipo y encontrando un pufo de tebeo, el PinoRoad chileno. “No pasa nada, aprendí mucho gracias a eso, me hice más fuerte”, dice con la mesura que le caracteriza. “Además, me dio rabia y ganas de disfrutar sobre la bicicleta”. Así lo hizo, defendiendo el característico color rosa del conjunto amateur cántabro Gomur. Con su cuerpecito, 1,65 de altura y 53 kilos de peso, se convirtió en el terror del pelotón vasco cada vez que la carretera se empinaba. Acumuló más de una docena de premios de la Montaña, aunque sólo alcanzó cuatro victorias. “Me pasó un montón de veces lo mismo: me escapaba en el último puerto y, en la bajada y el llano final, alguien me cogía por detrás y me remataba al esprín”. En ocasiones, ese “alguien” era Aritz Bagüés (1989, Errentería – Guipúzcoa), uno de sus mejores amigos dentro y fuera de la carretera pese a la rivalidad deportiva. Compartieron equipo entre 2011 y 2013, el Euskadi de Madariaga; coincidirán de nuevo la próxima temporada en Murias Taldea. ¿Qué hubiera sucedido si no hubiera surgido este proyecto, Mikel? “No tengo ni idea. Probablemente hubiera colgado y buscado un trabajo fuera del ciclismo”.
En una tesitura distinta estaba Beñat Txoperena (1991, Igantzi – Navarra). Estaba preparando la primera concentración con el nuevo equipo aficionado de la Fundación Euskadi cuando llegó la llamada de Odriozola, que ya le había tanteado para el frustrado Profesional de Redondo. “Madariaga y Gerrikagoitia comprendieron perfectamente la situación y me permitieron faltar a mi compromiso con ellos para unirme a Murias Taldea”. Llega después de una notable temporada de debut en el profesionalismo, en la cual ha demostrado nervio y fortaleza, “un rendimiento alto y regular”, pese a la ausencia de resultados de relumbrón que lo acrediten. “Ese será mi objetivo este año: dar un salto de calidad que al menos me acerque a las victorias”. También desde Euskadi llega Haritz Orbe (1991, Gernica – Vizcaya), un corredor repleto de talento para quien 2014 ha sido un año horrible tanto en prestaciones como en moral. Odriozola, quien ya lo dirigió en el Bidelan aficionado, confía en recuperar su mejor versión la próxima campaña.
A Eneko Lizarralde (1993, Bergara – Guipúzcoa) la llamada de Odriozola no le pilló de sorpresa. “Me sobrevolaba la idea de colgar, pero recibí ofertas de un par de equipos Elite franceses y se lo comenté a Jon, que me pidió que esperara un poco antes de comprometerme. Ahí empecé a olerme algo”. Formaba parte del conjunto amateur Gipuzkoa, dirigido por el oñatiarra las dos últimas temporadas y del cual procede el núcleo duro de este Murias Taldea, toda vez que aporta al propio Lizarralde, al citado Bagüés, al ciclocrossista y rodador Jon Ander Insausti (1992, Mutiloa – Guipúzcoa) y al rápido Unai Intziarte (1991, San Sebastián – Guipúzcoa), ganador de la Copa de España y campeón de Euskadi. “Pero faltan otros, como Julen Mitxelena, Joseba del Barrio o Ibai Daboz, que también han estado en Gipuzkoa, también merecerían pasar y han quedado en la estacada”, apunta con pena. Odriozola reconoció en la presentación que había sido “muy duro” elegir la plantilla entre el enorme talento disponible.
También del pelotón aficionado llegan Adrián González (1992, Burgos) y Ander Barrenetxea (1992, Galdakao – Vizcaya). “En nuestro caso, la llamada llega gracias a la Arratiako Ziklista Elkartea, que gestiona el Ibaigane-Opel sub23 en el que corríamos este año”, explica con naturalidad González, que se describe a sí mismo como “apto para carreras duras sin subidas de entidad”, a la par que señala a Barrenetxea como “un rodador con buena planta”. En principio se sumará a la nómina de neoprofesionales el brillante Imanol Estévez (1993, Vitoria – Álava), que tras acumular la friolera de once victorias esta temporada aún está pendiente de la llamada de algún conjunto de superior categoría.
La plantilla la completan dos “veteranos”: Egoitz García (1987, Atxondo – Vizcaya), antiguo integrante de Caja Rural y Cofidis con gran talento para el llano y experiencia en el calendario francés y belga en el cual se prodigará Murias Taldea, y Gari Bravo (1989, Lazkao – Guipúzcoa), ex de Caja Rural y Euskaltel que viene de un año muy complicado en el Efapel-Glassdrive portugués, en el cual disfrutó de pocas competiciones y prácticamente ninguna oportunidad de demostrar sus puntos fuertes.
Ninguno de los corredores consultados recibió una llamada de Odriozola para hablarles del proyecto Continental hasta una semana antes de la presentación oficial del proyecto, signo de buen hacer en un mundillo donde habitualmente se ponen las tinajas antes que los olivos. “Yo, de hecho, me enteré del nacimiento del equipo por la prensa”, señala Bizkarra. También son unánimes a la hora de ensalzar la valía como director del oñatiarra. “Es inteligente y coherente. Te hace creer que eres el mejor”, condensa Txoperena. Por su parte, Lizarralde resalta que “extrae el máximo de cada uno poniendo objetivos individuales y colectivos para que nos sintamos valorados y comprometidos. Por ejemplo: siempre quiere ganar la clasificación por equipos y nos pide que demos todo hasta meta”. Así los mantiene enchufados, los hace sentir valorados. Son buenas palabras que generan buenos presagios, una ilusión que se convertirá en hechos a partir de esta misma semana, cuando la plantilla del rutilante Murias Taldea se concentrará por primera vez.