El juicio de la Operación Puerto se presentaba intrascendente a nivel factual. Difícilmente iban a salir a la luz nuevos datos, revelaciones que pudieran cambiar algo. Y, en efecto, como emisor de información no ha dejado gran cosa. Sin embargo, su labor de altavoz ha sido tremenda con el caso de las anotaciones de Fuentes respecto a la Real Sociedad.
No era nada que no se supiera. Ese famoso folio de cuentas había sido filtrado hace mucho tiempo, y el tomo del sumario de la OP que lo incluía fue puesto a disposición del público por la USADA. Pero la carencia de indicios sólidos y el miedo a sufrir una tempestad de denuncias, presiones y consecuencias desagradables en general frenaba cualquier ánimo de investigación periodística. Y la policial… Pues simplemente no era procedente, como bien ha dicho hoy el capitán instructor de la Guardia Civil en un alarde de doble moral.
Por suerte o por desgracia, los planetas se han alineado para que la Real Sociedad saliera salpicada. El juicio de la Operación Puerto ha sido la mecha, un periodista particularmente combativo en temas de dopaje como José Andrés Ezquerro ejerció de lumbre y un expresidente histriónico, Iñaki Badiola, fue la dinamita que desencadenó una explosión que atenta contra las más altas instancias, toda vez que el máximo responsable de la presunta trama, José Luis Astiazarán, es el actual mandamás de la LFP y por ende una de las personas más poderosas de España.
Y la cosa no acaba aquí. Se dice que a través de Miguel Ángel Peraíta y Bartolomé Cobo, citados por la defensa de Manolo Sáiz, se podría llegar muchísimo más alto, aunque sólo sea de forma anecdótica y cogida con alfileres de cirugía plástica.
Texto descartado para ‘Ciclismo es Rock and Roll’, mi sección en el programa de radio Demarraje. Agradecer el enlace a Vanitatis a un colega al que no le gusta ser nombrado.