Desvelando el secreto mejor guardado del ciclismo australiano

El equipo GreenEdge Cycling va a ser una de las grandes atracciones de la temporada 2012. Ya genera, de hecho, una gran expectación, especialmente entre el público anglosajón. Es un proyecto alumbrado por la federación ‘aussie’, la conocida como Cycling Australia, para aprovechar al máximo los talentos generados por su creciente cantera y sus enormes infraestructuras. Una escuadra tan potente que ha sido capaz de ilusionar a gran parte de los corredores de las antípodas, quienes incluso se han mostrado deseosos de unirse a ella tanto en público como en privado. Es un gigante en plena gestación del cual se conoce oficialmente apenas el nombre y los espónsor. GreenEdge es el secreto mejor guardado del ciclismo australiano. Y Arueda.com se ha puesto en contacto con su director técnico, Neil Stephens, para desvelarlo, si no completo, al menos en parte.
Neil Stephens (1963, Canberra-Australia) es un viejo conocido de la afición y el mundillo ciclista españoles. Estuvo ocho años enrolado en conjuntos del país, siendo lo más destacado sus cinco temporadas en el ONCE de Manolo Sáiz y adornando su palmarés en ese tiempo con dos campeonatos de Australia, una Vuelta a Andalucía y una etapa de la Vuelta al País Vasco. Se retiró en 1998, habiendo echado raíces en Euskadi y más concretamente en Oiartzun (Guipúzcoa), donde se casó, tuvo dos hijos y vive en la actualidad. Fue un ciclista inteligente, de equipo, y por ello su sino era convertirse en director deportivo. Se estrenó en esa faceta de la mano del propio Sáiz en el malogrado Liberty Seguros; después pasó al Caisse d’Épargne de Eusebio Unzué, donde orquestó brillantes movimientos tácticos como el que subió a David Arroyo al podio del Giro de Italia de 2010. Hasta finales del año pasado compaginó este cargo con funciones técnicas en Cycling Australia; básicamente, seleccionador ‘aussie’ para los mundiales.
Este invierno lo dejó todo para centrarse en el excitante proyecto GreenEdge, en el cual desempeña el rol de director técnico. El objetivo: “tener un equipo ProTour donde poder aprovechar al máximo el talento del ciclismo australiano”.

La génesis de la escuadra puede situarse en 2006, cuando apareció en las carreteras el conjunto SouthAustralia.com-AIS. Se trataba de un equipo cien por cien australiano donde aquel año compitieron hombres como Matthew Goss o Matthew Lloyd y cuyo objetivo principal era pulir los mejores talentos ‘aussies’ con la vista puesta en los Juegos Olímpicos, especialmente en las disciplinas de pista. Con el tiempo, el SouthAustralia-AIS se convirtió en Jayco-Skins; por él pasaron la mayor parte de las jóvenes promesas del país, como los hermanos Meyer, Jack Bobridge o Michael Matthews.
El problema era dónde iban cuando salían de Jayco; cómo dejaban aquel entorno idílico de formación y encaraban un mundo distinto en el cual les exigían esfuerzos que divergían de aquellos solicitados por Cycling Australia, quien les había formado. “Nos frustraba ver cómo formábamos corredores”, explica Stephens, “para que se los llevaran otros equipos a competir [y ganar] en grandes citas. Sobre todo porque luego llegaban los compromisos de la selección australiana y nos ponían pegas cuando queríamos contar con ellos. Por ello, nos pusimos de acuerdo con Gerry Ryan [millonario y propietario de la empresa de caravanas Jayco], quien ya estaba realizando una gran inversión en apoyar el ciclismo australiano pensando sobre todo en Londres 2012, para alumbrar este nuevo equipo con todas las garantías”.
Esa es una seña de identidad de GreenEdge: las garantías. “Hemos articulado un modelo similar al Slipstream de Vaughters, con una sociedad que gestiona el equipo respaldada económicamente por un forofo del ciclismo y además busca patrocinadores para poder ser más fuerte e incluso rentable. Ryan nos garantiza tres años de presupuesto, pero somos conscientes de que no podemos depender de sus fondos y por ello ya buscamos espónsor que quiera anunciarse en nuestro maillot. Somos un proyecto serio y a bastante largo plazo, no una inversión filantrópica a fondo perdido”.
La escuadra lleva de hecho un tiempo funcionando, preparando su salida a las carreteras con el liderazgo de Stephens y Shayne Bannan, técnico de Cycling Australia y alma máter de la mayoría de talentos del ciclismo ‘aussie’. Su infraestructura estándar está ya casi lista, con dos autobuses y un camión fabricados por la empresa vitoriana Irízar. Aparte está la infraestructura atípica, sin duda uno de los puntos más fuertes del proyecto GreenEdge.
“Contamos con una base en Varese (Italia), el European Training Centre [ETC]. Se trata de un Centro de Alto Rendimiento construido por el Gobierno australiano en el Lago Varese para especialidades como el remo, el piragüísmo y el mismo ciclismo cuyos recursos explotaremos al máximo”. Para entender la influencia que tendrá el ETC en GreenEdge, Stephens lo compara con “el Centro Mapei del fallecido Aldo Sassi, con el cual colaboramos estrechamente y al que intentaremos emular”. Con objeto de mejorar la sinergia entre los ciclistas del equipo y los técnicos del ETC, existe la intención de que “los corredores se instalen en la zona de Varese. De hecho, algunos posibles fichajes ya viven en allí”.
Fichajes. Una de las palabras polémicas. Stephens se muestra prudente a este respecto y rehuye citar nombres, si bien admite que “se puede proyectar la plantilla ya. Hay varios corredores australianos de élite que terminan contrato esta temporada y han mostrado interés por unirse al equipo. Queremos tener entre un 50 y un 60% de ciclistas del país en la plantilla; el porcentaje restante se completará con extranjeros de calidad. Así que prácticamente cualquier corredor que termine contrato en invierno de 2011 puede entrar en nuestros planes”.
Estos “planes” de GreenEdge, sus posibles fichajes y los métodos para atarlos, han sido uno de los focos de polémica que han rodeado al equipo. El blog The Inner Ring reportó unos supuestos precontratos, firmados en teoría por algunos corredores, en los cuales se prometía a estos bonificaciones económicas por los puntos ProTour acumulados durante la temporada 2011. Una práctica éticamente dudosa por el perjuicio que puede suponer para los equipos actuales de esos ciclistas que Stephens niega categóricamente: “Es falso. Cuando nace un nuevo proyecto siempre suele haber muchos rumores en torno a ellos, y eso es bueno; pero estos precontratos no existen”. De cualquiera manera, las escuadras no miran con simpatía la posibilidad de que sus corredores ‘aussies’ ganen puntos para que luego estos sean aprovechados por GreenEdge para entrar en el UCI World Tour; al menos eso afirmó ayer en declaraciones al Sidney Morning Herald el integrante de Astaná Allan Davis.
El UCI World Tour es la gran aspiración de GreenEdge de cara a 2012: encuadrarse en él en su primer año de existencia sería entrar al mundo del ciclismo por la puerta grande. Para ello el proyecto australiano debería hacer acopio de puntos en el ránking de mérito deportivo que en teoría decidiría la membresía de esa categoría, algo complicado según reconoce un realista Neil Stephens. “Estamos haciendo un esfuerzo para ser ProTeam, pero con los criterios que hay impuestos va a ser complicado. Aunque cumplimos en el resto de factores, seguramente nos falten puntos en el ránking deportivo. Pero el sueño del ciclismo australiano es tener un equipo en el máximo nivel, y esperamos alcanzarlo tan pronto como sea posible”. Un sueño legítimo y estimulante que Stephens y sus colegas buscarán cumplir con GreenEdge, el secreto mejor guardado del ciclismo australiano.
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