Una excepción que puede ser un punto de inflexión

En un comunicado remitido a mediodía, la empresa Abarca Sports, encabezada por Eusebio Unzué y gestora del equipo Caisse d’Épargne, oficializaba la entrada de la telefónica española Movistar como nuevo patrocinador de la estructura navarra. Una gran noticia que llega quizá algo tarde pero… siendo la dicha buena…
Han sido días, semanas, meses de incertidumbre. En el artículo sobre la Clásica de San Sebastián resumíamos todos los rumores y certezas surgidos en torno al futuro de la formación bancaria: su alma máter, Unzué, no cesaba de pedir prórrogas y más prórrogas a los corredores del equipo para que no firmaran contratos con otros, se encontraba en negociaciones con diversas grandes empresas españolas que parecían dispuestas a aportar una parte del presupuesto necesario para mantener la escuadra en las carreteras. Se hablaba de un patrocinador confirmado que aportaría tres millones de euros. Hubo quien le puso nombre (Mahou) y origen (contactos de Juan Carlos Unzué, hermano de Eusebio y ex entrenador de porteros del FC Barcelona, que había conseguido el apoyo de la cervecera merced precisamente a través del club catalán). No había, sin embargo, certezas, comunicados oficiales. Sólo especulación.
Hoy se zanjó todo. Movistar entra en el ciclismo, una gran multinacional se involucra en el deporte de la bicicleta y marca al menos una excepción en la tendencia general de patrocinios que existía hasta ahora en el ciclismo español. Esta temporada, de los nueve equipos profesionales vinculados a nuestro país, dos se nutrían de capital extranjero y cinco de administraciones públicas. Sólo dos continentales, Caja Rural y Orbea, vivían del dinero de empresas privadas nacionales; y no precisamente de multinacionales, sino de compañías de tamaño medio. Movistar sí es una multinacional, la tercera empresa más importante del mundo en su sector con 300 millones de clientes, que querrá rentabilizar su patrocinio a nivel de publicidad directa… y, sobre todo, de ‘publicity’.
La ‘publicity’ es una técnica de notoriedad de nuevo cuño; por decirlo de alguna manera, la hija estudiosa de publicidad y medios de difusión. Se trata, a grandes rasgos, de hacer presente el nombre de la marca en los medios de comunicación a través de informaciones sobre la empresa relevantes para el interés público. Un patrocinio deportivo efectivo es un método de ‘publicity’ por excelencia; el patrocinio ciclista, en el cual el nombre de la empresa patrocinadora es también el nombre del equipo, quizá el mejor entre los deportivos para esta técnica. En 2011, una victoria de un ciclista del equipo Movistar reportará la presencia de la compañía telefónica entre las noticias de los principales diarios del país. Una presencia que será, por otro lado, insobornable toda vez que Movistar es una de las principales anunciantes del mercado español y nadie querrá hacerle un feo a quien, a fin de cuentas, paga parte de su presupuesto. Una presencia que no será solo para Movistar, sino también para el ciclismo en general.
El ciclismo es un auténtico filón por explotar en la publicidad moderna. Transmite tradicionalmente una imagen de esfuerzo y sacrificio extremos, deseable para muchas sociedades. Por desgracia, esta buena circunstancia se ha visto opacada durante la pasada década por la malísima sensación emanada de la lacra del dopaje que tanto ha perseguido al deporte de las dos ruedas. Ahora, ésta se ha diluido para dejar paso a otra de innovación técnica y excelencia tecnológica, razón por la cual empresas como Garmin, CSC o, más recientemente, Geox, se han animado a invertir en este deporte. Algo que, sin duda alguna, habrá pesado en la decisión del Grupo Telefónica de apoyar a la estuctura navarra.
La inversión es, además, muy baja en comparación con la requerida por otros deportes. Si hay copatrocinadores, ocho millones de euros serán suficientes para que Movistar mantenga la estructura de Unzué, menos de los diez que le costó el equipo de motociclismo en 2005. Una operación, esponsorizar a uno de las mejores escuadras ciclistas del mundo por ocho millones de euros, comparativamente más rentable que los dos millones anuales que cuesta a la sociedad presidida por César Alierta aparecer en la camiseta del Real Zaragoza, club de fútbol de la zona media de Primera División española, en un patrocinio de impacto bajísimo.
En el aspecto deportivo, la confirmación de la noticia llega al seno de Caisse d’Épargne un poco tarde. El bloque de cinco ciclistas franceses que había en plantilla se ha buscado en su totalidad su futuro fuera del equipo navarro, una baja quizá deseada dentro del ‘staff’. El resto de integrantes valiosos de la escuadra, por su parte, habían entablado contactos con otros conjuntos de nivel ProTour que ahora deberán deshacer para continuar junto a Eusebio Unzué: David Arroyo esaba relacionado con Liquigas, Vasil Kyrienka con Astaná, Rigoberto Urán y el director Neil Stephens con Sky… y otros como José Joaquín Rojas o Luis León Sánchez parecían tener un compromiso total a falta de firma con Garmin y Rabobank, respectivamente. De su voluntad dependerá su futuro ya que, salvo en el caso de Urán, a todos les expira el contrato este invierno.
La base de la plantilla del Team Movistar en 2011 estará formada, según informaba Diario de Navarra esta mañana, por ocho corredores con contrato en vigor (Plaza, Brusheghin, Iván Gutiérrez, Soler, Rui Costa, Madrazo, Amador y el antes mencionado Urán) y cuatro incorporaciones práticamente confirmadas. Da las incorporaciones se mencionaban dos: Branislau Samoilau, potente bielorruso de Quick Step, apto para todos los terrenos y futuro gregario de valor, y Beñat Intxausti, corredor vasco que confirmó ayer su salida de Euskaltel. La buena relación de su mánager Antonio Vaquerizas con Eusebio Unzué debe haber sido clave en la operación que llevará al zornotzarra a ser uno de los líderes del nuevo Team Movistar.
Quiénes serán sus compañeros es una incógnita que deberá resolverse en el próximo mes y que, en este momento, no preocupa demasiado. La resolución de todos estos problemas puede esperar una vez que los gerfialtes 😉 factótum de Caisse d’Épargne se han llevado la gran alegría de un año repleto para ellos de sinsabores, desde la sanción de Valverde hasta un Tour de Francia del cual volvieron de vacío. Una gran alegría, por qué no decirlo, compartida por el resto del mundo del ciclismo. Y particularmente por el español, que ve por fin aparecer un gran patrocinador en su escena en lo que, de ser exitosa la experiencia de Movistar, podría ya no ser una excepción, sino un punto de inflexión.
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