Tour Down Under
Esprinters 2011: todos contra el rey Cavendish
‘Bling’: la nueva joya del ciclismo australiano
Campanadas y carcajadas
Las Bielas de la Semana 4

1. Reconozco que tengo cierta debilidad por los ciclistas potentes, y es por ello que los murcianos de Caisse d’Épargne me encantan. Ambos han dado casi un recital en el Tour Down Under sin necesidad de vencer. Mientras Luis León atacaba en cada momento, se metía en los sprints, tomaba la determinación mas alocada… José Joaquín Rojas aguantaba, cerebral, a los sprints. En ellos ha sido el más regular, siempre por detrás del Rabobank Brown y del dominador Allan Davis. Sin embargo, no ha llegado a ganar.
¿Dónde está el problema de Rojillas, que le impide la victoria? Yo lo localizo a falta de 200 metros de la meta. Antes realiza un trabajo más que aceptable buscando la rueda buena, llega siempre alrededor del quinto puesto de la fila de candidtos al triunfo. Después, demuestra una punta de velocidad más que aceptable que debería servirle para que cayera al menos una victoria en cada ronda por etapas donde participe. Sin embargo, a 200 metros de meta… nunca toma la mejor decisión, se abre demasiado pronto y a 60 km/h el viento frena muchísimo. Es importantísimo saber manejar el ‘rush’ final, sólo superdotados como Cavendish, Koldo Fernández de Larrea ó el Petacchi de hace tres años pueden ponerse de cara al aire tan pronto como lo hace Rojas.
2. Alegre, alegrísimo, triunfo el de Allan Davis en el Down Under. Tres etapas y general, revindicación de sus grandísimas cualidades (me atrevería a decir que de superclase), evidencia de que en la Operación Puerto cayeron muy buenos ciclistas que quizá no eran tan culpables. Davis es un canguro puro, rápido, dúctil y capaz de pasar puertos en cabeza de carrera a poco que se lo proponga; un olé para Discovery y Mitshubishi, que lo reintrodujeron en el ciclismo de competición.
Pero vamos, que en el Down Under la noticia siguieron siendo Armstrong y sus renovadas energías para acongojar a todo el mundillo ciclista. Lance ha atacado en todo momento, gran parte del espectáculo de la carrera ha estado en sus piernas y su cabeza. Con Sweet Baby Jesus (Jesús Hernández) como mejor coequipier, por cierto; dudaba que el ciclista de Ávila pudiera responder a las exigencias del equipo Astaná después de un año parado, pero me equivocaba. Un error de esos que te apetece reconocer.
3. Paralelamente al Down Under, con un seguimiento casi paralelo al de la prueba australiana en tierras italianas, se ha corrido el Tour de San Luis en Argentina. Estrenaba temporada Iván Basso (¿no la estrenaría en Octubre, con la Copa Japón?) y lo hacía con buenas condiciones, siendo sexto en la etapa reina que ganó Xavier Tondo. Basso es el penúltimo superclase que se ha consagrado a las grandes vueltas (el último es Contador), el dopaje truncó su carrera pero ha vuelto con ganas de verse y nosotros tenemos ganas de verlo. Volverá a demostrar calidad, se enfrentará a Armstrong en el Giro y en septiembre lo tendremos corriendo la Vuelta a España. Como dirían los italianos, Non vedo l’ora…
Rebobinamos: siendo sexto en la etapa reina que ganó Xavier Tondo. Efectivamente, primera victoria de la temporada para el ciclismo español, brindada por el catalán de Andalucía – Cajasur en un vistoso final en alto argentino. El año pasado el honor de ser el primer nacional en mojar fue para Rojas en Mallorca, el anterior para Gálvez también en Mallorca si mal no recuerdo. Rompe Tondo la racha de sprinters, y espero que estrene un palmarés más o menos fructífero para su equipo. Un equipo que ha vivido cuatro temporada casi de espaldas a la victoria, teniendo a un solo ganador nato (Ventoso) en plantilla durante todo ese tiempo.
Las Bielas del inicio de año
No nombro a los ganadores de FdJeux por merecerme comentario aparte. El chaval bielorruso Hutarovich pinta para sprinter de clase mundial; le puede faltar experiencia, pero la punta de velocidad ya la tiene tal y como demostró en la Vuelta a Burgos del año pasado. Por su parte, Mathieu Ladagnous (que se llevó etapa y general) ha demostrado ser un rodador de categoría, con cierta punta de velocidad, visión de carrera… Me recuerda muchísimo a Fréderic Guesdon. Ahora mismo tiene 25 años, tres temporadas completas de profesional… la cuarta puede ser el año de su explosión. Habrá que verle.
2. En el Down Under (expresión en lengua inglesa que podemos traducir como «ahí abajo»), victoria para Mc Ewen y focos para Lance Armstrong. Durante el resumen de la carrera emitido por Teledeporte ha habido más tiempo para una entrevista con el heptacampeón que para el bonito sprint disputado en un también bonito circuito.
No cabe duda, el cowboy es el prototipo de crack mediático de los que levanta un deporte. Tiene ese carisma, ese punto de descaro y esa calidad deportiva ideal para que el aficionado se sienta seducido desde el principio. Astaná, y con él el ciclismo en general, lo hemos recibido con los brazos abiertos. Puede que su leyenda se derruya un poco, que la primera generación de ciclistas post-Armstrong le supere debido a las lógicas limitaciones de la edad. Pero a cambio ha metido una inyección de mediatización y, por qué no decirlo, optimismo, al deporte de la bicicleta. Eso no tiene precio.
3. El sprint de la otrora conocida como Down Under Classic (ahora patrocinada por Cancer Council, una fundación auspiciada por el gobierno australiano contra el cáncer) dio como ganador al canguro Robbie McEwen, que hace dos años iniciara su declive y ha estrenado temporada con un resultado positivo. Positivo para él, que empieza con incercia positiva para ver si alarga un par de años más su carrera dignamente. Y positiva para Katusha, que emprende su andadura como macroestructura con una victoria moralizante.
Detrás de Mc Ewen ha llegado un pistard, el holandés de Milram Wim Stroetinga, al que habrá que ver en carreras de mayor kilometraje. Greipel, para quien trabajó el treno de Columbia, acabó cuarto; Brown mostró que una vez más llega en buena forma al inicio de año siendo tercero. Nuestro José Joaquín Rojas comienza a coleccionar puestos de honor y tablas para adquirir madurez. Y el ‘cowboy’ (¿cómo no acabar con él?), el 64º y sonriendo. No me cae bien, pero es un crack en todos los sentidos.