Artículo publicado originalmente en Rock n’Tour – Arueda.com
El final de la etapa de ayer del Tour de Francia fue alegre y plausible. Una recompensa para el esforzado silencioso, el gregario discreto cuyas piernas no se reflejan en el palmarés.
Jan Bakelants no es un cualquiera. Para empezar, es graduado en ingeniería biológica, “uno de los pocos intelectuales del pelotón” según le define su coequipier Maxime Monfort. Deportivamente, ganó una Lieja – Bastoña – Lieja sub23, y también un Tour del Porvenir derrotando a Rui Costa, Arnold Jeannesson o Tejay Van Garderen. Dicho Tour del Porvenir era lo más parecido a una victoria como profesional que había gozado desde 2008, siendo que su estreno en la máxima categoría es la carrera por la que todo el mundo se cortaría un brazo. Como Rein Täaramae, que vio el suyo abierto en canal el sábado por el plato de una bicicleta ajena, que voló en una caída y le tajó la extremidad de forma espeluznante. Gajes del oficio.
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