Matxin y la montaña rusa del ciclismo

2 de Septiembre, Arueda.com

El ciclismo es un deporte que se ama o se odia, entretiene o hastía. Todos aquellos que están dentro del mundillo tienen de alguna manera cierto cariño por la competición o por la bicicleta, pero los hay que pedalean todos los días del año y luego no miran una sola carrera cuando están sentados en el sofá.
No es el caso de Joxean Fernández ‘Matxin’ (1970, Basauri). Él es un auténtico enamorado de todo lo que tenga que ver con el deporte de las dos ruedas, los pedales y la épica. “Antes de venir a la Vuelta”, comenta, “estuve viendo un par de carreras de juveniles y otra de amateurs que había por mi zona. Pienso que debería pagar por este trabajo, me dedico a mi pasión”. Ciclista frustrado, el actual director deportivo del conjunto Footon se sentó por primera vez al volante como técnico en la formación amateur Gas Euskadi en 1993. Debutó en profesionales en 2001, cuando ejerció en el GS3 de Mapei; luego se involucró en el Saunier Duval sub23 y el Vini Caldirola italiano.
En 2004 unió sus destinos con el ex corredor Mauro Gianetti, junto al cual fundó la estructura GM Bikes y por ende el equipo Saunier Duval. Con la compañía del suizo ha vivido y sufrido una convulsa historia, donde los años triunfales se alternaban con otros auténticamente bajo mínimos. Este constante sobresalto se acabará con la llegada de Geox, que asumirá el prespuesto de la estructura y la dotará de un período de estabilidad que se antoja largo. “Es la montaña rusa del ciclismo”, remata Matxin.

¿Qué esperáis en Footon de esta Vuelta a España?
Ser peleones, meternos en fugas y luchar por victorias a partir de ellas. Hay que ser honestos y realistas, en un mano a mano no tenemos equipo para pelear con los grandes
Por lo pronto habéis empezado con varios contratiempos como el fuera de control de Arkaitz Durán en la primera etapa y la baja de Rafael Valls antes incluso de iniciar la carrera
Realmente, sin querer despreciar a unos u otros, nuestras opciones en las etapas de montaña pasaban por Valls y Durán. Arkaitz de hecho estaba y está muy bien de forma, pero no pudo completar la primera etapa dentro del control por circunstancias [sufrió una lipotimia y problemas gastrointestinales]. Valls, por su parte, tiene un principio de mononucleosis. Honestamente, ni Benítez ni Cheula pueden estar con los mejores. Así que el equipo debe buscar las fugas. Es una pena, hay veces que llego con cuatro ciclistas a tope y no sé a quién poner de líder y en esta Vuelta los dos que llevábamos los hemos perdido. Ahora el resto de corredores del equipo deben aprovechar, adquirir su protagonismo, porque rara vez van a tener la oportunidad de estar una gran vuelta sin tener que trabajar para nadie salvo para ellos mismos.
Con los actuales mimbres, ¿es Manuel Cardoso la mejor posibilidad para conseguir una victoria en esta Vuelta?
Sí. Manuel Cardoso es quien más opciones tiene de ganar en una ‘volata’, mientras que el resto de opciones pasan por buscar una fuga.
Entrando ya en el tema fichajes, precisamente Cardoso ha sido uno de los primeros movimientos confirmados en vuestro equipo al firmar por RadioShack para 2011
Ha sido un tanto extraño. Él ha hablado conmigo y me ha explicado que su amistad con Azevedo y Paulinho [director deportivo y corredor de la escuadra americana] ha pesado bastante. No tiene demasiado sentido pensando en otros factores, ha firmado por un año mientras aquí le ofrecíamos dos o tres. Ha sido un poco por amistad personal, pero me hubiera gustado que le hubieran cogido el año pasado si tanta amistad tenían…
De cualquier manera y de cara a 2011, el futuro no podría ser mejor con la entrada de Geox como patrocinador del equipo
Hemos pasado años complicados y habrá que disfrutar de los buenos. Hemos tenido años para todos los gustos, es la montaña rusa del ciclismo para corredores, técnicos y todos en general. Sólo queda ser constantes y luchar por lo que uno quiere. Nosotros no tenemos nada que esconder ni lo hemos tenido nunca y el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio, a unos más abajo y otros más arriba.
Con la llegada de Menchov y Sastre, ¿se anuncia un cambio de mentalidad?
Hombre, lo que más cambia es el presupuesto [ríe] La mentalidad la teníamos ya asumida, pero cuando no tienes dinero para contratar grandes figuras debes coger a los corredores que pueden rechazar los grandes equipos o que necesitan una oportunidad sin reclamar un contrato demasiado alto.
En ese sentido este año habéis tenido mucho acierto. El caso paradigmático es el de David Gutiérrez Gutiérrez: gente que no había tenido una oportunidad en la élite pero acreditaba un buen nivel…
Sí, es lo que me preocupa de tener ahora un año tan bueno: nos exigen tener corredores importantes y no podremos contar con otros que eran al fin y al cabo un trabajo de cara al futuro a los que se les puede cortar la progresión. En parte me da un poquito de pena, por eso estoy trabajando en crear un equipo continental para estos corredores de proyección, algo similar a lo que hicimos en su día con Grupo Nicolás Mateos.
¿De cara al año que viene?
De cualquier manera, la apuesta por los jóvenes va a continuar en Geox de cara al año que viene con los fichajes de Ratto, Kump, Duarte…
Y también Pelucchi, más los que van a continuar de este año como Brandle, gente que ha funcionado. Nos gustaría seguir con todos ellos y con otros que no podrían continuar en Geox. Por ejemplo, Johnnie Walker se ha adaptado muy bien al ProTour y ahora mismo no sé si podrá seguir en 2011; sucede lo mismo con David Gutiérrez… Depende de todos los corredores importantes con quienes se está hablando. No vamos a ocultar que limitan mucho en ese sentido casos como los de Menchov, que viene con dos corredores aparejados que hay que contratar como parte de su fichaje
¿Carlos Sastre traerá también ciclistas de su confianza a Geox? ¿Novoa, Pujol, Cuesta…?
No lo sé, esa es una conversación que ha tenido con Gianetti y desconozco la situación. Yo sí contrataría con los ojos cerrados a Iñigo Cuesta, pese a que tenga 41 años. Yo creo mucho en los jóvenes e Iñigo les ayudaría un montón, les da tranquilidad, conocimiento, sabe educarles. Además es un gran veterano que puede hacer entre los veinte primeros donde se proponga. Da seguridad para los jóvenes, seguridad para los mayores y seguridad deportiva.
Uno de los rumores más insistentes en torno a Geox es la llegada de Sergio Pardilla. ¿Qué hay de este tema?
Yo he luchado para que esté aquí, pero ahora mismo no hay posibilidades. Él ha preferido escoger otra línea, yo llevaba tres años tras él y por circunstancias nunca ha podido llegar. Siempre ha sido un gran corredor, desde el nivelazo que dio en el Circuito Montañés en su segundo año de amateur; para mí no será ninguna sorpresa que destaque el año que viene donde vaya.

Como curiosidad, el único lado positivo de la baja de Rafa Valls en esta Vuelta podría ser la entrada de Johnnie Walker en el equipo… El australiano ha sido un auténtico terremoto mediático para Footon
Sí, sabíamos desde el principio que iba a dar que hablar. Siempre es bueno que se hable de uno bien, mal siempre lo van a hacer… Además, para Valls creo que puede venir bien no correr en esta Vuelta; hacer dos grandes vueltas completas para un corredor de 23 años quizá fuera excesivo.
Anuncio publicitario

Juventud, divino tesoro

Juventud, divino tesoro”, debió pensar Lance Armstrong mientras veía marcharse de su alcance al grupo de favoritos en el Col de la Ramaz. El tejano pedaleaba hoy oxidado, con una especie de cámara lenta protésica en él que siempre ha tendido a usar lo que Eddy Merckx, cuando no congeniaba con el americano, daba en llamar despectivamente el “molinillo”. Delante suya, siempre, un Janez Brajkovic sin el golpe de pedal de Dauphiné. Detrás suya, nunca los mismos compañeros; todos los que se integraban en el grupo de Armstrong acababan por querer ir más rápido y abandonarlo. Rebasarlo. Así de duro para todo un heptacampeón del Tour de Francia.
Juventud, divino tesoro”, habrá pensado una vez más el líder de RadioShack al cruzar la línea de meta a casi doce minutos del ganador y seguir pedaleando como un autómata. Hay un signo que indica al campeón que su reinado ha terminado y debe retirarse: que el cúmulo de circunstancias y factores ajenos e involuntarios que rodean a su desempeño comienzan a serle contrarios. En otras palabras, que la suerte le abandona. Hoy Lance Armstrong se ha visto envuelto en tres caídas: la primera en el pelotón al principio de la etapa, la segunda justo antes del Col de Ramaz (cayó solo en una rotonda; reintegrarse en el pelotón supuso un esfuerzo para él y sus compañeros que seguramente se pagó durante la ascensión), la tercera justo después, en el descenso. Esta última fue particularmente indicativa: Lance se vio enganchado entre dos Euskaltel (Iván Velasco y Egoi Martínez) que se trabaron mutuamente con la bolsa del avituallamiento. Lo que se dice un conflicto de nimiedades que redundó en la moral del tejano, hoy humillado en la gran ronda francesa por primera vez desde que se recuperara de su cáncer. Ha llegado el momento para él de hacerse a un lado, tal vez de trabajar para Levi Leipheimer (que aguantó con los mejores en Avoiraz) o tal vez de realizar movimientos lejanos que inquieten a los principales líderes. Lo que está claro es que su lugar ya no está en el pelotón, guardando fuerzas para acabar el decimoquinto de la general. Y tampoco debería tener perspectiva de retirarse de la competición; no sería una salida digna para un superclase como él.
Juventud, divino tesoro”, debió pensar Alberto Contador al ver rezagarse a Lance Armstrong, al darse cuenta de que él, por fortuna, tiene ese elixir que se consume con los años, ése del que al tejano no le queda ni una gota. Debió pensarlo sonriendo, observando como su equipo Astaná, denostado en la previa de la Grande Boucle, respondía a la perfección y llevaba el peso de la carrera para primero distanciar a Armstrong y, después, separar el grano de la paja entre los favoritos. Paolo Tiralongo, Alexandre Vinokourov y, sobre todo, Dani Navarro, se han mostrado como un bloque fuerte (quizá el más fuerte para montaña) y han dado al madrileño un motivo para enseñar sus dientes. Luego los ha tenido que esconder, cuando tras quedarse solo no ha sabido o podido controlar la carrera y ha sido incapaz de contestar a un tremendo ataque de Andy Schleck y Samuel Sánchez. Con ello nacen las dudas…
Juventud, divino tesoro”, debió pensar Andy Schleck con sorna cuando veía delante de sus ojos el dorsal 181 de Samuel Sánchez. Durante un kilómetro fue el Euskaltel quien tuvo 25 años y el Saxo Bank fue el curtido veterano de 32 primaveras. Y es que Samuel, en lugar de dejar la responsabilidad de distanciar al grupo de favoritos en manos de Andy, al fin y al cabo el más interesado del dúo por ampliar diferencias con el resto de contendientes por la general, asumió por sí solo el total de la carga. Sirvió así el triunfo en bandeja al luxemburgués, que sólo debió darle el llamado “último relevo” para llevarse la victoria, la ventaja y, en definitiva, toda la gloria para la cual no había necesitado trabajar. El asturiano, por su parte, entró en meta con cara de tonto observando como Schleck mostraba su alegría con un gesto de celebración, cuando menos, propio de un mono.
Juventud, divino tesoro” ha sido también lo que debieron pensar también Vincent Lavenu (AG2R) y Joxean Fernández ‘Matxin’ (Footon), directores de Nicolas Roche y Rafa Valls, respectivamente, al ver a sus pupilos rayar a tan buen nivel hasta el punto de postularse como posibles sorpresas o estrellas emergentes de este Tour de Francia. Ninguno llegó a entrar en el combo de los mejores, pero ambos arribaron a meta con unos honrosos dos minutos de retraso. Irlandés y alicantino ostentan sendas posiciones entre los veinte primeros con las que, seguramente, apenas soñaban al inicio de este Tour. En defenderlas con el mismo éxito que han tenido hoy estará su misión de aquí al domingo 25, cuando lleguen (quizá triunfantes) a los Campos Elíseos.

Chavanel se concede un bis

El pasado lunes, camino de Ans, Sylvain Chavanel consumaba una de las suertes más complicadas y honrosas del ciclismo en ruta: obtener una victoria gracias a una escapada lejana. En el Tour de Francia. Y, por si fuera poco, añadía a la proeza un elemento de valor al hacerse también con el liderato de la prueba, efímero a la postre pero gratificante durante las veinticuatro horas que duró en sus espaldas. Chavanel había conseguido lo que los franceses llaman un ‘coup double’, doble golpe, un triunfo parcial que lleva aparejado el liderato absoluto. Sin embargo, aquel día, la gesta del galo de Quick Step no tuvo la repercusión que merecía en las crónicas. Le hurtó el protagonismo el sindicalismo ciclista, ese movimiento encabezado por Fabian Cancellara que sintió a los corredores acometidos por la organización y decidió que ese día el tramo final de la etapa no se iba a disputar.
A Sylvain Chavanel no le gustó la decisión, y tampoco le gustó pensar que su magnífico ‘coup double’ pudiera haberse visto favorecido por el feo gesto del pelotón. Así lo expresó en meta aquel día, y así lo dijo ayer tras repetir gesta en la Station des Rousses: “es una revancha para mí. Cuando gané el lunes, el pelotón se había detenido…”. Contento. Chavanel saltó en el penúltimo puerto acompañado de otros corredores de nivel medio-alto como Thomas Voeckler, Dani Moreno, Juanma Gárate o Rafa Valls (que llegó segundo a meta a sus 23 años, mostrando un descaro que siempre debiera acompañar al talento y seguramente le hará llegar lejos); en las primeras estribaciones de la última ascensión les abandonó. Superó a su coequipier Jérôme Pineau, cabeza de carrera proveniente de la fuga, y el resto fue coser y cantar.
Chavanel es el hombre que el ciclismo francés estaba esperando. Todoterreno de calidad y altas prestaciones, combativo, con cierto olfato para la victoria pero (¡ay!, dice aquí el aficionado francés) con poca fascinación cuando se le habla del Tour de Francia. No considera que sea su destino, le llaman más las clásicas. Fue el hecho diferencial para que, en invierno de 2008, se decidiera por Quick Step en lugar de por la estructura de Johan Bruyneel. Unos hablaban de adoquines y otros de grandes rondas. Este año acaba contrato y está decidido a firmar por un país del hexágono, para volver a sentir el cariño del aficionado galo que poco a poco le había ido archivando en el cajón mental de los belgas; en el mejor caso, junto a los valones. Los puntos UCI que está cosechando, eso sí, le garantizarán un contrato generoso, por si no fueran suficiente motivo para rubricar el mismo sus excelentes cualidades.
La otra sensación del día, más leve, fue el intercambio de papeles entre el Astaná de Contador y el RadioShack de Lance Armstrong. Por un momento, parecía que fuera el madrileño quien tuviera un equipo de garantías a sus órdenes y el americano el que contara con una compañía de nivel poco concluyente. La escuadra kazaja se mostró sólida, incluso aumentó el ritmo en la ascensión final para seleccionar el grupo; Tiralongo y Navarro imperiales, Vinokourov pululando por las primeras plazas aun sin recibir un soplo de viento en la cara, Contador satisfecho. Mientras tanto, en la formación americana los básicos (Paulinho, Popovych, Murayev) se desfondaban demasiado pronto tirando del pelotón cuando no se debía, Klöden pegaba el petardazo y cedía cuatro minutos, Horner y Brajkovic sufrían a cola de grupo; sólo Leipheimer aguantaba el tirón de Astaná al lado de Armstrong. Ante este panorama, ni rastro de la táctica ofensiva anunciada.
Peor que Armstrong lo pasó, eso sí, Andy Schleck. El jovencísimo luxemburgués prácticamente se quedó sin coequipiers. Hoy sólo aguantó a su lado Chris Anker Sörensen, incluso el danés Jakob Fuglsang puso las luces rojas y perdió trece sintomáticos minutos en meta. El resto se había dejado ir antes. Parece que Andy, sin Frank a su lado cuando las cosas se pongan serias, estará expuesto a sentirse muy solo…

Campanadas y carcajadas

Poquísimas personas hubieran apostado un solo euro por que Footon – Servetto estrenara su palmarés en enero. Pero sucedió, los dorados consiguieron un triunfo el pasado martes en el Tour de San Luis argentino de la mano de Rafa Valls. Y, por si fuera poco, esta madrugada ha sido el luso Manuel Cardoso quien se ha impuesto en la tercera etapa del Tour Down Under. Alegría en «casa Matxin». Como si las penurias sufridas este invierno pagaran el ‘forfait’ para disfrutar de todas las pistas del cielo durante este día de invierno. Aunque todo se ha conseguido, eso sí, al calor del verano austral…

Dos victorias, dos campanadas. Valls ganó en la llegada al Mirador el Potrero con un ataque corajudo con el que fulminó al poderoso venezolano Jackson Rodríguez y, sobre todo, a un tremendo viento de cara que retrajo al resto de favoritos de saltar a por la victoria con su misma alegría. Sus contrincantes no eran ciclistas vulgares; estaban Nibali, Mazzanti, Serpa, el redimido Rasmussen, incluso el triunfo del jienense Javi Moreno hubiera tenido más lógica. Pero la valentía, sazonada de fuerza, tuvo recompensa.

En Australia la sorpresa fue si cabe mayor. El tren militar impuesto por Caisse d’Épargne en los últimos veinte kilómetros se disolvió en la subida definitiva a Stirling, tal vez porque a estas alturas de temporada no hay condición física y cuesta controlar una carrera. Río revuelto, ganancia de un experto pescador como Manuel Cardoso que demarró hacia la victoria e hizo inútil el impresionante ‘rush’ final de Valverde, Evans… y dos jóvenes pura sangre de Liquigas, Peter Sagan y Mauro Finetto (ex CSF), que parecen dispuestos a dar que hablar.

Campanadas y carcajadas en el seno de Footon – Servetto. Triunfos sorprendentes, de valor, porque deportivamente se puede asegurar que en los dorados no hay más cera que la que arde. Tanto en minúsculas (el nivel del efectivo es medio-bajo) como en mayúsculas. Matxin y Gianetti sonríen; de momento, les salió bien la locura.

Foto: Prensa Footon – Servetto