Terminada la Vuelta a España, el interés del mundillo ciclista se centra en el Campeonato del Mundo que se disputará la próxima semana en la región holandesa de Limburgo, con la novedad de la crono por equipos y el gran aliciente de siempre de otorgar el entorchado arcobaleno masculino en la prueba final del domingo 23. Las convocatorias de las distintas selecciones se van haciendo públicas, y ayer martes le tocó el turno a la española…
Este año, el Mundial será una cuarta Clásica de las Árdenas (o la quinta, si incluimos a la Flecha Brabançona como tal): algo más de 260 kilómetros, con unos 100 primeros «técnicamente exigentes» según la descripción oficial y el resto a recorrer en diez vueltas por un circuito quebrado de longitud algo superior a 16 km que incluye las subidas al Bemelerberg (900 m, 5%) y el Cauberg (1200 m, 5’8%). Territorio de Amstel Gold Race.
Así las cosas, José Luis de Santos ha optado por seleccionar a un ‘dream team’ con los españoles más aptos para una carrera del género. La selección presenta hasta seis corredores capaces de luchar por el arco iris o, cuando menos, una medalla. De ellos, cuatro (Freire, ‘Purito’, Valverde, Samuel) se han clasificado en el top 10 de al menos una de las cinco últimas ediciones de la Amstel, siendo Freire quien más querencia demuestra por el terreno con hasta seis puestos entre los diez primeros de dicha clásica durante su carrera deportiva.
No cabe duda, pues, de que la selección española para el Mundial tiene pegada. La duda es si, con cinco líderes y cuatro gregarios (asumiendo que Dani Moreno gastará todas sus balas en ese rol), más jefes que indios, tendrá consistencia suficiente para obtener un buen resultado. Este es un aspecto preocupante, visto el desarrollo de los últimas competiciones de élite por países cuyo recorrido ha sido exigente. En Varese 2008, ‘Purito’ y Samuel batallaron por su cuenta con música clásica sonando por el pinganillo mientras Valverde y Freire se quedaban con Paolo Bettini. Mendrisio 2009, por su parte, vio como los tres españoles que quedaban en la selección final de nueve se traducían en un exiguo bronce para ‘Purito’ mientras Valverde y Samuel se mordían las uñas por detrás. Más recientemente, en los Juegos de Londres (de altimetría más sencilla), Luis León y una vez más Valverde se quedaron en fuera de juego por no desmarcarse ni cooperar con eficiencia.
El precedente que quizá indique la manera de rentabilizar la enorme cantidad de talento acumulada en el ‘nueve’ español es Pekín 2008. Allí, la carrera se planteó en la práctica como un marcaje a estrellas rivales a las cuales perseguir por aquel largo repecho (o corto puerto) y su bajada. La pegada de aquella selección logró el oro merced a un gran esprint de Samuel Sánchez. La prueba fue tan movida, y kamikaze, que la guerra individual se demostró la mejor opción.
Quizá plantear una carrera muy dura para desarbolar tácticas de equipo ajenas, sin concesiones ni atender a los casi diez kilómetros de terreno benigno que separan en cada giro Cauberg y Bemelerberg, sea una buena alternativa. La otra sería convencer a algunos de los jefes para aceptar el papel de indios; difícil papeleta para De Santos, domesticar a un campeón olímpico, un tricampeón mundial, el ganador de la Vuelta a España o alguno de sus compañeros de podio, ambos con triunfos recientes en las Ardenas. Otra opción, más complicada de asumir si cabe, hubiera sido dejar alguno de los líderes en casa para convocar a algún gregario natural más, situación que podría darse de renunciar Samuel a la cita y reemplazarle Egoi Martínez. Pero eso, como la totalidad de este último párrafo, es ciclismo-ficción.
Convocatoria de la Selección Española para el Campeonato del Mundo en línea Elite masculino Alejandro Valverde, Jonathan Castroviejo, Pablo Lastras (Movistar), Joaquim Rodríguez, Dani Moreno, Óscar Freire (Katusha), Samuel Sánchez [reserva: Egoi Martínez] (Euskaltel), Alberto Contador (SaxoBank), Juan Antonio Flecha (Sky)
Foto: Fundación Euskadi