Samuel Sánchez
Juventud, divino tesoro
El Tour de los Quince
Ya no es el ejército de Pancho Villa
La Vuelta sigue innovando
Pero, si algo va a ser definitivo y definitorio en esta Vuelta será la montaña. Los seis finales en alto marcarán el destino de una Vuelta con acento escalador. Los fuegos de artificio de las pendientes iniciarán en la 8ª etapa, con la clásica llegada a Xorret de Catí, y continuarán tres jornadas después con un perfil unipuerto y final en el Col de Pal: casi treinta kilómetros de ascenso continuo. La traca, sin embargo, llegará en las etapas 14, 15 y 16. Éstas conforman un tríptico temible por la Cornisa Cantábrica, con finales en el rescatado Peña Cabarga (donde no se llega desde 1979, con victoria de Zoetmelk), Lagos de Covadonga y el novedosísimo Cotobello, que vendrá precedido de dos ‘primeras’ de impresión como San Lorenzo y la Cobertoria. El fin de fiesta será la penúltima jornada, con llegada a la Bola del Mundo; o lo que es lo mismo, Navacerrada con un tramo extra inédito de gran pendiente y carretera de hormigón.
Las grandes novedades del recorrido han sido, sin duda, la CRE nocturna y los puertos inéditos. Entre estos destacan, amén de los mencionados Cotobello y Bola del Mundo, el sobrecogedor Rat Penat, santuario cicloturista catalán de corto kilometraje y enorme pendiente. Otra tendencia destacable en el diseño de esta Vuelta a España es la inclinación por los finales de etapa nerviosos, con pequeños repechos y emboscadas que obligarán a los favoritos a meterse en la pelea si no quieren quedar eliminados.
En general, el recorrido de la Vuelta deja un buen sabor de boca tanto a los componentes del mundillo ciclista como a los aficionados. Sólo se echan en falta más kilómetros contrarreloj y, en una época donde se reclama la humanización del ciclismo, una menor acumulación de esfuerzos. Rara vez conseguirá Unipublic la satisfacción unánime de todo el gremio del ciclismo; pero lo que no cabe duda es de que ha conseguido innovar, tal y como viene sucediendo desde la asunción del cargo de director por parte de Javier Guillén.
Declaraciones de los protagonistas
Alejandro Valverde Sin duda alguna, la gran sorpresa del recorrido es la Bola del Mundo, aunque seguramente la carrera ya llegará decidida a su disputa. Creo que la montaña está bien repartida y el recorrido me viene bien, pero seguro que la sucesión de los tres finales en alto en la Cornisa Cantábrica y la crono se hará muy dura. Mi presencia en la carrera no está descartada, de hecho la idea del equipo es que esté ahí. Si voy, intentaré aprovechar mis oportunidades para la victoria en etapas nerviosas, pero también conservaré un poco porque me he demostrado que es la manera de triunfar en la general.
Alberto Contador El recorrido es propicio para mí, y por tanto me hace plantearme mi participación. De todas maneras, no me quiero cargar de presión para con la Vuelta, ni tener el compromiso de estar en la salida como estandarte del ciclismo español. Me gustaría que hubiera en la ruta alguna crono más. Creo que las etapas decisivas serán los tres finales en alto y la crono consecutivos. Respecto a la Bola del Mundo, la gran dificultad será el firme de hormigón; preferiría que asfaltaran la subida.
Samuel Sánchez Casi todas las etapas tienen algo de dureza, no podremos despistarnos nunca porque el recorrido está plagado de encerronas. La jornada de Cotobello, con Cobertoria y San Lorenzo antes, es casi una etapa Tour donde se definirá la Vuelta. También la CRI de Peñafiel marcará muchas diferencias, más aún después del día de descanso; de aquí saldrá decidida la carrera. No descarto aún tomar parte en la Vuelta. Sólo tengo decidido mi calendario hasta el Tour de Francia, y la posibilidad de correr varios días en mi casa con una etapa mítica -Lagos- y otra inédita -Cotobello- me anima a competir aquí. Eso sí: si vengo a la Vuelta, vendré a por lo máximo.
Ezequiel Mosquera El recorrido me beneficia al ser para escaladores, aunque mis opciones dependen en gran parte de la participación que haya. Lo que más me ha sorprendido es Peña Cabarga y Rat Penat, pero la etapa reina será la de Cotobello. El espectáculo estará en la Bola del Mundo; sin embargo, allí la carrera llegará ya decidida.
Vladimir Karpets Es un recorrido distinto, más duro. No creo que se adapte a mis características, subidas tan empinadas como la Bola del Mundo no son buenas para mí. Aún así, vendré a la Vuelta como jefe de filas de Katusha e intentaré estar en la lucha por la general.
Evans culmina la temporada en Mendrisio
Conseguir la victoria ha sido un pequeño galimatías para Evans, como por otra parte también lo era para la quincena de corredores que llegaban con opciones de victoria a la última vuelta. No sólo se trataba de fuerza, que también, sino de una adecuada lectura táctica de una carrera que había quedado oscura e imprevisible, bajo el dominio de la superioridad numérica española (representada con cuatro corredores) y el inenarrable vigor de un Fabian Cancellara que inspiraba auténtico terror a los grandes favoritos como Damiano Cunego, Alejandro Valverde ó Philippe Gilbert. El mejor marcaje sobre Espartaco, sin embargo, lo realizó el asturiano Samuel Sánchez, el único capaz de mantenerle el pulso en los descensos.
Hasta este punto, el Mundial había seguido el guión típico de un Mundial. De inicio, una fuga de diez corredores que formaban parte de equipos menores, tales como Mehels (Letonia), Kvasina (Croacia) ó un Stangelj (Eslovenia) que fue capaz de mantenerse en cabeza hasta la penúltima vuelta. Sólo un ciclista se saltaba esta norma, el poderoso sprinter alemán André Greipel, que decidió quemar sus naves desde lejos ante la imposibilidad de lucir en la parte final por la dureza del recorrido.
A mitad de carrera se formó un corte peligroso que anunció el inicio de la batalla. Una veintena de corredores se situaban entre el pelotón, con Tom Boonen (Bélgica), Kim Kirchen (Luxemburgo) y el campeón del mundo saliente Alessandro Ballan (Italia) como hombres más destacadas. España iba bien representada, con Joaquín Rodríguez, Juanjo Cobo y Carlos Barredo aguardando dándole al equipo la presencia pertinente. Fue la Italia de Ballan quien más apostó por el corte, sacrificando a valiosos gregarios como Paolini, Scarponi y Visconti para la quimérica causa de que esa fuga fuera la buena. El seleccionador transalpino, Franco Ballerini, no jugó bien sus cartas en ningún momento a pesar de la ayuda prestada por Paolo Bettini en calidad de asesor.
Llegados a la penúltima vuelta, el corte de Ballan seguía caminando entre demarrajes varios. Italia había quemado ya sus naves, no había acuerdo y la fuga iba al pairo. Dos hombres destacaban entre los de cabeza: el esloveno Stangelj por su combatividad y el español Purito Rodríguez por su inmensa fuerza. Por detrás, el trabajo incomprensible de Bielorrusia era continuado por Juanma Gárate y Dani Moreno. Pero el remate llegaba en el paso por el primer repecho de los dos que componían el circuito, cuando el tremendo Cancellara dinamitaba la carrera demarrando sentado; a su rueda, todos los favoritos. Se neutralizaba así a los fugados, quedando un grupo de unas veinte unidades en cabeza.
El galimatías estaba planteado. Italia no lo supo aclarar y volvió entonces a jugar torpemente sus bazas. Ballerini contaba con cuatro hombres en cabeza además de su líder Cunego, y optó por hacerlos trabajar en cabeza. El resultado no pudo ser más desalentador: al final del segundo repecho Cunego ya se había quedado solo. Rodeado de enemigos que atacaban en falso, sin convicción, siempre con un corredor español a rueda y mirando a Cancellara para ver cuándo decidía acelerar. El suizo tomó la iniciativa en el descenso, pero Samuel Sánchez le siguió, secándolo y provocando que el intento quedara en agua de borrajas.
El siguiente ataque corrió a cargo de Vinokourov y sí tuvo éxito. El kazajo abrió hueco, llegó en cabeza al último paso por meta y por un momento pareció tener alguna opción de victoria. Pero todo se abortó cuando el ruso Alexandr Kolobnev, un corredor que se crece en las citas que se disputan por selecciones, demarró y le rebasó; Vinokourov claudicó, terminando 26º en meta. Un contraataque de Cancellara, verdadero juez de la carrera, capturaba a Kolobnev y seleccionaba el grupo de favoritos. Quedaban en cabeza nueve hombres: los mencionados Cancellara y Kolobnev, Cunego, Gilbert, Breschel, Evans y los españoles Sánchez, Valverde y Rodríguez.
El galimatías se complicaba para todos, España partía con ventaja para resolverlo. Sólo hacía falta clarividencia, conseguir un corte donde entraran uno de los dos hombres rápidos del combinado español, Valverde ó Sánchez. Pero no hubo lugar, porque el primer corte que se formó fue el bueno. En la bajada del primer repecho atacó una vez más Kolobnev, que se llevó a rueda a Joaquín Rodríguez y a Cadel Evans. El australiano, una vez llegados al segundo repecho, aprovechó un momento de dudas para marcharse. Hacia la victoria. Recorrió siete kilómetros triunfales hasta hacer su entrada en meta, mientras Kolobnev y Rodríguez perseguían. Mientras los favoritos esperaban que un nuevo arreón de Cancellara les llevara hasta la cabeza. Cuando este tuvo lugar, en el descenso y una vez más con la única compañía de Samuel Sánchez, era demasiado tarde.
Evans entró en meta sentado. Tranquilamente incrédulo, saludó un poco con el brazo derecho al público. Después besó su anillo de boda, que siempre lleva colgado al cuello cuando compite. Veintiocho segundos después, arribaban Kolobnev y Rodríguez, batiendo el primero al segundo y subiendo su cotización ambos gracias a sendas medallas de plata y bronce. A su estela, Samuel Sánchez llegaba cuarto tras remachar a un Cancellara que fue el más fuerte pero pagó ser la rueda más vigilada. El gran favorito, Alejandro Valverde, se clasificaba noveno, seguramente lamentando haber desperdiciado una ocasión casi irrepetible de llevarse el maillot arcoiris. Sólo hubiera hecho falta una mejor lectura táctica de la carrera…
Una vez más, España se marcha del Campeonato del Mundo lamentándose. A pesar de haber sido el combinado más fuerte, la toma de decisiones alejó el oro de las vitrinas nacionales. Para el aficionado al ciclismo, sin embargo, nada más lejano del lamento. El espectáculo vivido hoy ha sido excepcional, el colofón de una temporada ciclista bastante mejor que las anteriores. Para Evans, el Mundial de hoy ha sido la manera de resarcirse de las dudas y las críticas y conseguir el premio que su cambio de actitud en carrera merece.
Las opciones españolas para esta Vuelta
El equipo que más fuerte llega a la línea de salida de Assen es, sin duda, Caisse d’Épargne. La campaña del fiscal antidopaje del CONI (Cómite Olímpico Italiano) Ettore Torri contra Alejandro Valverde ha acabado con una esperpéntica sanción al ciclista murciano que le impide competir en territorio italiano, lo cual obligó a Valverde a renunciar al Tour (que transcurría ¡60 kilómetros! por territorio transalpino) y centrar sus esfuerzos en la Vuelta, ocasión propicia para desmentir a todos aquellos que dudan de su capacidad para competir por la victoria en una gran vuelta. Para conseguirlo, deberá mostrar una mayor solidez en montaña y afianzar sus progresos en contrarreloj. La aproximación, con victoria en la Vuelta a Burgos, ha sido inmejorable.
A su alrededor, Eusebio Unzué ha dispuesto a toda la artillería pesada. Joaquín Rodríguez, ya firmado por Katusha para el año que viene, será el apoyo número uno del murciano en la montaña e incluso podría tomar el liderato del equipo en caso de fallo de éste. Dani Moreno, David López, Fran Pérez y Xabi Zandio deberán también estar ahí en la montaña, mientras que en el llano serán Vasil Kyrienka, Chente García Acosta e Imanol Erviti quienes tendrá que estar cerca de Valverde.
Euskaltel, por su parte, también llega necesitado de una revindicación para su gran estrella Samuel Sánchez… y para el propio equipo, después de que los positivos de Iñigo Landaluze y, sobre todo, Mikel Astarloza dieran al traste con su buena imagen. Centrándonos en el corredor asturiano, todo parece dispuesto para que llegue en su mejor momento de forma: prácticamente no ha aparecido en toda la temporada, si dejamos aparte la Vuelta al País Vasco y su victorioso GP de Llodio. Portador anecdótico del dorsal uno ante la ausencia de Contador, le falta solidez en montaña y contrarreloj para considerarlo un favorito número uno, pero su fe y su habitual ‘punch’ en la tercera semana le confieren alguna ventaja respecto a sus rivales. Junto a él, un bloque con Igor Antón de hombre libre y Txurruka y Egoi Martínez como principales gregarios.
Aunque, si hablamos de equipos necesitados, el número uno es Fuji – Servetto. El apestado, aquel al que todos dan de lado por los positivos de Piepoli y Ricco’ cuando aún se llamaba Saunier Duval. Esta temporada ha sido muy difícil, con la escuadra en permanente vigilia para competir allá donde les dejaran. Los resultados, en estas condiciones, han sido malos. En esta Vuelta debe justificar, más que ninguno, el año entero de patrocinio. Para ello acude con los mejores: el irregular Juanjo Cobo como teórico líder (aunque con molestias físicas), mientras por detrás hay tres extranjeros capaces de lo mejor e incluso de colarse en el podio final de Madrid. Se trata del italiano Eros Capecchi, el croata Robert Kiserlovski y el sueco Frederik Kessiakoff, recientemente contratado por Garmin. Otros nombres destacados del nueve son el prometedor Beñat Intxausti y el ‘niño prodigio’ Arkaitz Durán.
Con respecto a los tres equipos de segunda división, dos llegan con las mejores galas… y otro no. Este es Andalucía – Cajasur, una escuadra perseguida por el infortunio en su camino para la Vuelta. Contaba con cuatro líderes a principio de año: Xavi Tondo, Javi Moreno, Ángel Vicioso y José Antonio Redondo. Moreno y Vicioso han sufrido sendas caídas y se han visto obligados a renunciar; Redondo dio positivo en junio y salió por la puerta de atrás merecidamente después de no dar ni una cuarta parte de lo que ha recibido. Sólo queda en pie Xavi Tondo, que parte con opciones serias de hacer entre los diez primeros tras un año sensacional y exitoso que quizá le pase factura con el paso de los días. Tras él, un bloque combativo aunque poco cualificado donde destaca Antonio Piedra, buen escalador y reciente ganador de etapa en la Volta a Portugal.
Por su parte, Contentpolis-AMPO sí llega con todo a esta Vuelta. Sólo faltan, de entre sus mejores hombres, el lesionado José Herrada y Javier Etxarri. El resto, está: desde el trío de sprinters formado por Gaztañaga, Pacheco y Benítez, hasta combativos como Palomares ó Manuel Vázquez que podrían obtener un triunfo de etapa. Precisamente el propio Vázquez ó Julián Sánchez Pimienta pueden ser buenas opciones para un puesto entre los diez primeros de la general, aunque ésta parece más bien una meta lejana para el equipo dirigido por José Manuel López. Un punto de interés alrededor de esta escuadra será también el rendimiento en cronos del joven Sergio Domínguez, a priori prometedor en este terreno.
Por último, Xacobeo – Galicia Calidad y una sola palabra: Mosquera. El ciclista de Teo llega a la salida pensando en mejorar su actuación del año pasado, cuando acabó cuarto e incluso peleó de tú a tú con el todopoderoso Alberto Contador. Viene, como dijo en una entrevista que publicamos aquí [enlace!], «aspirando al podio». Sin duda, podrá; más aún, teniendo a su alrededor un bloque potente con Gustavo César ó Gustavo Domínguez, más opciones de victoria encarnadas en los siempre incisivos David García Dapena, Eduard Vorganov y David Herrero.
Quince momentos inolvidables
Cervélo revoluciona el mercado
Arueda.com
La creación de un nuevo equipo es siempre una buena noticia. Pero cuando éste es una estructura de primer nivel, un soplo de aire fresco, la noticia es mejor. Y más aún cuando se forma de una manera relativamente novedosa, con la participación de un conglomerado de empresas involucradas en la tecnología aplicada al ciclismo que busca tener en el equipo un banco de pruebas del máximo nivel. Las marcas son Cervélo (bicicletas), Zipp (ruedas), Vittoria (llantas), 3T (grupos y componentes) y Speedplay (pedales y bielas). El nombre del equipo, Cervélo Test Team.
El mánager general de esta estructura es el suizo Thomas Campana, a través de Cycling United Racing, sociedad afincada en Suiza y de origen canadiense que también gestiona al equipo femenino Cervélo-Lifeforce. De hecho, ambos equipos estarán muy relacionados: los directores auxiliares Jean-Paul Van Poppel y Jens Zemke llevarán a cabo sus funciones alternamente en el equipo masculino y en el femenino. El mánager administrativo será un viejo conocido de la estructura técnica de Gerolsteiner como Theo Maucher, mientras que el director deportivo será el australiano Scott Sunderland, ex CSC. Lo realmente interesante, sin embargo, viene en el plano de los ciclistas con que contará el equipo. ..
Resaltan por encima de todos dos corredores de primer nivel mundial, expertos, como Carlos Sastre y Thor Hushovd. Sastre, de 33 años, llega al equipo cerca del ocaso de su carrera tras el inesperado cénit que supuso su inesperada victoria en el Tour de Francia. Su misión durante los dos años de contrato que ha firmado como ciclista será precisamente dar presencia al equipo en las grandes vueltas. Sin embargo, lo interesante viene cuando acabe dicho contrato: el abulense seguirá integrado en la estructura técnica del equipo. Siempre se ha mostrado como un buen estratega en carrera, es un auténtico director sobre la bici: ha tenido lunares como el que permitió a Landis dar un vuelco al Tour 2006, pero se compensan con tácticas brillantes como la que apuntaló en los Juegos Olímpicos. Su destino será ejercer de director, pero desde el coche. Junto a él se llevará a un gregario que le acompañó en CSC, el experto burgalés Íñigo Cuesta (39 años). No se descarta que incorpore algún otro ciclista de su confianza.
Por su parte, el noruego Thor Hushovd llega en su plenitud como ciclista, con 30 años recién cumplidos y al menos tres al máximo nivel. La desaparición de Crédit Agricole como equipo profesional le dejó sin contrato para 2009; tras un mes de subasta a varias bandas, Hushovd se decidió por Cervélo debido al interesante enfoque que supone la prueba en competición de los prototipos de primeras marcas ciclistas. Además del hecho de que iba a ser líder único e indiscutible de cara a las clásicas y los sprints, algo que ya sucedía con Crédit Agricole y, sin embargo, no ocurriría en un equipo de mayor nivel. Hushovd incorpora también a un gregario de poco nombre pero con el cual comparte relación y equipos, su compatriota Gabriel Rasch: rodador experto de 32 años y sin apenas resultados individuales. Llegarán además otros dos hombres del equipo Crédit Agricole: completos y relativamente jóvenes, con predilección por las contrarrelojes y la media montaña. Por un lado, el lituano Ignatas Konovalovas (23); por otro, el australiano Simon Gerrans (28), quien le robara en el pasado Tour de Francia una etapa al inocente Egoi Martínez.
De cara a las clásicas del norte se ha contratado a varios ciclistas. Desde Columbia arriban dos veteranos de garantías como Andreas Klier (32) y Roger Hammond (34). Entre ambos garantizan una buena campaña, presencia en las carreras que sean su objetivo; pero, sobre todo, serán los guías del aprendizaje de tres corredores con mucho margen de progresión en esta especialidad del ciclismo: el semi sprinter alemán Heinrich Haussler (24 – Gerolsteiner), el belga Serge Pawels (25 – Totsport Vlaanderen) y el inglés Daniel Lloyd (28 – Sean Kelly Team). También del equipo de Sean Kelly llega un vueltómano de futuro como Daniel Fleeman (26). Otro nombre confirmado es el de Philipe Deignan (25), irlandés de AG2R.
Se han relacionado, además, muchos otros nombres con el Cervélo Test Team. El artista del dramatismo por excelencia, el francés Thomas Voeckler (29 – Bouygues Telecom), ha parecido muy cercano al equipo suizo; Clement L’Hotellerie, revelación de principios de temporada con Skil – Shimano, parece estar entre Caisse d’Épargne y Cervélo. Ha sonado Benny de Schrooder, belga perteneciente al equipo de Sean Kelly. Pero si hablamos de sonar…
… Lo más sonado ha sido Samuel Sánchez. Ayer saltaba la noticia de que el asturiano iba a romper su contrato con Euskaltel mediante el pago de su cláusula de rescisión para unirse al proyecto suizo. Se hablaba incluso de cifras que, aunque lejanas de lo que cobran futbolistas y otros deportistas de alto nivel, sí son muy altas para un ciclista profesional. Miguel Madariaga, mánager de Euskaltel y actual jefe de Samuel, montó en cólera cuando conoció la noticia; Igor Galdeano parecía esperarla. Sin embargo, en declaraciones a Biciclismo, el campeón olímpico frenó la psicosis que parecía instalarse en el equipo vasco afirmando que “su tren es el Euskaltel”. Aunque, por qué no decirlo, cuando el río suena… agua lleva. Y la salida de Samuel lleva sonando mucho tiempo.
Las Bielas de los Juegos Olímpicos
La carrera de hoy ha sido de las que valen un año entero. Igual que algunos futboleros piensan que se puede resumir la temporada en sólo un partido, lo que se ha vivido en Pekín ha resultado ser el paisanaje completo del ciclismo mundial. Empezando por el dominio de Italia y España, que plantearon una carrera por parejas.
1. Ya lo admitía Paolo Bettini en sus declaraciones tras cruzar la línea de meta: «la táctica era yo con Valverde, y Rebellin con Samuel». Yo añadiría: Brusheghin con Sastre, Pellizotti con Contador y, por defecto, Nibali con Freire. Cada uno, también como en el fútbol, marcó a su par con relativa fiereza y realizó una labor prácticamente paralela, en parte porque tenían unas circunstancias paralelas. Así, Pellizotti y Contador llegaron muy justos de forma porque su preparación, casi exenta de competición, no fue la adecuada; Sastre y Brusheghin, mermados por haber corrido el Tour de Francia; Rebellin y Samuel, preparados silenciosa y adecuadamente, más el primero que el segundo; Bettini y Valverde, los grandes favoritos por cualidades y por estado de forma como ya demostraron batiéndose el cobre en San Sebastián.
Todo paralelo; España e Italia se alternaron a la hora de controlar una carrera que sabían suya hasta que llegaran los últimos treinta kilómetros. Ahí empieza la carrera, lo de antes ha sido simple castigo; podría compararse con el último tercio taurino y los dos primeros, dedicados casi únicamente a mermar al toro pero trascendentales a la hora de repartir los trofeos.
2. Finalmente, el marcaje dio sus frutos y acabaron en cabeza los mejores segundos espadas o ‘tapados’: Rebellin (Bettini), Sánchez (Valverde), Andy Schleck (Fränk Schleck), Michael Rogers (Evans) y Alexander Kolobnev (Menchov). Merece la pena centrarse un momento en el papel de los líderes de estos ciclistas…
Y es que los únicos que estuvieron de sobresaliente fueron Menchov y Evans. Ambos, sabedores de que su momento de forma no era el mejor tras la paliza para las piernas que supone todo un Tour de Francia, trabajaron con nobleza para sus dos teóricos lugartenientes. Valverde y Bettini, repletos de fuerza y moral, se concentraron en mirarse mutuamente como Narciso miraba al espejo y se quedaron embobados viendo su propio reflejo. Después atacaron en comandita para arribar, en un demarraje muy efectista y rebosante de clase, al segundo grupo. Fränk Schleck no tuvo tanta fuerza (ni tanta clase…) y se tuvo que conformar con quedarse en el grupo de detrás pensando que no debería haber venido. No debe ser fácil su situación: hace un mes era maillot amarillo y ahora se ve en la realidad de su condición, la de un gran ciclista (no un superclase ni un ganador) que tiene la mala suerte de tener un hermano aún mejor. Un hermano superclase que le puede coartar, opacar…
3. Ése mismo hermano fue el que dinamitó la carrera para, a la vez, mostrar sus carencias. Andy Schleck dejó a entrever que, como su hermano, adolece de punta de velocidad y de una cierta inteligencia táctica (esto último lo irá ganando con el tiempo, que Roma no se contruyó en un día). Se llevó consigo a Rebellin y Samuel, que se daban cuenta del chollo que era tener a un superclase dispuesto a todo por hacerse con una medalla. Sin embargo, Andy no acabó de darlo todo; los otros dos fueron demasiado listos y tampoco terminaron de adaptarse a la situación.
Rogers y Kolobnev, experto contrarrelojista el primero y todoterreno circunstancial el segundo, apretaron y estaban ya cerca de cazar cuando apareció el mejor ciclista del momento. Apareció Fabian Cancellara, que no es ni más ni menos que la versión ciclista (seguimos con el fútbol) del Ronaldinho de hace unos pocos años: sin límites, capaz de echarse un equipo a la espalda, trabajador cuando era realmente necesario, y con una clase sin fin. Ése es Cancellara, el que llevó a Rogers y Kolobnev hasta los tres grandes y les pidió, al menos, un último relevo simbólico antes del sprint.
4. Sprint atípico donde primero nadie quiso hacer el pardillo y llevar en carroza al resto. Por ello, en segunda instancia todos eran pardillos menos los dos que se sabían perdedores, Andy Schleck y Mick Rogers: el resto, cara al aire. Y, en tercera instancia, el pardillo fue un Kolobnev que se sintió demasiado fuerte y lanzó el sprint desde lejos, un auténtico suicidio en subida si no eres un superclase de talla mundial. Samuel ganó porque supo cogerle la rueda y rematarle antes que el resto.
Después llegaron el resto de ciclistas de la escapada buena, desperdigados. Botero sorprendía a propios y a extraños con un arreón junto a Aerts para conseguir un diploma olímpico a título revindicativo por su marginación; Valverde esprintaba por un inocuo 12º puesto que le birló un corredor de gran nivel (aunque un tanto oculto) como Chris Anker Sörensen; Bettini se dejaba ir. Y después, el pelotón…
5. Donde se puede disfrutar de uno de los «placeres» que dan los Mundiales a los enfermos del ciclismo: ver a esforzados de la ruta de nacionalidades insólitas que se cuelan entre los primeros de su grupo, con ilusión, ante la desidia del resto de ‘europeos’, demasiado buenos para esprintar por minuncias. Así, en el grupo que llegó a 2:28 fue tercero (22º de la carrera) un clásico como el namibio Erik Hoffman, que a sus 27 años ha corrido ya varios mundiales merced a las desquiciadas políticas de selecciones nacionales de la UCI; tras correr dos años en el alemán Lamonta, con quien fue líder del Circuito Montañés en 2007, esta temporada está en el Giant Asia, donde está haciendo su particular agosto ante una competencia de nivel menor. Sin embargo, aún no ha estrenado su palmarés…
Más. En ese grupo también llegó Nuno Ribeiro, positivo durante su estancia en el Liberty tras ganar la Volta a Portugal’04 (y llegar en pack con Sergio Paulinho), que ha renunciado a la Grandísima para firmar una actuación decente en Pekín. Junto a Carlos Sastre llegó Sergey Lagutin, uzbeko que pasó joven a profesional con Landbouwkrediet tras ser campeón del mundo sub 23 y que se va haciendo un hueco en el pelotón gracias a unas prestaciones completas, a ser apto para cualquier terreno.
El cuarto por la cola fue un auténtico clásico de los Mundiales y pruebas por selecciones: Rafaâ Chitioui. Se está formando en el Centro de Ciclismo de la UCI de Aigle, tiene ya 22 años y ha llegado su hora para pasar a profesional en un equipo europeo; este año corre en el Doha Team. El último fue un hombre acostumbrado a ser el último en todo aquello que no sea sprint en llano o ligero descenso, el brasileño de Sauni… Scott Luciano Pagliarini, que tuvo la gran honra de acabar sólo, hundido a 44 minutos, la carrera. Pero la acabó.