Philippe Gilbert
El imbatible Gilbert otoñal dominó en Lombardía

Italia incendió, Gilbert mereció y Hushovd emergió
Las Bielas de Lieja
A lo innoble se le gana con nobleza. No hay mejor manera de dejar en evidencia a quienes les falta coraje que con un corajudo pasándoles la mano por la cara. Hoy Andy Schleck y todo el equipo Saxo Bank ha dejado en evidencia a todos los tuertos que se pretenden reyes, desnudos, en el país de los ciegos. Cuando realmente no son más que pequeñoburgueses sin un ápice de coraje y, lo que es peor, con una capacidad de aprendizaje nula
El año frenético de Philippe Gilbert
15 de Octubre, Arueda.com
95 días de competición para ser el belga que más ha corrido en este 2008; el octavo entre el total de los ciclistas ProTour. Empezó su temporada el 22 de enero en el Tour Down Under, siendo 15º en la primera etapa. El domingo le puso el broche de oro ganando la prestigiosísima París-Tours con una táctica brillante por parte de su equipo, Française des Jeux. En medio, otras cuatro victorias oficiales más una oficiosa. Diez meses donde no ha dejado de tomar parte en la carrera que tocara. Un año muy activo para el mejor clasicómano valón desde Mathieu Criquelion.
Philippe Gilbert (1982, Verviers) se caracteriza, como decía a principios de año, por tres virtudes que cualquier corredor desearía: clase, potencia, combatividad. La clase le garantiza elegancia y talento; la potencia, fortaleza y capacidad; la combatividad, presencia en carrera y lucha infatigable.
Precisamente ésa combatividad le ha dado al valón ganas de competir después de un 2007 frustrante. Un melanoma (cáncer de piel) interrumpió su preparación en pretemporada. Después, infortunio y desconfianza: ninguna actuación brillante en clásicas más allá de escaramuzas aún lejos de meta. Fue un año negro, sin resultados, que sin duda le ha espoleado a la hora de exhibir sus capacidades en éste.
Comenzó con el Tour Down Under, donde ya se dejó ver con la victoria en la general de la montaña. Continuó en la Challenge de Mallorca, resultando vencedor en los Trofeos de Mallorca y Sóller, amén de colocarse tercero en Pollença y cuarto en Cala Millor y Calviá. Se anotó la general oficiosa de la carrera balear, el principio de lo que iba a ser un gran año. Diez días después fue quinto en el Tour del Alto Var.
En marzo, inicio de la temporada de clásicas, se impuso en dos semiclásicas: la inaugural Het Volk y el competido Memorial Samyn. En su siguiente parada, París-Niza, sólo lució en las dos primeras etapas para posteriormente pasar al anonimato. Llegó la clasiccisima, Milán-San Remo: pasó el Poggio con los mejores, estuvo en el grupo… pero no pudo hacer nada ante el poderío de Fabian Cancellara y se hubo de conformar con el tercer cajón del podio. Cerró el mes con un segundo lugar en la Flecha Brabançona ganada por Sylvain Chavanel.
Abril, mes central de la temporada de todo clasicómano, lo era también para Philippe. Sin embargo, pasado de forma, sólo tomó parte en Tour de Flandes, Gante-Wevelgem Amstel Gold Race, y Lieja-Bastogne-Lieja. Sus actuaciones siguieron una línea descendente, desde el 15º lugar de Flandes hasta el 92º de Lieja. Cerró así su primer ciclo de carreras de un día, con el sabor agridulce derivado de sus dulces victorias en semiclásicas y sus amargos fracasos en monumentos.
Pero no se rindió, el 17 de Mayo volvió a la competición en el Tour de la Picarda: segundo en una etapa, octavo en la general. Anónimo en el Circuito de Lorena y el GP de Vennendaal, en la Vuelta a Suiza tuvo un chispazo en la primera etapa (quinto) y otro en la última (segundo). Eso y una discreta participación en el Campeonato de Bélgica constituyó su aproximación a la única grande que completó, el Tour de Francia.
Allí presenció en primera persona la impresionante victoria de Alejandro Valverde en Plumelec: fue segundo por detrás del murciano. Después, el desierto: veinte etapas totalmente desaparecido, llegó a París por pura honra en el puesto 111 de la general. Tal vez fundido, tal vez desmotivado, su participación en el Tour fue totalmente olvidable.
Tras este pequeño revés, Gilbert tuvo una buena prestación en el Campeonato contrarreloj de su país (sexto) y una testimonial aparición en el Eneco Tour. En septiembre, como muchos otros corredores, escogió la Vuelta a España para preparar el final de temporada. No se dio mal: segundo en una etapa, bastante presencia en carrera… Un buen presagio de cara al Campeonato del Mundo…
…Que sin embargo no se cumplió. En Varese nada acabó de ir bien; la selección de Bélgica sufrió una desorganización absoluta dentro de la a priori clara táctica de apoyar a Tom Boonen hasta el final, Gilbert no fue el único que tuvo carta blanca a la hora de luchar por sus propias opciones… Un desastre que se saldó con nuestro protagonista cruzando la meta en 15ª posición.
La siguiente parada, la penúltima de la temporada, fue el Circuito Franco-Belga. Allí, mientras el Arquero Flecha se revindicaba tras su no inclusión en la lista de la selección española para el Mundial, Philippe volvía a tener una gran presencia en carrera que no se tradujo en nada más que en el cuarto lugar de la general. Y después llegó París-Tours…
…Y una victoria de las que no justifican por sí solas una temporada entera, pero casi. Aprovechando la presencia de su amigo y compañero de equipo en Française des Jeux (y en Silence-Lotto el año que viene) Mickael Délage en una fuga formada a veinte kilómetros de meta, Gilbert llegó al grupo de delante y mantuvo a raya al pelotón. Una vez arribados a la Avenue de Grammont de Tours, sorprendió lanzando el sprint desde lejos a dos corredores más rápidos que él (aunque menos conocidos) como son el belga Jan Kuyckx (Landbouwkrediet) y el francés Sebastian Turgot (Bouygues Telecom).
Por delante aún queda el Giro de Lombardía, al cual está preinscrito, para rematar la gran temporada de un ciclista que siempre apuntó alto. Bien lo sabía Madiot cuando lo probó a finales de 2002 haciéndole correr el Tour de Finistére y el Circuito Franco-Belga. Bien lo sabe Marc Sergeant contratándole para Silence-Lotto de cara al año que viene. Philippe Gilbert es clase, potencia y combatividad: tres virtudes difíciles de encontrar juntas en estos tiempos.
Los tres mejores clasicómanos de la temporada
El dominio de la temporada de clásicas recae en estos tres hombres, tres ciclistas con más denominadores comunes de lo que parece
El comienzo arrollador de André Greipel, con cuatro etapas y la general del Tour Down Under. La inusitada combatividad de Cadel Evans en el que puede ser el mejor año de su carrera, con etapas en Andalucía y París – Niza, además de la victoria en la general de la Semana Coppi-Bartali. Los buenos triunfos del ilustre Davide Rebellin, con la general de París – Niza y el Tour de Haut Var. Todos quedan sin duda alguna pequeños ante la enorme temporada realizada por estos tres corredores: Fabian Cancellara, Philippe Gilbert y Sylvain Chavanel. Los grandes nombres de lo que llevamos de año.
La temporada de Fabian Cancellara asombra a propios y extraños. Se conocía su clase, su fuerza, sus condiciones… Pero este año, además, ha surgido en él un hambre de victoria casi impropia para un ciclista que lleva más de un lustro en la auténtica élite mundial. Su año comenzó con la victoria en el prólogo de la Vuelta a California; siguió con dos semanas de ensueño donde se anotó Monte Paschi Eroica, etapa y general de Tirreno – Adriático y, como joya de la corona, su enorme triunfo en Milán – San Remo. Cuenta con 27 años y un margen de progresión evidente, que puede llevarle a la categoría de leyenda en un futuro. Contrarreloj, pavés o mero llano; salvo la alta montaña, nada se resiste al suizo.
El belga Philippe Gilbert marca sus diferencias también en cualquier terreno. Cierta carencia en contrarreloj y falta de recuperación en las carreras por etapas son sus únicos defectos. Y es que con 25 años (26 en Julio) tiene también margen de mejora para convertirse en un corredor muy importante desde el punto de vista de la historia del ciclismo. Esta temporada reúne un impresionante palmarés: dos trofeos y la general oficiosa de la Challenge de Mallorca, dos victorias casi apoteósicas en Het Volk y Le Samyn. En el monumento de Milán – San Remo alcanzó la tercera posición; ayer, en Flecha Brabançona, fue segundo. Clase, combatividad y potencia son sus virtudes; y, lo más importante, las refleja en cada una de sus actuaciones.
Por su parte, Sylvain Chavanel es el primer francés que adquiere la categoría de estrella mundial este siglo. Es el más maduro de los tres, con 29 años; también el más maltratado por una prensa elogiosa que le exigía ser el maillot amarillo del Tour. Sin tener en cuenta que, realmente, sus características establecen que las grandes vueltas no son su terreno. Posee cierta impericia para carreras de más de doscientos kilómetros, lo cual también se evidencia en una capacidad de recuperación entre esfuerzos muy baja. Eso le inhabilita para estar entre los mejores en una gran vuelta. Compensan sobradamente este defecto su genialidad: combativo hasta el extremo, se deja ver en cada carrera y en cualquier terreno. Es capaz de brillar en finales en alto y en contrarrlojes; en carreras de pavé y en perfiles rompiernas. Este año ha acumulado una gran cantidad de puestos de mérito, con victorias de etapa en el Tour del Mediterráneo y París – Niza; además de sus dos bellos triunfos de esta semana en clásicas belgas de prestigio como son A Través de Flandes o Flecha Brabançona. Podría aspirar a ser el ciclista total si no fuera por la citada falta de fondo.
Ahora, estos tres corredores se postulan como los tres grandes favoritos a la victoria en el Tour de Flandes, como lo han sido siempre a lo largo de esta temporada de clásicas que ahora llega a su punto álgido. Deberán luchar entre ellos, además de contra sus limitaciones. Pero no cabe duda de que, mientras pelean, darán un tremendo espectáculo.
Repaso a los favoritos de Milán – San Remo (II)
II – Los outsiders
Este año, la inclusión de la Pomepeiana les da mayor margen. Amplía sus opciones de victoria. Los clásicos Cipressa y Poggio, donde tan importante es la subida como la bajada, constituyen junto al citado Pompeiana el momento en que se jugarán sus bazas, atacando desde lejos; su gran momento, en definitiva. Son aquellos cuyas cualidades están fuera de toda duda, cuya condición física les coloca un punto por encima del resto de ciclistas no-sprinters. Son aquellos que sueñan con imponerse en San Remo, en solitario y por delante del pelotón.
Fabian Cancellara [CSC]
A un nivel diferente, es el próximo Lance Armstrong. El hombre de los siete Tours avasallaba a sus rivales en julio y, como mucho, junio; no sabía [ni quería saber] hacer otra cosa que ganar en los Campos Elíseos. Cancellara, el suizo de CSC que en su día formara parte del memorable GS III de Mapei, es capaz de avasallar a sus rivales en cualquier terreno que no sea alta montaña. Sus cualidades para el llano, el pavé, la lucha en solitario, el plato grande… estaban de sobra acreditadas. Ahora, se unen a la facilidad insultante que ha demostrado para subir muros y colinas de cierta entidad, aunque sea menester para ello sufrir sobre la bicicleta de manera impropia para un ciclista de su clase.
Cuatro victorias jalonan su palmarés este año: prólogo de la Vuelta a California, la novedosa Monte Paschi Eroica, contrarreloj y general de Tirreno – Adriático. Esto constituye una carta de presentación temible para un ciclista capaz de hacer saltar la banca atacando al bravo pelotón en el último kilómetro, como ya hiciera en el Tour 2007 (concretamente, en Compiegne). Así, la reedición de una victoria como la de Tchmil en 1999, con un tremendo demarraje a 500 metros de meta, parece al alcance de su mano.
Alessandro Ballan [Lampre]
Se ha dejado ver con más corazón que cabeza en este principio de temporada, con ataques de pura potencia que dejaban boquiabiertos a sus rivales; estos se limitaban a reorganizarse para cazarle en el llano. Ante él, no había opción a contestar en solitario.
Como puesto de mérito para un ciclista de clase mundial como él solo destaca el segundo lugar de la Monte Paschi Eroica que se adjudicó Cancellara. Sus opciones pasan por el ataque lejano… o incluso el sprint, disciplina donde ha demostrado de sobra desenvolverse perfectamente.
Davide Rebellin [Gerolsteiner]
El veterano clasicómano italiano parece encontrarse ante una de sus últimas oportunidades de triunfar en una carrera que históricamente se le ha resistido; cuarto en 1995 es su mejor resultado. El momento de forma parece propicio, tras adjudicarse el Tour de Haut Var y París – Niza este último mes; el recorrido, con más dureza acumulada, también.
Filippo Pozzato [Liquigas]
Al ‘Príncipe’, con 27 años, le ha llegado la hora de ser Rey. Una reedición de su triunfo en 2006, sorprendiendo a propios y extraños, sería una buena manera de encaramarse al trono. Cuenta con la misma baza de Ballan: poderío suficiente para jugársela al sprint o a la escapada. El Giro de Grosseto y una esperanzadora actuación en Tirreno – Adriático le postulan como un buen candidato a la victoria.
Paolo Bettini [Quick Step]
No inspira la sensación de poder, de respeto, de hace bien poco. Ha demostrado ser humano tras acabar el último la Monte Paschi Eroica, tan solo por la ambición de terminarla; además, su momento de forma parece un tanto precario. Solamente su actitud y su clase innata (que no es poco) le avalan como aspirante al triunfo.
Danilo Di Luca [LPR]
Su exilio en LPR, perjudicado por ese absurdo llamado Pro Tour, hace que Danilo se plantee esta Milán – San Remo con un aire diferente. Sin la presión que implica ser el líder de un gran equipo, podrá llevar a cabo tácticas más “descabelladas”, como el ataque lejano; o esperar a que la carrera se lance para jugársela con más lógica en el desenlace final del Poggio. Los resultados obtenidos no representan su estado de forma, que tiene poco o nada que envidiar al de muchos otros favoritos.
Philippe Gilbert [Française des Jeux]
El belga parece haber perdido ese punto extra, casi mágico, que acompaña al ciclista que además de en forma se encuentra en estado de gracia. Tras sus triunfos en la Challenge de Mallorca, Samyn y Het Volk, un discreto papel en París – Niza hace que sus opciones de victoria en Milán – San Remo bajen enteros.
La segunda fila de outsiders la componen escaladores y clasicómanos cuyo momento de forma no es el ideal; casos como el de Riccardo Ricco’ (Saunier Duval), cuya presencia es dudosa por el momento; o Rinaldo Nocentini (AG2R), cuyo rendimiento en París – Niza fue menor de lo que indica su segundo puesto. También aparecen algunos corredores a los que quizá les falte un punto de nivel para plantear una alternativa real al triunfo, como Sylvain Chavanel (Cofidis), líder un día en París Niza; Joaquín Rodríguez (Caisse d’Épargne), vencedor de etapa en Tirreno – Adriático; o Carlos Barredo (Quick Step), que hizo lo propio en París – Niza.