Cómo se fabrica el esprint perfecto

La concentración de Proyecto CIDi a la cual asistí hace justo un año fue para mí una clase de ciclismo magistral e inolvidable. Me la impartió un hombre llamado Servando Velarde, director del ya desaparecido equipo granadino. En ella aprendí muchos fundamentos técnicos del ciclismo, conceptos que me parecía increíble desconocer ya no como “periodista”, sino como aficionado al deporte de la bicicleta; teorías que no se enseñan en ninguna retransmisión ni en ningún artículo, y sin embargo cambiaron totalmente mi forma de ver muchas carreras…
De todas ellas, la que más me impresionó fue cómo se prepara un esprint. El espectador ve asomar a una fila india de corredores de la misma escuadra que llevan al mejor velocista de todos ellos en última posición y no se cuestiona el por qué de las funciones asignadas a cada ciclista. ¿Qué pinta un rodador justo delante del esprinter destinado a luchar por la victoria? ¿No sería más lógico que esa posición estuviese ocupada por el anterior corredor, un velocista de menor calibre que el esprinter pero mejor que el rodador? ¿Por qué unos ciclistas pasan casi un kilómetro en cabeza y otros apenas doscientos metros?
Observad los kilómetros finales del GP Costa de los Etruscos: a partir de los 4:50, el equipo Liquigas toma la cabeza del pelotón con objeto de poner en bandeja el triunfo a su mejor esprinter para aquella carrera, Elia Viviani. El orden de los vagones de su ‘treno’ es el siguiente: Tiziano Dall’Antonia, Kristjan Koren, Daniel Oss, Davide Cimolai, Peter Sagan, Elia Viviani. O lo que es lo mismo, traduciendo estos nombres a cualidades: rodador, esprinter medio, rodador, esprinter rapidísimo, rodador con gran punta de velocidad, mejor esprinter. Visto así, ya empezamos a deducir un poco la lógica existente tras la configuración de la fila de Liquigas (rodador, esprinter, rodador, esprinter, rodador, esprinter), pero seguimos sin entender por qué Oss pasa tanto tiempo frente al viento y Cimolai no dura ni dos carteles… ¿Cómo explicar esto? ¿Tan bueno es Oss y tan flojo Cimolai?
Durante la preparación del esprint, el ‘treno’ hace un juego de velocidades puntas y medias. No sólo se trata de desplegar la máxima velocidad posible; también hay que emplearse de manera que resulte imposible para otros ciclistas tomar la delantera a la fila de coequipiers. La disposición alternativa de rodadores y esprinters responde a esa lógica. Un velocista lanza al ‘treno’ para poner a los vagones que viajan a su rebufo a la máxima velocidad posible; cuando a los 200 metros este velocista no puede más, se aparta y cede la cabeza a un rodador cuya velocidad inicial es la marcada por su antecesor y va perdiendo poco a poco inercia en un trabajo un poco más largo que finaliza cuando, ya vacío, deja paso al siguiente velocista para que éste embale de nuevo al grupo. El antepenúltimo vagón del tren es un velocista fuerte; el penúltimo, un rodador cuya difícil misión no sólo consiste en mantener la inercia del anterior coequipier, sino también en salvaguardar la posición de privilegio de su esprinter… Es por ello que para esta posición del ‘treno’ suelen priorizase la potencia y la habilidad sobre la velocidad punta.
Desgranemos esto con otro ejemplo reciente aunque no tan ortodoxo. En la segunda etapa del Tour de Qatar, Leopard Trek tomó la cabeza del pelotón a dos kilómetros y medio de meta (aproximadamente, 7:30 del vídeo) con cinco corredores: Fabian Cancellara, Stuart O’Grady, Davide Vigano, Wouter Weylandt y Daniele Bennati. Osease: rodador, rodador, esprinter, rodador con enorme punta de velocidad, esprinter. Faltó un velocista tras Cancellara (seguramente Dominik Klemme, rezagado esa jornada) para lanzar a O’Grady; de hecho, durante el relevo del australiano Astaná y Katusha estuvieron a punto de destrozar el ‘treno’ de la escuadra luxemburguesa. La preparación final del esprint fue, de cualquier manera, perfecta: Vigano’ lanzó a Weylandt, y este a su vez embaló a un Bennati que no supo aprovechar unas circunstancias inmejorables para llevarse el triunfo de etapa; le derrotó el superlativo Haussler…
Con esta luz, también el mítico ‘Treno Petacchi’ de Fassa Bortolo parece más lógico. Su composición por antonomasia, la del magnífico año 2003, ponía en práctica a la perfección el modelo explicado en este artículo: Guido Trenti (rodador), Fabio Baldato (esprinter), Matteo Tosatto (rodador), Alberto Ongarato (esprinter), Marco Velo (rodador), Allesandro Petacchi (esprinter genial). La perfecta adecuación de cada componente del ‘treno’ a su función, junto a la sincronía de los vagones, puso algo más fácil a Petacchi realizar una temporada para el recuerdo…
Es por este tipo de cosas que estoy muy agradecido a Servando: me enseñó a ver de otra manera muchos aspectos del ciclismo. Ojalá no se desanime y consiga sacar a las carreteras un equipo la próxima temporada.
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La joya del Gran Ducado

A principios de marzo de este año, el prestigioso portal Cyclingnews dio por primera vez pábulo al pertinaz rumor que indicaba la creación de una nueva estructura en torno a los hermanos Schleck en Luxemburgo. Desde entonces, la mayoría de estamentos del ciclismo mundial comenzaron a observar con atención los movimientos que se daban en el país centroeuropeo. En especial, un Bjarne Riis que veía con preocupación como sus alumnos aventajados habían decidido desembarazarse de sus rarezas y su pasado para emprender su propio camino. Esos hermanos Schleck que habían pasado la adolescencia deportiva en su Saxo Bank y ahora empezaban a dar réditos. Ese jefe de prensa ejemplar llamado Brian Nygaard. Ese Kim Andersen que había rescatado junto a Kurt-Asle Arvesen del moribundo Team Fakta…
Han sido meses de trabajo en la sombra, o más bien en la tiniebla. La información en torno a la nueva escuadra luxemburguesa llegaba a cuentagotas a los medios, y casi siempre relacionadas con medidas drásticas de un Riis algo desquiciado. La salida de Nygaard, futuro mánager del equipo de los Schleck, no pareció afectar demasiado a la marcha de Saxo Bank. La de Kim Andersen, despedido de la estructura justo antes del Tour de Francia por admitir estar trabajando junto a Nygaard, sí lo hizo. Andersen era quien elaboraba las tácticas de la formación en la carretera y, en el hotel, la autoridad comprensiva que complementaba el nada dialogante proceder de Riis.
Lo que sucedió en el Tour, cómo las órdenes de Riis influyeron decisivamente en el hecho de que Andy Schleck no ganara la gran ronda francesa, colmó el descontento de los hermanos luxemburgueses. Estos confirmaron en los Campos Elíseos, apenas bajado Andy de la bicicleta, que abandonaban a Riis para formar su propia escuadra. El nombre de ésta, un misterio: registrada ante la UCI como Luxembourg Pro Cycling Project, mercantilmente llamada Leopard True Racing… faltaba por saber su denominación comercial, aquella bajo la cual saldría a las carreteras.
Esa, y no otra, fue la gran incógnita de la joya del Gran Ducado de Luxemburgo: la base económica garante de la puesta en marcha de la nueva formación. Según se ha revelado en voz baja, de manera completamente antagónica a cómo se ha anunciado el cambio de dueños de Quick Step, será el acaudalado constructor luxemburgués Flavio Becca quien asumirá el presupuesto de quince millones de euros que requeriría la estructura mediante la fórmula capital-riesgo que ya hizo posible la salida a las carreteras del High Road. O, lo que es lo mismo: Becca inyectaría el dinero y, en caso de que aparezca un patrocinador, lo recibiría de vuelta con intereses.
Los motivos por los cuales Becca se ha interesado por invertir en los hermanos Schleck son obvios. Por un lado, para el empresario es interesantísimo ligar la imagen de su holding, Ikogest, a los que con el paso del tiempo se convertirán en los deportistas más exitosos de la historia de Luxemburgo. Y, de paso, se granjea amistades y buenas miradas en la élite de un país cuyo gran poderío económico se divide en apenas medio millón de habitantes, dando lugar a un microclima donde las relaciones dentro de la clase alta social y financiera son muy estrechas. No hay en su acción, pues, asomo de filantropía ni altruismo… Es, simplemente, una operación rentable.
Respecto a los espónsor que puedan librar a Becca de que su inversión capital-riesgo resulte ser a fondo perdido ha habido decenas de rumores. Sólo se han confirmado los apoyos de Trek, Bontrager y Craft en el apartado de material, más Mercedes en el de vehículos. Para pagar la mayoría de presupuesto y dar su nombre a la escuadra se habla de muchas empresas. La marca de supermercados Auchan parecía la más interesada, pero la opción se desvaneció. Sonó también Luxair, aerolínea estatal luxemburguesa que ya es patrocinadora personal de los Schleck y, parece, conservará este estatus. Fue la semana pasada cuando el diario Le Quotidien apuntó a las empresas de telecomunicaciones Belgacom y Jabra, que por lo pronto no han desmentido las informaciones. Sin embargo, según Velo101 no sólo no hay aún acuerdo, sino que por lo pronto el maillot de la nueva estructura gestionada por Brian Nygaard no lucirá publicidad alguna.
La complejidad del entramado económico del Luxembourg Pro Cycling Project no ha provocado, sin embargo, que se haya descuidado el plano deportivo. En el staff figuran, a las órdenes de Kim Andersen, nombres de reconocido prestigio. El alemán Torsten Schmidt y el danés Lars Michaelsen, ex directores deportivos en Saxo Bank, cumplirán con el mismo rol en la nueva escuadra; de Quick Step llega el Luca Guercilena, prestigioso entrenador y director italiano, buen conocedor de Fabian Cancellara a raíz de la época que compartieron en el histórico Mapei sub 23. Como director técnico ejercerá el portugués Ricardo Scheidecker, ex componente de la ejecutiva del UCI ProTour.
Las líneas maestras apreciables en la composición del staff técnico tienen continuidad en la confección de la plantilla: heterogeneidad, alto nivel… y un pasado relacionado con Bjarne Riis. Ocho ciclistas llegan directamente de Saxo Bank, entre los cuales se incluyen instituciones como Jens Voigt o Stuart O’Grady, gregarios de gran valor como Anders Lund o jóvenes valores como Jakob Fuglsang… pero sobre todo tres corredores de primerísima línea como Fabian Cancellara y los hermanos Schleck.
La sensación de respeto que infunden estos ocho ciclistas se ve reforzada por los otros diecisiete integrantes de la formación, todos ellos hombres de mucho nombre y mejores resultados. Esprinters de postín como Bennati, Weylandt o el jovencísmo Nizzolo; escaladores de gran nivel como Brice Feillu, Gerdemann o Zaugg; rodadores de prestigio como Stamsnijder o Posthuma… Un plantel, en definitiva, de auténtica fantasía que no en vano ha sido número uno en el ránking de méritos deportivos de la UCI. Cabe incluso preguntarse si no llegará a ser perjudicial acumular tantísimo talento en el seno de un mismo equipo…
La confirmación el mediodía de ayer de la incorporación de Fabian Cancellara al Luxembourg Pro Cycling Project ha sido el hecho perfecto para definir lo que significa la nueva estructura centroeuropea en el panorama ciclista mundial. Ni cortos ni perezosos, Nygaard y los Schleck desembolsaron en las arcas de Saxo Bank una cantidad que según Het Nieuwsblad ronda los 1’8 millones de euros para rescindir el contrato del astro suizo y firmarle uno nuevo de tres temporadas. Una inversión desmesurada para reunir el máximo potencial deportiva en torno a los hermanos Schleck, para construir un equipo cuya proyección internacional le convertirá en la joya del Gran Ducado de Luxemburgo.