El Dios inexistente, contra todos en Roubaix

Arrogante y furioso se despachaba Fabian Cancellara el pasado martes en el diario italiano ‘Corriere della Sera’ analizando su actuación en el Tour de Flandes. “Quería hacer algo perfecto. No funcionó, he demostrado ser humano y quizá sea mejor así”. El Dios que ya no existe, como definió el comentarista de ETB Xabier Usabiaga, continuaba con su altiva verborrea, esa que saca a relucir cuando algo le ofende en su calidad de ‘capo’ del pelotón. “Eran cincuenta hombres detrás de mí. Fue un espectáculo y una satisfacción doble: yo corría para ganar y ellos para hacerme perder”. Finalizó el suizo su relato, fanfarrón, con una referencia poco elegante al vencedor Nick Nuyens: “Al final ganó quien estuvo todo el día a rueda. Felicidades a Nuyens, pero para mí un triunfo así no sirve”.
Así es Cancellara, así es el mejor contrarrelojista y rodador del mundo, el hombre cuya presencia imponente comenzó a dar destellos en el recordadísimo Mapei III, conjunto en el cual era por carácter el perfecto antagonista de una rutilante promesa llamada Pippo Pozzato. Se consagró a entrar a la leyenda a partir de un periplo espectacular en Fassa Bortolo, y dio el salto definitivo en Saxo Bank. Allí Riis terminó de transmitirle los conocimientos y el ego necesarios para ser algo más que un campeón.
El conjunto de Riis es así, Contador, cuya figura ya ha encallecido por las circunstancias, lo notará: una fábrica de grandes hombres de ciclismo y de grandes egos. Esa filosofía, de suficiencia y autoestima inoculada por el danés a quienes están a su alrededor, ha acabado por estallarle en las manos y sublimarse en el Leopard Trek del cual Cancellara es orgulloso patrón junto a los hermanos Schleck.
Desde hace unos años Fabian es algo más que un campeón; ha devenido un tótem. Él lo sabe, se nota en su porte sobre la bicicleta, en su caminar por las salidas de las pruebas de las que toma parte. Ello le lleva a protagonizar actos de genuino liderazgo, como aquel vergonzoso parón del Tour de Francia. Es el ‘capo’ y tiene derecho tanto a levantar la voz como a proclamar la omertá. También a amenazar a periodistas a sujeto de aquel rumor sobre el motor de su bicicleta: “Cassani [quien lo destapó en la RAI] nunca se me ha presentado en persona. A Bufalino [autor de un libro sobre el particular] me gustaría ponerlo contra la pared”.
Tras la afrenta sufrida en el pasado Tour de Flandes, aquel todos contra él casi frustrado por su tremenda potencia, Cancellara buscará resarcirse este domingo en la mítica París-Roubaix. Ese escenario sagrado del ciclismo, un templo para este Dios inexistente, por una vez verá reducida su mística a constituir un segundo y definitivo acto de la lucha entre el suizo y el resto. Frente a él estarán Boonen, Gilbert, el hasta ahora decepcionante bloque de Garmin (Hushovd, Haussler, Farrar) y el rutilante de BMC (Ballan, Hincapie, Quinziato), Flecha y sus jóvenes de Sky. También Nuyens el denostado, y Pozzato, otrora enemigo, a quien Cancellara aconseja “empezar a correr”. Y los 27 tramos de adoquin entre Compiègne y Roubaix, incluyendo el resucitado Aulnoy-lez-Valenciennes, de 2’6 km y calificado con las cinco estrellas que otorga ASO a las zonas de máxima dureza, tendrán algo que decir. Por algo son los artífices de que esta prueba sea llamada el Infierno del Norte, escenario de la prueba de fuego para el Dios que no existe.
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Nuyens fue el más listo de un Tour de Flandes memorable

Los días previos al Tour de Flandes son una liturgia de creación de expectativas que, normalmente, no son satisfechas por una realidad tozuda en quitar la razón a la ilusión de los aficionados. Sin embargo, en ocasiones, el ciclismo trasciende y se convierte en mágico por obra y gracia de unos hombres, los esforzados de la ruta, que con sus virtudes y miserias, sus aciertos y errores, sus golpes de suerte y sus infortunios… Convierten una carrera en inolvidable.
La prueba de hoy ha sido un gran ejemplo de esto. Los corredores se han desempeñado con orgullo y coraje, fajándose unos contra los otros y, a su vez, contra una ruta dantesca con más de 250 kilómetros de calzada estrecha jalonada de cotas, pavé y muros.
La batalla ha iniciado muy pronto, con una fuga táctica en la cual Garmin y Sky introdujeron sendos elementos (Hammond y Hunt) para evitar responsabilidades. Siguió con una escaramuza, poco después, donde multitud de segundos espadas de diversos equipos se introdujeron forzando al Leopard Trek del gran favorito, Fabian Cancellara, a asumir el peso de la carrera y quemarse en pos de la neutralización.
Quick Step repitió la táctica de cada Flandes. Dejó a Boonen a rueda de Cancellara y mandó al segundo de a bordo, en este caso Sylvain Chavanel, por delante desde muy lejos. El francés encontró la compañía de un sorprendente Simon Clarke (Astaná) y otros sucesivos acompañantes. El fallo vino cuando Tommeke, ansioso y restando aún cuarenta kilómetros para meta, decidió romper la baraja para eliminar a todos aquellos rivales expectantes de los designios de Cancellara, incluyendo un Gilbert perjudicado por un inoportuno pinchazo.
La aceleración de Boonen fue el interruptor que encendió el motor de Cancellara. El suizo cogió su fusil y machacó al grueso del pelotón primero, a Pozzato después y a un Boonen que ejerció de cazador cazado y renunció a seguir la rueda de ‘Espartaco’, optando por buscar el amparo de un grupo mayor a expensas de la presencia de Chavanel en cabeza de carrera.
Cuando el superclase de Leopard Trek cazó al francés, éste se alojó a su rueda y le negó los relevos. Por detrás, el BMC de Ballan, el Katusha de Pozzato y el Vacansoleil de Leukemans (con un trágico Devolder) tomaron la iniciativa de la caza mientras los hombres de Garmin se escondían, cobardes, pensando en el tercer puesto; otros esperaban y lanzaban pequeñas escaramuzas de dudosa efectividad.
En las inmediacionse del mítico Kappelmuur, uno de los momentos culminantes de la temporada ciclista, la ventaja de Cancellara y Chavanel sobre el grupo de favoritos estaba por encima del medio minuto. Cuando se llegó a la subida adoquinada el suizo, desinflado, fue cazado por un grupo donde aquellos favoritos que veían la carrera perdida se encontraron con una segunda oportunidad e intentaron aprovecharla.
Un Gilbert impulsivo tomó la delantera durante unos kilómetros que le jibarizaron las piernas y fue atrapado definitivamente por Leukemans, Ballan, Hincapie, Flecha, Thomas, el sorprendente Scherinlinckx, Langeveld, Nuyens, Boonen y los quemados Cancellara y Chavanel. Las sensaciones eran desiguales: Ballan parecía fuerte, Flecha se antojaba decidido, Nuyens se escondía, Langeveld se la jugaba sabedor de su pobre ‘rush’.
Finalmente fue un poderoso demarraje de un Cancellara renovado el que decidió la carrera llevándose a Nuyens y un valiosísimo Chavanel, corajudo y siempre atento. Por detrás los equipos, aún llevando como en el caso de BMC y Sky dos corredores en el grupo, vacilaban; por delante había entendimiento, con Cancellara trabajando la parte del león, Chavanel la del ratón y Nuyens ejerciendo de rémora. Flecha y Boonen, los más fuertes del grupo trasero, acabaron por demarrar con impaciencia pero la suerte estaba echada y el triunfo estaba en cabeza.
Cancellara jugó su baza acelerando desde lejos. A casi 350 metros de meta encendió el suizo la mecha, y a punto estuvo a punto de sacar de punto a un Nuyens aparentemente débil y portador de un Chavanel tranquilo. A sólo 150 metros del final el belga de Saxo Bank remachó a Cancellara y, entonces, Chavanel cometió su error buscando la rueda suiza en lugar de la belga. Fracasó y, cuando intentó remontar, se quedó sin tiempo y sin espacio.
Nuyens consiguió, de esta manera, un triunfo inesperado que viene a refrendar que la arriesgada apuesta de Bjarne Riis fichándole como líder de Saxo Bank para las clásicas tras varias temporadas oscuras no era tan descabellada. El belga se llevó se ha llevado ya una A Través de Flandes agónica y, con esta victoria en De Ronde, confirma sus excelentes sensaciones.
Sin embargo, más allá del cajón más alto del podio, el segundo y el tercero de la carrera han sido los verdaderos protagonistas del día. Cancellara con su ataque, aun desaforado y desafortunado; Chavanel con su atención y sus infinitas fuerzas, aun marradas en la parte final… Han dignificado el ciclismo y elevado el espectáculo a un nivel insospechado y existentes únicamente en la imaginación de los aficionados más optimistas para configurar un Tour de Flandes histórico donde Nuyens fue el más listo.

La Quiniela de Flandes

Este domingo se disputa el Tour de Flandes, segundo Monumento de la temporada de clásicas y primero en el cual aparece el temible pavé, elemento durísimo para las piernas de los corredores cuya sublimación llegará el domingo 10 en la terrible París-Roubaix. Pero antes podremos disfrutar de 254 kilómetros, unas siete horas, de auténtica devoción por las carreteras y caminos flamencos, jalonadas como siempre de pequeñas cotas y adoquines, cuyo clímax arriba en el mítico Kappelmuur, con menos de una veintena de kilómetros por recorrer hasta la meta de Meerbeke… Quienes salgan de allí por delante tendrán gran parte de la carrera resuelta a su favor.
Leed y disfrutad esta “quiniela” con los principales nombres que se implicaran en la lucha por el Tour de Flandes e imaginad cuál podría ser el desarrollo de una carrera cuyos prolegómenos valen casi tanto como su disputa en sí.
Primera línea
Fabian Cancellara Indiscutible favorito número uno, el suizo llega a Flandes en su más absoluto pico de forma. En el Gran Premio E3 Harelbeke demostró que su ‘modus operandi’ sigue siendo el mismo, brutal y sencillo: demarrar en un momento de aparente calma, pillar al resto de favoritos desprevenidos y encender la moto hasta meta. Nadie pudo con él el pasado sábado, ni tampoco el año anterior en Flandes y Roubaix. Su punto débil es un Leopard Trek con ciertas carencias para las clásicas adoquinadas.
Tom Boonen El ‘flandrien’ por excelencia busca imponerse por tercera vez en De Ronde. Para ello cuenta con un recorrido que conoce a la perfección y un estado de forma casi óptimo que le llevó a ganar el pasado fin de semana la prestigiosa Gante-Wegelvem. Otro punto a su favor es su punta de velocidad que, si bien se ha visto limada con los años, sigue siendo superior a la de casi todos sus rivales.
Philippe Gilbert Aspira a ser el segundo valón de la historia en ganar el Tour de Flandes tras Criquelion después de varios años disparando al palo. Su estado de forma es envidiable, como demostró en Tirreno-Adriático y Milán-San Remo, y su adaptación al pavé más que aceptable. La introducción de más subidas en el trazado de la prueba jugaría a su favor.
Segunda línea
Allesandro Ballan El italiano parece haber dejado ya atrás la maldición del ‘arco iris’ y vuelve a pedalear con fuerza y esa característica falta de clase. Para ganar está obligado a ser valiente, dado que su punta de velocidad no es extraordinaria y en esfuerzos largos probablemente esté por debajo de otros favoritos. A su favor está contar con un equipo, BMC, repleto de buenos elementos capaces de mover la carrera desde lejos e incluso trabajar para él con efectividad como son Van Avermaet, Burghardt, Hincapie, Kroon, Quinziato… Los auténticos ‘dark horses’ de los adoquines
Sylvain Chavanel El segundo espada de Quick Step (tras Boonen) ha sido señalado por el tres veces ganador en Flandes Johan Musseuw como favorito para repetir las prestaciones de Devolder en 2008 y 2009, aprovechando la vigilancia entre los favoritos para dar la sorpresa con un ataque lejano. Lo cierto es que la leyenda belga no anda muy descaminada. Sylvain lo tiene todo para emular las proezas de Stijn: experiencia, calidad, valentía y un estado de forma excepcional, demostrado con un cuarto puesto en los durísimos Tres Días de la Panne.
Stijn Devolder El campeón belga aún no ha hallado el golpe de pedal esta campaña. Todas sus prestaciones han sido mediocres para el palmarés ostentado, auténtico baremo para valorar las actuaciones de un corredor cuyos mayores triunfos han sido tan espectaculares como inesperados… Motivo por el cual es mejor no descartarle para el domingo. A su lado, en el combativo Vacansoleil, estarán Bjorn Leukemans (cuarto el año pasado) y Lieuwe Westra, potentísimo rodador que viene de marcarse una gran actuación en la Panne.
Thor Hushovd El actual campeón del mundo no ha tenido una aproximación demasiado rutilante al Tour de Flandes, lo cual no deja de ser una mala señal. Sin embargo, cuenta con la calidad y la experiencia necesarias para rayar a buen nivel el domingo. Además, tiene un valioso consejero en Peter Van Petegem (asistente de su escuadra estas semanas) y un buen equipo para apoyarle, Garmin – Cervélo, con compañeros como…
Heinrich Haussler El australiano tiene buenas piernas y gusto por esta carrera. Ya fue segundo en 2009 tras Devolder y aspira a mejorar su actuación. Su cualidad diferencial respecto al resto de integrantes de la segunda línea es su polivalencia. En caso de que su compañero Farrar (a quien dediqué un artículo ayer) anduviera bien, la táctica de Garmin le impulsaría a realizar un ataque lejano; si el americano no se encontrara en su mejor día, Haussler tendría permiso para reservarse pensando en un posible esprint.
Daniel Oss El italiano lleva toda la campaña deslumbrando en el calendario italiano, lo cual ha favorecido que no se generen muchas expectativas sobre él. De hecho, la mayoría de focos dirigidos hacia el equipo Liquigas se centran en el jovencísimo Peter Sagan, debutante en De Ronde y candidato a brillar en el futuro… Pero, sin duda, el número uno del potente equipo verde para esta edición del Tour de Flandes es el prodigioso Oss, que el año pasado condujo el esprint de Milán – San Remo con sólo 23 años y es un auténtico enfermo de las piedras.
Filippo Pozzato El corredor de Katusha llega precedido de cierta polémica que en los últimos días ha desembocado en su “enemigo” Gilbert instándole a “marcar a Cancellara para hacerle perder Flandes”. Será el puntal conservador de un Katusha muy guerrero, con Hoste, Ivanov ó Gusev dispuestos a forzar al máximo el ritmo de la carrera.
Juan Antonio Flecha Como siempre, el ‘Arquero’ tiene ganas de rayar al máximo nivel en las pruebas de las cuales está enamorado. Sin embargo, el golpe moral recibido en la Omloop Het Nieuwsblad (donde fue derrotado por Langeveld a pesar de ser claramente más fuerte que el holandés) podría pesarle en las piernas. De hecho, el catalán ya ha rebajado sus ambiciones y dice conformarse “con un podio”. A su lado tendrá tres jóvenes que constituyen deliciosas incógnitas como son Edvald Boasson Hagen, Geraint Thomas e Ian Stannard.
Nick Nuyens Parecía enterrado tras sus decepcionantes temporadas en Cofidis y Rabobank (en las cuales consiguió, eso sí, un podio en Flandes 2008) y el reto encomendado por Bjarne Riis de sustituir a Cancellara como líder de Saxo Bank en las clásicas se antojaba excesivo para él. Pero la realidad se empeña en llevar la contraria a los teóricos, y Nuyens dejó caer una excelente actuación con victoria incluida en A Través de Flandes para revindicar un lugar en la élite. Asaltar la victoria en Flandes parece demasiado, pero es probable que esté en la pomada.
Las sorpresas
Hay un montón de corredores capaces de dar la sorpresa y aparecer en el grupo de los mejores en determinados momentos de la carrera. Para empezar, tres equipos potentes como Rabobank, HTC y RadioShack cuentan con buenos ‘outsiders’ en las figuras de Lars Boom y Sebastian Langeveld en el caso de los holandeses, Jan Ghysellinck en el de los americanos y el potente Sebastian Rosseler en el de la escuadra de Bruyneel.
Respecto a los conjuntos profesionales invitados, siempre hay algún integrante de estos que se codea con los gallos. Landbouwkrediet tiene dos expertos sólidos como Fréderic Amorison y Bobbie Traksel, Totsport cuenta con el combativo y talentoso Steven Van Vooren y Skil-Shimano, por su parte, lleva a un Bert De Backer cuya lenta y silenciosa progresión oculta un corredorazo para el pavé. Punto y aparte es un FDJ cuyo principal líder, Yoann Offredo, cayó lesionado en los pasados Tres Días de la Panne merced a un fotógrafo imprudente. Sin embargo, Madiot tiene en sus filas a otros dos corredores que han lucido al máximo en citas previas como son Steve Chainel y Dominique Rollin… y cuya combatividad está asegurada.

Las flojas perspectivas del Saxo Bank de Contador

En la parte oriental de la isla de Fuerteventura se yergue Playitas Resort, un enorme complejo hotelero construido en 2006 en el pueblo pesquero de Las Playitas aprovechando la baja densidad urbanística existente alrededor y los más de 900 metros de playa propiciados por la bahía homónima. Ahí se ha ido el equipo Saxo Bank para hacer su tradicional concentración invernal, encabezado por su propietario Bjarne Riis y su líder Alberto Contador: a 1622 kilómetros de Madrid…

Tierra y mar de por medio. Alberto Contador necesitaba alejarse de habladurías, rumores, especulaciones y afrentas para reencontrarse, consigo mismo y con la tranquilidad que abandonó hace unos años su carrera deportiva. Allí, en Fuerteventura, el pinteño ha conocido a los integrantes de su nueva escuadra, a la que llegó atraído por el prestigio y la seguridad ofrecidos por Bjarne Riis y espoleado por el poco acogedor ambiente de su ya casi ex equipo Astaná. Desde el domingo 28 lleva envuelto en una serie de actividades deportivas y dinámicas grupales junto a sus compañeros de Saxo Bank, algo distantes de los primigenios campamentos de supervivencia organizados en bosques daneses por Riis junto a un antiguo boina verde, pero con idéntico fin: generar sinergias y complicidad entre los diversos miembros del bloque.
Bloque. De nuevo, un invierno más, la palabra clave de la especulación deportiva en torno a Alberto Contador. En el invierno de 2009 se habló mucho en torno a la posible fragilidad del Astaná que debía respaldar al superclase madrileño. Conforme iba avanzando la temporada, el runrún se fue avivando gracias a las actuaciones del conjunto y a las declaraciones del propio Contador admitiendo estar “protegiendo” de un desgaste prematuro al bloque debía salvaguardar sus opciones en el Tour. Finalmente, sin embargo, no se cumplieron los pronósticos; bien al contrario, Astaná fue la mejor formación en cuanto a rendimiento de los gregarios, con especial brillo de unos superlativos Navarro y Tiralongo.
A pesar de la contundencia con la cual se zanjó la discusión sobre Astaná en 2010, el escrutinio al Saxo Bank de 2011 está servido. La estructura dirigida por Bjarne Riis está lejos de mantener el potente conjunto de años pretéritos, cuando era favorito en cualquier competición donde estuviera presente. Once bajas han mermado su potencial de una manera significativa. Ocho corredores (incluyendo sus tres líderes, Frank y Andy Schleck, junto a varios gregarios clave) se han ido al flamante Luxembourg Pro Cycling Project, mientras por otra parte se ha retirado un tótem como Frank Hoj y han emigrado dos potenciales clasicómanos de renombre como Matti Breschel (a Rabobank) y Alex Rasmussen (a HTC-Columbia).
Las altas no han compensado, ni de lejos, las pérdidas supuestas por las bajas. Han llegado tres hombres poco curtidos y sin proyección significativa como Mads Christensen, Manuele Boaro y David Tanner; corredores venidos a menos como Gustov (ex Cervélo), Nuyens (ex Rabobank), Vandborg (ex Liquigas) y Tosatto (ex Quick Step). Y, formando parte del mismo paquete que Contador, tres gregarios solventes como Benjamín Noval, Jesús Hernández y Dani Navarro.
Mimbres, en definitiva, insuficientes por sí solos para sostener el nivel de una escuadra históricamente dominante como Saxo Bank; insuficientes, también, sumándoles aquellos ciclistas que continúan de la temporada pasada. Del ‘nueve’ presentado por Riis en el Tour 2010 sólo siguen en el equipo Chris Anker y Nicki Sörensen, el primero joven escalador en progresión y el segundo veterano gregario todoterreno. Aparte, como nombres significativos, quedan los velocistas argentinos Juan José y Lucas Haedo, el rodador australiano Baden Cooke (posible ‘capitano’ para las grandes vueltas la próxima campaña), el contrarrelojista Gustav Erik Larsson y el prometedor vueltómano Richie Porte, que ha pasado todo el invierno forzando su salida del equipo sin éxito.
Las proyecciones no son excesivamente buenas, ni para Contador de cara a contar con un bloque fuerte en el Tour ni para el equipo en general. En las clásicas de primavera, por ejemplo, Saxo Bank distará de poseer dos bazas ganadoras como eran Breschel y Cancellara y se jugará todo a la carta de Nick Nuyens, un teórico especialista en pavés que sólo ha acabado dos veces entre los diez primeros de Tour de Flandes o París-Roubaix en sus nueve campañas como profesional.
En grandes vueltas, eso sí, las perspectivas son algo más halagüeñas para la formación danesa. Porte demostró en el pasado Giro, donde fue séptimo, capacidad para liderar al equipo en aquella ronda de tres semanas que Contador decida no disputar. Larsson, los Sörensen y el trío de gregarios españoles, junto a algún rodador como Cooke, Vandborg o Tosatto, pueden conformar en condiciones normales un bloque decente para arropar a Contador durante su defensa del maillot amarillo conseguido en 2010. El problema puede venir en el momento en el cual la carrera se tense de verdad, con súper estructuras como Liquigas o Luxembourg Pro Cycling Project atacando como si no hubiera mañana para buscar la sorpresa, planteando batalla desde lejos o simplemente forzando el ritmo del pelotón. En cualquiera de esas circunstancias, la solvencia del bloque de Saxo Bank sí quedaría en entredicho…
… A priori. Nunca se sabe cuál será el desempeño del equipo hasta que no llegue la carrera a poner en su sitio a cada uno. Nunca se sabe el efecto que pueda tener en los coequipiers de Contador una preparación física adecuada o la moral aportada por saberse defensores de las opciones del mejor ciclista del mundo. Nunca se sabe, en realidad, cómo será la actitud de los adversarios ni su rendimiento. Es imposible prever con exactitud si el Saxo Bank de Alberto Contador funcionará de maravilla o de pena. Sin embargo, sí se pueden establecer perspectivas… y éstas son más flojas de lo deseable.
Foto: Tim De Waele – Saxo Bank

Favoritos para París – Roubaix

Una lista con los principales nombres… y algunas posibles sorpresas
Fabian Cancellara (CSC) Qué decir del superclase suizo que no se haya dicho ya. En su contra juega el hecho de que quizá llegue algo pasado de forma a la cita francesa; sin embargo, lleva unas semanas en las cuales se le ha visto reservón, guardando chispa para levantar mañana el preciado adoquín por segunda vez en su carrera.

Stuart O’Grady (CSC) Este año no llega con el mismo golpe de pedal que en 2007, cuando proveniente de una fuga que aparentemente no iba a ningún lado, consiguió llegar triunfante al velódromo de Roubaix.

Matti Breschel (CSC) A sus 23 años, el danés parece listo ya para dar un buen rendimiento en Roubaix. Fue 14º el año pasado y llega en un estado de forma que le señala como candidato a brillar mañana.

Juan Antonio Flecha (Rabobank) Después del buen trabajo realizado a favor de Freire en Gante – Wegelvem y, sobre todo, de su tercer lugar en el Tour de Flandes, no cabe duda de que ‘De Pijl’ es uno de los grandes favoritos para el triunfo. Máxime cuando cuenta con experiencia de sobra en el ‘Infierno del Norte’.

Sebastian Langeveld (Rabobank) Un carrerón como el que realizó en Flandes postula a cualquiera como favorito. En su contra está el hecho de que la carrera de mañana será su debut en Roubaix.

Steffan Wesseman (Collstrop) Claramente en el ocaso de su carrera, este año no ha tenido ninguna actuación digna de mención. Sin embargo, el año pasado tampoco atesoraba un bagaje mucho mayor y se plantó tercero en el velódromo de Roubaix…

Leif Hoste (Silence – Lotto) Después de que la mala suerte le persiguiera en Flandes y de no haber cosechado unos resultados excesivamente buenos esta temporada no llegará en el mejor momento moral a la salida de Compiègne; sin embargo, ha demostrado buenas piernas y conoce perfectamente la carrera.

Greg Van Avermaet (Silence – Lotto) El año pasado, con apenas 22 primaveras y en su debut en París – Roubaix, ya fue 29º. Este año, con más experiencia y tras ser octavo en Flandes, parece capacitado para ser una de las grandes sorpresas de la carrera.

Filippo Pozzato (Liquigas) El príncipe es un gran ciclista al cual le falta esas ganas de sufrir que distingue a los ‘clases’ de los ‘superclases’. Por ello, no es París – Roubaix la carrera que mejor se adapte a sus capacidades; pero jamás hay que descartar que un momento de inspiración le catapulte hacia los puestos de honor.

Enrico Franzoi (Liquigas) No llega en un gran momento, pero al mejor corredor de ciclocross de Italia. El año pasado, supeditado a Alessandro Ballan, fue octavo; en esta ocasión tendrá libertad para evolucionar a su libre albedrío y podría llegar muy alto.

Tom Boonen (Quick Step) Otro hombre al cual podemos darle la consideración de superclase. Se comenta, además, que al reanudar su relación con su antigua novia ha sufrido un golpe moral positivo. Trivialidades aparte, no cabe duda de que el rodador de Mol es siempre un favorito para la carrera donde, con apenas 22 años, se dio a conocer siendo tercero en su temporada de neoprofesional. Además, parece llegar en buena forma a la cita.

Stijn Devolver (Quick Step) Después de la exhibición llevada a cabo en el Tour de Flandes no cabe duda de su excelente estado de forma. Ya el año pasado tuvo una beuna actuación (18º), así que no se le puede descartar para nada.

George Hincapie (High Road) Desde su debut en 1994 ha mantenido una relación de amor y odio con el pavés de París – Roubaix. Ante él se presenta una de las últimas oportunidades de consumar por fin su deseado triunfo en el mítico velódromo de Roubaix… sino la última. Llega en un estado de forma muy bueno.

Servais Knaven (High Road) A este excelente gregario siempre se le recordará por su inesperado triunfo en la París – Roubaix de 2001. Posiblemente sea la última vez que participa en esta carrera, por lo cual es de esperar que quiera despedirse de ella con un buen sabor de boca.

Alessandro Ballan (Lampre) Otro de los grandes favoritos. Fue tercero en la edición de 2006, nadie duda de su capacidad como rodador y sobre los adoquines… Además, goza de un estado de forma casi privilegiado y de una punta de velocidad que le hace ser favorito en caso de llegar al sprint; sólo le superaría Boonen.

Fabio Baldato (Lampre) Será la última vez que se enfrente a su segunda carrera favorita (la primera es Flandes). Aunque estará al servicio de Ballan, no sería descartable que se colara en el ‘top ten’.

Nick Nuyens (Cofidis) A pesar de que jamás ha destacado en París – Roubaix, no es ni mucho menos aventurado considerarle como outsider al triunfo. Tiene buenas condiciones de rodador y supera con nota el pavés; le falta suerte y, quizá, equipo para aspirar a la victoria. Sin embargo, llega en buena forma.

Martin Elmiger (AG2R) El suizo ha dado ya el salto de calidad definitivo. A sus treinta años parece además poseer buenas piernas, lo cual le habilita para llegar al ‘top ten’.

Arnaud Coyot (Caisse d’Epargné) Según me explicó a principios de temporada, “espero obtener una plaza entre los diez primeros en Roubaix. Ganar es muy difícil, pero creo que estar entre los diez primeros es factible”. Arnaud es un buen rodador, con experiencia en el Infierno del Norte y que, además, llega en un estado de forma bastante decente. Podría ser la gran sorpresa de la carrera francesa.

Nico Eeckhout (Topsport Vlaanderen) ‘Rambo’ es un outsider para cualquier clásica. Y, a pesar de no haber destacado nunca en Roubaix, no se le puede descartar…

Thor Hushvod (Credit Agricole) Es, tras Cancellara y Boonen, el corredor más potente de todo el panorama ciclista actual. Aunque parece haber olvidado en los últimos tiempos su faceta de clasicómano (no en vano fue 9º en Roubaix’05), tampoco se le puede eliminar completamente de las quinielas.

Magnus Backstedt (Slipstream) El ganador sorpresa de la París – Roubaix de 2004 parece estar reencontrándose en el novedoso Slipstream. Aunque siguen quedando lejos sus mejores tiempos, mañana podría revindicarse en su vuelta al alto nivel.

Martijn Maaskant (Slipstream) Posiblemente sea el nombre más desconocido de todo este artículo; sin embargo, puede ser la gran revelación de mañana. Formado en Van Vliet, maduró en el filial de Rabobank y ahora comienza a dar frutos Slipstream. Posee excelentes condiciones de rodador y no se desenvuelve nada mal en adoquinado como demostró el domingo pasado en Flandes.