Las reacciones de los corredores

Los corredores se quejan por haber tenido que competir en estas condiciones. El ganador, Janez Brajkovic, define la jornada como «el día más duro» de toda su carrera deportiva, y aporta un par de frases estremecedoras: «Desde el primer puerto seguíamos tirando sólo para seguir vivos» y «Si hubiéramos hecho la etapa entera no habría podido terminar». Stefan Denifl hablaba de «sentirse helado aun después de 20 minutos bajo la ducha»; Wilco Keldermann, de “temblar por el frío hasta el punto de no poder controlar la bicicleta en el descenso”. El joven francés Thibaut Pinot calificaba la etapa como “absurda”, mientras Levi Leipheimer la tildaba de “indescriptible” y “una demostración de que debería ser obligatorio planificar una ruta alternativa”.
Luis Ángel Maté ha sido el más vehemente: «Hoy he pasado uno de los peores días de mi vida encima de la bici. Ni épica ni hostias: esto no es ciclismo. ¡Sobre la bici vamos personas! Ver a corredores temblando de frio, tiritando, sin poder moverse… ¿Esto qué es?». Mickäel Chérel, segundo hoy y líder de la general si se hubieran tomado en cuenta los resultados, decía estar “extramadamente decepcionado”. Por último Thomas Peterson, envuelto en la caída del kilómetro 5, acusaba de provocar ésta a “un coche aparcado en la carretera” por la cual discurría la prueba.
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Wiggins, Horner y Leipheimer no van a ganar el Tour

No hay noticia en una victoria de Cavendish en una etapa completamente llana en cuyos veinticinco últimos kilómetros apenas sí hay media docena de curvas. Su HTC es pura precisión, y las condiciones ideales de hoy favorecieron una prestación milimétricamente perfecta. Velits, Eisel, Martin, Goss y Renshaw cumplieron a la perfección con su labor y dejaron a Manx Express lanzado a 200 metros de meta con la única misión de acelerar un poco para contrarrestar el potente esprint planteado por André Greipel (cara al aire durante 300 metros, pura ansia de resarcimiento) y mantener a raya a un Alessandro Petacchi que optó por seguir la rueda del británico en lugar de por su característico demarraje largo. Triunfo fácil para Cavendish y nuevo entorchado verde para un José Joaquín Rojas cuyas limitaciones en las ‘volatas’ puras, de velocidad y tentetieso, quedaron hoy en evidencia. El murciano debe jugar otras bazas para imponerse en la clasificación de la regularidad; lo sabe y lo está haciendo con cierto éxito.
Las novedades no se hallaron en la resolución de la etapa, sino en los kilómetros anteriores. Faltando algo más de una treinta para el final, una caída a mitad del pelotón dejó fuera de juego a una parte importante del mismo, afectando a potenciales contendientes a la ‘volata’ final (Tyler Farrar, Edvald Boasson Hagen) y también a favoritos para la general. Ante el inmediato tirón en el pelotón de supervivientes, forzado entre otros por un Leopard Trek inmisericorde y con el insólito ‘fair play’ de muchos de sus ciclistas en Stockeu completamente olvidado, Levi Leipheimer (RadioShack) logró concluir con sólo tres minutos de pérdida; su coequipier Chris Horner, mucho más magullado, llegó último a más de doce. Peor suerte corrió un Bradley Wiggins (Sky) que integró, junto a Rémi Pauriol (FDJ, esperado atacante en las etapas de media montaña) y Tom Boonen, la lista de abandonos del día.
El líder del conjunto Sky fue, sin duda, el más dramático de los damnificados de hoy. La escuadra británica había puesto todas sus esperanzas, después de la valiosa victoria de etapa de ayer, en sus opciones de concluir en buena posición en la general. Sirva como muestra el hecho de que la totalidad del equipo se retrasó con la vana esperanza de que pudiera reemprender la marcha, ignorantes de su clavícula fracturada. La baja de Wiggins deja a Sky sin un referente claro y aparentemente fiable de cara a París como era el reciente ganador del Dauphiné, cuarto en el Tour hace dos años. Su testigo podrían recogerlo el intermitente Rigoberto Urán, el sólido Geraint Thomas o incluso un Edvald Boasson Hagen al cual no se establecen límites, a pesar de ser frágil a priori en la alta montaña. Contaran con el inevitable hándicap de tener que cambiar el chip de improviso y los tres minutos de pérdida acumulados en el día de hoy.
Respecto de RadioShack, los sucesos perjudiciales acaecidos las jornadas precedentes parecen haberse extendido más allá de esos días lluviosos donde perdieron a Brajkovic. Con la prácticamente segura baja de Horner pierden a un hombre que, dejando aparte de una elevada autoconfianza que le llevó a afirmar que sólo Contador estaba por encima suya en montaña, auguraba una prestación buena y sobre todo bastante expectación. Por otra parte, los cuatro minutos y medio de desventaja acumulados por Leipheimer alejan definitivamente al veterano ciclista estadounidense de las posiciones de privilegio y le obligan a replantear cuando menos su táctica y quién sabe si también su rol de cara a una mayor recompensa para su desempeño.
En definitiva, las desdichas dejan a Andreas Klöden como único candidato de RadioShack indemne, presto y dispuesto para luchar por la general del Tour de Francia. Frente a él, en el aperitivo de mañana en SuperBesse (primer final en alto más o menos serio donde los escaladores contaran con verdadera ventaja respecto de los hombres potentes), estarán los inevitables Contador y Andy Schleck, el superlativo Evans que bien podría romper el esperado duopolio del madrileño y el luxemburgués, y un nutrido grupo de candidatos a sorprender (o al menos resistir lo máximo posible) encabezado por Robert Gesink, Jurgen Van der Broeck, Alexandre Vinokourov e Ivan Basso. La lucha empezará a partir de mañana, con una nueva jornada de la cual quizá extraigamos el nombre de algún ciclista más que no va a ganar el Tour pero pocas certezas más. Al fin y al cabo, esta carrera en sus primeros compases es pura resistencia. Y supervivencia.

Delante y detrás de la lluvia

Delante de la lluvia que acompañó durante la práctica totalidad de la jornada de hoy al pelotón viajó durante gran parte de la etapa una fuga de cinco esforzados de la ruta que, puro coraje, se lanzaron a por todas desde el inicio de la jornada. Un contrarrelojista cuya clase viene anunciada desde hace años, Adriano Malori de Lampre; un colombiano atípico de Cofidis, Leonardo Duque; una verdadera fuerza de la naturaleza en busca del gran resultado que le saque a la palestra, Anthony Roux de FDJ; dos ciclistas que, siguiendo la idiosincrasia de su equipo (Vacansoleil), atacan sin temple y la mayoría de veces sin beneficio, Johnny Hoogerland y Lieuwe Westra.
Avanzaron juntos, mojados pero no empapados, protegidos por el viento de cola, hasta el momento en el cual se rompió su entendimiento. Se atacaron entre sí, como si no fuera suficiente con la agresión de la lluvia, hasta que sólo quedó en cabeza el homérico Malori. Buscaba atraer hacia el maillot blu-fucsia los ojos de unos aficionados que difícilmente volverán a observar la prenda con atención, toda vez que su principal esprinter Alessandro Petacchi se ha diluido en el aluvión de jóvenes velocistas y su líder para la general Damiano Cunego parece destinado a ser arrastrado por la corriente a las catacumbas de la clasificación con el paso de los días y el inicio de las hostilidades entre los grandes favoritos. La empresa de Malori naufragó a menos de cinco kilómetros de meta…
Detrás de la lluvia, lejos del pelotón, se quedaron multitud de hombres cuyo pecado consiste en no haber estado donde debían cuando debían. Errores de colocación, despistes propios o ajenos… resultan en caídas y cortes que merman las prestaciones. Y la salud, claro. Ciclistas ya debilitados, como Chavanel, Boonen, Intxausti o Amador, se quedaron descolgados por diversos incidentes y tuvieron que resentirse de sus heridas lejos de la cabeza de carrera, junto al habitual bloque de gregarios de un Contador que llegó solo en el pelotón, huérfano de coequipiers, y trató de buscar pelea en el repecho final sin fortuna. Aún más abandonado, náufrago en medio de la lluvia, quedó un Kiryienka cuya tardía llegada a meta fue saludada por los comisarios del Tour de Francia con un fuera de control.
Los perjudicados más significativos de estos días donde la lluvia está haciendo acto de presencia para provocar la marejada en el seno del pelotón están siendo, sin duda, los hombres del conjunto RadioShack. Johan Bruyneel presentaba cuatro posibles líderes en la salida de Vendée, potenciales top10 e incluso aspirantes al podio: Janez Brajkovic, Levi Leipheimer, Chris Horner y Andreas Klöden. Sólo los dos últimos se mantienen indemnes, secos de percances reseñables. Leipheimer perdió de vista la lluvia de hoy con una caída cerca de meta que le ha costado algo más de un minuto de pérdida; Brajkovic ni siquiera llegó a verla, sepultado ayer por una escalofriante caída que le fuerza a poner sus miras en la próxima Vuelta a España para evitar que su hoja de servicios de esta temporada quede en blanco.

De entre la lluvia, siguiendo la rueda de un Bauke Mollema valiente y quimérico, apareció Geraint Thomas con su maillot de mejor joven; reconocimiento para un corredor tan bisoño como polifacético, con tantos años por delante como posibilidades de deslumbrar en un futuro. A su rueda otro prodigio: Edvald Boasson Hagen. Coequipiers en Sky, talentos solapados entre sí por fuerza y ambición, pero complementarios por cuanto uno (Thomas) aporta la consistencia y el otro (Boasson Hagen) pone el instinto ganador, ese que le lleva a atesorar 52 victorias en seis años como profesional (11 de ellas en el ProTour) con sólo 24 años. El galés lanzó al noruego, y éste sencillamente mantuvo a raya a su compatriota Thor Hushovd y el minusvalorado Matthew Goss. Triunfo sensacional para un vikingo destinado a coleccionar trofeos en todas las circunstancias posibles y por muchos años, llueva o truene por el camino.

Fotos: Cyclingnews y Movistar Team

Los cortes de la Navaja de Occam

Arueda.com

La navaja de Occam es un instrumento empírico que sirve como base a cualquier razonamiento lógico. Lejos de ser un instrumento físico, es una máxima cuyo nombre radica en que corta de raíz cualquier divagación e hipótesis demasiado complicada. Establece la preponderancia de lo simple con el siguiente postulado: “La interpretación más sencilla es probablemente la correcta”.

En ciclismo no hay carrera más sencilla que la contrarreloj: un recorrido que cada participante completa individualmente con el objetivo de hacerlo en el menor tiempo posible. Determina la fortaleza física del corredor mucho mejor que la montaña, donde hay cierto componente mental; mucho mejor que el sprint, donde hay una parte importantísima de trabajo de equipo; mucho mejor que el terreno de las clásicas, donde la táctica juega un papel decisivo. Aquí todo es muy sencillo, es la lucha en igualdad total de condiciones, la navaja de Occam corta muy bien.

La crono de hoy parecía sacada de otro tiempo. Acumulaba una longitud de sesenta kilómetros, propia de cualquier carrera del género en cualquier gran vuelta, pero la sazonaba con dos puertos de montaña que proporcionaban una dureza descomunal. Para muestra, los 17 minutos y 50 segundos de retraso que ha acumulado en meta el último clasificado, Óscar Gatto (ISD), con respecto del ganador Denis Menchov.

El ruso de Rabobank ha sido, sin duda, el gran beneficiado de hoy. Inició el día a 1’20” de la ‘maglia rosa’ que llevaba Danilo Di Luca y lo acabó con ella puesta y 34” de renta. Menchov es un corredor fortísimo, dominador en las contrarrelojes y capaz de lo mejor (Alpe de Siusi) y lo peor en la montaña, a causa de una debilidad mental que le hace hundirse cuando ve alguien superior a él en la carretera. Eso le hizo no ganar el Tour del año pasado, donde también acusó un poco de mala suerte, si bien no le ha impedido ganar una Vuelta a España, la de 2007, en la que avasalló desde otra crono (Zaragoza) hasta el final.

Sin embargo, ahora Menchov se enfrentará a otro problema que no es de mentalidad a la hora de defender el liderato. Se trata del equipo. Rabobank ha traído una alineación más bien débil, sobre todo a la hora de subir, que tiene además el hándicap de haber perdido a su ‘capitano’ en ruta, Pedro Horrillo, debido a una caída. Sólo Laurens Ten Dam (19º en la general), Mauricio Ardila (48º) y Dimitri Kozontchuk (79º) si se encuentra en sus mejores días parecen capaces de resistir hasta el último puerto con el ruso. Los acontecimientos pueden sobrevenir, sobre todo, con un ataque lejano en una de las numerosas etapas de media y alta montaña que restan hasta la llegada en Roma.

Otro equipo donde la navaja de Occam ha metido su filo ha sido Liquigas. Su bicefalia corre el peligro de convertirse en dicotomía; desventajas de salir con dos líderes en el mismo ‘nueve’. Ivan Basso y Franco Pellizotti han convivido hasta ahora perjudicándose, no han dado pedaladas a favor del otro y sí en contra; por ejemplo, el corte de la décima etapa que costó veinte segundos de desventaja a Basso lo provocó el propio Pellizotti.

En la contrarreloj, Pellizotti ha demostrado estar un punto por encima de Basso. El hombre del cabello rizado lleva un minuto de ventaja respecto del varesino, quien sólo se mostró mejor que él en Alpe de Siusi y tiene además dos hándicap: impericia para atacar y poca costumbre de alta competición. En estas circunstancias, recortar tres minutos (su diferencia respecto del líder Menchov) se antoja muy complicado si se espera a combatir de tú a tú. Pellizotti, por tanto, parece en mejor disposición para aspirar a la maglia rosa. La solución para evitar un conflicto tal vez sea buscar ataques lejanos con Basso, hacer trabajar a Menchov y dejar el terreno abonado para que Pellizotti remate. Que ambos den pedaladas para sí mismos, pero que al menos no se perjudiquen…

Por otro lado, la decepción de la contrarreloj posiblemente haya sido Michael Rogers. El australiano, antiguo campeón del mundo contrarreloj, se ha visto superado por los rivales y el recorrido y ha perdido casi tres minutos en meta con Menchov. El corredor de Columbia muestra una falta de solidez casi alarmante y, aunque algunas apuestas le daban como candidato a la sorpresa, aún le falta ese punto de regularidad para situarse entre los mejores. Tampoco su compañero Thomas Lövkist (a cinco minutos) ha dejado mejores sensaciones; la navaja de Occam dice esta vez que la guerra de Columbia seguramente no sean las clasificaciones generales.

Todo lo contrario le sucede a Carlos Sastre. Y a Levi Leipheimer. Ninguno de los dos se ha mostrado exultante, ni muy entonado; se mantienen a la expectativa, pero aún así son quinto y segundo en la general, respectivamente. El abulense de Cervélo espera amparado en su condición de corredor de fondo, lo que propicia que sus etapas para marcar diferencias sean más las finales que las iniciales. El americano, por su parte, esperaba no tener rival en la contrarreloj, poder sacar tiempo a todos; ahora tiene un problema llamado Menchov. Y también una solución llamada Astaná, un equipo potentísimo con capacidad de sobra para armar verdaderos zafarranchos.

El último corte de la navaja de Occam, el primero cronológicamente de todos los reseñados, lo ha dado en Lance Armstrong. Después de dos semanas introducido en el fragor de la competición, el americano ya había tomado ritmo de competición y se encontraba ante la prueba de fuego de la disciplina que tantos éxitos le dio otrora. El resultado, 13º a 2’26”, no invita al optimismo de pensar en la recuperación del Armstrong de antes de la retirada; hay doce ciclistas por encima suya, antes no había ninguno. Sin embargo, sí deja bien a las claras que el tejano sigue teniendo un nivel más que decente. Y puede ser, por qué no, que le veamos dinamitar el Giro con su trabajo a favor de Levi Leipheimer…

Una Vuelta diferente (III)

30 de Agosto, Arueda.com
En la parte anterior de esta presentación analizábamos a los equipos españoles sin detenernos en los extranjeros, quince escuadras de las cuales algunas vienen para destacar y otras… únicamente para cumplir el expediente.


De cara a la general, indudablemente el mejor arsenal lo traen los kazajos de Astaná. El líder y gran figura del equipo, Alberto Contador, estará respaldado por dos vueltómanos consagrados como son el americano Levi Leipheimer y el alemán Andreas Klöden. Contador llega a esta Vuelta con el objetivo de completar la inigualable la proeza de ganar las tres grandes vueltas en el plazo 14 meses y con tan solo 25 años. Las circunstancias, a priori adversas, pueden recompensar al madrileño con un hito histórico. Por su parte, Leipheimer llega en un estado de forma casi óptimo, supeditado a Contador aunque capacitado para buscar sus propias oportunidades. No se puede decir lo mismo de Klöden, que llegará en su tercer pico de forma tras preparar específicamente las vueltas de Romandía y Suiza; teóricamente, acusará dichos esfuerzos. Junto a estos tres primeros espadas, ejercerán de gregarios dos expertos gregarios asturianos como Benjamín Noval y Chechu Rubiera, este último en su última carrera como profesional.

El otro gran nombre español para la victoria absoluta enrolado en un equipo extranjero es, sin lugar a duda, Carlos Sastre. El abulense de CSC, henchido de moral después de su brillante triunfo en el Tour de Francia tratará aprovechar los recovecos de una Vuelta a priori adecuada para él. Caben dudas sobre su rendimiento después de mantener la condición física de la gran ronda francesa hasta los Juegos Olímpicos. ¿Habrá podido recuperarse de los esfuerzos derivados de ello? También habrá que ver cómo afronta la carrera después de las declaraciones de su director Bjarne Riis, que afirmó hace unos días que Carlos “no era el futuro del CSC-Saxo Bank”. De cualquier manera, a su servicio estarán gregarios de postín como Kolobnev, Gustov o el burgalés Iñigo Cuesta.

Por su parte, los tres nombres foráneos teóricamente destinados a hacer frente a los españoles en la general son toda una incógnita. La bisoñez del holandés de Rabobank Robert Gesink crea dudas en torno a su rendimiento, a pesar de su reconocida calidad. El ucraniano de Silence-Lotto Yaroslav Popovych parece haber perdido aptitudes para las grandes vueltas, aunque cuenta a su favor con las ganas de revindicarse que atesora tras su decepcionante Tour de Francia. Por último, el italiano Damiano Cunego (Lampre) tiene también ciertas ansias de revancha contra quienes le criticaron por su discreta actuación del último Tour.

Ningún foráneo más parece capacitado para entrar entre los cinco primeros de la Vuelta a España, si bien hay algunos que apuntan a posibles sorpresas; habrá que tener un ojo puesto en Pierre Rolland (Credit Agricole), Oliver Zaugg (Gerolsteiner), Mauricio Ardila (Rabobank), Matthew Lloyd (Silence) o los Tinkoff Evgeni Petrov y Walter Pedraza. Bazas poco consistentes pero que podrían dar la campanada.

Mención aparte merecen Carlos Barredo (Quick Step) y Marzio Brusheghin (Lampre). El asturiano tratará de repetir su impresionante papel de la Vuelta’07, cuando fue décimo contra todo pronóstico; contará para ello con la ayuda del irundarra Juanma Gárate, quien por cierto ya ha anunciado que dejará el equipo belga el año que viene para correr en Rabobank. Mientras, el italiano irá a por la machada de completar las tres grandes vueltas en un mismo año y podría, de paso, ser una baza importante para la general… y para el trabajo en favor de su coequipier Damiano Cunego.

Sin embargo, si algo aportan los equipos extranjeros a la Vuelta son cazaetapas y sprinters. En el bando de los hombres con instinto ganador encontramos destacadísimos clasicómanos como Paolo Bettini (Quick Step), Filippo Pozzato (Liquigas), Philippe Gilbert (Française des Jeux), Alessandro Ballan (Lampre), Davide Rebellin (Gerolsteiner), Sylvain Chavanel (Cofidis) o Rinaldo Nocentini (AG2R). Todos ellos pueden hacer saltar la sorpresa en cualquiera de los numerosos finales nerviosos de esta Vuelta a España. También habría que apuntar en este grupo al ruso Mikhail Ignatiev (Tinkoff), que podría aprovechar la condición física de los Juegos Olímpicos para dar la sorpresa en los últimos kilómetros de cualquier etapa llana con un ataque ‘a lo Recio’.


Y, en la parte de velocistas, la gran ronda española vuelve a contar con el mejor elenco posible. Los líderes del sprint mundial Daniele Bennati (Liquigas), Tom Boonen (Quick Step) y Óscar Freire (Rabobank) estarán presentes en carrera. A su sombra, otros hombres con gran punta de velocidad como Danilo Napolitano (Lampre), Juan José Haedo (CSC), Leonardo Duque (Cofidis), Alexandre Usov (AG2R), el ajado Erik Zabel (Milram) o los jóvenes Nicolas Roche (Credit Agricole) Heinrich Haussler y Óscar Gatto (Gerolsteiner). Una nómina de velocistas tremenda, más aún teniendo en cuenta que falta el auténtico equipo especialista en las volatas, Columbia.

Una Vuelta diferente, como reza el título de este artículo y sus dos “hermanos” precedentes, que a la postre dependerá de la voluntad de los corredores para confirmar si el cambio ha merecido la pena o ha sido más efectista que efectivo. A priori, la participación es de lujo. Pero del dicho al hecho…

Italia vs Resto del Mundo en el Giro

¿Seguirá la hegemonía italiana o habrá sucesor para Pavel Tonkov?
11 de Mayo, Arueda.com
En el terrible recorrido de esta edición del Giro de Italia lucharán por la victoria 198 ciclistas (197 tras el positivo de Richeze, de CSF-Navigare) pertenecientes a 22 equipos. En esta ocasión no parece tan claro el favoritismo de los italianos para la victoria final, tan aplastante en la últimas ediciones (el último extranjero ganador fue el ruso Pavel Tonkov en 1996).


En esta ocasión, los no italianos llegan encabezados por un alemán que tenía en el punto de mira esta carrera a pesar de no saber si iba a correrla: Andreas Klöden. Y es que el de Astaná llega en un buen momento de forma tras su victoria en Romandía. A su lado contará con dos gregarios de lujo que no parecen llegar lo suficientemente bien para optar a la victoria final: el americano Levi Leipheimer y el ídolo español Alberto Contador, que recientemente se ha descartado para la lucha por la ‘maglia rosa’; aún y a pesar de esto, no sería descabellado pensar en un puesto entre los diez primeros y al menos un triunfo de etapa.

El ruso de Rabobank Denis Menchov aspira también a suceder a su compatriota Pavel Tonkov como ganador extranjero del Giro. A priori, asistía como preparación para el Tour: sin embargo, la gran condición física demostrada en Romandía le apunta como gran favorito a la victoria final. Caisse d’Épargne lleva también como líder a un ruso, del cual hablamos recientemente: Vladimir Karpets.

De Latinoamérica llegan tres ciclistas con posibilidades de hacerlo bien en algunas etapas de montaña y, en algún caso, incluso en la general: el venezolano José Rujano (Caisse d’Épargne), el colombiano Mauricio Soler (Barloworld), el mexicano Julio Alberto Pérez Cuapio (CSF-Navigare)… y un aspirante a sorpresa como es el escalador colombiano de Serramenti-Diquigiovani José Serpa, que ha realizado una adecuada aproximación al Giro y podría hacer saltar la banca en alguna etapa y también optar a la ‘maglia verde’ si no se ve excesivamente supeditado a su líder Simoni.

La armada italiana se basa en tres puntales de tres generaciones diferentes: el veterano Gilberto Simoni (Serramenti), el maduro Danilo Di Luca (LPR) y el joven Riccardo Ricco (Saunier Duval). Simoni, un ciclista ya en declive pero con clase y ese puntito extra dado por la experiencia, llega con una forma física aceptable a pesar de no haberse dejado ver en exceso. Ya saboreó las mieles del triunfo en dos ocasiones, ha estado cerca de hacerlo varias más… y podría volver a hacerlo ahora.

Por su parte, Danilo Di Luca llega enrabietado tras los múltiples problemas del asunto ‘Oil for Drugs’, que le han sacado del Pro Tour y de la campaña de clásicas de primavera. Está absolutamente centrado en el Giro y aspira a hacerse con la ‘maglia rosa’ por segunda vez tras su triunfo del año pasado. Llega en una forma física ideal (ganó el Giro del Trentino), las trampas del recorrido en la primera semana no le son para nada hostiles. Es el favorito número uno.

Riccardo Ricco’, ‘El Cobra’, es el último de la terna de grandes favoritos italianos. Y el más imprevisible. Ha tenido una campaña de primavera desastrosa, problemas extradeportivos y físicos… Toda una incógnita. Su sexto lugar en el Giro el año pasado y su evidente margen de progresión, sin embargo, le señalan como favorito.

Un coetáno de Ricco’, Vincenzo Nibali (Liquigas) se presenta como principal alternativa a todos estos nombres… y como potencial sorpresa, ya que hay quien lo sitúa en el podio. A su lado tendrá al curtido Franco Pellizotti, que siguen en busca de ese “puntito extra” que le permita estar con los mejores. CSF-Navigare presenta a otra posible sorpresa, Domenico Pozzovivo, y a un hombre que busca revindicación como es Emanuele Sella. Tres veteranos que ya han brillado en el Giro son también candidatos a destacar: Leonardo Piepoli (Saunier Duval), Marzio Brusheghin (Lampre) y Paolo Savoldelli (LPR).

En el plano de los sprinters, hay múltiples nombres y ningún dominador claro ante la falta de Alessandro Petacchi. Robbie Mc Ewen (Silence-Lotto), Erik Zabel (Milram) y, sobre todo, Daniele Benatti (Liquigas) son los llamados a poseer la supremacía de las volatas; Paolo Bettini estará siempre ahí gracias a la dureza implícita en los finales de cada jornada.

El australiano Graeme Brown (Rabobank), el británico Mark Cavendish (High Road) y el alemán Robert Förster (Gerolsteiner) son alternativas. Se presentan otros nombres destacados como Ilgynski y Bazayev (Astaná), Pagliarini (Saunier Duval), Loddo (Tinkoff) y Hondo (Diquigiovani). También hay un español con serias opciones de estrenar su casillero en vueltas por etapas, el vasco Koldo Fernández de Larrea (Euskaltel). Los sprints, eso parece claro, serán una lotería y un espectáculo ante la falta de un equipo que lleve el mando y la locura de todos los finales de etapa.

Astaná correrá el Giro de Italia… ¡con Contador!

4 de Mayo, Arueda.com
El portavoz del equipo Astaná Philippe Maertens anunció ayer en el canal de televisión belga Sporza que la escuadra kazaja estará en el Giro de Italia 2008, cuyo pistoletazo de salida será el próxima día 10 de Mayo en la ciudad siciliana de Palermo. La única condición impuesta para ello al equipo de Johan Bruyneel es la presencia de sus tres mejores ciclistas: Andreas Klöden, Levi Leipheimer… y Alberto Contador.


El director de RCS (empresa organizadora del Giro de Italia) Angelo Zomegnan ha explicado por el contrario que la participación de Astaná no es aún definitiva (“a un 50%”) y que será decidida definitivamente mañana por la tarde, al término del Tour de Romandía que se disputa estos días en tierras suizas.

El modo en el cual se ha llegado a esta invitación de última hora es cuando menos rocambolesco. Tras el rechazo inicial por parte de RCS a que la escuadra dirigida por Bruyneel participará en la carrera, hace aproximadamente un mes la propia RCS se puso en contacto con la administración del equipo kazajo para proponerle tomar parte en su competición. Así, transmitieron a Astaná su deseo de que estuvieran en el Giro… siempre y cuando presentaran un ‘nueve’ de calidad, con sus tres grandes hombres. Un mes después de aceptadas las condiciones, concretamente el pasado viernes por la tarde, Johan Bruyneel recibió una llamada telefónica que confirmaba la presencia de su equipo en la salida de Palermo.

Los hombres que defenderá el maillot de Astaná serán los kazajos Assan Bazayev, Dmitry Murayev, Serguei Yakovlev y Maxim Ilginsky, el ruso Vladimir Gusev, los españoles Toni Colom y Alberto Contador, el estadounidense Levi Leipheimer y el alemán Andreas Klöden. Este último, que a principios de temporada ya tenía programada su participación en el Giro de Italia, ha mostrado ya su alegría por tomar parte en la ‘corsa rosa’, a la cual llegará en un gran estado de forma tras el magnífico Tour de Romandía que está realizando en estos días. Asimismo, el americano Leipheimer también parece encontrarse con una buena condición física: lleva compitiendo a buen nivel desde febrero, cuando se adjudicó la Vuelta a California; también tuvo buenas actuaciones en marzo, al ser cuarto en la Vuelta a Castilla y León… y hace una semana, en la Vuelta a Georgia, donde se clasificó en tercer lugar. En su contra está el hecho de que el perfil de la carrera es demasiado montañoso para sus características.

Más dudas ofrece la condición física en que llegará a la gran ronda italiana Contador. El madrileño está en un gran nivel desde febrero, cuando enrabietado tras la exclusión de su equipo del Tour de Francia protagonizó una escapada antológica sin premio en el Trofeo Sóller. Tras engrosar su palmarés con la Vuelta a Castilla y León y la prestigiosa Vuelta al País Vasco, iba a estar en principio casi dos meses sin competir, hasta la disputa de la Dauphiné Liberé. La participación en el Giro de Italia, obviamente, rompe por completo sus planes.

Habrá que esperar para ver si la precipitación de los hechos le permite alcanzar un estado de forma más o menos decente que le haga llegar a la salida de Palermo con la aspiración de al menos vencer una etapa… o quien sabe si incluso la general final.