Antón, con el plácet de Contador

El Giro tiene un patrón claro e inviolable. Se llama Alberto Contador y está destinado a regir en lo que resta de carrera. El madrileño, cómodo en ese papel, no parece dispuesto a generar dudas y tampoco gestas. Practica el ciclismo control buscando atar en corto a quienes percibe como rivales y beneficiar a sus aliados. Nibali y Scarponi son de los primeros y han sufrido su marcaje en sus respectivos ataques, el verde en el Zoncolan y el blu-fucsia en el Grossglockner. Rujano y Antón son de los segundos y recibieron el plácet del pinteño para mandar en dichos colosos.
Los regalos, como los castigos, no son en vano. Llegan a cambio de pleitesía, favores ya concedidos o a conceder. Alberto Contador no tiene un equipo verdaderamente sólido en este Giro de Italia: llegan las subidas y se disuelve, quedando apenas en pie dos escaladores puros como Dani Navarro y Jesús Hernández. Los demás se pierden, llámense Matteo Tosatto y vengan ya de vuelta en esto de la bicicleta, o Richie Porte y sean jóvenes de talento con un séptimo puesto en la ‘corsa rosa’ figurando en el palmarés. Por ello vienen bien tácticas como las ejercidas por Euskaltel camino del Grossglockner o relevos como los de Rujano en los compases finales de dicha ascensión. Favores que se pagan a quien los merece.
No es menos cierto, sin embargo, que esas prebendas no llegan sin mérito del receptor. Ayer Rujano tuvo que aguantar toda la subida el ritmo infernal de Contador; hoy Antón tuvo que lanzarse en solitario desde mediado el Zoncolan. El vizcaíno realizó una auténtica demostración de condiciones y coraje, subiendo con agilidad y buen tiento las empinadas pendientes del coloso dolomítico. ‘Fuji’ logró no caer en el error de Joaquín Rodríguez y Michele Scarponi, quienes empezaron demasiado fuertes y acabaron cediendo, e hizo estériles los esfuerzos de un Nibali que anduvo a buen nivel en la parte final.
‘Lo Squalo’ fue otro nombre propio de la etapa. Hoy mostró por primera vez en este Giro su talante agresivo y esa rara cualidad de regular sus esfuerzos como nadie, como hizo el pasado año en la Bola del Mundo con Mosquera. Nibali, mente fría, subió de menos a más; parece que esa va a ser su tónica en este Giro, que inició romo y promete concluir a tope después de llegar con poca competición en las piernas. Pero, ‘peccato’, enfrente tendrá a un Contador poco dispuesto a ceder alegrías. Muestra de ello ha sido el kilómetro final de hoy, calculado por el pinteño para aplacar la fe del líder de Liquigas. Atacó, esperó a que el siciliano llegó de nuevo a su rueda y volvió a arrancar con objeto de remacharle en un gesto poco caballeroso. Preguntado por la RAI, Nibali habló de “falta de respeto”; Contador, directamente, se hizo el loco.
El patronazgo sólido de Contador parece destinado a marcar el Giro incluso más que el sainete que se está viviendo en el plano organizativo. La etapa de hoy ha perdido en apenas 24 horas un puerto importante (Crostis) y, luego, un tramo de veinte kilómetros en el cual los ‘tifosi’ iban a intentar causar estragos como protesta a la decisión de la UCI de suprimir la ascensión y su bajada. El motivo, más allá de lo público, son luchas de poder entre federación, carreras y equipos en las cuales todos tienen demasiado que perder… incluidos los propios ‘tifosi’, aficionados que son ninguneados a la hora de tomar decisiones.
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Contador rompe la baraja del Giro

A seis kilómetros y medio de la cima del Monte Etna, meta de la novena etapa del Giro de Italia, Alberto Contador rompió esta 94ª edición de la ‘corsa rosa’. O, al menos, consolidó con un golpe de autoridad contundente su estatus de rival a batir en este Giro; ese del cual había sido apeado por sus propias declaraciones, ciertos signos de debilidad como los aparecidos en Montevergine y la positiva insolencia de rivales como Scarponi y Nibali. Pero el tres veces ganador del Tour de Francia es un hueso demasiado duro de roer. Tiene fuerza, calidad, coraje, mentalidad, instinto. Es un compendio de virtudes, un verdadero superclase cuyo patronazgo en cualquier carrera donde se presente es indiscutible hasta que se demuestre lo contrario.
Muestra de ello son las circunstancias previas al golpe de mano de hoy. El pinteño marchó toda la carrera escondido, con compañeros inseparables como Navarro y Hernández a su vera, sin inquietarse por la fuga de nueve corredores de calidad que marcó la etapa, entre los cuales se incluían Visconti, Lastras y un sólido Jan Bakelandts. Se escondió durante la primera subida al Etna, que apenas si sirvió para limpiar de esprinters el sótano del pelotón, y marchó tranquilo durante gran parte de la segunda, a la expectativa mientras el Geox de Menchov daba un tirón para acercar el pelotón a la escapada, y también mientras un excelso Niemiec marcaba incansable el ritmo del pelotón buscando el beneficio de su líder Scarponi.
La subida final al Etna transcurrió durante su primera mitad entre un cierto letargo, casi en trance. El citado ritmo de Niemiec, la pendiente liviana y el incómodo viento adomercieron las ganas de lucha de algunos favoritos. Tuvo que ser el siempre combativo Androni Giocattoli de Gianni Savio quien desatara las hostilidades a través de un recuperado José Rujano a diez kilómetros de meta; cuando Contador dio su hachazo, el venezolano supo cobijarse a su rueda para aguantar un ritmo que se reveló destructivo para Michele Scarponi, quien se vació en pos de alcanzar al ciclista de Saxo Bank y acabó por reventar como también lo había hecho el hasta hoy ‘maglia rosa’ Pieter Weening.
Una vez Scarponi hubo doblado la rodilla, Contador tuvo hecha gran parte de su trabajo y pudo concentrarse en mantener una velocidad crucero y acelerar un par de instantes para intentar descolgar al pegajoso Rujano. El resto de favoritos se reagruparon, no quisieron tomar la cabeza del grupo (era un suicidio, en realidad, tragar viento y llevar cómodos a los rivales desde tan lejos) y volvieron a ceder la responsabilidad a un Niemiec vacío. Gregario contra líder, sota contra as, se rompió la baraja. La brecha abierta, de en torno al minuto, no fue cerrada ni minimizada por falta de voluntad de los favoritos. Los escarceos postreros demostraron que había fuerza en las piernas de Kreuziger, Nibali o Arroyo, pero también temor a gastarlas en benificio ajeno. Otros aspirantes a la general como Denis Menchov o ‘Purito’ Rodríguez ni siquiera gozaron de esa fuerza.
Finalmente, uno de los ataques de Contador acabó por distanciar al notable Rujano y otorgar al madrileño una victoria meritoria que llega acompañada por una ‘maglia rosa’ quizá demasiado tempranera por el desgaste que supondrá para el equipo controlar las once difíciles etapas restantes hasta la crono de Milán. De cualquier manera, los impresionantes seis kilómetros finales de Contador hoy en el Etna olieron cuando menos a ruptura de baraja, si no a sentencia.

Caisse d’Épargne: jóvenes contra la crisis (I)

29 de Noviembre, Arueda.com
Económicamente vivimos malos tiempos. Factores muy diversos, que en España orbitan en torno a la burbuja inmobiliaria y a nivel global sobre un liberalismo que se ha confundido con descontrol, han empujado a todo Occidente (Oriente es otra cosa) a una crisis financiera que por global se puede calificar como de grandes proporciones. Y, como en toda crisis financiera, los primeros afectados son los bancos. Problema grave, sobre todo si tu sustento es precisamente un banco. Problema grave se ha encontrado, en efecto, el mánager del equipo Caisse d’Épargne Eusebio Unzué.


El grupo Caisse d’Épargne es una entidad financiera francesa que funciona como una especie de cooperativa, al estilo de la Caja Rural española, aunando a las cajas de ahorro regionales de dieciocho departamentos franceses. Cuenta en su accionariado con otras entidades financieras de sobra conocidas en el ciclismo como Credit Lyonnais (patrocinador del maillot amarillo del Tour de Francia) ó Crédit Agricole (patrocinador del equipo ciclista dirigido por Roger Legeay hasta este mismo año). Posee unos fondos propios de unos 20.000 millones de euros, lo cual dota al grupo de una gran solidez…

… Aún y a pesar de los múltiples desfalcos que han sufrido en los últimos años tanto él como sus asociados. Y es que Caisse d’Épargne sufre precisamente de los mismos problemas que muchas otras financieras de todo el mundo: el hecho de que los bancos posean acciones de otros bancos provoca que los problemas de uno de ellos sacudan al resto, con una especie de efecto dominó.

Así, el caso Societé Genérale de principios de 2008 (4.900 millones de euros desaparecieron del mapa fruto de una pésima gestión) afectó seriamente al grupo que nos ocupa, aunque el golpe de gracia llegara hace poco más de un mes con la pérdida de 600 millones de euros emboscados en las terribles jornadas bursátiles vividas en el mes de Octubre, y que acabaron con la intervención del gobierno de Nicolas Sarkozy para precipitar el cese de la cúpula directiva del banco.

A estas circunstancias empresariales ha tenido Eusebio Unzué que adecuar las deportivas. La economía ha impuesto recortes, y el navarro se ha adaptado a ellas prescindiendo de cuatro corredores consagrados, hechos, que daban resultados, para apostar por jóvenes mirlos blancos, por cuatro menores de 23 años cuyo potencial no tiene techo a la vista.


El capítulo de bajas comienza por Vladimir Karpets, aquel ciclista que fichara cuando el equipo aún se sustentaba en Banesto y que tan buen rendimiento ha dado a lo largo del tiempo a la estructura, a pesar de una cierta indefinición con respecto a cómo aprovechar sus características. Sus resultados esta temporada, sin embargo, no han sido del todo buenos; se respiraba un cierto descontento con respecto a él desde el equipo. Las dos partes han acordado que lo mejor era terminar con un ciclo fructífero para ambas, y Karpets recalará el año que viene en el heredero de la estructura Tinkoff, el reforzadísimo Katusha…

… Equipo multicultural y a priori caótico que también acogerá en su seno a otra baja del equipo Caisse d’Épargne, Joan Horrach. El deianenc (natural de Deià, un pueblo mallorquín) entró en la estructura como parte de la cuota étnica impuesta por el patrocinio de las Islas Baleares en 2004, pero se ganó continuar gracias a sus cualidades. Es un oportunista nato, con buenísimas cualidades para cualquier terreno y capaz de todo cuando tiene el día inspirado. Pesa en su contra el hecho de que sienta poco apego por el deporte de la bicicleta.

El tercer descarte es uno de los hombres más cuestionados de siempre, José Rujano. Clase pura para la escalada aliñada con una actitud que oscila con demasiada frecuencia entre lo bueno y la pura desidia. Después de tres años (Quick Step, Unibet y Caisse d’Épargne) donde su rendimiento apenas se ha correspondido con el de 2005, cuando fuera capaz de ganar la ‘maglia verde’ y acabar tercero en el Giro, sigue encontrando destino gracias a sus condiciones innatas. El año que viene será Flaminia donde evolucione, tras una temporada donde ha completado unos decentes Giro de Italia y Vuelta a Alemania … que sin embargo no llegan a compensar su elevado caché.

Por último, deja Caisse d’Épargne el ex pistard Fabien Patanchon, que no ha cumplido en ningún momento las expectativas creadas: donde se esperaba un corredor nervioso, con un buen tren en llano y capaz de pasar la media montaña, se ha encontrado un corredor débil para afrontar un calendario Pro Tour. Es por ello que se le destinó a una serie de pruebas de menor enjundia donde no ha acabado de mostrar su valor real; entre otras cosas por lo [demasiado] dispersos que han estado sus días de competición. A día de hoy, no tiene equipo para la próxima temporada.

En una próxima entrega, análisis de las altas del equipo Caisse d’Épargne

Cinco nombres de la Subida a Urkiola

La Subida a Urkiola es una de las pruebas más bonitas del calendario español. Una clásica con final en alto que me recuerda al difunto Campeonato de España de Montaña (ojalá lo hubiera visto alguna vez) como lo hace la Subida al Naranco. El marco es incomparable: las siempre abarrotadas carreteras vascas y Urkiola, un puerto de seis kilómetros que no pasaría de ser un mero primera incluido en una etapa de montaña de la vuelta de turno, pero tiene un nombre propio que le convierte en un Santuario también a nivel ciclista. Cada año se vive un espectáculo con la segunda fila de escaladores españoles. Y en esta edición destacaría a estos cinco corredores.

David Arroyo El talaverano es un buenazo en todos los sentidos. Accesible para el aficionado, sacrificado para el compañero, modesto para la prensa. La victoria se ha acordado hoy de todo esto. Se ha acordado de él ahora que empezaba a olvidarle desde que se encontraran, vestido él de LA Pecol, en la Volta a Portugal de hace cuatro años en Mondim y Torre. La única pega es cómo ha llegado Arroyo a la cita: remachando a Juanjo Cobo tras dejarle hacer todo el trabajo. Una vía no demasiado honrosa.

Sergio Pardilla Un ciclista que me tiene enamorado. La tutoría de José Luis de Santos le está viniendo bien para optimizar su potencial: la irregularidad ha dejado paso a una consistencia digna de aplauso. La próxima Vuelta a Burgos puede ser su gran oportunidad para saltar al estrellato: además de que el equipo corre en casa, llega con un buen ritmo de competición y con un recorrido que, sin crono, le va como anillo al dedo. Repito lo mismo que en el anterior «cinco nombres»: si no ficha por un equipo mayor el año que viene, el ciclismo habrá sido injusto con él.

José Rujano Dentro del recital de Caisse d’Épargne hoy (Arroyo, López, Rodríguez, Rujano y Fran Pérez entre los siete primeros), el segundo nombre que más llama la atención es el del venezolano. Aunque el nivel del estratosférico Giro’05 que realizara en Colombia – Selle Italia parece muy lejano, da la sensación de que ha recuperado un poco ese ápice de ilusión que le hace falta a un ciclista con clase para destacar. Se acercan los Juegos Olímpicos y él participará representando a su país; no sería mala ocasión para demostrar su valía y, sobre todo, que no fue flor de un día.

Ignacio Sarabia Hace unos meses, cuando la continuidad de la estructura Extremadura-Spiuk estaba en duda, un ex compañero de este ciclista mexicano me comentaba que era el que más motor tenía de todo el equipo. Subiendo y sprintando era, sencillamente, el mejor de todos. Sólo le faltaba encontrar serenidad y un poco de sabiduría táctica, apenas lo hiciera daría el salto de calidad. En mi opinión, aún no ha terminado de hacerlo; lo que si ha encontrado es su sitio en el pelotón. La experiencia puede construir un gran corredor, un ciclista completo capaz de ganar en cualquier terreno, sobre las sólidas bases físicas de Ignacio Sarabia.

Pedro Gutiérrez Tengo la norma de no meterme jamás con los ciclistas por malos. Son los esforzados de la ruta, todos los que montamos en bici sabemos lo difícil que es pedalear 150 kilómetros cada día. Así, cuando a principios de año escribí para Arueda y CiclisModesto una presentación del equipo Burgos Monumental, fui muy escueto con él. Me molestaba el hecho de que un corredor al cual yo no veía maneras de nada pasara a profesionales sin apenas méritos, habiendo otros corredores que continuaban entre los sub 23 o, peor, colgaban la bici, con un palmarés mucho mayor. Ahora llega el momento de que me disculpe, porque Pedro Gutiérrez ha demostrado ser un ciclista válido, capaz, al que quizá le falta clase pero le sobran ganas. No se arruga a la hora de encoger su cuello y tirar hacia adelante con todo el gasto del mundo, aunque por sus lados se dejen caer hombres de más caché que van silbando una vez consideran lejana la posibilidad del triunfo. Hoy, Pedro ha acabado en una anónima aunque trabajada 14ª posición; si miramos su palmarés no encontraremos nada digno de mención. Pero son gestos como el de hoy, las diversas fugas que ha protagonizado durante todo el año (en Castilla y León, en Amorebieta con Igor Romero y Sarabia…), los que han hecho que se gane mi respeto y mi admiración.

Anteriores cinco nombres:
· Cinco nombres españoles que destacaron este fin de semana

Cada día menos español

Caisse d’Épargne renueva (y globaliza) su plantilla de cara a 2008
15 de Diciembre, Arueda.com
El perfume navarro que siempre acompañó a la estructura de José Miguel Echavarri y Eusebio Unzué se va diluyendo poco a poco. La entrada de un patrocinador francés se ha acabado por notar; y si bien no se ha llevado a cabo un cambio radical, sí que cada año se va afrancesando un poco más al equipo. El año que viene habrá cuatro españoles menos que en 2007, y un francés más.


Entrando en el capítulo de bajas, serán en total diez los ciclistas que dejarán al equipo. Marco Fertonani, el escalador que iba a liderar al equipo en algún Giro d’Italia según el staff del equipo, se va por la puerta de atrás por asuntos de dopaje y con pocas perspectivas de encontrar algún lugar donde correr en 2008. Tres franceses volverán al pelotón de su país: el contrarrelojista Florent Brard y el sprinter Sebastien Portal (no confundir con su hermano Nicolas, que sí sigue en el equipo) vestirán el maillot rojo de Cofidis; mientras que el rodador Eric Berthou correrá en Credit Agricole. Ciertamente, ninguno de los tres franceses ni el italiano Fertonani dejan un recuerdo especialmente bueno en el equipo.

Siguiendo con las bajas por países, serán dos los rusos que abandonen el equipo: Alexei Markov y Vladimir Efimkin. Sin embargo, ambos lo hacen de maneras distintas: mientras Efimkin se va seducido por una buena oferta de AG2R tras realizar una excelente Vuelta a España, Alexei Markov deja la compañía de Echavarri y Unzué tras no cumplir las expectativas que levantó tras su excelente 2005 con Milaneza. De momento, no hay un horizonte claro para él con respecto a la continuidad.

Finalmente, serán cinco los españoles que no continúen en Caisse d’Épargne en 2008: Imanol Erviti se va tras un buen año en que llegó a ser líder de la Volta a Cataluña, mientras que Vicente Reynés ficha por el Team High Road (ex T-Mobile) tras un año más o menos gris. Ahora viene la parte trágica: Rubén Plaza y Tino Zaballa se van tras un año imposible y deprimente, vetados por su presunta aparición en los papeles de la Operación Puerto y tratados como auténticos apestados por el resto del mundillo ciclista. Sin embargo, ambos han resuelto su futuro: Plaza irá a Benfica, mientras Zaballa firmó con MSS (ex Milaneza). El otro español que deja el equipo, Aitor Pérez Arrieta, ha sufrido un revés importante toda vez que el equipo con que se había comprometido (Extremadura) no saldrá a las carreteras en 2008. Difícil situación.

Llegando a las altas, destacada la creación de un núcleo sudamericano en el grupo. El venezolano José Rujano, capaz de lo mejor y de lo peor, llega dispuesto a revindicarse como un ciclista capaz de ser quien fue; mientras por otro lado llega el prometedor Rigoberto Urán (Unibet)… y su mánager Marlon Pérez (Universal Caffé), ciclista de medianías cuyo arribo viene de su condición de hombre de confianza de Urán y, por qué no, de Rujano.

Aparte de esto, llegarán cuatro franceses: el curtido Anthony Charteau (Credit Agricole), buen escalador que podría dar un rendimiento aceptable; el gigante clasicómano Arnaud Coyot (Unibet), que aportará solidez en las clásicas del norte; un rocoso y joven clasicómano de 24 años llamado Mathieu Drujon (Auber 93); y, como guinda, el joven proyecto de vueltómano Fabien Patanchon (Française des Jeux), que bien llevado podría dar más de una alegría al tándem navarro. También llega desde Unibet el asturiano Luis Pasamontes, escalador de corto recorrido peleón y sacrificado que aportará una buena dosis de ‘hígados’, equilibrio… e incluso resultados.

Lejos de perder potencial, la plantilla de Caisse d’Épargne ha mejorado con estos cambios. Se han ido ciclistas más o menos asentados que aportaban menos de lo esperado y ha llegado una buena oleada de jóvenes acompañados por expertos… y toda una bomba de relojería como es José Rujano. Pero, un año más, el equipo estará en manos de dos líderes indiscutibles como Óscar Pereiro y Alejandro Valverde (que este año volverá a la Vuelta), bien escoltados por gente como Karpets, Arroyo, Iván Gutiérrez… o el letárgico Luis León Sánchez, a quien ya le llegó la hora de despertar y dar alguna señal de vida a la escuadra navarra; que, aunque cada vez tenga más franceses e incluso tenga licencia de ese país… sigue siendo español. Cada vez menos, pero español.