Ya no es el ejército de Pancho Villa

«Ha sido un mes de ensueño», decía ayer Igor González de Galdeano en su Twitter. El máximo responsable deportivo de Euskaltel expresaba así su satisfacción por un abril donde su equipo consiguió cinco victorias. Se trata del tercer mes más exitoso de toda la historia del conjunto vasco, sólo por detrás de los mayos de 2000 y 2004, cuando los ‘naranjas’ consiguieron seis triunfos. Pero, más que el qué, a Galdeano le importa el cómo. «Sumando grandes trabajos de equipo que se reflejan en victorias».
El paradigma de esto fue el esprint victorioso de Pablo Urtasun en la primera etapa de la Vuelta a Asturias, llegado tras un trabajo ejemplar por parte de todos los hombre de Euskaltel: consecuencia directa de la insistencia del propio Igor Galdeano en la palabra «bloque». Es su filosofía desde que llegara a la dirección deportiva reemplazando a Julián Gorospe: convertir lo que José Antonio Ardanza (presidente de la compañía Euskaltel) denominaba como «ejército de Pancho Villa» en una escuadra compacta y con las ideas claras. El propio Urtasun puede dar fe de que lo ha conseguido, al igual que un Koldo Fernández de Larrea que aún no ha estrenado su palmarés a pesar de haberse beneficiado del trabajo de sus compañeros en cada prueba donde ha estado presente. Porque, aunque el bloque facilita las victorias, en los momentos decisivos es imprescindible contar con un corredor capaz de marcar la diferencia.
Una de las claves del excepcional abril de Euskaltel ha sido, precisamente, el desempeño de su ciclista de mayor calidad: Samuel Sánchez. El asturiano ha aportado dos triunfos al bagaje del equipo. El primero llegó en el cuarto parcial de la Vuelta al País Vasco, gran objetivo de la temporada para los ‘naranjas’. Allí, Samuel se impuso en la cima del emblemático Santuario de Arrate gracias al consentimiento de Alejandro Valverde, que le dejó ir en los últimos metros en un gesto que a la postre quizá le costara la general de la Itzulia. La segunda victoria del asturiano fue la Klásika Primavera de Amorebieta, donde llegó a meta en solitario tras atacar en la última subida al alto de Gárate y arriesgar en el descenso. En el debe de Samuel queda su dimisión de las clásicas de las Árdenas, donde parecería lógico que hubiera aprovechado el buen momento de forma mostrado en las pruebas vascas de principio de mes.
Sin embargo, la pléyade de aficionados de Euskaltel no le echaron de menos. Para ocupar su lugar estuvo Igor Antón. ‘Fuji’ ha dado este mes un paso más en su crecimiento ciclista, justamente cuando se levantaban voces críticas poniendo en duda su progresión deportiva. El galdakoztarra derrotó en la tercera etapa de la Vuelta a Castilla y León, con final en el Alto del Morredero, a un Alberto Contador ante el cual tuvo que ceder en la contrarreloj que decidió la general final de la ronda. Precisamente con el madrileño y otros grandes escaladores se batió el cobre en Flecha Valona y Lieja – Bastogne – Lieja, pruebas en las que fue cuarto y séptimo desempeñándose con descaro y haciendo olvidar la ausencia de Samuel.
Pero si ha habido una sensación esta primavera en el seno de Euskaltel, ése ha sido Beñat Intxausti. A sus 24 años, el de Amorebieta llegó en 2010 al conjunto cuya ligazón con la estructura de Saunier Duval y Seguros Bilbao sub 23 (y las filias y fobias existentes entre los cuadros directivos de las distintas escuadras) le impidió formar filas antes. Intxausti inició su mes con un tercer lugar en la general de la Vuelta al País Vasco y lo concluyó con el mismo puesto en la Vuelta a Asturias, lo que sumado a su victoria en la contrarreloj de la prueba asturiana refrenda un abril fenomenal.
Da la sensación de que el jovencísimo escalador recorre la senda de otro hombre al que le crecían las alas cuando la carretera picaba hacia arriba. Recuerda a aquel Iban Mayo que parecía destinado a guiar los destinos de Euskaltel durante mucho tiempo y se quedó en el camino debido a que su cabeza no acompañaba a unas condiciones físicas excepcionales. Pero, llegue o no Beñat Intxausti a tomar los galones que dejó huérfanos Mayo, siempre quedará la labor de Igor Galdeano. Con él al frente, el conjunto vasco no volverá a ser aquel ejército de Pancho Villa que tanto disgustó en su día a Ardanza.
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Footon – Servetto, un equipo bajo mínimos (I)

La primera parte, la buena, del reportaje
24 de Noviembre, Arueda.com

No es fácil lidiar con la lacra del dopaje. Tampoco con el acoso y derribo de las autoridades ciclistas. A ambas se está teniendo que enfrentar la estructura de Joxean Fernández ‘Matxin’ y Mauro Gianetti.

Hace ya cinco temporadas que la citada estructura salió a las carreteras. Fue en 2004, vestidos de amarillo y tras realizar un ensayo el año anterior con Vini Caldirola, equipo italiano que contó con Gianetti como mánager, Matxin como director y Saunier Duval como copatrocinador. Fue precisamente esta firma la que auspició la nueva escuadra, aumentando el esfuerzo económico que ya hacía para mantener un prestigioso equipo amateur. Llegaba la hora del gran salto.


En principio, Saunier Duval fue un soplo de aire fresco para el pelotón español. Era un equipo nuevo, cuya imagen era su director Joxean Fernández ‘Matxin’, de carrera intachable y buena fama gracias a su desempeño en el Mapei GS3 donde dieron sus primeras pedaladas profesionales superclases como Cancellara, Pozzato ó Rogers. La plantilla, equilibrada, contaba con hombres consolidados como Perdiguero, Piepoli o Juan Carlos Domínguez para ganar y jóvenes como Fran Ventoso, Juanjo Cobo o Purito Rodríguez que garantizaban el futuro y auguraban sorpresas.

En 2009, mirando con perspectiva, podemos decir que la vida de la escuadra que iniciara su vida como Saunier Duval ha estado en efecto plagada de sorpresas. Algunas fueron agradables, como la Volta a Catalunya 2004 donde Perdiguero se llevó tres etapas y la general, la entrada por la puerta grande en el UCI ProTour, la resurrección deportiva de Mayo en 2007 o los Giros donde el equipo amarillo dominó merced a una tercia de altura conformada por el propio Ricco’, Piepoli y Gilberto Simoni. Pero la mayoría han sido negativas.

El origen de los males de la estructura de Matxin y Gianetti podemos localizarlo en julio de 2007. Fue entonces cuando un renacido Iban Mayo daba positivo por EPO tras realizar un notable Tour de Francia. En ese momento se quebró el contrato fiduciario que cualquier equipo adquiere con cualquier organizador al acudir a su carrera: ya no había limpieza absoluta. Eso, en un deporte como el ciclismo donde los poderes fácticos cuentan más que los teóricos, se paga caro.

Y, en efecto, al año siguiente el Tour impuso penitencia a Saunier. La presión que sufrió el equipo a nivel de controles antidopaje fue enorme, más aún con las exhibiciones deportivas que algunos de sus componentes llevaron a cabo. Esta presión no hubiera servido de nada si ningún corredor hubiera incurrido en el error del dopaje, pero dos lo hicieron. Riccardo Ricco’ y Leonardo Piepoli, ganadores de etapa en la ronda francesa, dieron positivo. El equipo se retiró de inmediato de la carrera, pero el daño ya estaba hecho. Saunier retiró su patrocinio, la estructura malvivió hasta final de temporada con la esponsorización de Scott y acabó renunciando a competir en la última parte del año.

Después de esto, desengaño y desilusión a partes iguales. Y también necesidad. Matxin y Gianetti no tenían ninguna vía para recibir dinero pero sí un montón de contratos que cumplir. Así las cosas, no quedaba sino sacar a las carreteras la estructura un año más, buscar patrocinador a diestro y siniestro aunque fuera «tocando» a los que daban dinero a otros equipos, como se comentaba en el siempre lenguaraz ambiente ciclista. Finalmente, fue la marca japonesa de bicicletas Fuji quien aportó el dinero, con la ayuda de las empresas italianas Servetto y TMC Transformes.

Se rezaba por un año tranquilo, de transición y purga de penas. Sin despilfarros económicos para configurar la plantilla, porque no había dinero para ello. Sin tomar parte en las carreras más exclusivas, porque los organizadores miraban con lupa; no en vano, el Tour no les invitó aunque tuvieran derecho a ello. Y con tolerancia cero para el dopaje, porque cualquier mancha podía firmar la sentencia de muerte de la estructura. Pues bien: no sólo hubo una mancha, sino que fueron tres.


La primera, totalmente gratuita e innecesaria, vino de una Unión Ciclista Internacional que parecía dispuesta a ensañarse con la escuadra: reveló «valores sospechosos» en el pasaporte biológico de Rubén Lobato, que el año anterior formaba parte de la misma. La segunda, preocupante, llegó en julio con el positivo por CERA de Ricardo Serrano, que le había dado al equipo en la Vuelta a Romandía su victoria más importante del año. Y la tercera tuvo lugar hace apenas unas semanas: Alberto Fernández de la Puebla, un corredor que llevaba toda su carrera de la mano de Matxin, fue también controlado positivo. El tejemaneje ciclista en su máxima expresión y una formación herida de muerte…

Pero, a pesar de todo, no han podido. Ni los corredores sin escrúpulos, ni el acoso y derribo de los organizadores y federativos. No han podido derribar la estructura de Matxin y Gianetti, una torre no demasiado alta que se niega a caer a pesar de, ciertamente, haber hecho méritos para ello. Este 2010 saldrá a las carreteras gracias al apoyo de Footon y Servetto. Aunque sea más mal que bien y muy limitada de recursos, como analizaremos en el próximo artículo…

Año de cambios en el Saunier Duval

Matxin afronta 2008 con nueve bajas (que podrían ser diez) y siete altas, en un equipo que apuesta de manera decidida por ciclistas jóvenes.

Tras una temporada exitosa, con casi treinta victorias en su palmarés, el equipo Saunier Duval ha llevado a cabo una remodelación en su plantilla aparentemente dirigida al rejuvenecimiento de la misma. Prueba de ello es la baja de Gilberto Simoni. Tras un 2007 decente, con etapa y cuarto puesto en el Giro de Italia, el italiano ha puesto rumbo hacia Diquigiovani-Selle Italia, que con su escuadrón de jóvenes escaladores sudamericanos y un líder sólido como “Gibo” puede armar auténticas emboscadas en la montaña de la carrera rosa”
Otras dos bajas importantes son las de Koldo Gil y Francisco Ventoso. Ambas poseen un denominador común: ser turbias. En el caso de Koldo, su presunta relación con la Operación Puerto le marcó como ‘non grato’ para muchos organizadores. Finalmente Matxin ha tenido que claudicar en su empeño de que compitiera como lo que es: un ciclista más.
En el caso de Fran Ventoso, la baja del joven esprinter cántabro, prácticamente un ahijado de Matxin, ha disparado toda clase de rumores. Hay quien dice que su estrecha relación con Joxean –que iba más allá de la típica entre ciclista y director– se ha deteriorado peligrosamente. Otros rumores dicen que han sido presiones de la UCI. La versión oficial es que Ventoso había acabado su ciclo en Saunier Duval. De todos modos, sorprende la baja de este esprinter joven que estaba en plena fase de crecimiento y cuyo futuro parecía muy prometedor.¿A quién creer? Eso depende del lector. Lo único seguro es que Ventoso correrá el año que viene en Andalucía-Cajasur.
Aparte de estas tres bajas, destaca la del adalid antidopaje David Millar que, tras dos años de rendimiento relativamente bajo en Saunier-Duval, vestirá en 2008 los colores del Slipstream. Por otro lado, Peter Mazur deja el ciclismo debido a problemas de ansiedad; Guido Trentin está al filo de la retirada tras un par de años ciertamente mediocres; Christophe Rinero, experto y buen compañero, se va de Saunier Duval para recalar en Agritubel; mientras que Carlos Zárate, rodador venido a menos y también recusado por la Operación Puerto, y el holandés Remmert Wielinga, fichaje de última hora el año pasado, dejan el equipo sin demasiadas tener perspectivas sobre su futuro. Punto y aparte en el capítulo de bajas es Iban Mayo. Positivo en el frasco A y Negativo en el frasco B de un control antidopaje, la UCI se muestra sin embargo dispuesta a perseguirle y sancionarle. Su futuro, una incógnita; la verdad es que su caso hay que tomarlo con diplomacia.

Entrando ya en el capítulo de altas, Saunier Duval no cuenta con fichajes de relumbrón. Al contrario, casi todos sus nuevos ciclistas son jóvenes en progresión… y con mucho que progresar. Solamente Josep Jufré se escapa de esta definición; el veterano catalán viene ya de vuelta, curtido en mil batallas a sus 32 años y dispuesto a dejarse la piel por sus líderes. Hablando ya de los jóvenes, vienen dos italianos muy prometedores: Eros Capecchi y Ermano Capella. Capecchi, de 21 años, es un escalador con aspiraciones de vueltómano procedente de Liquigas; Capelli, llegado directamente del campo “diletante” italiano (categoría de aficionados italiana), es un joven esprinter y todoterreno que puede dar mucho que hablar, al estilo de Riccardo Ricco.
En Francia se han firmado dos ciclistas rapidillos muy interesantes. Desde Jartazi llega Denis Flahaut, que ya ha impresionado con su velocidad en el calendario francés; por su parte, Aurélien Passeron llega desde Acqua&Sapone en una franca progresión, que ya dejó ver en España con su victoria de una etapa de la Vuelta a Burgos.
Ya en España, los dos jóvenes fichados traen campanillas detrás. Desde Saunier Duval sub 23 llega un Héctor González, que ya desde junior apuntaba una enorme calidad que ahora, ya convertido en un excelente todoterreno, viene dispuesto a confirmar. Y desde el Grupo Nicolás Mateos hace su aparición Beñat Intxausti, otro joven al cual no se tiene miedo a nombrar como superclase. A pesar de que en 2007 no lució a un nivel despampanante, sí que demostró un talento que augura cosas muy buenas para el futuro.
2008, en definitiva, se presenta bien para Saunier Duval. Ricco, Marchante, Cobo, el eterno Piepoli… se perfilan como líderes de un equipo que además contará con jóvenes que se encuentran a punto de dar el salto a la palestra en la segunda fila; gente como Jesús Del Nero, Alberto Fernández y Javier Mejías. Eso sin olvidar a expertos como Ruben Lobato, Josep Jufré o David Cañada, y a jovencísimos como Arkaitz Durán, Raúl Alarcón o los nuevos fichajes.