Dentro del asfixiante panorama del ciclismo español cada soplo de aire fresco se celebra con alegría. Sucedió a finales de marzo, cuando la estructura Murcia (de categoría profesional el año pasado) consiguió salir a las carreteras una campaña más gracias a una fusión con el continental griego Heraklion, con unos medios modestos pero suficientes. Es el noveno equipo profesional de filiación española presente en el pelotón mundial, el segundo de nuevo cuño. El primero es un conjunto que marca un hito dentro de un proyecto al que se queda corto tildar de «a largo plazo»: Caja Rural.
El porqué se queda corto este apelativo salta a la vista cuando repasamos los diecisiete años que esta estructura navarra lleva en el campo aficionado. Con el apoyo de este patrocinador histórico, que ya diera nombre a un conjunto de primer nivel dirigido por Txomin Perurena que contó con Marino Lejarreta y Mathieu Hermans en 1988 y 1989, el Club Ciclista Burunda sacó a las carreteras un equipo amateur de alto calado, siempre con la vista puesta en el salto a cotas superiores. «La idea de hacernos ‘pros’ viene de lejos», reconoce Eugenio Goikoetxea, director deportivo y artífice junto a Iñaki Juanikorena de esta aventura, «pero gracias a los espónsor hemos podido llevarla a cabo en pocos meses. Empezamos a movernos seriamente en verano».
El tener equipo continental no lleva aparejada la desaparición de la escuadra aficionada («para conservarla hemos comprado una infraestructura nueva: dos autobuses, varios coches nuevos de Skoda…») ni su debilitamiento. Tampoco significa, sin embargo, que el Caja Rural aficionado sea el único conjunto amateur del cual se vaya a surtir el continental, desobedeciendo la política de filiales y ‘equipos convenidos’ que tanto daño hace en el panorama elite y sub23 español. Y éste tampoco será un polo de atracción para acumular grandes talentos a base de promesas: «ninguno de los ciclistas que hemos incorporado este año al amateur ha venido con compromiso de pasar el próximo a continental». Se dijo que con Ryabkin era así, «pero en realidad queríamos tenerlo y no pudimos darle cabida en el continental por tema de cupos de extracomunitarios».
Hacía varios años que la subida de Caja Rural a continental pululaba por lo mentideros ciclistas. Siempre asociada a Caisse d’Épargne que, se rumoreaba, ayudaría al conjunto navarro a cambio de que fuera un coto privado para ‘cazar’ talentos. Sin embargo, este extremo no es del todo real. «Somos un equipo puente, filial de todos y filial de nadie». La intención es que cualquier escuadra de mayor nivel se fije en los ciclistas que visten este año el maillot verde para reforzarse; «ojalá la temporada que viene no quede ninguno de los de 2010 con nosotros». Si es cierto, sin embargo, que el equipo de Echavarrí y Unzué ha recomendado ciclistas para que Caja Rural los incorpore; alguno llegó, otros no. El caso paradigmático es el de Michal Kwiatowski, que debuta como profesional en Caja Rural esta campaña y tiene firmado contrato para 2011 y 2012 con Caisse. «Será muy bueno dentro de dos o tres años», comenta Goikoetxea. Por lo pronto, el polaco ha mostrado combatividad en casi todas las pruebas en las que ha tomado parte.
Kwiatowski no es el único puntal de los verdes. La plantilla está compuesta de quince corredores, nueve de ellos menores de 25 años y diez neoprofesionales, algunos del talento de Egoitz García o David De la Cruz. O el uruguayo Fabricio Ferrari, que pasa pros un poco tarde pero ha mostrado su calidad desde el primer momento con actuaciones como la del GP Llodio (4º). «Cuando coja experiencia nos dará más de una alegría», vaticina su director. Desde el pelotón portugués llegaron el ex Cartaxo Aketza Peña («aporta veteranía») y el ex Liberty Vitor Rodrigues («es muy conocido en Portugal y muy buen escalador»). También firmaron, provenientes de Murcia – AMPO, Rubén Reig y Oleg Chuzda. Y la joya de la corona de Caja Rural, José Herrada.
El de Mota de Cuervo es, sin duda, el líder de los verdes. «También están Aketza y Rodrigues para las generales», puntualiza Goikoetxea. «Pero es muy bueno. Ya ha estado en varios equipos superiores, pero incomprensiblemente no se han fijado en él. Se le ve con ilusión y va a disputar el mejor calendario posible». Y repite un deseo en voz alta: «ojalá el año que viene esté en un Caisse d’Épargne o similar…». Lo cierto es que Herrada se ha erigido en el ciclista más destacado del conjunto navarro, mostrando su talento para la escalada y combatividad en cada ocasión propicia. Alguna vez, incluso, se ha visto a Caja Rural controlando el pelotón en su favor, para ser tercero en el Tour de Normandía ó décimo en la Klásika Primavera.
Herrada es autor de parte de las actuaciones que hace a Goikoetxea hablar de un balance «positivo. Hemos dado la cara a través de escapadas y en el pelotón, hemos batallado por doquier, sólo nos falta rematar y conseguir una victoria». Hasta ahora han tomado parte en todas las carreras españolas excepto la Challenge de Mallorca y la Clásica de Almería y en varias carreras francesas gracias a la mediación de la empresa de management Velofutur. Las perspectivas incluyen, amén del calendario español (lo correrán completo, excepto las pruebas citadas antes y la Vuelta a Burgos) más carreras francesas y la posibilidad de participar en la Vuelta a Portugal gracias a la presencia de Vitor Rodrígues («tenerlo en plantilla nos abrirá puertas», insinúa).
Pero antes el reto estará en la semana asturiana, que comienza mañana con la Subida al Naranco y continuará hasta el domingo con la Vuelta a Asturias. Una buena oportunidad para comprobar cómo evolucionan las cosas en Caja Rural, un auténtico soplo de aire fresco para el pelotón español.
Foto: Francis Ruiz