El nuevo La Vie Claire avasalla en la CRE

7 de Julio, Arueda.com

Había dudas en torno a cuál sería la actuación del equipo kazajo en esta contrarreloj por equipos. Había dudas, en especial, en torno a cuál sería el feeling entre sus hombres después de la sorprendente etapa de ayer, donde Armstrong se filtró en un corte junto a Zubeldia y Popovych y consiguió una renta de cuarenta segundos más valiosa en el plano moral que en el deportivo. Valiosa, especialmente, con respecto de un Contador que se perfilaba víctima real del movimiento realizado desde el coche del director Johan Bruyneel, que por otro lado fue impecable tácticamente.

En la prueba de hoy, sin embargo, todo ha sido diferente. Los nueve hombres de Astaná han dado lo máximo de sí mismos, desmintiendo cualquier mal ambiente en el equipo. Grégory Rast y Dimitri Murayev se cortaron antes de la mitad de la carrera, sus compañeros son de un nivel mucho más alto que ellos, meros gregarios. El resto rodaron a una velocidad endiablada: Paulinho, Zubeldia, Popovoych, Leipheimer, Klöden. Contador. Y, sobre todos, Armstrong. El americano dio toda una exhibición. Sólo le faltó la guinda del maillot amarillo, que mantuvo por centésimas el poderoso suizo Fabian Cancellara.


Una CRE nunca vista en el Tour

El recorrido de la contrarreloj por equipos se las trajo. El propio Lance Armstrong lo avisó en su Twitter hace una semana: “olvidad todos vuestros pronósticos, esta CRE es totalmente diferente”. No pudo acertar más. Lejos de ser un trazado típico, con anchas carreteras llanas donde las mejores escuadras pudieran desplegar toda su potencia, la ruta estuvo sembrada de encerronas, repechos ratoneros, calzadas estrechas y, sobre todo, curvas peligrosas. Una en especial, a los pocos metros de salir, causó varios estragos: en ella se fueron al suelo Bingen Fernández (Cofidis), Allesandro Ballan (Lampre) y Denis Menchov (Rabobank), que perdió en meta otros 2’20” que le sitúan en la general con cuatro minutos de desventaja casi insalvables si hablamos de pelear por el amarillo.

Los primeros en salir fueron Caisse d’Épargne y Katusha, buenas escuadras con grandes rodadores que marcaron referencias muy válidas; no en vano, fueron séptimo y sexto al final. Tardaron mucho en batir sus tiempos; los pupilos de Eusebio Unzué en particular realizaron una CRE de más a menos que les valió ser los mejores en el primer punto intermedio de la prueba al final de la jornada.

Algunos favoritos, decepcionantes

Liquigas fue la primera en batir a Caisse y Katusha. Antes, todas las actuaciones habían sido decepcionantes: la ya comentada de Rabobank o la del Silence – Lotto de Evans, donde el australiano estuvo demasiado solo y nervioso perdiendo 2’36”, fueron paradigmáticas. La excepción a la regla de la decepción fue el Cervélo de Carlos Sastre, que perdió unos dignísimos 1’38” para acabar octavo en la CRE.

Después de que los italianos de Liquigas se pusieran los primeros (acabarían cuartos a 58”) llegó Euskaltel, otra sorpresa agradable. Cimentados en el voluntarioso Mikel Astarloza, los vascos marcaron un meritorio tiempo que les sirvió para acabar décimos a 2’10”. Tras ellos llegó un Garmin desatado que, con una táctica rudimentaria de ir a tope desde el principio, acusaron quedarse con los cinco hombres mínimos para la toma de tiempos del equipo demasiado pronto; aún así, batieron a Liquigas. Luego, sin embargo, se vieron derrotados por 18” ante el potentísimo Astaná y, tal vez, comprendieron que fue demasiado prematuro dejar atrás a Danny Pate sin haber recorrido ni siquiera diez kilómetros.

Todos los equipos contra el nuevo La Vie Claire

Quedaban tres, los tres máximos favoritos. Columbia acusó su portentosa etapa de ayer, donde cortaron al pelotón a voluntad, y cedió casi un minuto. Astaná marcó distancias de una manera excepcional. Saxo Bank, por su parte, echó mano de Cancellara. Se podría decir, sin exagerar, que la ‘locomotora de Berna’ hizo casi un tercio de la CRE encabezando a su equipo; gracias a ello mantuvo el maillot amarillo por escasas centésimas. También fue trabajo colectivo, sacrificio en favor de los hermanos Schleck y de él mismo.

Todo es poco para contrarrestar al mayor arsenal de talento ciclista desde los tiempos de La Vie Claire, aquel equipo que reuniera en su plantilla a Hinault, Lemond, Hampsten, Bauer, Rutimann y Barnard. Se podría decir, sin exagerar, que no le tiene nada que envidiar este Astaná de Armstrong, Contador, Klöden, Leipheimer, Popovych y Zubeldia. En 1985 y 1986, aquel legendario equipo firmó sendos dobletes en la general final del Tour. ¿Llegará este Astaná tan lejos, o se dividirá por el camino por la lucha de egos?

Astaná y los demás

Repaso a la participación del Tour de Francia
2 de Julio, Arueda.com

Ayer hablábamos del recorrido, del escenario donde se iba a desarrollar el Tour de Francia, y concluíamos dos aseveraciones. La primera, que estaba ensombrecido por la penúltima etapa en el Mont Ventoux. La segunda, que su éxito dependía en gran medida de la actitud de los participantes, de los actores. Y en ellos nos centramos en esta segunda parte de la previa de la gran ronda francesa…

Si el escenario se opacaba con el Mont Ventoux, podríamos decir algo parecido de los actores con Astaná. Todas las miradas están en el equipo kazajo, que aglutina hasta seis ciclistas que son y han sido capaces de liderar a un bloque con garantías de puesto entre los diez primeros e incluso de podio. El vasco Haimar Zubeldia (5º en 2003), el ucraniano Yaroslav Popovych (8º en 2007), el americano Levi Leipheimer (3º en 2007) y el alemán Andreas Klöden (2º en 2004) conforman una potentísima y temible escuadra de gregarios de lujo al servicio de dos líderes de aún mayor postín de cuya cohabitación puede surgir una polémica casi histórica.


El debate de Astaná: ¿Armstrong ó Contador?

Lance Armstrong y Alberto Contador. El americano ha vuelto para ser el mejor, lo fue durante siete años consecutivos y, tras tres temporadas de parón, no parece dispuesto a renunciar a ese estatus de capo absoluto del pelotón. No parece dispuesto a abdicar en un pinteño que, durante su ausencia, no hizo sino crecer a pasos agigantados hasta el punto de conquistar en apenas catorce meses las tres grandes vueltas.

De hecho, el tejano ha sido explícito en sus declaraciones: él aboga porque el líder se decida en la carretera, en la contrarreloj de Mónaco, el único terreno donde teóricamente Armstrong puede ser superior. Un duelo donde sólo hay una pequeña esperanza de salir victorioso para Contador. El título de campeón de España contrarreloj que se adjudicó el pasado fin de semana apunta una gran evolución en esa especialidad que incluso podría servir para derrotar al heptacampeón, que por otra parte no ha pasado del décimo puesto en ninguna de las cronos donde ha tomado parte este año.

El resto de factores inclinan inexorablemente la balanza en favor de Contador. El ritmo de competición que el madrileño ha mostrado en todas y cada una de sus apariciones esta temporada ha sido impepinablemente mayor que el del tejano; las sensaciones también ha sido mejores. Incluso los resultados: ganador en País Vasco y Algarve, segundo en Castilla y León, tercero en Dauphiné, cuarto en París-Niza; ésa es la hoja de servicios de Alberto. La de Lance se reduce al 12º lugar en la general final del Giro de Italia. Las voces que, desde dentro del pelotón, apuntan a un Armstrong realmente fuerte capaz de aspirar al maillot amarillo no se pueden sustentar en ningún factor más o menos objetivo.

Sastre, Evans y Menchov: el resto de la primera fila de favoritos

Tras Armstrong y Contador, el siguiente gran candidato a ganar el Tour de Francia de este año es el vigente campeón Carlos Sastre. El abulense, enrolado este año en el equipo Cervélo, llega a la carrera francesa después de firmar un buen Giro (4º en la general y dos etapas fue su bagaje) y pasar casi un mes y medio descansando, sin dejarse ver por las competiciones. Su principal aval es la experiencia; su recelo es la falta de dinamita en las piernas, el no tener un terreno donde marcar diferencias concretas de no mediar circunstancias tácticas. La suerte es que estas últimas las domina a la perfección.

El australiano Cadel Evans, por su parte, llega con la esperanza de desligarse de la etiqueta de ‘Poulidor del Siglo XXI’ que se le empieza a aplicar después de años mostrando su impericia para hacerse con el triunfo en carreras grandes. A favor del ciclista del Silence-Lotto están su innegable calidad para subir y rodar y el cambio de actitud mostrado en la Dauphiné Liberé, que al dotarle de ambición puede marcar un antes y un después en la carrera del que parece destinado a ser un eterno segundón. En su contra está, además de la condición antes nombrada, la debilidad de su equipo, que le imposibilita defender un hipotético liderato con garantías.

De eso, de defender un liderato con unos coequipiers flojos, sabe bastante Denis Menchov. El ruso de Rabobank, ganador del Giro’09 con una escuadra ínfima, llega a la salida de Mónaco con los deberes hechos y más fuerte que nunca; la ‘maglia rosa’ es un punto de inflexión para el navarruso. Es cierto que antes había ganado la Vuelta en dos ocasiones, pero ante rivales menores o en una condición menor. Pero hacerse con el triunfo del Giro del Centenario mostrando una fortaleza tan apabullante tanto en montaña como en contrarreloj puede haberle dotado de otro tipo de fortaleza, la mental, que tanto había echado de menos en otras circunstancias. Junto a él estará uno de los favoritos al maillot blanco, el holandés Robert Gesink.


Dos bloques potentes: Saxo Bank y Liquigas

Si empezábamos hablando del bloque de Astaná y su disyuntiva del liderato, en la salida de Mónaco habrá otra formación capaz de poner en jaque la carrera si se lo propone. Una escuadra cuya fortaleza radica en la suma de outsiders, corredores capaces de aspirar a un puesto entre los diez primeros que coordinándose podrían auparse al podio. Se trata de Saxo Bank. Los chicos de Bjarne Riis acuden al Tour capitaneados por los hermanos Frank y Andy Schleck, 6º y 12º de la gran ronda francesa el año pasado, y poseen en la retaguardia a un ciclista que es garantía de espectáculo y resultados cuando está en forma… y de hecho lo está. Es suizo, se llama Fabian Cancellara y se presenta a este Tour como un tapado capaz de todo después de ganar la ronda de su país.

Desde Italia llega también otro equipo capaz de asustar y reventar la carrera si las cosas le funcionan: Liquigas. Los de Roberto Amadio han reservado a dos jóvenes casi prodigiosos para este Tour, llamados a batirse el cobre con los más grandes: el checo Roman Kreuziger y el italiano Vincenzo Nibali. Ambos, notables escaladores y contrarrelojistas, aspiran a un puesto entre los diez primeros pero no renuncian a nada, incluso a moverse en escaramuzas desde el inicio de la etapa. Estarán reforzados por todo un podio del Giro del Centenario, Franco Pellizotti, que acudirá en busca de etapas.

Algunos deberán confirmarse… y justificarse

Otro candidato de segunda fila a la general del Tour es el americano de Garmin Christian Vandevelde, que deberá confirmar el quinto puesto del año pasado. Tres puestos tras él el año pasado, el luxemburgués de Columbia Kim Kirchen se encuentra en una situación parecida y deberá ratificar sus buenas prestaciones de 2008, más aún en un 2009 que está siendo aciago para él. De reojo habrá que mirar a Marzio Brusheghin, que liderará al equipo Lampre y buscará completar una participación digna.

En los equipos franceses, por otra parte, hay cierta ansiedad por justificar temporadas cuyo eje es por completo el Tour de Francia. En este sentido, AG2R presenta a un candidato serio al top ten que se quedó a las puertas de figurar en él en 2008, el ruso Vladimir Efimkin, y a una posible sorpresa mayúscula como el irlandés Nicolas Roche. Agritubel llevará al eterno y decadente Christophe Moreau, mientras Cofidis pone sus esperanzas en el irregular escalador David Moncoutié y Française des Jeux en un Christophe Le Mével que parece dispuesto a jugar la carta de la general.

La pléyade de sprinters

No sólo de general vive el Tour, y como cada año se vivirá la lucha por el maillot verde y los triunfos obtenidos en los últimos metros merced a emocionantes volatas. Estará presente el indiscutible mejor velocista del momento Mark Cavendish (Columbia), con un equipo de buenos rodadores a su disposición. Frente a él, clásicos como el noruego Thor Hushovd (Cervélo) o el tricampeón mundial español Óscar Freire (Rabobank). También se encontrarán en las carreteras francesas tres corredores dispuestos a lavar la cara de su temporada como los accidentados Daniele Benatti (Liquigas) y Alessandro Ballan (Lampre), y Tom Boonen (Quick Step), cuyo segundo positivo por cocaína está siendo un calvario difícil de soportar.

El resto de opciones en el sprint pasan por posibles sorpresas como Ciolek (Milram), Haussler (Cervélo), Van Hummel (Skil-Shimano), Feillu (Agritubel), Dean (Garmin) ó el medallista en el Mundial de Madrid’05 Geslin (Française des Jeux). También por dos jóvenes españoles en plena progresión como Koldo Fernandez de Larrea y José Joaquín Rojas, cuyo posible rendimiento analizaremos mañana en la tercera parte de la previa del Tour de Francia junto al del resto de sus coequipiers en Euskaltel ó Caisse d’Épargne. ¿O creíais que habíamos olvidado a los equipos españoles?

Victoria del Ciclismo en París – Niza

Contador casi devuelve la moneda a Luis León

No podía quedar así, no podía quedar la imagen de Alberto Contador como la de un ciclista roto, que pierde dos minutos en tres kilómetros y se deja la carrera por una ambición exagerada. Para eliminarla de la retina del aficionado quedaban algo más de cien kilómetros por los alrededores de Niza, tradicionales, con tres puertos catalogados de primera aunque tendentes más a la segunda categoría: Porte, Turbie, Eze. Luis León Sánchez sabía lo que iba a venir, conoce a Contador como coetáneo y compañero de equipo varias temporadas; el de Pinto iba a atacar desde el inicio.

Y, efectivamente, sucedió. En las primeras estribaciones del larguísimo Col de Porte se formaba un grupo de veinticinco ciclistas donde entraban dos coequipiers del superclase madrileño, el kazajo Dyachenko y un Popovych que parece ser la segunda mejor arma de un Astaná que ha mostrado una imagen deplorable, Contador aparte. El Caisse d’Épargne del líder Luis León, por su parte, filtraba a Óscar Pereiro y David López, sabedor de que aquello no hacía más que comenzar. Cuando la fuga tenía una veintena de segundos, Contador saltó del pelotón. Se pusieron entonces los astros del lado del corredor de Astaná, o más bien en contra de un Luis León que pinchaba en dos ocasiones consecutivas. Ello obligo a su equipo a esperar, frenar el pelotón y dejar marchar a Contador hacia la gesta.

Pasó el madrileño como un obús por el grupo de fugados, quien pueda que me siga, y sólo pudieron a la postre otros cuatro ciclistas entre los cuales no estaba -significativamente- ninguno de sus coequipiers: el estonio Rein Taaramae (Cofidis), el francés Sandy Casar (Française des Jeux) y los nacionales Aitor Hernández (Euskaltel)… y David López. Hizo camino junto a ellos, fueron útiles Casar y Taaramae en la transición entre Porte y Turbie hasta caer desfondados, primero el joven estonio y luego el curtido francés. Hernández, por su parte, no podía dar más de sí y cedió a las primeras de cambio, si bien su combatividad y el cierto punto de descaro mostrados merecen un reconocimiento. David López, por su parte, se limitó a rodar el último del grupo y esperar a que desde el coche le mandaran esperar para tirar del pelotón…

Un pelotón donde las alianzas e intereses comunes tomaron presencia a partir de que Contador alcanzara, pasado el Col de Porte, los 2:30 de ventaja, una diferencia que le colocaba líder virtual. Caisse d’Épargne estaba superado, sólo Perget y un Pereiro cuya buena actitud quedaba opacada por un mal momento de forma daban el ancho; no era suficiente. Quick Step y Saxo Bank no tuvieron más remedio que colaborar, dado que veían amenazados los puestos de podio de Sylvain Chavanel y Frank Schleck, respectivamente.

La distancia bajaba en el llano y la bajada, en algún momento el grupo de Contador parecía estar cazado al mantener sólo quince segundos de ventaja con más de treinta kilómetros hasta meta. Sin embargo, cuando llegaba la subida se entraba en terreno del madrileño; y ahí ni Perget, ni Sörensen, ni Pineau, ni tantos otros que relevaban en el pelotón… ni todos juntos podían con el madrileño, que incrementaba su ventaja para poder soñar ya no con la general, sino al menos con la victoria de etapa. En los descensos, por contra, la historia seguía discurriendo al revés.

Una vez pasado La Turbie, la gesta de Contador ya no era posible; el maillot amarillo estaba demasiado lejos. Su enconada lucha individual contra el gran grupo había terminado con el resultado lógico. Saxo Bank cejó entonces en el empeño de perseguir, dejándole la tostada a un David López que no pudo resistir con Contador y ahora tiraba de Luis León. El madrileño volvía a marcharse poco a poco, hasta que un agresivo Toni Colom (Katusha) demarraba y se llevaba consigo a Frank Schleck, que veía la oportunidad de asaltar el segundo lugar de Chavanel en la general. Después se unía a ellos un Cadel Evans que debió sentirse raro atacando. Siempre tiene que haber una primera vez, pensaría el australiano de Silence. Luis León Sánchez, mientras tanto, hacía gala de una sangre fría extraordinaria y confiaba en el trabajo del voluntarioso David López.

Se coronó Eze y la aventura de Contador tocaba a su fin. El campeón madrileño poseía una ventaja exigua de trece segundos respecto al trío perseguido, que se convirtió en dúo cuando Evans dejó ver de nuevo sus pésimas dotes de bajador, ilógicas en un corredor supuestamente habilidoso al venir del mountain bike. Fue finalmente absorbido a poco más de diez kilómetros de meta, en plena bajada, y trató de colaborar con dos hombres que tiraban con una fuerza inusitada pues las circunstancias le acercaban sus objetivos: Colom era de largo más rápido que Contador y Schleck, lo cual le daba la victoria de etapa; Schleck, por su parte, recibía noticias de que a Chavanel se le había salido la cadena, lo cual ampliaba opciones de robar al francés el segundo cajón del podio.

Al entrar al Boulevard de los Ingleses todo parecía definido como finalmente se definió. Luis León iba en un grupito de diez donde había empalmado Chavanel, controlando las distancias sabedor de que se iba a llevar holgada y merecidamente la prueba. Schleck sabía que a su rival francés la avería le había costado ciertos segundos, lo cual le encaramaría a la segunda posición en la general final; incluso se permitió el lujo de dar un último relevo potente para después dejarse ir y no disputar el sprint. Toni Colom, por su parte, tenía la victoria casi asegurada y conseguía así el objetivo que tanto había buscado en esta París – Niza a pesar de un último golpe de riñón de Contador…

Contador. Estadísticamente se quedó sin recompensa. Moralmente, sin embargo, ha sido el gran triunfador: se ha revindicado como ciclista y como campeón. Además, desde este momento su faceta de celebridad puede ir ‘in crescendo’ sin muchas dificultades a poco que maneje bien su entorno mediático. Por último, no cabe duda de que esta experiencia será muy valiosa; ya decía Armstrong en su Twitter que le quedaba mucho que aprender. Ahora le queda un poco menos.

Pero, sobre todo, el que gran beneficiado hoy es el ciclismo. En estos tiempos de polémicas entre grandes vueltas, dopaje y debate sobre el pinganillo, son de agradecer jornadas de competición pura como la de hoy. Los líderes ya no escudan en equipos, ni se excusan en calendarios; ahora demuestras su condición de ‘grandes’ desde el primer hasta el último minuto de temporada. Eso lo agradece el aficionado fiel, también el aficionado medio al que los nombres llaman más cuando detrás hay hombres. Cuando hay la consciencia de que viendo hoy a Luis León vemos el principio de un próximo líder mundial. Cuando viendo hoy a Contador sabemos que observamos el principio de una auténtica leyenda.

París – Niza estalló en las manos de Contador

A treinta kilómetros de la meta se coronó el Puerto de primera de la Bourgaille en la séptima etapa de la París – Niza. Se acababa de formar un grupo casi perfecto para los intereses españoles: Alberto Contador (Astaná), líder de la prueba, junto al poderoso rodador Luis León Sánchez (Caisse d’Épargne), segundo en la general, y el escalador Toni Colom (Katusha), noveno. Por detrás, Frank Schleck (Saxo Bank) no podía mantener el ritmo y esperaba a su compañero Jens Voigt para intentar entrar en el grupo de los españoles. El resto de favoritos, incapaces, se organizaban esperando minimizar el tiempo perdido en meta.

La situación no podía ser mejor, la manera de llegar a ella tampoco. Todo había empezado con una fuga de una decena de corredores, donde viajaban Juan Antonio Flecha y Joan Horrach y de la cual el último superviviente fue un Martin Velits (Milram) que sólo fue cazado por el trío de españoles formado al final de la Bourgaille. La selección en el pelotón la llevaron a cabo los voluntariosos hombres de Cofidis; Remi Pauriol y Amaël Moinard, entre otros, se vaciaron para acercar a la victoria a un David Moncoutié al cual se le acabó la gasolina demasiado pronto. Empezaron entonces los ataques, donde tomó la voz cantante un Toni Colom que primero redujo el grupo a sólo ocho ciclistas. Luego, su aceleración sólo pudo ser respondida (y continuada) por Contador primero y Luis León después.

Fue entonces cuando se coronó la Bourgaille y todo parecía dispuesto para la entente. A Luis León le interesaba la general, asegurarse un puesto en el podio utilizando su potentísimo motor durante el descenso jalonado de repechos camino de Fayence; los anhelos de Colom iban por la etapa. Contador, por su parte, se hubiera quitado de un plumazo a todos los rivales menos el murciano de Caisse d’Épargne, una bendición si tenemos en cuenta que en la salida había cuatro ciclistas más en disposición de asaltar su liderato.

Hubo entonces momento para el recuerdo. La memoria nos retraía al “¡¡Luisle, Luisle!!” gritado por Contador hace dos años, camino de Cannes en la penúltima etapa de la propia París – Niza, cuando Luis León no quiso esperar al superclase madrileño de Astaná, que de haber ido con él se hubiera puesto de líder en una carrera que a la postre sería suya. Fue un momento de desacuerdo, en el cual un ambicioso Contador no quiso hacer un trato y ceder al murciano la victoria de etapa a cambio de quedarse con el liderato. Pudo haberse arrepentido. Esta vez, seguramente, se arrepentirá.

El recuerdo se convirtió en un fantasma que se pasó para saludar y complicarlo todo. Por detrás, Sylvain Chavanel (Quick Step) se había unido al dúo de Saxo Bank y conseguía reducir distancias respecto al trío de cabeza. El acuerdo tenía que llegar sí o sí, Luis León se acercó a Contador e intentó hablarle. El madrileño, demasiado altivo, no quiso saber nada y sí mantener sus opciones de llevárselo todo. Pasaba con menor fuerza al relevo porque era el líder y teóricamente no tenía tantos intereses como sus compañeros porque esa aventura llegara a buen puerto; su negativa a ceder nada resultó demasiado irritante.

Cuando los perseguidores alcanzaron la cabeza de carrera, sus hasta ahora compañeros de fatiga Toni Colom y Luis León Sánchez comenzaron a lanzar ataques que sonaban a reproche. Contador debía responder en primera persona, puesto que todo lo que fuera darles demasiada ventaja perjudicaba sus opciones de triunfo en al general. Los extranjeros, expectantes, dejaban hacer. Hasta que un ataque de Luis León no pudo ser respondido por el superclase madrileño, que se vio obligado a dejarlo ir y, lo que es peor, renunciar a controlar la distancia que tomara el madrileño. Hemorragia de segundos, la ambición hacía que a Contador se le escaparan Luis León y la carrera.

En apenas diez kilómetros de terreno rompepiernas (descenso técnico y repechos) el corredor murciano había recortado a Contador la ventaja que le llevaba en la general. El de Astaná, por su parte, tiraba a la desesperada con menos desarrollo del conveniente, pidiendo a sus compañeros de grupo algún relevo y acordándose de sus coequipiers, que viajaban en grupos más retrasados víctimas en casi todos los casos de un mal momento de forma. Sólo Voigt le daba un respiro, cuidando de las opciones de Frank Schleck, pero sin demasiada fe.

Quedaban sólo cuatro kilómetros hasta meta, dos de llano y dos de subida. Luis León llevaba un minuto de ventaja. Y entonces Colom reprochó por última vez a Contador su ambición, que había impedido al grupo de españoles llegar a meta y jugarse la victoria. El reproche, en forma de demarraje, no lo pudo responder el campeón madrileño. Voigt sí pudo. Schleck y Chavanel se quedaron a rueda de Contador, atónitos ante la impotencia del ex pupilo de Manolo Sáiz. Entonces el francés de Quick Step decidió dar el golpe de gracia, atacó y se llevó al de Saxo Bank a rueda para dejar a Contador solo y desfondado.

Lo que sucedió después fue una pájara en toda regla. También la imagen de un ciclista hundido, más psicológica que físicamente, debido a sus actos. Alberto Contador perdió casi dos minutos en tres kilómetros, fue superado por un grupo de veinte ciclistas como el más vulgar esforzado de la ruta que es devorado por el pelotón después de una infructuosa fuga en el llano. Uno tras uno le iban superando corredores infinitamente inferiores a él, pero sin la soberbia que había aparecido para hundirle y robarle una carrera que parecía suya.

Luis León Sánchez, por su parte, llegó lleno de rabia y fuerza bruta a cruzar la empinada línea de meta de Fayence, donde alzó los brazos al cielo como recuerdo a su hermano León Sánchez. Sacó cincuenta segundos a los otros favoritos, que llegaron encabezados por Colom; y castigó con casi tres minutos a Contador. A un Contador que, con una sangre fría que incluso se podría haber disfrazado de humildad, debería haber colaborado a tope con él y Colom para llegar a meta con ventaja, eliminarse rivales y ganarse amigos. No lo hizo y por ello seguramente ha perdido la París – Niza. La parte buena, la única, es que tiene 26 años y con esto aprende una valiosa lección.

Cinco nombres del Inicio de temporada (I)

Empezó el curso ciclista 2009, y empezó esperanzador. Los corredores parecen renovados, mucho más combativos los pequeños y con más ganas de lucir los grandes. Cada año se empieza a competir de verdad antes; el Tour Down Under y la Vuelta a Qatar eran hasta ahora las citas importantes de enero, pero en 2009 se unió al grupo la argentina Vuelta a San Luis y la gabonesa Tropicale Amissa Bongo va camino de ello. En febrero hicieron acto de presencia el tradicional Tour del Mediterráneo, ‘nuestras’ Challenge de Mallorca y Vuelta a Andalucía (este año Valencia se ha suspendido), los Etruscos italianos… Todas estas carreras han dado el pistoletazo de salida, aunque la temporada no habrá empezado por completo hasta que se unan al festival esta semana las clásicas con la Omloop Het Nieuwsblad belga, antigua Het Volk, primera prueba de pavés de la temporada.

Empezó el curso ciclista 2009, empezó esperanzador y también voraginoso. Voy a intentar repasar lo sucedido a través de diez nombres, cinco españoles y cinco internacionales. En esta primera entrega veremos la parte española, cinco representantes nacionales que han sido noticia por sus grandes actuaciones deportivas, por desgraciadas lesiones… o por tristes asuntos extradeportivos.

Alberto Contador El año pasado completó la triple corona, acumulando en su palmarés Giro, Tour y Vuelta, pero a pesar de ello parece no haber saciado su sed de triunfo. Sólo así se explica que haya iniciado la temporada de esta manera, ganando en su cuarto día de competición la contrarreloj de la Vuelta al Algarve para así hacerse al día siguiente con la general de la carrera portuguesa. El madrileño está arrollador, seguramente motivado por la presencia de Lance Armstrong en su equipo Astaná para discutirle el liderato. Por lo pronto, ya va marcando territorio y engrosando el balance de una temporada que promete ser histórica…

Toni Colom Si arrollador está siendo Contador, lo de Colom no es para menos. Su fichaje por Katusha le ha servido para encontrar un lugar donde asumir el liderato, y su excelente momento de forma para conseguir varios triunfos de prestigio: empezó con el Trofeo Bunyola y la general de la Challenge de Mallorca, ha continuado birlándole al propio Contador la etapa reina de Algarve (no pudo con la general por equivocarse de ruta durante la crono) y ahora tiene en su punto de mira Paris-Niza, donde ya destacara en 2006. Una prueba que puede catapultarle al primer nivel internacional.

Xavier Tondo Otro de los grandes protagonistas del inicio de temporada español, el catalán de Andalucía – Cajasur está revindicándose como un corredor polivalente. Capaz de imponerse en un final en alto (como hiciera en la Vuelta a San Luis, primera victoria española de la temporada) y en una contrarreloj (como en el prólogo de la Vuelta a Andalucía), sus directores han apostado fuerte por él e incluso le sitúan entre los diez primeros de la Vuelta. Y, ciertamente, no resultaría una sorpresa.

Alejandro Valverde Si lo dicho hasta ahora constituye la parte buena de lo sucedido en esta temporada, ahora toca hablar de lo malo. Valverde, seguramente uno de los tres mejores ciclistas del mundo, ha vivido y vive con un estigma sobre él: su presunta implicación en la Operación Puerto. Por ella, el intrépido fiscal del CONI Ettore Torri le llamó a declarar, después de según él demostrar que la bolsa de sangre número 18 de la OP pertenecía al murciano. Feo asunto ante el cual Valverde sólo puede seguir demostrando que es un gran campeón.

Lesionados No hay cosa más indeseable para un deportista que los problemas físicos; nunca vienen bien, lleguen en tu mejor momento de forma o en plena preparación para el mismo. A lo primero se ha tenido que enfrentar José Joaquín Rojas, a quien una caída cuando iba líder de la Challenge de Mallorca le ha interrumpido justo cuando más estaba brillando. Lo segundo le ha sobrevenido al cántabro Óscar Freire, cuyo accidente en la Vuelta a California le provocó la fractura de varias costillas, echando con ello por alto la primera parte de su temporada. Toca reorganizar su calendario, no podrá competir en sus predilectas Tirreno-Adriático y Milán-San Remo pero sí tomar la salida en carreras donde nunca ha estado, como el Giro de Italia.

Vinokourov volverá al ciclismo profesional en 2009

Arueda.com
El ciclista kazajo de 35 años ha anunciado en una entrevista exclusiva con la televisión belga Sporza que retornará a la competición el año que viene tras cumplir su sanción por dopaje en el Tour’07. Será otro gallo en el corral de Contador.


Alexandre Vinokourov (1973, Petropavlovsk) deja claras sus intenciones: “mi primer objetivo es el Giro de Italia”. Busca así redondear una carrera deportiva que comenzó en agosto de 1997 dentro del equipo Casino y se vio abortada en julio del año pasado, cuando vistiendo los colores de Astaná fue testado positivo durante el Tour de Francia, donde se hizo con dos etapas de las cuales fue desposeído. Sus mayores hitos como ciclista fueron la Lieja-Bastogne-Lieja de 2005, dos París-Niza (2002 y 2003), tres etapas del Tour y un tercer lugar en la misma carrera en 2003, y la victoria en la general final de la Vuelta a España en 2006.

El kazajo ya afirma en la entrevista que espera “poder encontrar un hueco en Astaná”, el equipo que él mismo alumbró hace dos años. El mismo donde corren actualmente ciclistas como el español Alberto Contador, el estadounidense Levi Leipheimer o el alemán Andreas Klöden. El mismo donde el año que viene también volverá a la competición el heptacampeón del Tour de Francia Lance Armstrong. Se formará así un auténtico equipo de cracks donde será difícil decidir quién es el líder… porque estos sobran.

Demasiados gallos en el corral. Los rumores de una salida de Contador son cada vez más fuertes, y la vuelta a la competición de Alexadre Vinokourov no hace sino aumentarlos.

Una Vuelta diferente (III)

30 de Agosto, Arueda.com
En la parte anterior de esta presentación analizábamos a los equipos españoles sin detenernos en los extranjeros, quince escuadras de las cuales algunas vienen para destacar y otras… únicamente para cumplir el expediente.


De cara a la general, indudablemente el mejor arsenal lo traen los kazajos de Astaná. El líder y gran figura del equipo, Alberto Contador, estará respaldado por dos vueltómanos consagrados como son el americano Levi Leipheimer y el alemán Andreas Klöden. Contador llega a esta Vuelta con el objetivo de completar la inigualable la proeza de ganar las tres grandes vueltas en el plazo 14 meses y con tan solo 25 años. Las circunstancias, a priori adversas, pueden recompensar al madrileño con un hito histórico. Por su parte, Leipheimer llega en un estado de forma casi óptimo, supeditado a Contador aunque capacitado para buscar sus propias oportunidades. No se puede decir lo mismo de Klöden, que llegará en su tercer pico de forma tras preparar específicamente las vueltas de Romandía y Suiza; teóricamente, acusará dichos esfuerzos. Junto a estos tres primeros espadas, ejercerán de gregarios dos expertos gregarios asturianos como Benjamín Noval y Chechu Rubiera, este último en su última carrera como profesional.

El otro gran nombre español para la victoria absoluta enrolado en un equipo extranjero es, sin lugar a duda, Carlos Sastre. El abulense de CSC, henchido de moral después de su brillante triunfo en el Tour de Francia tratará aprovechar los recovecos de una Vuelta a priori adecuada para él. Caben dudas sobre su rendimiento después de mantener la condición física de la gran ronda francesa hasta los Juegos Olímpicos. ¿Habrá podido recuperarse de los esfuerzos derivados de ello? También habrá que ver cómo afronta la carrera después de las declaraciones de su director Bjarne Riis, que afirmó hace unos días que Carlos “no era el futuro del CSC-Saxo Bank”. De cualquier manera, a su servicio estarán gregarios de postín como Kolobnev, Gustov o el burgalés Iñigo Cuesta.

Por su parte, los tres nombres foráneos teóricamente destinados a hacer frente a los españoles en la general son toda una incógnita. La bisoñez del holandés de Rabobank Robert Gesink crea dudas en torno a su rendimiento, a pesar de su reconocida calidad. El ucraniano de Silence-Lotto Yaroslav Popovych parece haber perdido aptitudes para las grandes vueltas, aunque cuenta a su favor con las ganas de revindicarse que atesora tras su decepcionante Tour de Francia. Por último, el italiano Damiano Cunego (Lampre) tiene también ciertas ansias de revancha contra quienes le criticaron por su discreta actuación del último Tour.

Ningún foráneo más parece capacitado para entrar entre los cinco primeros de la Vuelta a España, si bien hay algunos que apuntan a posibles sorpresas; habrá que tener un ojo puesto en Pierre Rolland (Credit Agricole), Oliver Zaugg (Gerolsteiner), Mauricio Ardila (Rabobank), Matthew Lloyd (Silence) o los Tinkoff Evgeni Petrov y Walter Pedraza. Bazas poco consistentes pero que podrían dar la campanada.

Mención aparte merecen Carlos Barredo (Quick Step) y Marzio Brusheghin (Lampre). El asturiano tratará de repetir su impresionante papel de la Vuelta’07, cuando fue décimo contra todo pronóstico; contará para ello con la ayuda del irundarra Juanma Gárate, quien por cierto ya ha anunciado que dejará el equipo belga el año que viene para correr en Rabobank. Mientras, el italiano irá a por la machada de completar las tres grandes vueltas en un mismo año y podría, de paso, ser una baza importante para la general… y para el trabajo en favor de su coequipier Damiano Cunego.

Sin embargo, si algo aportan los equipos extranjeros a la Vuelta son cazaetapas y sprinters. En el bando de los hombres con instinto ganador encontramos destacadísimos clasicómanos como Paolo Bettini (Quick Step), Filippo Pozzato (Liquigas), Philippe Gilbert (Française des Jeux), Alessandro Ballan (Lampre), Davide Rebellin (Gerolsteiner), Sylvain Chavanel (Cofidis) o Rinaldo Nocentini (AG2R). Todos ellos pueden hacer saltar la sorpresa en cualquiera de los numerosos finales nerviosos de esta Vuelta a España. También habría que apuntar en este grupo al ruso Mikhail Ignatiev (Tinkoff), que podría aprovechar la condición física de los Juegos Olímpicos para dar la sorpresa en los últimos kilómetros de cualquier etapa llana con un ataque ‘a lo Recio’.


Y, en la parte de velocistas, la gran ronda española vuelve a contar con el mejor elenco posible. Los líderes del sprint mundial Daniele Bennati (Liquigas), Tom Boonen (Quick Step) y Óscar Freire (Rabobank) estarán presentes en carrera. A su sombra, otros hombres con gran punta de velocidad como Danilo Napolitano (Lampre), Juan José Haedo (CSC), Leonardo Duque (Cofidis), Alexandre Usov (AG2R), el ajado Erik Zabel (Milram) o los jóvenes Nicolas Roche (Credit Agricole) Heinrich Haussler y Óscar Gatto (Gerolsteiner). Una nómina de velocistas tremenda, más aún teniendo en cuenta que falta el auténtico equipo especialista en las volatas, Columbia.

Una Vuelta diferente, como reza el título de este artículo y sus dos “hermanos” precedentes, que a la postre dependerá de la voluntad de los corredores para confirmar si el cambio ha merecido la pena o ha sido más efectista que efectivo. A priori, la participación es de lujo. Pero del dicho al hecho…

Italia vs Resto del Mundo en el Giro

¿Seguirá la hegemonía italiana o habrá sucesor para Pavel Tonkov?
11 de Mayo, Arueda.com
En el terrible recorrido de esta edición del Giro de Italia lucharán por la victoria 198 ciclistas (197 tras el positivo de Richeze, de CSF-Navigare) pertenecientes a 22 equipos. En esta ocasión no parece tan claro el favoritismo de los italianos para la victoria final, tan aplastante en la últimas ediciones (el último extranjero ganador fue el ruso Pavel Tonkov en 1996).


En esta ocasión, los no italianos llegan encabezados por un alemán que tenía en el punto de mira esta carrera a pesar de no saber si iba a correrla: Andreas Klöden. Y es que el de Astaná llega en un buen momento de forma tras su victoria en Romandía. A su lado contará con dos gregarios de lujo que no parecen llegar lo suficientemente bien para optar a la victoria final: el americano Levi Leipheimer y el ídolo español Alberto Contador, que recientemente se ha descartado para la lucha por la ‘maglia rosa’; aún y a pesar de esto, no sería descabellado pensar en un puesto entre los diez primeros y al menos un triunfo de etapa.

El ruso de Rabobank Denis Menchov aspira también a suceder a su compatriota Pavel Tonkov como ganador extranjero del Giro. A priori, asistía como preparación para el Tour: sin embargo, la gran condición física demostrada en Romandía le apunta como gran favorito a la victoria final. Caisse d’Épargne lleva también como líder a un ruso, del cual hablamos recientemente: Vladimir Karpets.

De Latinoamérica llegan tres ciclistas con posibilidades de hacerlo bien en algunas etapas de montaña y, en algún caso, incluso en la general: el venezolano José Rujano (Caisse d’Épargne), el colombiano Mauricio Soler (Barloworld), el mexicano Julio Alberto Pérez Cuapio (CSF-Navigare)… y un aspirante a sorpresa como es el escalador colombiano de Serramenti-Diquigiovani José Serpa, que ha realizado una adecuada aproximación al Giro y podría hacer saltar la banca en alguna etapa y también optar a la ‘maglia verde’ si no se ve excesivamente supeditado a su líder Simoni.

La armada italiana se basa en tres puntales de tres generaciones diferentes: el veterano Gilberto Simoni (Serramenti), el maduro Danilo Di Luca (LPR) y el joven Riccardo Ricco (Saunier Duval). Simoni, un ciclista ya en declive pero con clase y ese puntito extra dado por la experiencia, llega con una forma física aceptable a pesar de no haberse dejado ver en exceso. Ya saboreó las mieles del triunfo en dos ocasiones, ha estado cerca de hacerlo varias más… y podría volver a hacerlo ahora.

Por su parte, Danilo Di Luca llega enrabietado tras los múltiples problemas del asunto ‘Oil for Drugs’, que le han sacado del Pro Tour y de la campaña de clásicas de primavera. Está absolutamente centrado en el Giro y aspira a hacerse con la ‘maglia rosa’ por segunda vez tras su triunfo del año pasado. Llega en una forma física ideal (ganó el Giro del Trentino), las trampas del recorrido en la primera semana no le son para nada hostiles. Es el favorito número uno.

Riccardo Ricco’, ‘El Cobra’, es el último de la terna de grandes favoritos italianos. Y el más imprevisible. Ha tenido una campaña de primavera desastrosa, problemas extradeportivos y físicos… Toda una incógnita. Su sexto lugar en el Giro el año pasado y su evidente margen de progresión, sin embargo, le señalan como favorito.

Un coetáno de Ricco’, Vincenzo Nibali (Liquigas) se presenta como principal alternativa a todos estos nombres… y como potencial sorpresa, ya que hay quien lo sitúa en el podio. A su lado tendrá al curtido Franco Pellizotti, que siguen en busca de ese “puntito extra” que le permita estar con los mejores. CSF-Navigare presenta a otra posible sorpresa, Domenico Pozzovivo, y a un hombre que busca revindicación como es Emanuele Sella. Tres veteranos que ya han brillado en el Giro son también candidatos a destacar: Leonardo Piepoli (Saunier Duval), Marzio Brusheghin (Lampre) y Paolo Savoldelli (LPR).

En el plano de los sprinters, hay múltiples nombres y ningún dominador claro ante la falta de Alessandro Petacchi. Robbie Mc Ewen (Silence-Lotto), Erik Zabel (Milram) y, sobre todo, Daniele Benatti (Liquigas) son los llamados a poseer la supremacía de las volatas; Paolo Bettini estará siempre ahí gracias a la dureza implícita en los finales de cada jornada.

El australiano Graeme Brown (Rabobank), el británico Mark Cavendish (High Road) y el alemán Robert Förster (Gerolsteiner) son alternativas. Se presentan otros nombres destacados como Ilgynski y Bazayev (Astaná), Pagliarini (Saunier Duval), Loddo (Tinkoff) y Hondo (Diquigiovani). También hay un español con serias opciones de estrenar su casillero en vueltas por etapas, el vasco Koldo Fernández de Larrea (Euskaltel). Los sprints, eso parece claro, serán una lotería y un espectáculo ante la falta de un equipo que lleve el mando y la locura de todos los finales de etapa.

Astaná correrá el Giro de Italia… ¡con Contador!

4 de Mayo, Arueda.com
El portavoz del equipo Astaná Philippe Maertens anunció ayer en el canal de televisión belga Sporza que la escuadra kazaja estará en el Giro de Italia 2008, cuyo pistoletazo de salida será el próxima día 10 de Mayo en la ciudad siciliana de Palermo. La única condición impuesta para ello al equipo de Johan Bruyneel es la presencia de sus tres mejores ciclistas: Andreas Klöden, Levi Leipheimer… y Alberto Contador.


El director de RCS (empresa organizadora del Giro de Italia) Angelo Zomegnan ha explicado por el contrario que la participación de Astaná no es aún definitiva (“a un 50%”) y que será decidida definitivamente mañana por la tarde, al término del Tour de Romandía que se disputa estos días en tierras suizas.

El modo en el cual se ha llegado a esta invitación de última hora es cuando menos rocambolesco. Tras el rechazo inicial por parte de RCS a que la escuadra dirigida por Bruyneel participará en la carrera, hace aproximadamente un mes la propia RCS se puso en contacto con la administración del equipo kazajo para proponerle tomar parte en su competición. Así, transmitieron a Astaná su deseo de que estuvieran en el Giro… siempre y cuando presentaran un ‘nueve’ de calidad, con sus tres grandes hombres. Un mes después de aceptadas las condiciones, concretamente el pasado viernes por la tarde, Johan Bruyneel recibió una llamada telefónica que confirmaba la presencia de su equipo en la salida de Palermo.

Los hombres que defenderá el maillot de Astaná serán los kazajos Assan Bazayev, Dmitry Murayev, Serguei Yakovlev y Maxim Ilginsky, el ruso Vladimir Gusev, los españoles Toni Colom y Alberto Contador, el estadounidense Levi Leipheimer y el alemán Andreas Klöden. Este último, que a principios de temporada ya tenía programada su participación en el Giro de Italia, ha mostrado ya su alegría por tomar parte en la ‘corsa rosa’, a la cual llegará en un gran estado de forma tras el magnífico Tour de Romandía que está realizando en estos días. Asimismo, el americano Leipheimer también parece encontrarse con una buena condición física: lleva compitiendo a buen nivel desde febrero, cuando se adjudicó la Vuelta a California; también tuvo buenas actuaciones en marzo, al ser cuarto en la Vuelta a Castilla y León… y hace una semana, en la Vuelta a Georgia, donde se clasificó en tercer lugar. En su contra está el hecho de que el perfil de la carrera es demasiado montañoso para sus características.

Más dudas ofrece la condición física en que llegará a la gran ronda italiana Contador. El madrileño está en un gran nivel desde febrero, cuando enrabietado tras la exclusión de su equipo del Tour de Francia protagonizó una escapada antológica sin premio en el Trofeo Sóller. Tras engrosar su palmarés con la Vuelta a Castilla y León y la prestigiosa Vuelta al País Vasco, iba a estar en principio casi dos meses sin competir, hasta la disputa de la Dauphiné Liberé. La participación en el Giro de Italia, obviamente, rompe por completo sus planes.

Habrá que esperar para ver si la precipitación de los hechos le permite alcanzar un estado de forma más o menos decente que le haga llegar a la salida de Palermo con la aspiración de al menos vencer una etapa… o quien sabe si incluso la general final.